La Lamotrigina pasa a la leche, llegando el niño a tener un nivel en sangre de hasta un 50% el de la madre. La Rispreidona pasa también en cantidades pequeñas a la leche y, por tanto, al lactante.
No en análisis corriente.
Salvo que se solicite al laboratorio específicamente una dosificación plasmática de Lamotrigina con fines de ajustar tratamiento por su neurólogo.