Andrea Del Pozo de la Cruz

Psicóloga, Psicóloga infantil ver más

Villanueva de la Serena 1 dirección

Sólo acepta pacientes privados

Núm. Colegiado: EX01028

165 opiniones
Tiempo de respuesta aproximado:
Logo
Andrea Del Pozo de la Cruz

Calle Doñana 7 local derecho, Villanueva de la Serena 06700


¿Por qué la terapia puede ayudarme?
Quizá estés en un momento de tu vida en el que todo pesa más de lo que puedes sostener. Tal vez sientes que los días pasan, pero tú no, o que todo a tu alrededor avanza mientras tú te quedas atrapada en la misma pregunta sin respuesta. Puede que haya dolor que no has podido compartir, o palabras que jamás te atreviste a decir en voz alta. Y puede que, como muchas personas, te preguntes si de verdad la terapia podría ayudarte.

Y es comprensible.

Porque pedir ayuda no siempre es fácil. A veces se nos ha enseñado que hay que ser fuertes, que el tiempo todo lo cura, o que lo que nos pasa no es “tan grave” como para necesitar apoyo. Pero lo cierto es que la terapia no es solo para cuando algo está roto: también es para cuando queremos comprendernos, cuidarnos, o simplemente acompañarnos de forma más amorosa.

Terapia no es debilidad. Es un acto de valentía. Es un espacio donde por fin puedes quitarte la armadura sin miedo al juicio. Donde se te permite sentir sin tener que justificarte. Donde alguien, con formación y sensibilidad, te acompaña a mirar lo que duele con cuidado, sin empujarte, sin exigirte.

Muchas veces llegamos a terapia cuando ya no podemos más. Cuando la ansiedad aprieta, cuando la tristeza no se va, cuando las relaciones duelen o cuando no sabemos quiénes somos ni hacia dónde vamos. Otras veces llegamos simplemente porque necesitamos comprendernos mejor, hacer las paces con nuestra historia, o aprender a poner límites sin culpa. Todas esas razones son válidas. Porque no hay jerarquía en el sufrimiento, y no se necesita un motivo “lo suficientemente grave” para merecer acompañamiento.

La terapia ayuda porque nos permite darnos voz. Porque nos devuelve la posibilidad de escucharnos con atención. En medio del ruido del mundo, de las exigencias diarias, de las heridas que arrastramos, a veces olvidamos que tenemos derecho a detenernos, a sentir, a preguntarnos qué necesitamos. En consulta, ese espacio se abre. Y lo que parecía confuso empieza a ordenarse. Lo que dolía en soledad, empieza a compartirse. Y cuando nombramos lo que antes callábamos, algo empieza a transformarse.

La terapia no es una solución mágica. No va a hacer desaparecer el dolor de un día para otro. Pero sí puede ayudarte a comprender de dónde viene ese dolor, qué lo sostiene, y qué puedes hacer con él. Puede ayudarte a ver con más claridad, a tratarte con más compasión, a construir un modo de estar en el mundo más acorde con lo que realmente eres y sientes.

También puede ser un lugar de reparación. Porque muchas veces hemos crecido sin referentes seguros. Nos han hecho sentir que no éramos suficientes, que debíamos ganarnos el amor, que sentir estaba mal o que mostrar fragilidad era una amenaza. En terapia, esas creencias pueden ponerse en cuestión. Puedes experimentar una nueva forma de vincularte, basada en el respeto, la escucha, la autenticidad. Y eso tiene un impacto profundo en cómo luego te relacionas contigo y con los demás.

Terapia es también aprendizaje. Aprendes a identificar tus emociones, a nombrarlas sin miedo, a reconocer tus límites, tus deseos, tus heridas. Aprendes que cuidarte no es egoísmo, que pedir no es mendigar, que decir “no” también es una forma de decir “sí” a ti misma. Y sobre todo, aprendes que no estás sola.

Porque no lo estás.

Muchas personas atraviesan procesos similares. Muchas cargan con duelos invisibles, con ansiedad silenciada, con heridas no sanadas. Y todas merecen, como tú, un lugar donde sentirse acompañadas, escuchadas, vistas. La terapia no te hace débil. Te recuerda que puedes ser fuerte de otra forma: desde la ternura, desde la autenticidad, desde el permiso a sentir.

Si alguna vez te preguntaste si merece la pena ir a terapia, tal vez puedas hacerte otra pregunta: ¿Y si me lo merezco?

Porque sí. Mereces un espacio para ti. Un lugar seguro donde reconstruirte sin prisa, donde te acompañen con respeto, donde puedas volver a habitarte poco a poco. Y si en algún momento decides comenzar ese camino, aquí estaré para acompañarte.

Con cuidado, con escucha y con presencia.

28/07/2025

Experiencia

Soy licenciada en Psicología y psicóloga sanitaria con más de 16 años de experiencia, respaldada por la homologación sanitaria oficial por el Ministerio de Sanidad, que avala mi formación rigurosa y compromiso ético con la salud mental. Mi trayectoria se ha enriquecido con tres másters especializados: terapia familiar y de pareja, psico-neuro-inmunología clínica y terapias de tercera generación, además de otros cursos y formación continuada que nutren mi práctica profesional y humana.

En mi consulta, cada persona es recibida con respeto profundo y una escucha atenta que va más allá de las palabras. Creo que en la sensibilidad reside la fuerza para la transformación, por eso ofrezco un espacio integrativo que acoge la complejidad única de cada historia. Valoro el encuentro con diversas formas de ser y vivir, con las distintas identidades, orientaciones y culturas que enriquecen nuestra experiencia humana. Aquí, se abre un lugar cálido y seguro donde puedes ser tú mismo, sin máscaras ni juicios, y sentirte verdaderamente acompañado.

Mi propósito es caminar a tu lado en ese proceso personal de reencontrarte contigo mismo, reconocer tu brillo propio y avanzar hacia un bienestar genuino, desde la aceptación y el cuidado profundo. En este espacio, cada paso es respetado, cada silencio valorado, y cada emoción tiene su lugar.

ver más Sobre mí
  • Certificado de excelencia basado en opiniones reales de pacientes.
  • Certificado de excelencia basado en opiniones reales de pacientes.
  • Certificado de excelencia basado en opiniones reales de pacientes.

Enfoque terapéutico

Terapia de aceptación y compromiso
Psicoterapia

Especialista en:

  • Psicología clínica
  • Psiconeuroinmunología
  • Trastornos en niños y adolescentes
  • Problemas conductuales
  • Relación filio - parental
  • Psicoeducación
Mostrar más detalles

No se aceptan aseguradoras

Este especialista solo acepta pacientes privados. Puedes pagar la cita de forma privada, o buscar otro especialista que acepte tu aseguradora.

Consultas (2)

Ampliar se abre en una nueva pestaña
Centro de psicología Deemocionesymas

Calle Doñana 7 local derecho, Villanueva de la Serena 06700

Disponibilidad

Número de teléfono

637 79...
924 32...
Ampliar se abre en una nueva pestaña

Disponibilidad

Número de teléfono

637 79...
924 32...

Servicios y precios

  • Consulta online

    60 €

  • Psicoterapia en adolescentes

    60 €

  • Terapia individual

    60 €

  • Terapia familiar

    80 €

  • Terapia de pareja

    70 €

Artículos

Intolerancias alimentarias

Las intolerancias alimentarias no solo afectan al cuerpo: también generan preocupación, miedo a comer y sensación de limitación en la vida diaria. Síntomas como inflamación abdominal, dolor digestivo, cansancio o malestar tras ingerir ciertos alimentos pueden ir acompañados de ansiedad, inseguridad y dificultad para disfrutar de la comida. La psicología puede ayudar a manejar el impacto emocional de las intolerancias, reducir el estrés que empeora los síntomas digestivos y aprender a relacionarse con la alimentación de forma más serena y consciente. Cuidar lo que comemos es importante, pero también lo es vivirlo con calma y confianza


Insomnio psicofisiológico (aprendido)

El insomnio psicofisiológico, también llamado insomnio aprendido, aparece cuando la dificultad para dormir se mantiene en el tiempo y el propio intento de conciliar el sueño genera más tensión y alerta. La persona asocia la cama con frustración, miedo a no descansar o pensamientos recurrentes, lo que perpetúa el problema. Aunque suele iniciarse por estrés, ansiedad u otros factores, termina manteniéndose como un hábito involuntario. La psicología puede ayudar a romper ese círculo, trabajar la relación con el descanso y entrenar nuevas rutinas que devuelvan confianza al dormir. Recuperar un sueño reparador es posible


Intersexualidad

La intersexualidad hace referencia a aquellas personas que nacen con características sexuales (genéticas, hormonales o anatómicas) que no encajan en la clasificación típica de “masculino” o “femenino”. Más allá de lo médico, implica también un recorrido vital que puede generar dudas, inseguridades o necesidad de apoyo. La psicología puede acompañar en este proceso, ofreciendo un espacio seguro para comprender la identidad, cuidar la autoestima y afrontar posibles dificultades sociales o emocionales. Ser intersexual no es una enfermedad, es una forma natural de diversidad humana que merece ser reconocida y vivida con dignidad


Insomnio crónico

El insomnio crónico aparece cuando las dificultades para dormir se mantienen en el tiempo y afectan de forma constante a la salud física y emocional. Puede manifestarse como problemas para conciliar el sueño, despertares frecuentes o sensación de cansancio incluso tras dormir varias horas. Este trastorno suele estar relacionado con la ansiedad, el estrés, hábitos poco saludables o preocupaciones persistentes. La psicología puede ayudar a comprender las causas, regular la mente y el cuerpo y recuperar rutinas de descanso reparador. Dormir bien es esencial para la vida diaria y es posible volver a lograrlo con el acompañamiento adecuado


Insomnio

El insomnio no es solo “dormir poco”: es quedarse despierto con la mente acelerada, despertar en mitad de la noche o levantarse sin descanso real. A menudo está relacionado con la ansiedad, el estrés o con emociones no atendidas que encuentran en la noche su espacio para aparecer. No dormir afecta al cuerpo, a la concentración y al ánimo, generando un círculo difícil de romper. La psicología puede ayudar a entender qué sostiene el insomnio, ofrecer recursos para calmar la mente y acompañar al cuerpo hacia un descanso reparador. Dormir bien no es un lujo, es volver a sentirnos en equilibrio


Insatisfacción laboral

La insatisfacción laboral puede aparecer cuando sentimos que nuestro trabajo ya no nos motiva, que nos sobrepasa la exigencia o que no encontramos sentido a lo que hacemos. A veces se vive como apatía, cansancio extremo, irritabilidad o incluso síntomas físicos de ansiedad. Este malestar no es un signo de debilidad, sino una señal de que algo dentro pide un cambio o un nuevo equilibrio. La psicología ofrece un espacio para comprender qué hay detrás de esa insatisfacción, recuperar la motivación y aprender a poner límites. Es posible reconectar con el propio valor y abrirse a una forma de trabajar y vivir más coherente y serena

Ver todos los artículos

165 opiniones

Todas las opiniones son importantes, por este motivo, los especialistas no pueden pagar para modificar o eliminar opiniones. Saber más. Más información sobre opiniones
  • P

    En la consulta de Andrea me siento divinamente, siento que es una gran persona y una gran profesional

     • Centro de psicología Deemocionesymas Consulta de Psicología Sanitaria  • 

  • D

    Siempre muy acertada en todo, se implica mucho, y eso hace que te sientas muy cómodo en las sesiones

     • Centro de psicología Deemocionesymas Terapia individual  • 

  • A

    Mi pareja y yo llevamos 4 sesiones con Andrea y estamos satisfechos. Nos está ayudando a identificar y ser capaces de gestionar nuestros problemas, aún no hemos terminado el proceso pero la recomendamos como profesional.

     • Centro de psicología Deemocionesymas Terapia de pareja  • 

  • I

    Su ayuda es muy importante para m ayudándome a tener paz en mi vida

     • Centro de psicología Deemocionesymas Apoyo psicológico en traumas por dependencia emocional  • 

    Andrea Del Pozo de la Cruz

    Mil gracias Isabel, eres una mujer increíble, la vida a veces duele muchísimo. Pero estás haciendo algo maravilloso para sanarlo. Un abrazo


  • P

    Gran profesional !!!
    Te habla con mucha tranquilidad y estás toda la terapia dinero relajada

     • Centro de psicología Deemocionesymas Terapia individual  • 

    Andrea Del Pozo de la Cruz

    Muchas gracias Pilar! Has hecho un trabajo muy bonito y enorme. Un abrazo enorme


  • L

    Mucha profesionalidad, me trató desde que era pequeña y ahora después de un largo tiempo no he dudado en volver a su consulta, es una gran psicóloga.

     • Centro de psicología Deemocionesymas Primera visita Psicología  • 

    Andrea Del Pozo de la Cruz

    Joo gracias por tus palabras! Es un placer volver a tenerte en consulta. Gracias por escogerme para acompañarte


  • L

    Muy bien y me siento tranquila con ella ,y me aporta mucho

     • Centro de psicología Deemocionesymas Apoyo psicológico a estudiantes de oposición  • 

    Andrea Del Pozo de la Cruz

    Gracias Lola, es un trabajo precioso el que estamos haciendo


  • J

    Gran profesional. Trato humano y cercano. Su consulta se siente como un lugar seguro

     • Centro de psicología Deemocionesymas Primera visita Psicología  • 

    Andrea Del Pozo de la Cruz

    Muchas gracias por tus palabras


  • M

    Recomendable, sesión muy cercana, transmite mucha confianza

     • Centro de psicología Deemocionesymas Terapia individual  • 

    Andrea Del Pozo de la Cruz

    Muchas gracias


  • R

    Me he encontrado muy cómoda y segura durante la cita. También me he sentido escuchada, comprendida y acompañada, con ganas de seguir trabajando juntas y poder avanzar en mi proceso

     • Centro de psicología Deemocionesymas Primera visita Psicología  • 

    Andrea Del Pozo de la Cruz

    Muchísimas gracias por tus palabras Rosi, para mí es un honor muy bonito que me hayas elegido y poder acompañarte en tu proceso.


Se ha producido un error, inténtalo de nuevo.

Dudas solucionadas

70 dudas solucionadas a pacientes en Doctoralia

Duda sobre Terapia de pareja

Tengo conflictos con mi marido relacionados con su familia, especialmente con su madre. Desde siempre, ella ha tenido una gran influencia sobre él y controla muchos aspectos de su vida, incluso ahora que estamos casados y con hijos.
Sigue controlando y se mete en su cuenta bancaria, para la boda tuvo que venir personas que no estaban invitadas y no queriamos por que sino su madre y su hermano se enfadaban, y se metio en muchos temas a decidir porque sino se enfadaba y no se sentía util.
Despues durante mi embarazo, nunca me llamó ni me visitó para saber cómo estaba, a pesar de que tuve complicaciones: hemorragias, vómitos y malestar general. Sin embargo, sí llamaba a su hijo (mi marido) para decirle que subiéramos a su casa o para comentar cosas del embarazo, pero nunca se dirigía a mí directamente, incluso estando en la puerta de mi casa estando yo mala llamo por teléfono a mi marido para que bajara a buscar unos taper de comida que le habia traido a el, porque si alguna vez traia taper de comida eran solo para el.
Se ofreció comprarnos el carrito de los bebés, pero cuando subo lo que valia el carro cambió de idea y empezó a buscar carritos de segunda mano por internet, sin preguntar si eso me parecía bien. También empezó a lavar ropa que tenia ella de sus hijos para que se la pusiéramos a los bebes, etc.
Además, cuestionaba constantemente nuestras decisiones: decía que las cunas que elegíamos eran innecesarias, que las sillas del coche eran muy caras (incluso nos ofreció una que tenia ella de su hijo pequeño 27 años), y preguntaba detalles personales delante de otros, como cuánto dinero nos faltaba por pagar del carrito, etc.
El día del parto fue especialmente doloroso para mí, tanto física como emocionalmente.
Tuve una cesárea de urgencia porque uno de los bebés estaba en sufrimiento fetal. Mis hijos nacieron con complicaciones, tuvieron que reanimarlos y trasladarlos a otra unidad. A mí me subieron a la habitación varias horas después, sin haberlos podido ver todavía.
Sin embargo, cuando llegué a la habitación, mi marido, mis suegros, mi cuñado y mi madre ya habían visto a los bebés antes que yo, incluso mi cuñado habia hecho fotos y las habian difundido a sus familiares y su novia (su novia no tiene relacion con nosotros por un problema y se le dijo que no mandara nada pero…)
Mi suegra empezó a organizar cosas sin consultarme, que si habia que bajar a recoger el piso con mi madre, luego en vez de irse a comer mando a mi marido a comer para quedarse ella mientras, pero tal y como vinieron a cambiarme se fue a la incubadora y estuvo alli mas de media hora y encima me dice que les habia dado de comer, y cuando llego mi marido y se bajo a comer volvio a entrar ella con su marido y mi cuñado otra vez a darles de comer. Cuando me pudieron levantar para ver a mis hijos y poder cogerlos, en cuanto llegaron entraron a la incubadora donde estabamos para estar tambien. Al dia siguiente subio la novia de mi cuñado que no queriamos que subiera y despues me tuve que ir fuera porque me dio como ansiedad. Todos los dias subian a todas horas y aunque subieran mis amigos, familiares mios o demas personas no se salian de la habitación y no me dejaban intimidad. Uno de los dias por la mañana tal y como llego mi suegra mi hizo firmar un papel que era una autorización para que mi marido empadronase a los crios donde estaba el empadronado, otra vez le dio las llaves de nuestra casa a mi cuñado sin nuestro permiso para que fuera arreglar una persiana, aparte de que habian ingresado a su suegra en el hospital y los medicos nos dijeron que quien subiera a la habitación de ella no podian venir a nuestra habitación porque los bebes eran prematuros y podian coger algun virus y les dio igual iban a ver a la mujer y luego venian a estarse en la habitación con los bebes. Durante el tiempo que estuve en el hospital me hicieron sentir como que yo era una mierda y ella era la madre que decidía sobre lo que habia que hacer con mis hijos y podían hacer lo que quisieran

Cuando nos dieron el alta, llamaba a la hora que le iba bien que venia a casa, llegaba y aunque los críos estuvieran durmiendo se metia 20 veces en la habitación nuestra a ver si se despertaban… Una de las veces que fuimos a donde viven ellos, se los estuvo enseñando a todos los vecinos y una vez que los habia enseñado ya cogio y dejo el carro solo y se fue hablar con la gente de allí porque como eran las fiestas, luego nos dijo que subieramos a su casa para que los viera mi suegro; y sólo hacia que tirar indirectas que si los niños tenian que estar con los abuelos, como uno de ellos estaba con colicos y estaba en brazos que si le habiamos enseñado a estar en brazos, y resulta que se quedo el crio dormido llamo al timbre una mujer y se lo quito de los brazos de mi madre para enseñarselo a la vecina, ahi ya fue cuando dije se termino no quiero que este cerca de mis hijos.
Al intentar marcar límites y pedir distancia, comenzó con chantajes emocionales hacia mi marido: primero le llamaba enfadada reprochandole como veia que no conseguia nada se ponia a llorar por no dejarla ver a los niños. Tambien le chantajeaba con su padre que le hechaba mucho de menos….Él, por miedo o por costumbre, tiende a ceder, y eso ha generado mucha tensión entre nosotros.

Siento que su familia en especial su madre y su hermano no respeta nuestra intimidad como pareja ni como familia, que necesita tener el control sobre todo, y que mi marido no consigue ponerle límites. Esto me genera frustración, ansiedad, y sensación de invasión constante.
Esto me hace sentir que mi marido no ha podido independizarse emocional ni económicamente del todo, y que su madre y su familia sigue teniendo poder en nuestras decisiones y que no sabe mantenerse firme en los límites marcados o simplemente decirle las cosas claras como que el tiene una familia que ha creado que tiene que respetar y las decisiones las tomaremos nosotros les guste mas o menos, sino que no sabe decirles nada, se puede pegar 15 días sin hablar con ellos y luego actua como si nada, por ejemplo me dijo que es que podia ver su padre a los crios pero que yo me tenia que quedar abajo de su casa porque ellos no querian verme ni estar donde estuviera yo, no se; es que a veces parece que el dolor que me han hecho no es valido y que como son sus padres todo vale y no pasa nada.

Lo que estás viviendo es profundamente injusto y doloroso. No se trata solo de conflictos con la familia política, sino de invasión, falta de respeto y ausencia de límites desde hace años. Y no es menor: ocurrió en momentos especialmente vulnerables —tu embarazo, el parto, la incubadora— donde lo que necesitabas era protección y calma, no control ni decisiones impuestas por otros.

Lo que describes suele darse en familias donde existe una dependencia emocional muy fuerte entre madre e hijo, y donde el rol de tu marido está tan marcado por años de dinámica familiar que le resulta difícil posicionarse como adulto independiente y como padre. Eso no significa que no te quiera: significa que nunca aprendió a poner límites y aún no sabe cómo hacerlo.

Tu malestar es completamente válido. No estás exagerando: tu intimidad fue vulnerada, tus decisiones invalidadas y tu espacio como madre desplazado. La ansiedad, la rabia y la sensación de invasión que sientes son respuestas normales a algo que ha ido demasiado lejos.

En estos casos, la clave no está solo en “hablar con la suegra”, sino en que tu marido pueda asumir un cambio real de rol: dejar de actuar como hijo dependiente y empezar a actuar como pareja y padre. Esto requiere trabajo personal, no solo voluntad. La terapia de pareja o individual puede ayudar muchísimo a que él entienda el impacto que estas dinámicas tienen en ti y en vuestra familia, y a desarrollar herramientas para poner límites sin miedo.

Tú, por tu parte, necesitas recuperar tu espacio, tu tranquilidad y tu autoridad como madre. Establecer límites firmes (quién entra, cuándo, cómo, y qué se permite) es legítimo. Cuidar tu salud mental y la de tus hijos también es legítimo. Y no tienes que tolerar comportamientos que te dañan solo porque vienen de “la familia”.

Esto no es un problema de suegras: es un problema de límites, lealtades y protección emocional. Con acompañamiento profesional podéis reconstruir un modelo familiar más sano, donde tu lugar sea respetado y donde tus hijos crezcan en un entorno seguro y estable.

No estás sola. Lo que sientes tiene sentido. Y con ayuda adecuada, esta situación sí puede cambiar.

 Andrea Del Pozo de la Cruz

Como hago para que mi mamá comience a soltarme? Tengo 28 años y no me deja hacer nada sola, esto comienza a frustarme y no es muy cooperativa al no querer dejarme hacer cualquier cosa sola

Es comprensible que te sientas frustrada. Cuando una madre tiene dificultades para “soltar”, no suele deberse a falta de amor, sino a miedo, inseguridad o una forma de protección aprendida. Pero aunque su intención sea cuidarte, sus límites no pueden reemplazar tu derecho a construir tu propia vida.

A los 28 años necesitas autonomía, experiencias propias y espacio para decidir. Lo importante es hablar con ella desde la calma, explicarle cómo te afecta y qué necesitas ahora como adulta. También es clave que tú puedas sostener tus decisiones sin culpa, incluso si a ella le cuesta aceptarlo al principio.

Si esta dinámica se repite desde hace años, la ayuda psicológica puede acompañarte a poner límites sanos y a fortalecer tu propio criterio. Crecer no es alejarse: es aprender a relacionarse desde un lugar más libre y equilibrado para ambas.

 Andrea Del Pozo de la Cruz
Muestra todas las respuestas

Todos los contenidos publicados en Doctoralia, especialmente preguntas y respuestas, son de carácter informativo y en ningún caso deben considerarse un sustituto de un asesoramiento médico.

Preguntas frecuentes