Empaste dental

La duración de los empastes dentales depende del tipo de material utilizado y de cómo cuidas tus dientes. En general, los empastes metálicos como el oro y el amalgama tienden a durar más tiempo. Pueden durar hasta 15 años o incluso más con una buena higiene oral.

Por otro lado, los empastes de resina compuesta, que son del color del diente y más estéticamente agradables, pueden necesitar ser reemplazados cada cinco a siete años. Las revisiones regulares con tu dentista pueden ayudar a asegurar que tus empastes se mantengan en buenas condiciones y duren tanto como sea posible.

Sí, existen empastes dentales temporales. A menudo se utilizan en situaciones en las que el dentista necesita realizar múltiples procedimientos en varias citas. Por ejemplo, si te están haciendo un tratamiento de conducto, tu dentista podría colocar un empaste temporal para proteger tu diente entre las citas.

Los empastes temporales también se pueden usar si un diente tiene una pequeña cantidad de caries y el dentista quiere ver si sanará por sí solo antes de decidir si rellenarlo. Sin embargo, como su nombre indica, el empaste temporal no está destinado a durar mucho y deberá ser reemplazado con un empaste permanente o una corona en una fecha posterior.

Sí, es posible comer después de un empaste dental, pero se recomienda que esperes hasta que la anestesia local haya desaparecido para evitar que muerdas tu lengua o mejilla mientras tu boca aún está adormecida.

El día del procedimiento, es mejor comer alimentos blandos y evitar bebidas calientes o frías. Si has tenido un empaste de composite, puedes comer normalmente tan pronto como el empaste esté pulido. Sin embargo, si has tenido un empaste de amalgama, debes evitar masticar con el diente empastado durante al menos 24 horas.

Después de un empaste dental, es importante evitar ciertas actividades y alimentos para prevenir molestias y proteger tu diente recién empastado. Aguna de las cosas a evitar:

• No mastiques alimentos duros ni muerdas directamente sobre el nuevo empaste durante 24 horas. Si es posible, trata de masticar en el otro lado de tu boca.
• Evita alimentos y bebidas extremadamente calientes o frías, especialmente si experimentas sensibilidad dental.
• No bebas alcohol ni fumes durante al menos 24 horas, ya que pueden interferir con el proceso de curación.
• Evita apretar o rechinar los dientes. Si tienes problemas con el bruxismo, habla con tu dentista sobre conseguir un protector bucal.

Con el uso de anestesia local, un procedimiento de empaste dental no debería causar dolor. Sin embargo, después de que la anestesia desaparezca, es posible que experimentes cierta sensibilidad o molestias alrededor del diente empastado. Esto es normal y debería disminuir en unas pocas horas o días.

En algunos casos, el diente empastado puede ser sensible a la presión, al aire, a alimentos dulces o a la temperatura. De nuevo, esta sensibilidad debería disminuir con el tiempo. Si persiste, debes consultar a tu dentista, ya que podría ser un signo de que el empaste necesita ajustarse o que hay otro problema.

Es normal tener cierta sensibilidad después de un empaste dental, especialmente a alimentos y bebidas calientes y frías. Esto se debe a que el procedimiento de empaste puede irritar el nervio dentro del diente, causando sensibilidad temporal.

La sensibilidad debería disminuir gradualmente en una o dos semanas. Si no lo hace, o si la sensibilidad es grave, debes ponerte en contacto con tu dentista. Puede ser necesario ajustar el empaste o revisar un posible problema como una grieta en el empaste o caries debajo del empaste.

Hay varios tipos de empastes dentales, cada uno con sus propias ventajas y desventajas. Los tipos más comunes incluyen empastes de oro, empastes de amalgama, empastes de resina compuesta y empastes de porcelana.

• Los empastes de oro son duraderos y pueden durar hasta 15 años o más. Sin embargo, también son el tipo de empaste más caro.
• Los empastes de amalgama son menos costosos que los empastes de oro y también son muy duraderos, aunque son menos agradables estéticamente debido a su color oscuro.
• Los empastes de resina compuesta son del color del diente y se pueden combinar con el color de tus dientes naturales, lo que los convierte en una opción más estética. Sin embargo, son menos duraderos que los empastes metálicos y es posible que necesiten ser reemplazados con más frecuencia.
• Los empastes de porcelana, también conocidos como inlays u onlays, se fabrican a medida en un laboratorio y luego se adhieren al diente. Se pueden combinar con el color de tu diente y resisten las manchas. Sin embargo, al igual que los empastes de oro, también son más caros.

Los empastes dentales pueden estar hechos de una variedad de materiales, incluido el oro, amalgama (plata), resinas compuestas (plásticas) y porcelana. El tipo de material utilizado para un empaste depende de varios factores, como la extensión de la reparación, la ubicación en la boca donde se necesita el empaste, la recomendación del dentista y tus preferencias.

Los empastes de oro están hechos de una aleación de oro y se consideran los más duraderos, con una duración de más de 15 años. Los empastes de amalgama, también llamados empastes de plata, están hechos de una mezcla de plata, estaño, zinc, cobre y mercurio. También son duraderos y suelen ser menos caros que los empastes de oro.

Las resinas compuestas o resinas rellenas se combinan con el color de tu diente y se utilizan cuando se desea una apariencia natural. No son tan duraderas como los empastes metálicos y es posible que necesiten ser reemplazadas con más frecuencia. Los empastes de porcelana son resistentes a las manchas y se pueden combinar con el color de tu diente, pero también son más caros.