Ansiedad social: cómo superar el miedo a la interacción social

En este artículo vamos a hablar del trastorno de ansiedad social (TAS), vamos a conocer sus síntomas, así como, saber qué tratamientos existen.

¿Cuánto nos afecta?

El trastorno de ansiedad social es el segundo trastorno de ansiedad más frecuente (después de la fobia específica) y su prevalencia global a nivel mundial de 2,4% en los últimos 12 meses y de 4,0% a lo largo de la vida (Stein et al., 2017), lo sitúa en lo alto del ranking de problemas de salud mental, después de los trastornos depresivos y por consumo de sustancias, con los que suele presentarse de forma comórbida.

Si que es cierto que la pandemia de COVID-19 y las medidas de distanciamiento social han tenido un impacto significativo en la salud mental de muchas personas en todo el mundo. Si bien es difícil generalizar.

Las causas del trastorno de ansiedad social como la mayoría de los trastornos psicológicos encontramos sus causas en factores multidimensionales, siendo una posible combinación de factores genéticos, químicos y ambientales que pueden contribuir a su desarrollo. Experiencias traumáticas, como el acoso o la vergüenza en la infancia, también pueden desempeñar un papel crucial en el desarrollo del trastorno.

¿Qué es el trastorno de ansiedad social?

El trastorno de ansiedad social (TAS), también conocido como fobia social, se caracteriza, principalmente, por el temor intenso que siente la persona a ser observada y evaluada negativamente por parte de los demás en las situaciones sociales, ya sea realizando actuaciones delante de otros o interactuando con ellos (American Psychiatric Association, APA).

A continuación, se relatan los criterios diagnósticos que utilizamos los psicólogos clínicos:

La fobia social (DSM 5) o ansiedad social se caracteriza por:

• Miedo o ansiedad intensa en una o más situaciones sociales en las que el individuo está expuesto al posible examen por parte de otras personas. Algunos ejemplos son las interacciones sociales (p. ej., mantener una conversación, reunirse con personas extrañas), ser observado (p. ej., comiendo o bebiendo) y actuar delante de otras personas (p. ej., dar una charla).
• El individuo tiene miedo a mostrar síntomas de ansiedad que se valoren negativamente (es decir, que lo humillen o avergüencen; que se traduzca en rechazo o que ofenda a otras personas).
• Las situaciones sociales casi siempre provocan miedo o ansiedad.
• Las situaciones sociales se evitan o resisten con miedo o ansiedad intensa.
• El miedo o la ansiedad son desproporcionados a la amenaza real planteada por la situación social y al contexto sociocultural.
• El miedo, la ansiedad o la evitación es persistente, y dura típicamente seis o más meses.
• El miedo, la ansiedad o la evitación causa malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.

¿Sólo nos afecta al área social?

Una serie de estudios han encontrado relación entre la ansiedad social y otros trastornos o problemas psicológicos, y han encontrado que efectivamente se relaciona con poder sufrir depresión, baja autoestima, exceso de preocupaciones, consumo de alcohol y déficit en habilidades sociales.

• Se relaciona con la excesiva preocupación siendo una característica psicológica que la encontramos también en la ansiedad generalizada. La preocupación se refiere a pensamientos o imágenes repetitivos, inciertos y cargados de afecto negativo sobre lo que podría ocurrir en el futuro (¿y si…?, ¿qué pasaría si…?).
• Se relaciona con la ansiedad social el consumo problemático de alcohol. El consumo de alcohol puede reducir la ansiedad (o la tensión) en situaciones sociales y, a su vez, facilitar la interacción social debido a la desinhibición y a los cambios cognitivos que produce (p. ej., disminuye la autoevaluación y la conciencia de uno mismo o la percepción de amenaza de la situación social), con lo que el consumo de alcohol se convierte en un factor de mantenimiento de la ansiedad social.
• También parece estar relacionada la ansiedad social con la baja autoestima. Parece haber cierto consenso en que la autoestima implica juicios realizados por la persona sobre su propia valía, lo que conduce a una valoración global positiva o negativa (aceptación o rechazo) de sí mismo.
• Así como, la alta sensibilidad personal, que está relativamente poco investigada. Aron (1996) utilizó el concepto de personas altamente sensibles para referirse a la sensibilidad innata a la estimulación, a la consciencia de cuestiones sutiles y a un umbral de estimulación más bajo que el de otras personas. El procesamiento sensorial es lo que permite a las personas percibir, registrar y organizar la información del entorno a través de los sentidos. No obstante, algunas personas muestran patrones extremos o intensos de procesamiento de la información sensorial. En los últimos años, ha aumentado el apoyo empírico a las bases biológicas de dicho procesamiento. Nos referimos a la sensibilidad de los sistemas cerebrales de inhibición conductual (BIS) y de activación comportamental (BAS). El BIS se encargaría del escaneo interno y externo en busca de información relevante sobre amenazas en respuesta a situaciones potencialmente amenazantes y el BAS contribuiría a las respuestas de ansiedad y evitación de las situaciones sociales. Las investigaciones indican que ambos sistemas están relacionados con la ansiedad social.
• Un último aspecto curioso, es la relación que se ha demostrado que existe entre una baja valoración subjetiva de la calidad de vida y más ansiedad social.

El TAS como muchos otros problemas psicológicos graves tiene pocas posibilidades de remitir sin tratamiento.

¿Qué tratamientos existen?

Algunos de los tratamientos comunes para la ansiedad social incluyen:

• Terapia cognitivo-conductual (TCC): la TCC es un enfoque terapéutico ampliamente utilizado para tratar la ansiedad social. Se centra en identificar y cambiar los patrones de pensamiento negativos y distorsionados, así como en aprender nuevas habilidades de afrontamiento y manejo de la ansiedad. La terapia cognitiva puede incluir técnicas como la reestructuración cognitiva, la exposición gradual a situaciones sociales temidas y el entrenamiento en habilidades sociales.
• Terapia de exposición: la exposición es una técnica clave en el tratamiento de la ansiedad social. Consiste en exponer gradualmente a la persona a situaciones sociales temidas, permitiéndoles enfrentar y superar sus miedos de manera controlada. Esto ayuda a reducir la ansiedad y a construir confianza en situaciones sociales.
• Medicamentos: en algunos casos, los médicos pueden recetar medicamentos para ayudar a controlar los síntomas de ansiedad social. Los antidepresivos, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), y los ansiolíticos, como los benzodiazepinas, pueden ser útiles para reducir la ansiedad. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los medicamentos no son una cura completa y generalmente se combinan con la terapia.
• Entrenamiento en habilidades sociales: el aprendizaje de habilidades sociales puede ser útil para las personas con ansiedad social. Esto implica aprender a comunicarse efectivamente, desarrollar la empatía, mejorar la escucha activa y practicar estrategias de afrontamiento saludables en situaciones sociales.
• Grupos de apoyo: participar en grupos de apoyo o terapia grupal puede brindar un espacio seguro para compartir experiencias, obtener apoyo emocional y aprender de los demás que enfrentan desafíos similares. Poder relacionarse con personas que entienden la ansiedad social puede ser muy beneficioso.

Cabe destacar, uno de los programas de intervención que en los últimos estudios en bases científicas de psicología muestran una mejoría significativa en la ansiedad social, se trata de un programa multidimensional que unifica diferentes tratamientos terapéuticos con dinámicas individuales y grupales.

Este programa demostró ser eficaz para síntomas específicos de ansiedad social, proporcionando una evidencia superior a la TCC individual y al tratamiento farmacológico (véase Caballo et al, 2021).

Dicho programa incluye: psicoeducación, exposición, reestructuración cognitiva, habilidades sociales, trabajo de atención plena, desvinculación de los pensamientos, aceptación, trabajo de autoestima, educación en valores y autoconcepto.

Es importante tener en cuenta que cada persona es única, y el tratamiento adecuado puede variar de un individuo a otro. Es recomendable buscar la ayuda de un psicólogo de la salud mental para recibir una evaluación adecuada y discutir las opciones de tratamiento más apropiadas según tus necesidades individuales. Si quieres saber más sobre cómo controlar tu ansiedad puedes consultar nuestra guía.

Referencias

• Salazar, I. C., Caballo, V. E., Arias, V., Curtiss, J., Rossitto, A. M., Gómez Araujo, R. B., Hofmann, S. G. (2022). Aplicación internacional del programa Intervención multidimensional para la ansiedad social (IMAS): II. Eficacia del tratamiento para problemas relacionados con la ansiedad social. Psicol. conduct, 19-49.
• Ganobsik, K. (2023). Cómo gestionar la ansiedad. Consumer Health News (Spanish), NA-NA.
• Asociación Americana de Psiquiatría, Guía de consulta de los criterios diagnósticos del DSM 5. Arlington, VA, Asociación Americana de Psiquiatría, 2013.

Psicólogos | Psicólogos Barcelona | Psicólogos Madrid | Psicólogos Sevilla | Psicólogos Zaragoza