La presión arterial baja, o hipotensión, sucede cuando la presión arterial durante y después de cada latido cardíaco es mucho más baja de lo habitual, hecho que indica que el corazón, el cerebro y otras partes del cuerpo no reciben suficiente sangre. A raíz de esto, el paciente puede presentar vértigo o mareos. La tensión arterial baja puede ser consecuencia o no de una enfermedad. En los casos de enfermedades más graves, la caída de la presión es una de las expresiones de enfermedades que suelen acompañarse de otros signos o síntomas. La situación de presión baja más grave se denomina shock, y sucede cuando la presión sanguínea en las arterias no es suficiente para irrigar a los tejidos. Es lo que puede ocurrir en casos de: hemorragias externas o internas abundantes, reacciones alérgicas a medicamentos, picaduras de insectos, envenenamientos, contusiones, deshidratación, enfermedades de la glándula suprarrenal, del pulmón o del corazón o intoxicaciones graves. La presión arterial baja, presenta síntomas como: visión borrosa, vértigos, mareos y desmayos, somnolencia excesiva, debilidad general y confusión. Hay que destacar que una disminución súbita en la presión arterial puede ocasionar una pérdida breve y súbita del conocimiento. Existen 3 tipos de hipotensión: La hipotensión ortostática, causada por un cambio súbito en la posición del cuerpo, generalmente al pasar de estar acostado a estar parado, y generalmente dura tan solo pocos segundos o minutos. Si sucede después de comer, se denomina hipotensión ortostática posprandial y suele afectar a los adultos mayores, a personas con presión Parkinson. La hipotensión mediada neuralmente, afecta con más frecuencia a adultos jóvenes y niños y sobreviene cuando una persona ha estado de pie por durante mucho tiempo. El paciente podría sentir mareos, desmayos o presentar malestar estomacal. La hipotensión severa impide la llegada de oxígeno al cuerpo, pudiendo causar daños al corazón, al cerebro y otros órganos. Este tipo de hipotensión puede ser mortal si no se trata con rapidez. Respecto al tratamiento de la tensión arterial baja, si ésta se da en una persona sana y no tiene síntomas, no requiere tratamiento. La hipotensión severa causada por un shock es una emergencia y se puede administrar sangre por vía intravenosa y medicamentos para aumentar la presión arterial y mejorar la fuerza cardíaca. Si se muestra hipotensión ortostática causada por medicamentos, el doctor puede cambiar la dosis o el medicamento, así como incrementar los líquidos para tratar la deshidratación o utilizar medias elásticas para aumentar la presión arterial en la parte inferior del cuerpo. Si el paciente presenta hipotensión mediada neuralmente deben evitar permanecer de pie por un período prolongado y aumentar la ingesta de sales y agua.