Fui infiel y le menti a mi pareja, le dije q había terminado y no fue asi. Después le confese todo.

Lo que cuentas refleja un momento de mucha vulnerabilidad para ti, pero también una dinámica que conviene observar con cuidado. Ser infiel y mentir genera culpa y dolor, y buscar apoyo para reconstruirte es completamente válido. Sin embargo, que una pareja pida “obediencia total” o que exija que te alejes de tu familia y amistades no es una forma sana de reparación ni de acompañamiento emocional.

El apoyo en una relación nunca debería implicar controlar tus vínculos, tu vida social o tus decisiones. Que hayas cometido un error no elimina tus derechos ni tu autonomía. Aislarte —aunque se presente como “ayuda”— es una señal de alarma, porque aumenta la dependencia emocional y dificulta que tengas perspectiva sobre lo que estás viviendo.

Reconstruir la confianza de la pareja puede incluir límites claros, transparencia y cambios reales, pero no debería basarse en obediencia ni en renunciar a tu entorno afectivo. Lo que necesitas ahora no es perder apoyos, sino trabajar la gestión de la culpa, la toma de decisiones, la responsabilidad personal y cómo construir relaciones más sanas.

Desde la parte psicológica puedo ayudarte a entender qué te llevó a esta situación, cómo reparar contigo mismo, cómo poner límites adecuados y cómo identificar dinámicas de pareja que no favorezcan tu bienestar.

Si lo deseas, puedes pedir una cita online y lo revisamos en profundidad para que tomes decisiones desde la claridad y no desde el miedo.

Serle infiel a alguien puede suceder por muchos motivos, a veces hay cosas que trabajar y a veces no. Si tu crees que necesitas ayuda para procesar todo y entender qué ha podido llevarte a esta situación, no dudes en pedir ayuda psicológica.
Sin embargo, es muy importante entender que una herida así en pareja nunca debe solucionarse "obedeciendo en todo a tu pareja" o "alejándote de tus amigos y familia", eso solo creará un clima dañino y desigual en la pareja.

Buenas tardes, has reconocido tu infidelidad y tu mentira, y eso implica asumir responsabilidad y trabajar para reparar el daño. Pero reparar no significa perder tu libertad, ni aceptar que tu pareja decida por ti en todos los aspectos de tu vida.
Cuando alguien te dice que debes obedecerle, que debes alejarte de amistades y familia porque “están fracturados” o “no te ayudan en nada”, está apareciendo un control excesivo y un intento de aislamiento social.
Eso no forma parte de un proceso sano de reconstrucción de confianza, sino de una dinámica de poder que puede volverse abusiva.
Tu pareja no es tu terapeuta: no le corresponde “guiarte” como si tú no pudieras pensar por ti mismo. Reparar una infidelidad implica acuerdos, límites y comunicación, no sumisión.
Si ambos queréis seguir juntos, lo adecuado es: Trabajar tu culpa y tus heridas con apoyo profesional, no desde la obediencia. Buscar terapia de pareja, para construir de nuevo la confianza de forma equilibrada. Mantener tus vínculos sociales. En una relación sana, no se aísla a nadie.
Puedes equivocarte en tu vida, y aun así seguir mereciendo respeto, autonomía y red de apoyo. Que te hayas equivocado no justifica que nadie te controle. Un saludo

Hola. Las decisiones de pareja deben ser concensuadas. Deberás pensar si tú estás de acuerdo con lo que él te propone.

Buenas tardes,

Lo que usted describe reúne dos procesos distintos: por un lado, la responsabilidad que asume por la infidelidad y la mentira, y por el otro, la forma en que su pareja está reaccionando ante ese daño. Reconstruir la confianza después de una traición implica límites claros, comunicación abierta y, en muchos casos, apoyo terapéutico; lo que no implica es la necesidad de obediencia absoluta ni el aislamiento de vínculos familiares o amistosos.

Cuando una persona exige que la otra “obedezca en todo” o se aleje de su red de apoyo alegando que está “fracturada” o que no es positiva, es importante observar esa dinámica con cautela. Aunque el dolor de la traición puede generar inseguridad, la solicitud de control total no contribuye a la reparación emocional ni al crecimiento personal. Por el contrario, puede instalar patrones de dependencia y limitar su autonomía.

La responsabilidad por lo ocurrido es suya, sí, pero la reparación saludable no se basa en obediencia sino en compromiso, constancia, límites claros y trabajo conjunto. La orientación profesional —terapia individual o de pareja— suele ser una vía más efectiva para que ambos comprendan el origen de lo ocurrido, se expresen sin violencia psicológica y puedan construir acuerdos realistas.

Si su pareja desea acompañarle, ese acompañamiento debe darse desde el respeto mutuo, no desde la imposición. Y usted tiene derecho a conservar una red de apoyo funcional, siempre que esos vínculos no interfieran en su proceso de cambio.

Consideraría recomendable que busque apoyo psicológico profesional para evaluar esta dinámica con mayor profundidad y asegurarse de que el proceso de reparación no se convierta en un patrón de control.

Saludos cordiales,