Artículos 22 junio 2023

Ejercicios para trabajar en terapia de pareja

Jose Capote Psicólogo
Jose Capote
Psicólogo

El amor no es para toda la vida

Según el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) existe una tendencia a la baja en el número de separaciones año tras año. Una tendencia que se va repitiendo de forma ininterrumpida desde el año 2015. ¿Eso quiere decir que las relaciones de pareja son cada vez más satisfactorias para ambos miembros de la misma? La respuesta es no. Cada vez son más las parejas que, desalentadas, acuden a terapia de pareja en un intento de recomponer algo que, en la mayoría de las ocasiones, hace tiempo que murió, algo que confirma la Presidente de la Asociación Española de Abogados de Familia (AEAFA), doña María Dolores Lozona, al confirmar que “la conflictividad está a la orden del día”.

Los conflictos en las parejas existen, y que la tendencia a la baja de las separaciones puedan deberse al impacto económico que supone una separación, a la percepción del sufrimiento que puedan experimentar los hijos o la pérdida del estatus social, es algo que confirman abogados y psicólogos.

Ejercicios para trabajar en terapia de pareja

Mucha gente dice que las personas no cambian. Nada más lejos de la realidad. Literalmente, nuestro cerebro cambia con cada una de las interacciones que tenemos con el mundo. Así, si no somos los mismos que éramos tan solo hace unos minutos, imagínate cuánto cambiamos con el paso del tiempo. Ocurrió que coincidimos en el tiempo y en el espacio con la otra persona y conectamos con ella, nos enamoramos.

Pero el tiempo sigue su avance y, si no hemos sabido continuar en el tiempo manteniendo esa conexión, llegan los conflictos. Si lo piensas, los conflictos surgen como consecuencia de no haber podido reconectar con tu pareja en los inevitables cambios que ocurren en nuestro mundo. Podría decirse que cada conflicto es una señal de que hay una parte del otro que antes sí nos gustaba, pero ahora no.

También es cierto, y no podemos obviar, que un conflicto puede aparecer ante una circunstancia que no hemos podido reconectar porque no ha estado presente en la relación con anterioridad. En cualquier caso, los ejercicios que se presentas a continuación pueden ayudar a acabar con los conflictos (sea en la dirección que sea).

Ejercicio 1

Este ejercicio lo puede comenzar quien quiera. Durante un tiempo prudencial (entre 2-3 minutos) un miembro de la pareja le cuenta al otro lo que necesita de la relación a través de afirmaciones. Es importante que esas afirmaciones siempre comiencen de la siguiente manera: “necesito…” o “yo necesito…”. Es a su vez importante que nunca se utilice un “tú” acusador. Por ejemplo: “yo necesito que cuando nos comuniquemos el tono de voz sea más bajo”. No estoy diciéndole a la otra persona que grita, no estamos juzgando su tono de voz. Simplemente estamos comunicándole una necesidad nuestra. A continuación le toca hacer lo mismo al otro miembro de la pareja. Después cada miembro de la pareja le repetirá en voz alta a la otra persona las necesidades que esta le ha comunicado anteriormente y le preguntará si lo ha entendido bien. Por último, cada miembro de la pareja, tras reflexionar unas horas sobre las necesidades de su pareja, le expondrá a esta tanto su capacidad como su disponibilidad e intención de cubrir dichas necesidades.

Es importante tener en cuenta en este ejercicio que poder cubrir las necesidades de la pareja no es algo que se pueda hacer a cualquier coste. Aquí debemos introducir el concepto “esencia”. ¿En qué medida puedo cubrir la necesidad de la otra persona sin yo perder mi esencia actual? Si aceptamos cubrir una necesidad perdiendo nuestra esencia estaremos condenados al fracaso.

Pongamos un ejemplo: mi pareja me cuenta que “necesita que yo deje de fumar para poder tener una relación sana conmigo, ya que le molesta terriblemente que fume en casa”. Si yo no quiero dejar de fumar, si no tengo ninguna intención de dejarlo porque creo fielmente que el tabaco me gusta y me relaja, cada vez que no me fume un cigarrillo para complacer a mi pareja estaré perdiendo mi esencia y el conflicto surgirá porque estaré de mal humor. Cubrir las necesidades de la otra persona es haber entendido que esa necesidad no solo es parte de la otra persona de forma individual sino de ambos miembros de la pareja.

El querer es la “consecuencia de” y no el motivo para tener una relación de pareja.

mujer hombre sentados opuestamente pensativos Trabajar las relaciones de pareja es una necesidad obligada como lo es trabajar en equipo en cualquier tipo de corporación.

Comunicación

La comunicación es uno de los grandes pilares de una relación de pareja. La comunicación ha de ser un diálogo, no un debate. En un debate no hay escucha ni empatía. Un debate solo sirve para posicionar a terceras personas y tu relación de pareja es par, así que procura no debatir. Etimológicamente, diálogo significa “a través de la razón”. La comunicación es un punto de encuentro a través de la razón, una manera de resolver un conflicto, una forma de reconectar con tu pareja cada día ante el cambio inevitable que experimentamos al enfrentarnos con nuestro mundo.

Ejercicio 2

Cada vez que tengas un conflicto (eso quiere decir que no estáis conectando y necesitáis hacerlo) inventaos dos personajes (Juan y María) que os representarán y a los cuáles debéis ayudar a solucionar entre ambos, desde el diálogo, el conflicto en cuestión. Ahora el problema no lo tenéis vosotros, lo tienen ellos (Juan y María), esos personajes que os representan. Ahora os preguntaréis, ¿cómo nosotros podríamos ayudar a Juan y a María con ese conflicto que se les presenta? De esta manera podremos desplazar nuestro ego, que es, normalmente, quien nos impide resolver los conflictos de una manera objetiva.

Debemos recordar que la comunicación es el medio a través del cual vamos a resolver un conflicto, por lo que la comunicación ha de continuar hasta que cumplamos ese objetivo. Es cierto que quizá sea tarde o haya que ocuparse de la cena. No pasa nada. Nos vamos a cenar o a dormir, pero debemos seguir en cuanto podamos con la comunicación porque si no resolvemos ese conflicto nos estamos separando de la pareja.

Colgar el teléfono y el rescate emocional

Este ejercicio es recomendable para esos momentos de tensión en los que no habéis tenido éxito en el ejercicio anterior. Muchos pacientes me preguntan qué hacer cuando, por ejemplo, sienten ansiedad o ira de una alta intensidad. Siempre respondo lo mismo. Si tienes un ataque de pánico ve a un hospital y que te administren un ansiolítico. Si tienes un ataque de ira huye o dile a los que estén a tu alrededor que huyan de ti. Las emociones son geniales, son buenas. No existen emociones negativas, todas son positivas, aunque algunas desagradables. Las emociones son las armas con las que enfrentamos cada una de las adversidades que nos encontramos en nuestro día a día. Pero, claro, un arma hay que saber usarla porque de lo contrario podemos hacernos daño a nosotros mismos. Sentir ira o frustración no es malo, pues nos protege de una agresión y/o nos ayuda a poner límites. Lo malo es cuando esa ira o frustración no es detectada en intensidades moderadas y, por lo tanto, nos vemos invadidas por ellas. Las emociones han de estar a nuestra disposición y no al contrario.

A continuación, presentamos un ejercicio que servirá para aquellos momentos en los que un miembro de la pareja esté desbordado por la ira (si ambos miembros estáis desbordados por la ira es mejor que ambos os toméis un tiempo para relajaros).

Ejercicio 3

Lo primero que debemos tener claro es una consigna importantísima: somos pareja, par, equipo y ambos estamos en el mismo barco. Así que es importante que sigamos siendo representados por Juan y María. Los egos son los enemigos de una sana relación de pareja. Ahora sí. El primer aspecto a considerar es la observación de la otra persona. Ver cómo está su cuerpo en relación a la situación. La ira y la frustración se detectan como un calor interno y una energía que se acumula. El tono de voz y el lenguaje no verbal de la otra persona nos ayudará a entender cómo esta se está sintiendo. En segundo lugar haremos hincapié en la comprensión. Importante: cuando una persona se enfada es porque la expectativa que tenía de cómo iban a ser las cosas se ha caíd. No tiene que ver contigo su enfado sino consigo mismo. Comprender eso lo es todo. Si una persona grita, da un golpe en una mesa o incluso te insulta no tiene que ver contigo, es su forma de calmar la ira y frustración que siente. Eso no quiere decir que justifiquemos ciertos comportamientos, en absoluto, solo que sí somos capaces de comprender qué es lo que le está ocurriendo. En tercer lugar, realizar una valoración de la situación en relación a si podemos o no acercarnos a ella en el estado en el que se encuentra. Si creemos que sí realizaremos el rescate emocional. Si, por el contrario, creemos que no porque no estamos seguros de su reacción colgaremos el teléfono.

Rescate emocional: comprendiendo lo que está ocurriendo nos acercaremos a la persona y le diremos que entendemos cómo se está sintiendo; y lejos de recriminar su comportamiento trataremos de sacarlo de ese estado haciéndole ver que podéis resolver esa situación a través de la comunicación, que sois un equipo, que la situación no es tan importante y que lo que verdaderamente importa es que estáis ahí, juntos. Esto es solo un ejemplo. Puedes utilizar las palabras que quieras y sientas, pero saca a esa persona de ahí, rescátala y haz que entienda la necesidad de ese rescate.

Colgar el teléfono

Si entendemos que la situación está emocionalmente en un punto delicado le manifestamos a la pareja que es hora de separarse. Explicale que “vais a colgar el teléfono, pero que os podréis llamar luego”. Esto quiere decir que os vais a alejar pero seguiréis en otro momento. Como cuando estás discutiendo con alguien por teléfono y se va la cobertura y volvéis a conectar a los dos minutos. Cuando eso ocurre la intensidad de la conversación ha disminuido, y en muchas ocasiones ni se recuerda de qué se estaba hablando. Es importante comunicar a la otra persona lo siguiente: “ahora estoy viendo que esta situación nos llevará a un lugar del cual nos será difícil salir. Me voy a marchar, no me sigas porque volveré y podremos comunicarnos”. Este puede ser un ejemplo de qué decir para “colgar el teléfono”.

La idea de relación de pareja para toda la vida es un modelo obsoleto que necesita transformarse para adaptarse a la evolución tecnológica, científica y cultural que está experimentando la sociedad actual. Ya no es suficiente con enamorarse y esperar que el amor todo lo haga. En realidad nunca fue suficiente, aunque por diferentes circunstancias grabadas en el inconsistente esa idea ha formado parte de nosotros durante toda la historia de la pareja.

En la actualidad las relaciones son más libres y las cadenas que unen a la pareja ya no aprietan, podemos, si queremos, librarnos de ellas. Por ello, el amor ya no ha de ser, forzosamente, para toda la vida como algo impuesto, sino algo que se elige, como algo que se puede acabar si deja de ser interesante para alguno de sus integrantes. Trabajar las relaciones es una necesidad obligada como lo es trabajar en equipo en cualquier tipo de corporación. No podemos descuidar el trabajo, los amigos y ahora tampoco las relaciones porque puede que el amor ahora ya no sea para toda la vida.

¿Estás interesado en aprender más acerca de la terapia de pareja? Échale un vistazo a nuestra guía sobre el poder de la terapia de pareja para mejorar tu relación y bienestar emocional.

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