Es normal que cada vez que entro al ducharme y estoy debajo recibiendo el agua al cerrar mis ojos al

Hola, lamento mucho que estés viviendo estos episodios tan desagradables. Nuestra mente es increíblemente poderosa, pero también lo es tu capacidad para controlar y redirigir tus pensamientos. Todo parece apuntar a una respuesta de ansiedad, estar en la ducha puede producir una sensación de vulnerabilidad por eso tu mente puede estar más receptiva a la imaginación. Si estos episodios interfieren en tu bienestar emocional, deberías buscar ayuda profesional para ahondar más en profundidad sobre estos pensamientos. Un abrazo;)

Hola. Siento oir que te pasa eso. ¿Tu mente te da esos pensamientos cada vez que entras a la ducha? Una forma de que no tengan tanto poder sobre ti, es hacerles un hueco. Esos pensamientos son una parte tuya, tu eres mas grande que ellos y eres tu el que los puedes observar. Quedate observandolos como van y vienen, como si fueran hojas que pasan por un rio, no tienes que hacer nada, solo darte cuenta que van y vienen. Nota tambien que sensaciones te vienen cuando estas en la ducha, nota donde se encuentra ese miedo, como es, que forma puedes darle... esto es algo que puedes entrenar no para que estes mas tranquilo en la ducha, sino que puedas ducharte teniendo esos pensamientos presentes y sin "atarte" a ellos tanto. Un saludo.

Si te hace pasarlo mal cada día quizás sea bueno profundizar con un profesional.
Puede ser desde una somatización de un estado ansioso pero es complicado aseverar algo con tan poca información.
Gracias por tu pregunta y espero podamos ayudarte

Siento mucho el malestar de esta situación, creo que con un trabajo en terapia se puede abordar perfectamente estos pensamientos intrusivos. Un abrazo.

Hola, gracias por tu cuestión. Pueden ser miedos que se despiertan ahora que estén relacionados con la etapa infantil. No sé qué edad tienes pero sería interesante que pudieras trabajar en terapia la elaboración de estos pensamiento y poder conectarlos con algo emocional que a lo mejor pudiera haberte pasado en etapas anteriores a la que te encuentras. Espero haberte ayudado.

Buenas! Siento que estés pasando por un momento tan incómodo. Estos pensamientos que comentas pueden ser la manifestación de ansiedad o miedos que se muestra de esta forma. Quizá estás atravesando una etapa muy ansiosa, hay muchos cambios en tu vida o no te sientes bien con determinados aspectos y esta es la forma que tiene tu cuerpo de manifestar este malestar. Si es algo que persiste en el tiempo o te hace sentir muy mal, podría venirte bien trabajarlo en sesiones. Un saludo.

Más que saber si es normal o no, sería interesante explorar los miedos y por qué los desencadenan una situación concreta. La normalidad es un criterio estadístico, es mejor preguntarse "esta angustia la puedo sobrellevar o me limita parte de mi vida?", si la respuesta es sí quizás es el momento de pedir ayuda. Un abrazo

¡Buenos días! Lamento mucho por lo que estás pasando, debe ser una situación complicada. Te recomiendo que acudas a terapia para que puedan evaluarte en profundidad y podáis abordar esos pensamiento intrusivos. Un saludo y gracias.

Buenas tardes. Siento mucho por lo que estás pasando. A esta clase de pensamiento se le denominan pensamientos intrusivos recurrentes los cuales surgen de una manera inesperada y repentina. Lo importante no es cuestionar si es normal o no, si no cómo te está influenciando en tu vida, y en tu caso tal y como comentas, te está generando angustia por lo que sería significativo que se indagase en ello. Lo primero sería importante investigar la causa y la raíz de ello, pudiendo ser por estrés, ansiedad, eventos traumáticos o un largo etcétera. Luego sería conveniente ver que estrategias llevamos a cabo cuando estos aparecen, ya que en muchas ocasiones luchamos contra ellos y esto nos puede generar mayor estrés y ser contraproducente. Aceptar que están ahí y que no pueden hacernos daño es principal. Recuerda que si esto te está dificultando en tu vida diaria, siempre puedes acudir a un profesional que te guíe y te dé las herramientas necesarias para poder abordarlo de una manera más funcional.

Estoy de acuerdo con algún compañero acude a un profesional de la salud mental

Buenas tardes. Lo idóneo en esta situación, es que al estar expuesto a este tipo de episodios predominados por pensamientos intrusivos de forma continua, como respuesta a una sintomatología de carácter ansioso, es iniciar un proceso de psicoterapia para ahondar más en esta cuestión concreta, y así, poder llegar a una remisión de los síntomas.

Hola,

En complementariedad a las once respuestas dadas por mis compañera/os y en la línea de lo ya dicho aquí, su pregunta:

¿Es normal que mientras me ducho y cierro los ojos se me vengan imágenes de un tiburón gigante?

Respuesta

No

Argumentos

Las fobias más frecuentes del Homo sapiens siguen siendo, en la actualidad, peligros potenciales de la Naturaleza, de los animales o de otros seres humanos. Peligros que, a excepción del miedo a otros seres humanos, prácticamente no existen en la sociedad moderna actual, pero que eran peligros muy frecuentes en el momento del origen de nuestra especie.

Discusión

Un buen ejemplo de una no intencionada inducción a la fobia fue la película Tiburón de Spilberg. La escena en que el tiburón ataca desde las profundidades a alguien que nada en la superficie, poniendo la cámara en los ojos del depredador, fue realmente devastadora en términos de impacto emocional. Aunque no conozco ningún estudio que lo demuestre empíricamente, por mi experiencia clínica puedo atreverme a decir que dicha escena ha provocado que hoy en día miles de personas que vieron la película sean incapaces de bañarse en aguas profundas por miedo a un posible ataque del escualo.

Conclusión

Las hipótesis planteadas sobre las fobias simples –como la que relata-, los resultados de las investigaciones no confirman ninguna de ellas. Los datos de estos estudios sugieren que en su gran mayoría las fobias simples no están asociadas a ningún antecedente traumático, sino que son innatas. Sin embargo, no quiere esto decir que el aprendizaje y la experiencia infantil no tenga ningún papel.

Espero y deseo haber sido de utilidad.

Reciba un cordial saludo,

Juan José Regadera

Hola ¿qué tal? Entiendo que sabes que tus pensamientos no tienen sentido, pero no puedes evitar que te generen angustia o malestar, pero no significa que algo esté mal en ti sino que son manifestaciones de ansiedad o miedo que pueden gestionarse y disminuir con estrategias adecuadas. Si este malestar te impide ducharte con normalidad o afecta tu calidad de vida, es recomendable consultar con un profesional de la salud mental para explorar el origen y buscar recursos o tratamiento para manejarlo. Podemos verlo en consulta. Un saludo, Silvia.

Lo que describes no es un simple capricho de la imaginación, sino una manifestación de miedo y ansiedad que, por muy extraño que parezca, está conectado a un tipo de fobia.

Lo que te sucede mientras te duchas podría estar relacionado con la talasofobia o el miedo a las profundidades marinas. Tu mente asocia el agua que cae, el sonido y el espacio cerrado de la ducha con las sensaciones de inmensidad, oscuridad y lo desconocido del océano.

La conexión con tu miedo
Aunque la ducha es un espacio seguro, tu cerebro está activando una respuesta de miedo a nivel de fantasía. Las imágenes de tiburones o monstruos marinos son un reflejo de un temor más profundo, que puede ser:

Miedo a lo desconocido: El fondo del mar es un lugar que genera angustia porque es vasto, oscuro y desconocido, fuera de nuestro control.

Miedo a ser atacado o a la falta de control: La idea de un depredador que te come representa la pérdida de control y la vulnerabilidad. La ducha, al ser un lugar donde los ojos se cierran, puede potenciar esta sensación.

El hecho de que te sientas angustiado y con miedo no es anormal; es la respuesta natural de tu cuerpo ante lo que tu mente está proyectando.

¿Qué puedes hacer para manejarlo?
Enfrenta la situación gradualmente: Intenta ducharte con la puerta abierta o con algo de luz encendida. No te exijas cerrar los ojos de inmediato; hazlo de forma gradual.

Distráete: Pon música en la ducha o concéntrate en las sensaciones físicas: la temperatura del agua, el olor del jabón, el sonido que produce.

Visualización positiva: En lugar de permitir que tu mente proyecte tiburones, trata de visualizar imágenes que te den paz, como una cascada en un bosque. Al principio será difícil, pero con la práctica puedes entrenar a tu mente para que siga un camino diferente.

Busca ayuda profesional: Si este miedo es muy intenso o te impide ducharte con normalidad, te recomiendo que busques ayuda de un psicólogo. La Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) es muy efectiva para tratar las fobias. Un profesional puede guiarte para entender la raíz de tu miedo y enseñarte a gestionarlo de manera segura.

Lo que describes puede estar relacionado con una respuesta de ansiedad condicionada a un entorno específico. La ducha, aunque es un espacio cotidiano, también puede convertirse en un lugar donde el cuerpo y la mente se relajan lo suficiente como para que emerjan imágenes mentales intensas, especialmente si hay estrés acumulado o experiencias previas que hayan generado miedo en contextos similares.

Las escenas de tiburones o monstruos marinos que aparecen al cerrar los ojos podrían ser manifestaciones simbólicas de amenazas internas, inseguridades o temores que tu mente proyecta en forma de imágenes. No significa que estés perdiendo el control, sino que tu cerebro está utilizando metáforas visuales para expresar algo que emocionalmente te está afectando.

El hecho de que ocurra solo en la ducha puede deberse a que ese momento activa una sensación de vulnerabilidad: estás solo, sin distracciones, con los ojos cerrados y expuesto al agua, lo que puede generar una sensación de aislamiento o de estar “a merced” de algo. Si además hay antecedentes de ansiedad o miedo irracional, es más probable que el cerebro utilice ese espacio para liberar tensión a través de imágenes intensas.

Para aliviar esta experiencia, puede ayudarte:

– Practicar respiración consciente antes y durante la ducha.
– Mantener los ojos abiertos si el cerrar los ojos activa el miedo.
– Introducir música suave o sonidos relajantes para cambiar el foco mental.
– Visualizar escenas seguras y agradables de forma intencional.
– Hablar de esto en terapia si se vuelve recurrente o angustiante.

No estás solo en esto. Muchas personas experimentan imágenes mentales intensas en momentos de relajación o vulnerabilidad. Lo importante es entender que son producto de la mente, no una amenaza real, y que pueden trabajarse con acompañamiento adecuado.

Si lo deseas podemos profundizar un poco más en una consulta psicológica Online.