¿Que animal se emplea para extraer una válvula cardíaca biológica?

La mayoría de válvulas cardíacas biológicas (bioprótesis) se fabrican con tejido de cerdo (válvula aórtica nativa de cerdo) o bien de vaca (pericardio de vaca) y, menos frecuentemente, de otros animales como el caballo. Se suelen montar (coser) sobre una corona de soporte aunque existe un tipo de bioprótesis que no llevan este soporte rígido (son las "stentless"). Por último existe un tipo particular que es de origen humano, los denominados homoinjertos.
A todas ellas se les da un tratamiento sofisticado para, primero, desinfectarlas de cualquier posible infección transmisible.
Y también reciben un tratamiento químico para bloquear todas las proteínas y hacer que no sean detectadas por el sistema inmunitario (no hay rechazo ni putrefacción).

Las prótesis biológicas se diferencian de las mecánicas en que se fabrican con material de origen animal, el más frecuente con pericardio de origen porcino, otras veces equino. Normalmente se implantan mediante intervención quirúrgica, pero en casos seleccionados, y cada vez más frecuentemente, mediante cateterismo (percutáneas).

Las primeras válvulas artificiales, allá por los 60, eran del "animal" más parecido al hombre: otro hombre. La elección parecía lógica, lo más parecido debería ser lo mejor. Pero la realidad fue otra: duraban poco tiempo, apenas tres años. La razón parecía ser que el tratamiento al que había que someter a la válvula de un cadáver para hacerla útil a otra persona la estropeaba demasiado.
Así que se probaron otros animales, y resultó que las válvulas que mejor aguantaban el paso del tiempo eran las que procedían de tejidos de mamíferos como el caballo, la vaca y el cerdo.
En la actualidad el material más empleado es el procedente de las válvulas del cerdo. Con el avance en los métodos de tratamiento y conservación se ha conseguido que duren en torno a 15 años una vez implantadas.
En el último decenio ha resurgido el uso de válvulas humanas, pero sólo para ciertas situaciones especiales, no duran mucho más y apenas se usan en el 10% de los pacientes.