Desde hará unos años mi relación padre hijo se ha ido deteriorando ya que no soporta que no esté nun

Entiendo que esta situación está siendo extremadamente dolorosa y frustrante para ti. Ver cómo la relación con tu hijo se ha deteriorado, sumado a las agresiones verbales y los momentos de ira que has vivido, puede hacerte sentir incomprendido, impotente y con la sensación de estar perdiendo un vínculo que amas profundamente. Vamos a desglosar los puntos clave y ofrecerte claridad sobre cómo se enfoca el trabajo del psicólogo y qué pasos puedes tomar para abordar esta situación.

Primero, es importante entender que el trabajo de un psicólogo con tu hijo es confidencial y, en la mayoría de los casos, se centra exclusivamente en lo que el paciente quiera compartir. Esto no significa que el terapeuta esté validando todo lo que dice tu hijo ni que esté tomando su versión como la única verdad. La terapia es un espacio para que él pueda explorar sus emociones, pensamientos y vivencias, y a partir de ahí trabajar en su bienestar. El hecho de que el psicólogo no te haya contactado no implica que no esté haciendo un buen trabajo, sino que está respetando los límites éticos y de confidencialidad.

Dicho esto, entiendo perfectamente tu preocupación sobre la posibilidad de que tu hijo esté ofreciendo una versión sesgada de los hechos y que eso limite el progreso en su tratamiento. Los conflictos familiares no suelen tener una única causa o culpable, y lo más común es que ambos lados tengan emociones y experiencias válidas que necesitan ser escuchadas. Sería ideal que en algún punto, si el psicólogo de tu hijo lo considera oportuno y tu hijo está de acuerdo, pueda abrirse un espacio para terapia familiar, ya que la relación entre ambos es un aspecto crucial de su bienestar emocional.

Respecto a la conducta de tu hijo, es evidente que está lidiando con una gran carga de autoexigencia, que ha derivado en ansiedad, frustración y episodios de ira descontrolada. La perfección académica que ha perseguido parece haberle pasado una factura emocional importante. Esta autoexigencia, cuando no se gestiona de manera saludable, puede crear un círculo vicioso de baja autoestima, miedo al fracaso y necesidad constante de validación externa, lo que desencadena conductas impulsivas y reacciones desproporcionadas.

Es importante que intentes no tomarte sus ataques de manera personal, por más difíciles y dolorosos que sean. Sus palabras e insultos probablemente sean una forma de proyectar su malestar interno, y aunque no justifica su comportamiento, es crucial entender que sus emociones están desbordadas. La prioridad aquí es desescalar los conflictos y buscar momentos de calma para poder reconectar desde el respeto.

Finalmente, es importante que tengas paciencia contigo mismo y con tu hijo. Las relaciones familiares son complejas, y más aún cuando hay heridas emocionales que necesitan tiempo y espacio para sanar. Con el enfoque adecuado y el deseo mutuo de mejorar la relación, hay esperanza de que puedan reconstruir ese vínculo tan valioso.

Siento lo que estás viviendo; es evidente que te importa mucho el bienestar de tu hijo. En terapia, es común que el psicólogo trabaje desde la perspectiva del paciente, respetando su confidencialidad, sobre todo en adultos como tu hijo. Sin embargo, si el conflicto familiar es clave, el terapeuta podría proponer incluir a otros, siempre con el consentimiento de él.

Mientras tanto, cuidar tu propio bienestar es fundamental. Podrías buscar apoyo para gestionar tus emociones y mejorar la comunicación con él. Tu amor y deseo de que sane son un gran paso para reconstruir la relación.

Hola! Entiendo perfectamente lo doloroso y complejo que debe ser para ti todo lo que estás viviendo con tu hijo. Es una situación difícil para todos los involucrados, y es natural que sientas una gran preocupación por su bienestar, así como por tu propia salud emocional.
Con respecto a tu pregunta sobre el trabajo del psicólogo, es importante tener en cuenta que, cuando una persona acude a terapia, el terapeuta se enfoca en escuchar su versión de la realidad, ya que el objetivo principal es ayudarle a procesar sus emociones y encontrar formas de manejar sus dificultades. El psicólogo no está allí para juzgar a los padres ni a los hijos, ni para decir quién tiene razón o quién está equivocado. Lo que se busca es ayudar a la persona a comprender y gestionar lo que está viviendo, sin importar si su visión de los hechos coincide con la de otras personas.
En este sentido, que el psicólogo se enfoque en escuchar a tu hijo no es una forma de desestimar tu versión, sino más bien una forma de permitirle expresar sus emociones y pensamientos sin sentirse juzgado. Es probable que tu hijo esté viviendo una realidad interna que le resulta difícil de manejar, y el terapeuta debe apoyarlo en entenderla mejor y en encontrar herramientas para mejorar su salud emocional.
Eso sí, es completamente válido que te sientas preocupado por cómo se está desarrollando el proceso terapéutico. Puede ser útil plantear tus dudas directamente con el psicólogo de tu hijo, para expresar tus preocupaciones sobre la situación y aclarar cómo podrías colaborar en el proceso de manera constructiva. A veces, los psicólogos realizan sesiones familiares o incluso ofrecen espacios para hablar con los padres, siempre con el objetivo de que todos los miembros de la familia puedan trabajar hacia una mejor convivencia y comprensión mutua.
Por otro lado, también es importante que busques apoyo para ti mismo. Gestionar una situación tan compleja, con un hijo que atraviesa momentos difíciles y una relación que se ha tensado tanto, puede ser abrumador. Hablar con un profesional puede ayudarte a entender mejor tus propios sentimientos y encontrar maneras saludables de afrontar esta situación.
Lo más importante es que tu hijo reciba el apoyo adecuado para superar su malestar emocional, y también que tú encuentres el espacio necesario para cuidar de tu bienestar y de la relación con él.

Lamento mucho la situación tan difícil que estás viviendo con tu hijo. Es natural que sientas preocupación y dolor al ver el deterioro de vuestra relación y la intensidad de sus reacciones. Aquí algunos puntos que pueden arrojarte un poco de luz:

1. **Proceso terapéutico individual**: Es común que los psicólogos comiencen trabajando individualmente con el paciente antes de involucrar a otros miembros de la familia. Esto permite que el paciente exprese sus emociones y pensamientos sin sentir presión externa.

2. **Versión de los hechos**: Aunque en un primer momento el psicólogo escuche solo a tu hijo, es probable que en etapas posteriores se incluya a otros miembros de la familia, sobre todo si la relación familiar es un factor importante en su bienestar psicológico.

3. **Confianza en el proceso terapéutico**: Ten en cuenta que el objetivo del psicólogo es ayudar a tu hijo a comprender y manejar sus emociones. A medida que él se sienta más seguro y estable, es posible que el psicólogo sugiera sesiones familiares para abordar los problemas desde una perspectiva más amplia.

4. **Comunicación con el psicólogo**: Si te sientes excluido o preocupado por el enfoque del tratamiento, podrías considerar comunicarte directamente con el psicólogo, expresando tus inquietudes y tu deseo de colaborar en el proceso de recuperación de tu hijo.

5. **Apoyo profesional para ti**: Esta situación también está afectándote emocionalmente. Considera buscar apoyo psicológico para ti mismo, lo que te proporcionará estrategias para manejar tus propias emociones y afrontar esta difícil etapa.

Recuerda que el objetivo principal es el bienestar de tu hijo, y a través de la paciencia, el amor y el apoyo profesional, hay esperanzas de que él pueda mejorar y reconstruir vuestra relación.

Lamento mucho la situación que estás viviendo, es comprensible que te sientas preocupado y confundido. Te respondo desde una perspectiva psicológica:
Es común que en terapia individual, especialmente con adultos (tu hijo tiene 19 años), el enfoque sea en el bienestar del paciente y su percepción de los hechos, ya que el objetivo principal es trabajar con su experiencia y emociones. Esto no significa que el psicólogo esté ignorando otras perspectivas, sino que está priorizando la construcción de un espacio seguro para que tu hijo se abra y comience a sanar.
Sin embargo, en situaciones familiares tan complejas, como las que describes, puede ser muy útil considerar terapia familiar. Este enfoque permite a todos los miembros expresar su experiencia, trabajar en la comunicación y resolver conflictos desde un lugar de empatía y entendimiento mutuo.
Tu preocupación y deseo de que tu hijo mejore muestran cuánto te importa su bienestar. Sería ideal que, en paralelo, busques un espacio para ti donde puedas procesar tus propias emociones y recibir herramientas para manejar estas situaciones difíciles. Esto no solo te ayudará a cuidar de ti, sino que también fortalecerá tu relación con él a largo plazo.

Lamento mucho la situación que describes, es evidente que tanto tú como tu hijo están atravesando un momento muy doloroso y complejo. El comportamiento de tu hijo parece estar marcado por una gran presión interna, probablemente derivada de sus expectativas y las que percibe de su entorno, lo cual está afectando gravemente su salud mental. Las reacciones de ira, los ataques de frustración y la tendencia a ver las situaciones de manera distorsionada son indicativos de un profundo malestar emocional.

En cuanto a tu pregunta sobre el rol del psicólogo, es bastante común que en la terapia individual, especialmente con adultos jóvenes, el profesional se enfoque primero en escuchar a la persona que está recibiendo el tratamiento. Esto se debe a que el proceso terapéutico está diseñado para que la persona explore sus propios pensamientos, emociones y perspectivas en un entorno seguro, sin juicios externos. Sin embargo, en casos como el tuyo, en los que existe una distorsión de la realidad o falta de comprensión entre las partes involucradas, es altamente recomendable que el psicólogo también tome en cuenta las perspectivas de ambos padres para tener una visión más completa de la situación. De esta forma, podría ofrecer un enfoque más equilibrado y útil tanto para tu hijo como para ti.

El hecho de que el psicólogo no te haya contactado aún no significa que no esté teniendo en cuenta tu situación. Sin embargo, sería adecuado que lo comentaras con él directamente. Es posible que él o ella puedan organizar una sesión familiar o invitarte a una consulta para discutir las dinámicas familiares y cómo pueden mejorar la relación con tu hijo.

Lo que más importa en este momento es que tu hijo reciba el apoyo adecuado para sanar y manejar sus emociones de una manera saludable. Es importante que no dejes de expresar tu deseo de ayudarle y que sigas buscando la manera de hacerlo, incluso si la comunicación entre ustedes está siendo difícil. En PSYAMM, a través de Doctoralia.es, también podemos ofrecerte apoyo y orientación para manejar esta situación de la mejor manera posible, tanto para ti como para tu hijo.

Entiendo que te preocupe cómo está enfocada la terapia de tu hijo, especialmente cuando quieres lo mejor para él y mejorar la relación entre vosotros. Es importante saber que cada psicólogo trabaja de manera diferente: algunos se centran exclusivamente en lo que el paciente comparte, mientras que otros optan por un enfoque más integrador, incluyendo las perspectivas de las personas cercanas cuando lo consideran necesario.

Lo importante aquí no es si lo que tu hijo cuenta al psicólogo es fiel a la realidad desde tu punto de vista, ya que la terapia no se basa en juzgar quién tiene razón, sino en ayudar a tu hijo a procesar sus emociones y sus experiencias de la manera que lo ayude a sentirse mejor. Aunque pueda ser útil que el psicólogo conozca otras perspectivas, como la tuya, también es necesario darle espacio al profesional para decidir cuándo y cómo esto sería apropiado.

No sabemos exactamente por lo que tu hijo está pasando, pero lo que realmente importa es que la terapia le ayude a mejorar su estado emocional. Si el tratamiento lo ayuda a manejar su ansiedad, sus frustraciones y su relación consigo mismo, con el tiempo eso también repercutirá positivamente en su relación contigo y con el resto de la familia.

Por ahora, te animo a que confíes en el proceso y sigas mostrando tu amor y disposición para apoyarlo. Puede ser un camino largo y difícil, pero el hecho de que estés preocupado por él demuestra cuánto te importa y lo mucho que deseas que las cosas mejoren para ambos.

Por otro lado, es importante que sigas cuidándote emocionalmente en este proceso, porque también estás viviendo un gran desgaste. Busca apoyo para ti, ya sea a través de un profesional o alguien de confianza, para ayudarte a manejar esta situación tan compleja.

Buenas tardes, primero de todo, siento mucho leer que estás pasando por esta situación. Imagino que debes estar viviendo esto con una gran mezcla de emociones, desde la preocupación, a la frustración y la impotencia de no poder ayudar o ser partícipe en el proceso de tu hijo. Sin embargo, pase a lo difícil que pueda resultar en este momento, te invito a ser paciente. Es cierto que sería interesante que puedas hablar con el profesional que está llevando el caso de tu hijo y te animo a que manifiestes tu deseo de poder hablarlo. No obstante, el momento en que esto sucederá dependerá de lo que observe el profesional. Por el momento, también te animo a que trabajes por ti mismo estas emociones que puedas estar viviendo, que hables con un/a profesional que te pueda dar herramientas para que no estés solo y puedas gestionar esta situación con más calma y distancia.

Estimado consultante,

muchas gracias por su pregunta. Parece una situación complicada, ya que hay varias personas (y emociones) implicadas. Necesitaríamos ver en varias sesiones cómo ha ido evolucionando el problema a lo largo del tiempo, para poder entenderlo correctamente y darle herramientas psicológicas para afrontarlo. Es difícil hacer un análisis detallado de la situación sin esto (cada situación es única). Le animo a acudir a sesiones para poder estudiar esto en detalle.

Le envío un afectuoso saludo, le deseo suerte en el proceso y estoy a su disposición si lo necesita.

José González

Hola. No se puede calificar de "normal" lo que ocurre en la relación co su hijo. Pueden ser normales las discusiones, los gritos -a veces-, el estar unos días con enfado, etc. Pero lo que describe, sin duda, es motivo para buscar una solución. No sé por qué el psicólogo de su hijo no ha contactado con usted, pero si yo fuera el psicólogo de su hijo -no es el caso- le sugeriría que pudiera hablar yo con usted. Si él me dijera que no, para mi sería un motivo para no hacerlo. Lo que sirva para se hijo confíe en este profesional es bueno mantenerlo, y romper la confianza puede estropearlo. Insisto en que no conozco el motivo, pero esta es la posibilidad que se me ocurre. Veo que está usted sufriendo mucho por lo que ocurre, y es muy comprensible, y espero que la relación con su hijo se pueda ir recuperando. Si puedo ayudarle en algo en particular, estoy a su disposición.

Siento mucho que estés pasando por esta situación tan difícil. Las dinámicas familiares, especialmente cuando hay tensión y conflictos emocionales intensos, pueden ser abrumadoras y desgastantes. Voy a ofrecerte algunos puntos clave para abordar esta situación:

1. Reconocer el problema

Es evidente que tanto tú como tu hijo están pasando por momentos emocionalmente desafiantes. Él está lidiando con una combinación de ansiedad, autoexigencia extrema y posibles problemas emocionales, mientras tú estás enfrentando el dolor de la desconexión y el conflicto.

La falta de respeto y los insultos no son aceptables, pero pueden ser síntomas de que él está sufriendo y no sabe cómo manejar sus emociones.


2. Entender su perspectiva (sin justificar)

A los 19 años, está en una etapa de transición hacia la adultez, lo que puede ser abrumador si siente que no cumple con sus propias expectativas o si está lidiando con un perfeccionismo insano.

La ansiedad, la depresión y la frustración acumulada pueden estar haciendo que actúe de formas impulsivas, proyectando su dolor hacia los demás.


3. Poner límites claros y respetuosos

Aunque esté pasando por dificultades, es importante establecer límites sobre el respeto mutuo en la comunicación.

Habla con él en un momento de calma y dile algo como:
“Sé que estás pasando por un momento difícil y quiero apoyarte, pero no voy a aceptar insultos ni gritos. Estoy dispuesto/a a hablar contigo cuando estés calmado.”


4. Buscar ayuda profesional

Para él: Es esencial que reciba apoyo psicológico para manejar su ansiedad, depresión y posibles problemas subyacentes. La terapia puede ayudarle a entender y regular sus emociones.

Para la familia: Considera la posibilidad de terapia familiar para mejorar la comunicación y trabajar en la dinámica padre-hijo.


5. Cuidarte a ti mismo

Este tipo de conflictos son emocionalmente agotadores. Busca apoyo en alguien de confianza o incluso en un terapeuta para procesar tus propios sentimientos y fortalecer tu bienestar emocional.

Dedica tiempo a actividades que te ayuden a relajarte y desconectarte del estrés.


6. Hablar con su madre (si es posible)

Aunque ella considere que "son cosas de la edad," es importante que ambos padres estén alineados en cómo abordar la situación. Minimizar el problema podría hacer que las cosas empeoren.


7. Medidas de seguridad

Si en algún momento sientes que hay riesgo de violencia física, busca apoyo inmediato. Habla con un profesional o incluso con las autoridades locales si la situación se descontrola.



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Si necesitas ayuda más personalizada para manejar esta relación y encontrar formas de comunicarte con él, podríamos trabajar juntos en una consulta. Este tipo de conflictos familiares tienen solución, pero requieren apoyo adecuado y una estrategia clara. Estoy aquí para ayudarte.

Buenas tardes consultante anónimo. Le voy a responder a dos cuestiones como psicólogo, en referente al papel que pueda estar desempeñando mi compañero y la dificultad que comenta en la relación con su hijo.

Procedo con el primer punto: En primer lugar hay ciertas cuestiones ético-legales a tener en cuenta. Primero su hijo al tener 19 años es el principal sujeto de consentimiento y quien tiene los derechos y deberes legales de la terapia, al margen de los objetivos terapéuticos que hayan acordado, mi compañero, para consultarle usted cualquier tema o incluso involucrarse en la terapia, necesita el consentimiento expreso de su hijo. La figura del psicólogo no es de mediación en estos casos.

Por otra parte y en un segundo punto, si la relación con su hijo lleva en deterioro durante muchos años es complicado "acertar" a la hora de acercarse a interactuar. En este caso le aconsejaría mucha paciencia para no entrar en las discusiones y facilitar oportunidades de conexión, dejando siempre la libertad de su hijo a querer aceptarla. Por poner una metáfora, tender la mano y aceptar que la rechace o la golpee, pero no atacar y seguir tendiéndola hasta que la vaya cogiendo.

Espero que le sea de utilidad.