Claudia Castilla
Especialista en Contenido Médico
Especialista en Contenido Médico
Durante los días de altas temperaturas, las personas mayores son uno de los grupos con mayor riesgo de sufrir un golpe de calor. Su capacidad para regular la temperatura corporal disminuye con la edad, y muchas veces no perciben los síntomas a tiempo.
En este artículo te explicamos por qué el golpe de calor es más peligroso en personas mayores, cuáles son los signos de alarma y cómo prevenirlo.
El golpe de calor es una urgencia médica provocada por un fallo en la regulación térmica del cuerpo, lo que lleva a una elevación brusca de la temperatura corporal (por encima de los 40 °C). Si no se trata rápidamente, puede causar daño neurológico, fallo multiorgánico o incluso la muerte.
A medida que envejecemos, el cuerpo pierde eficiencia para adaptarse al calor. Estos son algunos factores que aumentan el riesgo en adultos mayores:
Disminución del reflejo de la sed, lo que favorece la deshidratación.
Menor sudoración, lo que dificulta disipar el calor corporal.
Uso de ciertos medicamentos, como diuréticos, antihipertensivos o neurolépticos, que afectan la regulación térmica.
Presencia de enfermedades crónicas (diabetes, enfermedades cardíacas, respiratorias, etc.).
Movilidad reducida o dependencia, que puede dificultar hidratarse o buscar lugares frescos.
Aislamiento social, que limita la detección temprana de síntomas por parte de familiares o cuidadores.
A medida que envejecemos, el cuerpo pierde eficiencia para adaptarse al calor.Los síntomas pueden aparecer de forma gradual o repentina. Es fundamental detectarlos a tiempo:
Temperatura corporal muy alta (más de 40 °C)
Piel caliente, seca o enrojecida (sin sudor)
Mareos o desorientación
Dolor de cabeza
Náuseas o vómitos
Respiración rápida y pulso acelerado
Somnolencia o pérdida de conciencia
En casos graves: convulsiones o delirio
La prevención comienza con medidas simples, pero efectivas:
Asegúrate de que beban agua regularmente, aunque no tengan sed.
Evita la exposición al sol entre las 12 h y las 17 h.
Usa ropa ligera, gorros y protección solar.
Mantén el hogar ventilado, con ventilador o aire acondicionado.
Haz seguimiento diario a personas mayores que vivan solas.
Ofréceles comidas ligeras y frescas (evitar comidas copiosas y calientes).
Reduce actividades físicas durante las horas de más calor.
Si la persona mayor tiene movilidad reducida o está encamada:
Hidrátala de forma regular aunque no lo pida.
Controla la temperatura corporal con frecuencia.
Asegúrate de que el entorno esté fresco.
Programa recordatorios o alarmas para ofrecer líquidos cada cierto tiempo.
El golpe de calor es particularmente peligroso en personas mayores, pero puede prevenirse si se toman precauciones adecuadas. Familiares, cuidadores y profesionales de la salud tienen un papel clave en la detección temprana y la prevención activa.
La información, la observación y una buena hidratación pueden salvar vidas durante una ola de calor. No dudes en hablar con un médico general si tienes dudas.
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