Los Potenciales Evocados Visuales (PEV) son un estudio neurofisiológico dirigido, de forma fundamental, a testar la integridad de la vía óptica, en especial del nervio óptico. La técnica es sencilla. Mientras el paciente ve unas imágenes en una pantalla, unos electrodos colocados de forma superficial en su cuero cabelludo registran la actividad eléctrica en las áreas occipitales. En función de los resultados (tiempo de latencia, forma de las ondas, asimetría entre uno y otro ojo, ...) dará información al neurólogo sobre la integridad de la vía visual o, en caso de alteración, sobre las posibles causas de la misma.