La fibromiositis o fibromialgia es una afección crónica caracterizada por puntos de sensibilidad y dolor de larga duración en todo el cuerpo (articulaciones, músculos, tendones y otros tejidos blandos). Algunos de los síntomas que se suelen asociar a la fibromialgia son: fatiga, rigidez, problemas de sueño, dolores de cabeza, entumecimiento de manos y pies, depresión y ansiedad. La fibromiositis puede presentarse por sí sola o puede aparecer junto con otras afecciones musculoesqueléticas como la artritis reumatoidea o el lupus. El dolor del paciente es semejante al experimentado con varios tipos de artritis. Sin embargo, con el síndrome de fibromialgia solo, no hay una inflamación significativa, destrucción y deformidad articular que se aprecian en enfermedades como la artritis reumatoidea. El dolor de la fibromiositis en el tejido blando se refiere como profundo, que se irradia, torturante o varía de leve a severo. Los pacientes suelen despertar a causa de los dolores y la rigidez del cuerpo. La causa de esta afección es desconocida, pero se cree que aparece ante determinadas circunstancias y que condiciona una respuesta anómala del sistema nervioso y una habilidad específica para incrementar los procesos de sensibilización al dolor, al menos en aquellos casos que se manifiestan con una extraordinaria sensibilidad dolorosa ante el tacto, el roce o los estímulos térmicos mínimos. El dolor y otros síntomas de la fibromialgia se autoalimentan con el paso del tiempo, lo que hace fundamental un diagnóstico precoz. Para su diagnóstico, se requiere el estudio de un mínimo de 3 meses y entre 11 y 18 puntos de dolor y sensibilidad en zonas como el cuello, los hombros, toraz, muslos, rodillas, brazos o nalgas. En ocasiones se realizan pruebas de laboratorio y radiografías para confirmar el diagnóstico y descartar otras afecciones de similares síntomas. En los casos leves, los síntomas pueden mejorar cuando se reduce el estrés o hay cambios en el estilo de vida, pero normalmente se utiliza una combinación de medicamentos, grupos de apoyo y fisioterapia. Los casos graves de fibromialgia pueden requerir la ayuda de una clínica de tratamiento del dolor.