Artículos 19 junio 2023

Trastorno obsesivo compulsivo: qué es, síntomas y diagnóstico

Miguel Ángel Aguirre Sánchez Psicólogo, Sexólogo
Miguel Ángel Aguirre Sánchez
Psicólogo, Sexólogo

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El trastorno obsesivo compulsivo o TOC se define como un trastorno mental que se caracteriza por la presencia de obsesiones y/o compulsiones que son experimentadas como intrusivas y producen deterioro y malestar clínicamente significativos (DSM-5, 2013). Este trastorno puede padecerlo un 2,5% de la población adulta.

Como vemos, el TOC contempla dos aspectos; las obsesiones y las compulsiones.

Las obsesiones

Las obsesiones se pueden definir como pensamientos, ideas o impulsos intrusivos y persistentes que la persona experimenta como molestos e indeseados y que, por tanto, causan ansiedad o un malestar significativo que incluso llega a afectar en aspectos de la vida diaria. Estos pensamientos pueden estar relacionados con la simetría, sexualidad, religión, contaminación o la seguridad. A veces, estas obsesiones pueden ir acompañadas de compulsiones, En ese caso hablaríamos de TOC ya que cumple las dos condiciones; obsesiones y compulsiones.

Las compulsiones

Las compulsiones se relacionarían con comportamientos repetitivos o actos mentales que se realizan en respuesta a una obsesión, o según determinadas reglas rígidas e invariables que la persona establecería. Estos comportamientos o actos mentales pretenden prevenir o reducir el malestar o la ansiedad, o prepararse para un evento temido. Precisamente, para reducir la ansiedad que genera ese tipo de pensamiento o idea recurrente, la persona puede recurrir a determinados rituales como lavarse las manos, revisar, ordenar, o actos mentales como contar, repetir palabras en silencio o rezar.

Así, muchas de estas conductas se traducen en sujetos lavadores, repetidores, verificadores, ordenadores, ritualizadores mentales o acumuladores.

Tipos de TOC

A continuación, se señalan algunos de los subtipos de TOC más conocidos.

  • Contaminación: obsesión por la limpieza o higiene personal debido al miedo a la contaminación, lo que lleva a la compulsión de lavarse o limpiar constantemente para eliminar la supuesta amenaza.
  • Repetición: necesidad de realizar una tarea o acción un número determinado de veces para evitar un evento negativo. Por ejemplo, repetir una palabra específica cinco veces para evitar una posible consecuencia negativa.
  • Acumulación: acumulación de objetos debido al temor a deshacerse de algo que podría ser útil en el futuro. Esta acumulación no necesariamente incluye basura como en el síndrome de Diógenes.
  • Verificación: necesidad de comprobar continuamente que se ha realizado una tarea correctamente para evitar consecuencias negativas. Por ejemplo, comprobar constantemente si se ha cerrado con llave la puerta de casa para evitar un posible robo.
  • Orden: necesidad de ordenar todo de una manera específica debido al temor de que algo malo ocurra si no se hace. Por ejemplo, ordenar los lápices de mayor a menor tamaño para evitar un posible evento negativo.
  • Fobia de impulso: miedo a hacerse daño a uno mismo o a los demás.

Además, existen otras formas en las que el TOC puede manifestarse, como obsesiones religiosas, sexo, pensamiento mágico, perfeccionismo, hipocondría, necesidad constante de preguntar, agresividad e impulsividad, entre otras.

Como señala Badós (2017), el TOC no suele ser un trastorno único y puede estar asociado o relacionado con otros trastornos.

Por su parte, Starcevic y Brakoulias (2008), señalan 5 posibles subtipos:

  • Obsesiones de contaminación y compulsiones de limpieza.
  • Obsesiones de duda y compulsiones de comprobación.
  • Obsesiones, frecuentemente de carácter sexual, religioso, agresivo o somático, sin compulsiones manifiestas.
  • Obsesiones de simetría con compulsiones de orden y organización (a veces acompañadas de obsesiones de exactitud/perfeccionismo, repetición, contar y lentitud obsesiva).
  • Obsesiones y compulsiones de acumular y coleccionar.

Estas obsesiones no siempre se presentan bien delimitadas y es posible que se solapen entre ellas.

Pueden existir algunas creencias o características que estarían relacionadas con el TOC (Badós, 2017; Rachman. 1998; Salkovskis, 1999):

  • Responsabilidad excesiva.
  • Excesiva importancia hacia los propios pensamientos (fusión pensamiento-acción).
  • Necesidad de monitorizar y de controlar los pensamientos.
  • Sobreestimación de la amenaza.
  • Intolerancia a la incertidumbre o la ambigüedad.
  • Perfeccionismo (intolerancia a las inexactitudes o errores).
Mujer guiña ojo lapices colores Las obsesiones se pueden definir como pensamientos, ideas o impulsos intrusivos y persistentes que la persona experimenta como molestos e indeseados

Un estudio elaborado por Taylor et al. (2010), consideró que la sobreestimación de la amenaza y el exceso de responsabilidad podrían ser predictores de los síntomas de comprobación, lavado o acumulación. Por otra parte, el perfeccionismo o la baja tolerancia a la incertidumbre podrían estar detrás de los rituales de orden y de los pensamientos obsesivos de lavado.

Como señala Salkovskis (1999), la mayoría de las personas experimentamos pensamientos intrusivos pero los que los interpretan de manera inadecuada o catastróficamente, los transforman en obsesiones.

¿Cómo se diagnóstica un TOC?

El Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC) es un trastorno mental que afecta a la forma en que una persona piensa, siente y se comporta. Las personas con TOC experimentan pensamientos obsesivos que son involuntarios, recurrentes e intrusivos, y que pueden ser desagradables, inapropiados o angustiantes. Para aliviar la ansiedad asociada con los pensamientos obsesivos, la persona con TOC realiza rituales o comportamientos compulsivos. Estas compulsiones son repetitivas, excesivas e inútiles, y siente que tiene que realizarlas para prevenir o reducir la ansiedad, a pesar de que sabe que son desproporcionadas o innecesarias.

El TOC puede afectar significativamente la vida diaria de una persona, incluyendo sus relaciones, trabajo y bienestar emocional. Las personas con TOC pueden sentir que no tienen control sobre sus pensamientos o comportamientos.

Para cumplir con los criterios diagnósticos del DSM-5, la persona debe experimentar obsesiones y/o compulsiones que consumen mucho tiempo (más de una hora por día) o interfieren significativamente con el funcionamiento normal del individuo en el trabajo, en la escuela o en las relaciones personales. Además, el DSM-5 señala que el trastorno obsesivo-compulsivo no puede ser mejor explicado por otro trastorno mental, como un trastorno de ansiedad, un trastorno del estado de ánimo, un trastorno psicótico, un trastorno dismórfico corporal o un trastorno de estrés postraumático (APA, 2013).

Conviene señalar que, como indica el DSM-5 (2013), para que exista un diagnóstico de TOC, será necesario que los síntomas provoquen una angustia significativa o interfieran de forma notable en el funcionamiento general del individuo.

Por otra parte, existen cuestionarios y test específicos para evaluar y jerarquizar en consulta, el tipo de TOC y su gravedad. Además, hay que tener en cuenta que el TOC puede coexistir con otros trastornos de salud mental, como la depresión, TDAH, trastornos de ansiedad, el trastorno de pánico o el trastorno de estrés postraumático por lo que conviene consultar a un profesional especializado en caso de duda.

Si crees que puedes necesitar ayuda, busca tratamiento profesional: el TOC es un trastorno que puede tratarse de manera efectiva a través de terapia cognitivo-conductual (TCC) y/o tratamiento farmacológico. Es importante que busques ayuda profesional de un psicólogo o psiquiatra para recibir el tratamiento adecuado. El TOC tiene tratamiento y existen abordajes terapéuticos específicos que, sin duda, pueden mejorar la calidad de vida de las personas que lo padecen.

Referencias
  • American Psychiatric Association. (2013). Diagnostic and statistical manual of mental disorders (5th ed.).
  • Bados López, A. (2017). Trastorno obsesivo compulsivo: Naturaleza, evaluación y tratamiento. Universitat de Barcelona
  • Rachman, S. (1998). A cognitive theory of obsessions: elaborations. Behaviour. Research and Therapy, 36(4): 385-401
  • Salkovskis, P. M. (1999). Understanding and treating obsessive-compulsive disorder. Behaviour Research and Therapy, 37: S29-S52.
  • Starcevic, V. y Brakoulias, V. (2008). Symptom subtypes of obsessive-compulsive disorder: are they relevant for treatment? The Australian and New Zealand Journal of Psychiatry, 42, 651-661.
  • The Australian and New Zealand Journal of Psychiatry, 42, 651-661.

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