Mi marido bebe hasta perder el conocimiento, lo he llevado al neurólogo pero entró solo a la consulta.

La única situación que puedes mejorar es la tuya. Si tu marido bebe de ese modo y no quiere ser tratado, no hay nada que puedas hacer al respecto. Si además, como dices, ahora se ha puesto agresivo. Cuídate tú porque él no lo va a hacer.
Como último recurso, cuando esté sobrio ofrécele tu ayuda, ofrécele a acompañarlo a una terapia grupal, tipo Alcohólicos Anónimos. Si no quiere, lo dicho: cuidate tú.
Lamento no poder decirte algo más esperanzador.

Lo primero es convencerle de que tiene un problema y a partir de ahí un tratamiento. Si él no está convencido y motivado, una persona con este problema realmente mejora. Quizá has de centrarte en motivarle para el cambio.
Quizá un profesional una vez le cuentes los pormenores de la situación puede ayudarte en una primera etapa y darte recursos para motivarle a él.
Si tienes alguna consulta más, no dudes en ponerte en contacto.
Un saludo.
Martín.

¿El resultado a la visita del neurólogo fue bien?
En lo referente al alcoholismo que presenta tu marido, el único que puede ayudarse es él mismo.
Evidentemente que puedes hablar con él cuando no haya bebido y plantearle la situación para saber qué piensa él. Si realmente ve que es un problema y decide pedir ayuda a un profesional, bríndale tu apoyo, siempre y cuando no sea agresivo contigo.
Espero haberte ayudado.

El alcoholismo es una enfermedad grave con implicaciones directas para el sistema familiar. El alcohólico busca de manera incosciente la autodestrucción, enmascara sus sentimientos depresivos y de impotencia con el estado de embriaguez, evitando afrontar de forma adulta y consciente sus problemas y por tanto, no los resuelve. Son los familiares los que tienden a hacerse cargo de cuidar lo que ellos no cuidan, a compensar sus ausencias y a llorar sus errores, se convierten simbólicamente en sus padres y desde ahí se mantiene el desorden. Por desgracia muchas personas con alcoholismo deciden pedir ayuda cuando han perdido todos sus apoyos, cuando el único camino han de tomarlo solos. No podemos obligar a nadie a ser ayudado y la tarea de convencerle de que tiene un problema es poco efectiva porque su tendencia es evitar el contacto con la realidad. A veces la única opción es salvarse a uno mismo y permitir que el otro aprenda a cuidarse, podemos ser la red de apoyo, pero nunca salvadores.

Entiendo el vínculo que te une a él pero es necesario que puedas cuidarte. Las mujeres solemos asumir desde nuestras educación en género el rol de cuidadoras ytenemoa fantasías del tipo “ si me quiere y le ayudo cambiará”. El convivir con una persona con problemas de alcoholismo tiene conswcuencias en el cuidador y debes valorar el grado de exposición a situaciones de violencia que pueden hacerte daño. La ayuda de un profesional especializado té ayudará a hacer esa valoración ya que muchas veces al estar metidos en el problema no vemos los riesgos de La situación. Te animo a consultar