Elena González Morujo

Insomnio

Una vez descartada la posible causa médica para tu insomnio, la segunda vía de investigación es examinar tu estado emocional actual. Probablemente estés pasando o hayas pasado por una situación que ha implicado altas dosis de nerviosismo, incertidumbre o sensación de falta de control. O quizá, ni siquiera seas consciente de haber pasado por ello. El sueño, al igual que otros procesos biológicos primarios, es muy sensible al estrés y la ansiedad, por lo que suele aparecer como una punta de iceberg que indica que ciertas necesidades emocionales y físicas no están siendo satisfechas. El objetivo es lograr una relajación física y mental que te permita descansar.

Trastorno de conducta alimentaria no especificado

Tras un examen médico que descarte un desajuste físico del impulso de ingesta, los problemas con la comida se relacionan con necesidades emocionales que no están siendo satisfechas. La única forma que tienes de encontrar consuelo es a través de comer grandes cantidades o ciertos tipos de alimentos, o bien, controlar y restringir aquello que comes. El tratamiento requiere un análisis profundo de las distintas áreas de tu vida y de qué te impulsa a vincularte con la comida de ese modo. El objetivo último es que recuperes una sensación auténtica de control y seguridad, y puedas transformar tu relación con ella.

Agorafobia

La agorafobia implica sentir miedo e incluso pánico ante situaciones en las que sientes que no puedes escapar o que, si te ocurriera algo negativo, no podrían ayudarte o ir a buscar ayuda. Básicamente, hay una sensación de indefensión e incapacidad muy profunda. Además de la experiencia emocional desagradable, en este trastorno la atención suele enfocarse en lo negativo, los pensamientos son anticipatorios de peligro y las conductas más habituales son la evitación y/o la huida de las situaciones temidas. Es por eso que la calidad de vida de la persona se va limitando y restringiendo cada vez más con el tiempo. La clave del tratamiento es recuperar el sentido de fortaleza y seguridad.

Adicciones

Si tienes una adicción, la vivencia es muy parecida a la de sentirse un prisionero. Sientes que no tienes libertad para decidir, sino que es eso a lo que eres adicto (juego, alcohol, drogas, comida...) lo que te controla y "decide" tu vida y tu forma de actuar. Normalmente, la adicción es la punta del iceberg, pero el problema está en un nivel más profundo; es un síntoma de que hay algo en tu vida que no va como quieres y necesitas, pero que no has encontrado forma mejor de encontrar consuelo. Tratar las adicciones implica ahondar en tus necesidades y estrategias de afrontamiento, desarrollando vías alternativas más positivas para tu cuerpo, tu mente y tu forma de relacionarte.

Dependencia emocional

La dependencia emocional es una forma de relacionarse en la que la persona que la sufre siente la necesidad imperiosa de vínculo con otra persona. Puedes ser dependiente de que te cuiden, te atiendan y te apoyen, o bien ser dependiente desde el otro lado, es decir: tener la necesidad de ser tú quien cuida, apoya y ayuda a los demás. Tu modo de relacionarte está estrechamente marcado por cómo aprendiste a vincularte de pequeño/a con tus figuras de referencia. Es lo que se llama "sistema de apego". Para trabajar la dependencia emocional es necesario transformar ese sistema de apego por otro en el que sientas control, seguridad y protección sanas, sin restarte libertad para actuar.