Laura Jabardo Garcia

Trastornos alimenticios

Los TCA (anorexia, bulimia, trastorno por atracón), se deben tratar primero a nivel conductual (modificando los hábitos alimentarios de los pacientes, sus comportamientos para perder peso -ejercicio, purgas-), para estabilizar el peso o para insertar unos hábitos saludables. Cuando el peso empiece a ser normal o el paciente ya no realice vómitos u otras conductas compensatorias, y haya aprendido a comer de forma saludable (sin restricciones), se puede empezar a tratar la parte cognitiva y emocional: peso de salud, autoestima, distorsión de la imagen corporal, falsas creencias sobre el peso o la talla, autoimagen, etc. La terapia cognitivo-conductual se ha mostrado eficaz en tratar los TCA.

Trastorno obsesivo compulsivo (TOC)

El TOC es un trastorno donde existen obsesiones que crean una gran ansiedad y unos rituales (físicos y mentales) para ayudar a neutralizar esos nervios. Hay muchos tipos de TOC, pero sin duda la mejor terapia para todos ellos es la exposición con prevención de respuesta, donde se ayuda al paciente a ir exponiéndose a esas cosas que le dan tanto miedo y poder trabajar las cogniciones asociadas a la posibilidad de que algo malo ocurra si no se hacen las compulsiones (ordenar, lavar, enumerar, etc.). La terapia cognitivo-conductual (junto con la medicación en los casos más graves) ha mostrado ser altamente eficaz para tratar el TOC.

Trastorno de ansiedad

Los trastornos de ansiedad son muy comunes en la población. No es raro experimentarlos a lo largo de la vida, puesto que hay muchas experiencias, entornos o situaciones personales que nos pueden afectar emocionalmente. Lo importante para poder tratar un trastorno de ansiedad es realizar una buena exploración, discernir qué causas lo han originado y qué recursos tiene el paciente para poder afrontarlo. Así, se consigue una terapia hecha "a medida" para que se den buenos resultados. La terapia de elección para tratar la ansiedad es la cognitiva-conductual, donde se ayuda al paciente a modificar sus malos hábitos (recursos de afrontamiento) y a trabajar los pensamientos ansiógenos.

Reestructuración cognitiva

La terapia cognitivo-conductual utiliza la reestructuración cognitiva para poder modificar las creencias erróneas o los pensamientos distorsionados de los pacientes. Problemas como la ansiedad, los trastornos de la conducta alimentaria, los trastornos de personalidad o la depresión, mejoran al enseñar a los pacientes ésta técnica. Primero se debe mostrar la diferencia entre pensamientos, emociones, y conducta (y la relación entre ellos). Cuando el paciente es capaz de identificar sus pensamientos automáticos (erróneos y distorsionados), podemos empezar a reemplazarlos por otros mucho más objetivos (y menos patológicos). Así, mejora mucho el trastorno y los problemas emocionales asociados.

Hipocondría

La hipocondria se da cuando una persona siente una gran ansiedad por la posibilidad de padecer una enfermedad (física o mental), y se obsesiona en buscar síntomas que pueda tener y confirmar esa sospecha de que está enfermo. La terapia cognitivo-conductual ayuda en gran medida a éstos pacientes a poder dejar de buscar información, acudir a consultas médicas, etc. Por otro lado, se trabaja a nivel cognitivo (mental) para discernir qué preocupaciones son objetivas y cuáles no. En última instancia, se puede explorar por qué se da la hipocondría y se enseña al paciente a perder el miedo tan intenso hacia la sintomatología, que muchas veces es psicosomática (se crea por la mera ansiedad).