La psicoterapia no se trata de llegar a una verdad definitiva sobre el problema ni de alcanzar un ideal de bienestar. Es un camino compartido para elaborar juntos una narrativa que dé significado al malestar, explorando sus raíces complejas. Este proceso busca reflexionar sobre aquello que remueve, que activa formas de pensamiento que impactan el cuerpo y violentan la vida, con el fin de reconocer las estructuras que pueden asfixiarnos y encontrar grietas de posibilidad para respirar y transformar.
La terapia nunca será un producto cerrado, sino un proceso creativo, discontinuo y lleno de sorpresas. Es un espacio capaz de adentrarse en el inconsciente para hacer emerger ideas que iluminen lo que nos sucede. A pesar de atravesar el dolor, la terapia no tiene por qué ser dolorosa en sí misma; es una experiencia que respeta profundamente la singularidad y la dignidad de cada persona, acompañando en el reconocimiento y empoderamiento de las vivencias personales.
28/08/2025