La ecografía morfológica de la semana 20 es una prueba diagnóstica fundamental en el seguimiento del embarazo. Realizada alrededor de la vigésima semana de gestación, esta ecografía permite evaluar detalladamente la anatomía del feto, detectando posibles anomalías estructurales y confirmando el correcto desarrollo de los órganos y sistemas. Además, proporciona información valiosa sobre la placenta, el líquido amniótico y el crecimiento fetal. La importancia de esta ecografía radica en su capacidad para identificar problemas que podrían requerir intervenciones médicas tempranas, garantizando así un mejor pronóstico tanto para la madre como para el bebé.