
La ciática es una lesión común que afecta a millones de personas en todo el mundo. Se manifiesta con dolor que se irradia desde la parte baja de la espalda hasta la pierna, a lo largo del trayecto del nervio ciático. Puede estar causada por una hernia discal, una contractura muscular o incluso por malas posturas mantenidas en el tiempo. Aunque en los casos más severos es necesaria la supervisión médica o fisioterapéutica, existen ejercicios sencillos que pueden ayudar a aliviar el dolor y, lo que es más importante, prevenir su aparición.
A continuación, te proponemos 5 ejercicios recomendados por los fisioterapeutas de FISIOCIC que puedes realizar en casa para mejorar la movilidad, reducir la compresión del nervio ciático y fortalecer la musculatura implicada.
El músculo piriforme se encuentra en la zona profunda de la cadera y, cuando se tensa, puede comprimir el nervio ciático. Este estiramiento es ideal para aliviar esa presión.
Cómo hacerlo:
Beneficios: Alivia la tensión muscular en la cadera y reduce la compresión del nervio ciático.
Este ejercicio ayuda a estirar suavemente la zona lumbar y aliviar la presión sobre los discos vertebrales.
Cómo hacerlo:
Beneficios: Libera tensión en la zona lumbar, mejora la circulación y ayuda a calmar el dolor irradiado.
Los isquiotibiales tensos pueden aumentar la presión sobre la espalda baja y empeorar los síntomas de ciática.
Cómo hacerlo:
Consejo: Puedes ayudarte con una toalla o banda elástica si no llegas con las manos.
Beneficios: Mejora la flexibilidad de la cadena posterior y reduce la tensión que se transmite hacia la espalda.
Esta postura es relajante y permite estirar suavemente toda la columna, especialmente la región lumbar.
Cómo hacerlo:
Beneficios: Relaja la musculatura lumbar, mejora la respiración y reduce el estrés físico y mental.
Más allá de estirar, también es clave fortalecer los músculos que estabilizan la zona lumbopélvica, como los glúteos y el core.
Cómo hacerlo:
Beneficios: Mejora la estabilidad de la pelvis y descarga la zona lumbar.
La ciática puede ser debilitante, pero en muchos casos la prevención y el movimiento controlado son la mejor medicina. Estos ejercicios, practicados de forma regular y consciente, no solo pueden ayudarte a aliviar el dolor, sino también a prevenir recaídas y mejorar tu calidad de vida.
Eso sí, escucha siempre a tu cuerpo: si algún ejercicio te provoca más dolor o molestias intensas, es preferible detenerlo y consultar con un fisioterapeuta. Un enfoque personalizado siempre será más eficaz. La constancia, junto con una buena higiene postural y el fortalecimiento progresivo, marcarán la diferencia.
La publicación del presente artículo en el Sitio Web de Doctoralia se hace bajo autorización expresa por parte del autor. Todos los contenidos del sitio web se encuentran debidamente protegidos por la normativa de propiedad intelectual e industrial.
El Sitio Web de Doctoralia Internet S.L. no contiene consejos médicos. El contenido de esta página y de los textos, gráficos, imágenes y otro material han sido creados únicamente con propósitos informativos, y no para sustituir consejos, diagnósticos o tratamientos médicos. Ante cualquier duda con respecto a un problema médico consulta con un especialista.