La glándula tiroides, situada en la parte frontal del cuello, produce hormonas (hormonas tiroideas) con el objetivo de regular el metabolismo del cuerpo estimulando el metabolismo celular y, por lo tanto, liberar energía. Cuando la tiroides no produce suficientes, provoca una serie de trastornos en los diferentes sistemas del organismo por una deficiencia del metabolismo celular. Las causas suelen ser por condición hereditaria, complicaciones en el tratamiento para el hipertiroidismo, por ingestión considerable de yodo (jarabes para la tos, suplementos dietéticos) o efectos adversos a medicamentos (litio, propiltiouracilo, amiodarona o carbimazol). Los síntomas generalmente aparecen de forma gradual: disminuye la tolerancia al frío, depresión, letargo, aumento de peso, estreñimiento, piel y pelo seco, endurecimiento de los rasgos faciales, voz más grave y mala memoria (incluso, demencia). Cuando se sospecha de hipotiroidismo, el diagnóstico puede confirmarse mediante la realización de un examen de sangre que mide la concentración de hormona estimulante del tiroides o TSH (hormona producida en la glándula pituitaria, cuya misión es estimular la tiroides y juega un papel muy importante en la regulación del metabolismo).