Aracnofobia: Cómo superar el miedo a las arañas de manera efectiva

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La primera pregunta es la más importante de todas. ¿Por qué tendrías que superar este miedo? La respuesta a esa pregunta será el eje fundamental de todo el artículo. Nada de lo que hagamos a continuación tendrá sentido si no la contestamos primero. ¿Por qué? El miedo a las arañas, y la consiguiente evitación, no son necesariamente un problema. Es una forma más de estar en el mundo. No querer enfrentarse a las arañas no tiene nada de malo, salvo que… esté interfiriendo de manera que esté restándote calidad de vida.

Así que la pregunta se vuelve una cuestión de fondo, una motivación que va a guiarte a lo largo de todo el proceso. ¿Qué es lo que está viéndose afectado por el miedo a las arañas? Quizá quieras pasar más tiempo en la naturaleza, disfrutar de sus beneficios, y debido a ese miedo no lo haces. Quizá estés evitando planes con amistades en casas rurales, y el miedo está haciendo que no disfrutes de esas experiencias. Quizá tu trabajo implique estar en posible contacto con ellas. Hay miles de motivaciones posibles: encuentra la tuya, porque ese es el anclaje a todo lo que viene a continuación.

¿Qué siente tu cuerpo al pensar en una araña? Comprendiendo la aracnofobia desde dentro

Las arañas son pequeños artrópodos que habitan en numerosos lugares, tanto en zonas rurales como urbanas. A veces nos encontramos con ellas en espacios donde no lo esperábamos, y empiezan a generar sensaciones, muchas veces desagradables. ¿Eres capaz de identificar qué es lo que te generan estos arácnidos?

Si has llegado en la lectura hasta aquí, te has expuesto ya varias veces a la palabra “araña”, por lo que es bastante probable que se hayan activado en ti muchas sensaciones y emociones, probablemente también pensamientos. Presta atención a estas sensaciones. ¿Notas algo? Quizá un picor, un escalofrío, una zona de tu cuerpo en la que sube la temperatura.

Solamente leyendo es posible traer al presente esas sensaciones desagradables. Esto es lo que utilizaremos para el tratamiento.

Cómo empezar a perder el miedo a las arañas: ejercicios de exposición controlada

Has detectado que hay algo que está en juego. Hay un coste que el miedo está teniendo: experiencias que estás dejando de vivir precisamente por estar huyendo de las sensaciones que tienes. Sin embargo, has decidido que es el momento de parar, de hacer algo diferente. En este artículo vamos a hacerlo. Si quieres dejar de tener miedo a las arañas, será necesario atravesar ese miedo, porque cada vez que huyes de él estás permitiendo que exista como un mandato, uno que te dice… por aquí no vas a pasar. Esto está limitando lo que respondiste al inicio.

Si quieres atravesar el miedo, será necesario exponerte a él. Pero no exponerte de cualquier manera, sino hacerlo de forma que tenga sentido. Y ese sentido se lo has puesto tú al contestar a lo que estás dejando de vivir.

Uno de los aspectos más útiles es que te des cuenta de que, si has llegado hasta este párrafo, ya estás atravesando el miedo. Ya estás empezando a superar el miedo a las arañas. ¿Por qué? Porque cada vez que he utilizado el término “araña”, hemos estado trayendo a tu presente la imagen de estos artrópodos, y cada vez que los has imaginado, te has expuesto a ellos. Presta atención a esas sensaciones. Si lo haces, estarás atravesando el miedo. Esto es lo que se llama una exposición en imaginación, y en este caso, la estás haciendo a través de las palabras.

Ahora, ¿quieres llevarlo a un segundo nivel? Entonces podemos seguir aumentando la dificultad. No lo hagas solo hablando y observando las sensaciones, emociones y pensamientos que se producen. Hazlo también conectando otros sentidos. Busca en internet imágenes de arácnidos y quédate observándolos. Sin juicio, simplemente mira aquello que has estado evitando, pero esta vez intenta prestar atención a los detalles físicos de esos insectos: fíjate en los colores, en la forma, en dónde están. Ahora presta atención a lo que estás sintiendo, pero no lo evites. En este nivel estarás conectando con la vista.

Si te has mantenido hasta aquí, ya estás yendo en la dirección que buscabas. Y no te olvides de que todo esto tiene sentido porque, debido al miedo a las arañas, has estado evitando justo eso que anotaste al inicio del artículo.

Llevar la exposición un paso más allá

¿Te gustaría ir un paso más allá? En ese caso, quizá puedas conectar más sentidos. Hemos pasado del pensamiento a la vista, y ahora podemos conectar la vista a un nivel más profundo y el oído. Pon algún vídeo en el que haya alguna araña, alguno que quizá no te cause tantas sensaciones, que te permita sostenerlo y repite el ejercicio. De esta manera irás exponiéndote paulatinamente. Recuerda que estás sosteniendo todo esto porque hay algo que quieres en tu vida.

En este momento, ¿te gustaría ir incluso un paso más? Puedes seguir conectando más sentidos, poco a poco, y esta vez ir a algún lugar físico donde haya una araña, haciendo lo que habías hecho antes, prestando atención a todas estas sensaciones sin escapar de ello.

De nuevo, si has llegado a este punto, enhorabuena, porque en tan solo unos minutos de lectura has empezado una intervención psicológica. Recuerda, otra vez, que todo esto tiene un sentido: estás dejando de vivir experiencias que realmente quieres por el miedo, por eso atravesar ese miedo tiene sentido. Si no, ¿para qué exponerse a algo molesto?

Si sientes que quieres ir un paso más allá, pero las sensaciones y emociones te desbordan, recuerda que siempre puedes pedir ayuda a un psicólogo y que te acompañe paso a paso, de manera controlada y paulatina. El objetivo es aumentar tu calidad de vida con pequeños pasos.

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