Lucía Cortés Hevia-Aza

Desde la perspectiva EMDR los problemas psicológicos se generan debido a experiencias que nuestro cerebro no es capaz de asimilar. Esto ocurre debido a la intensidad emocional de dichas experiencias o a la falta de recursos que tengamos en ese momento (por ejemplo, si ciertas situaciones ocurren en momentos del desarrollo en que no tenemos habilidades para afrontarlas, como son por ejemplo edades tempranas). Dichos recuerdos se queda bloqueados, atascados en el sistema nervioso y los aprendizajes (o dinámicas) que aprendimos de esas situaciones se repiten una y otra vez. Sabemos dónde está la salida, pero por algún motivo no podemos ir hacia ella: nos aislamos, no hacemos cosas que sabemos que nos ayudarían… pero nada cambia realmente. Lo que hace EMDR es activar el sistema innato de procesamiento de la información del cerebro, esto es, la capacidad de autocuración que nuestra mente tiene. El paciente y el terapeuta localizarán las experiencias clave que se conectan con el problema actual, accederán a esos recuerdos y las creencias, emociones y sensaciones que los acompañan, y ayudarán al cerebro a desbloquear esa información, procesarla e integrarla. Usamos muchos elementos, pero uno de ellos son los movimientos oculares, los sonidos bilaterales o estimulación táctil alternante. (Texto adaptado de La terapia EMDR | Anabel Gonzalez).

Desde la perspectiva EMDR los problemas psicológicos se generan debido a experiencias que nuestro cerebro no es capaz de asimilar. Esto ocurre debido a la intensidad emocional de dichas experiencias o a la falta de recursos que tengamos en ese momento (por ejemplo, si ciertas situaciones ocurren en momentos del desarrollo en que no tenemos habilidades para afrontarlas, como son por ejemplo edades tempranas). Dichos recuerdos se queda bloqueados, atascados en el sistema nervioso y los aprendizajes (o dinámicas) que aprendimos de esas situaciones se repiten una y otra vez. Sabemos dónde está la salida, pero por algún motivo no podemos ir hacia ella: nos aislamos, no hacemos cosas que sabemos que nos ayudarían… pero nada cambia realmente. Lo que hace EMDR es activar el sistema innato de procesamiento de la información del cerebro, esto es, la capacidad de autocuración que nuestra mente tiene. El paciente y el terapeuta localizarán las experiencias clave que se conectan con el problema actual, accederán a esos recuerdos y las creencias, emociones y sensaciones que los acompañan, y ayudarán al cerebro a desbloquear esa información, procesarla e integrarla. Usamos muchos elementos, pero uno de ellos son los movimientos oculares, los sonidos bilaterales o estimulación táctil alternante. (Texto adaptado de La terapia EMDR | Anabel Gonzalez).

Desde la perspectiva EMDR los problemas psicológicos se generan debido a experiencias que nuestro cerebro no es capaz de asimilar. Esto ocurre debido a la intensidad emocional de dichas experiencias o a la falta de recursos que tengamos en ese momento (por ejemplo, si ciertas situaciones ocurren en momentos del desarrollo en que no tenemos habilidades para afrontarlas, como son por ejemplo edades tempranas). Dichos recuerdos se queda bloqueados, atascados en el sistema nervioso y los aprendizajes (o dinámicas) que aprendimos de esas situaciones se repiten una y otra vez. Sabemos dónde está la salida, pero por algún motivo no podemos ir hacia ella: nos aislamos, no hacemos cosas que sabemos que nos ayudarían… pero nada cambia realmente. Lo que hace EMDR es activar el sistema innato de procesamiento de la información del cerebro, esto es, la capacidad de autocuración que nuestra mente tiene. El paciente y el terapeuta localizarán las experiencias clave que se conectan con el problema actual, accederán a esos recuerdos y las creencias, emociones y sensaciones que los acompañan, y ayudarán al cerebro a desbloquear esa información, procesarla e integrarla. Usamos muchos elementos, pero uno de ellos son los movimientos oculares, los sonidos bilaterales o estimulación táctil alternante. (Texto adaptado de La terapia EMDR | Anabel Gonzalez).

Desde la perspectiva EMDR los problemas psicológicos se generan debido a experiencias que nuestro cerebro no es capaz de asimilar. Esto ocurre debido a la intensidad emocional de dichas experiencias o a la falta de recursos que tengamos en ese momento (por ejemplo, si ciertas situaciones ocurren en momentos del desarrollo en que no tenemos habilidades para afrontarlas, como son por ejemplo edades tempranas). Dichos recuerdos se queda bloqueados, atascados en el sistema nervioso y los aprendizajes (o dinámicas) que aprendimos de esas situaciones se repiten una y otra vez. Sabemos dónde está la salida, pero por algún motivo no podemos ir hacia ella: nos aislamos, no hacemos cosas que sabemos que nos ayudarían… pero nada cambia realmente. Lo que hace EMDR es activar el sistema innato de procesamiento de la información del cerebro, esto es, la capacidad de autocuración que nuestra mente tiene. El paciente y el terapeuta localizarán las experiencias clave que se conectan con el problema actual, accederán a esos recuerdos y las creencias, emociones y sensaciones que los acompañan, y ayudarán al cerebro a desbloquear esa información, procesarla e integrarla. Usamos muchos elementos, pero uno de ellos son los movimientos oculares, los sonidos bilaterales o estimulación táctil alternante. (Texto adaptado de La terapia EMDR | Anabel Gonzalez).

Desde la perspectiva EMDR los problemas psicológicos se generan debido a experiencias que nuestro cerebro no es capaz de asimilar. Esto ocurre debido a la intensidad emocional de dichas experiencias o a la falta de recursos que tengamos en ese momento (por ejemplo, si ciertas situaciones ocurren en momentos del desarrollo en que no tenemos habilidades para afrontarlas, como son por ejemplo edades tempranas). Dichos recuerdos se queda bloqueados, atascados en el sistema nervioso y los aprendizajes (o dinámicas) que aprendimos de esas situaciones se repiten una y otra vez. Sabemos dónde está la salida, pero por algún motivo no podemos ir hacia ella: nos aislamos, no hacemos cosas que sabemos que nos ayudarían… pero nada cambia realmente. Lo que hace EMDR es activar el sistema innato de procesamiento de la información del cerebro, esto es, la capacidad de autocuración que nuestra mente tiene. El paciente y el terapeuta localizarán las experiencias clave que se conectan con el problema actual, accederán a esos recuerdos y las creencias, emociones y sensaciones que los acompañan, y ayudarán al cerebro a desbloquear esa información, procesarla e integrarla. Usamos muchos elementos, pero uno de ellos son los movimientos oculares, los sonidos bilaterales o estimulación táctil alternante. (Texto adaptado de La terapia EMDR | Anabel Gonzalez).

Desde la perspectiva EMDR los problemas psicológicos se generan debido a experiencias que nuestro cerebro no es capaz de asimilar. Esto ocurre debido a la intensidad emocional de dichas experiencias o a la falta de recursos que tengamos en ese momento (por ejemplo, si ciertas situaciones ocurren en momentos del desarrollo en que no tenemos habilidades para afrontarlas, como son por ejemplo edades tempranas). Dichos recuerdos se queda bloqueados, atascados en el sistema nervioso y los aprendizajes (o dinámicas) que aprendimos de esas situaciones se repiten una y otra vez. Sabemos dónde está la salida, pero por algún motivo no podemos ir hacia ella: nos aislamos, no hacemos cosas que sabemos que nos ayudarían… pero nada cambia realmente. Lo que hace EMDR es activar el sistema innato de procesamiento de la información del cerebro, esto es, la capacidad de autocuración que nuestra mente tiene. El paciente y el terapeuta localizarán las experiencias clave que se conectan con el problema actual, accederán a esos recuerdos y las creencias, emociones y sensaciones que los acompañan, y ayudarán al cerebro a desbloquear esa información, procesarla e integrarla. Usamos muchos elementos, pero uno de ellos son los movimientos oculares, los sonidos bilaterales o estimulación táctil alternante. (Texto adaptado de La terapia EMDR | Anabel Gonzalez).

Desde la perspectiva EMDR los problemas psicológicos se generan debido a experiencias que nuestro cerebro no es capaz de asimilar. Esto ocurre debido a la intensidad emocional de dichas experiencias o a la falta de recursos que tengamos en ese momento (por ejemplo, si ciertas situaciones ocurren en momentos del desarrollo en que no tenemos habilidades para afrontarlas, como son por ejemplo edades tempranas). Dichos recuerdos se queda bloqueados, atascados en el sistema nervioso y los aprendizajes (o dinámicas) que aprendimos de esas situaciones se repiten una y otra vez. Sabemos dónde está la salida, pero por algún motivo no podemos ir hacia ella: nos aislamos, no hacemos cosas que sabemos que nos ayudarían… pero nada cambia realmente. Lo que hace EMDR es activar el sistema innato de procesamiento de la información del cerebro, esto es, la capacidad de autocuración que nuestra mente tiene. El paciente y el terapeuta localizarán las experiencias clave que se conectan con el problema actual, accederán a esos recuerdos y las creencias, emociones y sensaciones que los acompañan, y ayudarán al cerebro a desbloquear esa información, procesarla e integrarla. Usamos muchos elementos, pero uno de ellos son los movimientos oculares, los sonidos bilaterales o estimulación táctil alternante. (Texto adaptado de La terapia EMDR | Anabel Gonzalez).

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