Anorexia

Buenos días, lo que planteas es una pregunta compleja ya que la anorexia se define como un trastorno de aparición multicausal; en el que influyen la edad (como bien señalas), el sexo (es entre 15 y 10 veces más frecuente en mujeres que en hombres), el componente genético, los rasgos de personalidad (perfeccionismo), la autoestima y la imagen corporal, el concepto/ideal de belleza que tenga, entre otros muchos factores. Sin embargo, su aparición se enmarca principalmente entre los 12 y 25 años, afectando principalmente a mujeres (y cada vez a más hombres). Hay que tener en cuenta que con la pubertad se producen grandes cambios físicos y los adolescentes comienzan a cuestionar las ideas instauradas hasta la fecha en el núcleo familiar, dando un fuerte peso a los estereotipos sociales y al grupo de iguales o amigos.
Espero haber arrojado un poco de luz sobre la pregunta planteada.

Como indica la colega, la anorexia puede aparecer en muchas etapas de la vida aunque es cierto que el % de casos es mayor en la adolescencia. La adolescencia es una etapa muy importante en la construcción de la identidad de la persona y por ello tiene que afianzar su lugar ya no en el interior de la familia sino teniendo como grupo de referencia los iguales. Es un momento de muchos enfrentamientos con los padres y muchos intentos por manifestarse como individuo. Todo esto hace que los adolescentes acaben manifestando formas de mostrar su individualidad y su diferencia de forma muy variada. En ocasiones desemboca en centrarse demasiado en plantearse objetivos restrictivos que se interpretan como tener el control de su vida. Deseo que esta respuesta te ayude

Como dicen mis compañeras la adolescencia es la etapa dónde se los cambios, momento en el que empieza el proceso de descinculacion de los padres o de individiacion. E s una etapa de grandes cambios dentro del cixlo individual indicidul y de toddo el núcleo familiar. En este momento de cambios y de desarrollo como un ser independiente es cuando surgen muchos conflictos internos y externos que.puede dar lugar a diversas manifestaciones de síntomas, entre ellos la anorexia, sobre todo en personas que no son capaces de desarrollar de forma fluida este proceso de entrada en la edad adulta

La adolescencia es una etapa evolutiva crítica donde suelen salir a la superficie los conflictos que no se pudieron resolver en la infancia. Las chicas con un perfil de personalidad perfeccionista, inseguridad y baja autoestima pueden desarrollar anorexia nerviosa. Es clave una detección precoz y un tratamiento integral que incluya control de peso e ingesta, una psicoterapia individual así como orientación o terapia con la familia.

Porque en la adolescencia , es una etapa de muchísimos cambios y reorganización, donde empieza a ser importante formar parte del grupo de iguales y sentirse integrado, y donde todavía somos muy influenciables a las opiniones ajenas, a las presiones sociales etc. Y donde además nos aguardamos mucho más lo que sentimos, sobre todo no lo compartimos tanto con nuestros padres o personas más adultas, nos encerramos más en nosotros, etc...

En añadidura, pues ya se ha abordado mucho de esta cuestión, y bien comentan las colegas, es una etapa importante en la configuración de la identidad y se buscan nuevos modelos, y muchos de ellos los marcan artistas, actrices y actores, futbolistas, músicos, modelos... figuras todas ellas ubicadas generalmente en el marco de una normalización casi impuesta que precisamente no destacan por su diversidad en cuanto a la proporción, peso y estructura corporal. Se buscan ideales de belleza (o se imponen) y de ahí surgen las presiones sociales por parecerse al modelo. En muchas ocasiones pues, se da la paradoja de una necesidad de encontrar referentes y que muchos de ellos no resultan positivos por su inalcanzabilidad -y otros por, sencillamente, ser malos referentes-, y suelen derivar una autoestima dañada. Ésta además entra en bucle, porque aparte de no sentirse igual a su referente su autoperpeción suele deformarse, con lo cual cada vez se encuentra más lejos de su ideal y más esfuerzo dedica en alcanzarlo (y en este caso pues esto implica disminuir más la alimentación, hacer mayor ejercicio, mayor intransigencia consigo misma...).

Es cierto, según estudios de epidemiología, que la edad en la que es más probable es que inicien los síntomas de anorexia nerviosa se sitúa entre los 13-18 años de edad y, además, el 90-95% son mujeres.

Tal y como se ha comentado, la causa suele ser multifactorial. Según Vallejo, J. (2011) algunos de los factores que predisponen a la anorexia nerviosa son: la introversión, los valores estéticos dominantes, la obesidad, tener familiares con trastorno afectivos o de la ingesta, etc. Así como factores que precipitan su aparición señala los siguientes: separaciones y pérdidas, ruptura conyugal de los padres, críticas sobre el cuerpo, acontecimientos vitales, etc.

Teniendo en cuenta que el paso de la infancia a la adolescencia es una transición difícil dónde los niños se empiezan a hacerse preguntas y empiezan a ser más conscientes de su historia de vida pasada y, a su vez, de su futuro, es más probable que estos factores incidan en este período de edad y puedan desencadenar sintomatología de anorexia.

Junto a todo lo que han escrito los compañeros, hay que destacar también la falta de habilidades para afrontar los problemas que se les pueden presentar a los niños y adolescentes. En esta etapa son ya completamente conscientes de todo lo que les rodea, pero a diferencia de los adultos, carecen de habilidades y experiencia necesarias para afrontar según qué sucesos que les hayan podido pasar durante su infancia. Varios estudios, por ejemplo, relacionan la bulimia con el abuso sexual infantil, y las propias pacientes han llegado a decir que dejar de comer o pegarse atracones son los únicos comportamientos que en un principio podían decidir, hasta que la enfermedad acabó desarrollándose y apoderándose de dicho control.
En jóvenes muy autoexigentes o con familias extremadamente perfeccionistas también se ven este tipo de conductas como una prolongación de dicho perfeccionismo, ya que características como la tolerancia a la frustración, que pueden ayudarnos a aguantar un suspenso o haber cogido algo de peso, en su caso no están desarrolladas, imponiéndose horarios, dietas o rutinas de ejercicio extremas para conseguir unos objetivos con los que esperan llegar a una meta que se han puesto y con la que esperan lograr esa satisfacción, que obviamente no llega.

La adolescencia es la etapa en la que somos más vulnerables. Ya mis compañeros te han contestado muy bien y por mi parte, tan sólo te voy a poner un sencillo símil para que puedas entender mejor a la persona que tengas cerca: ser adolescente es hacerte mayor en un cuerpo que no reconoces.
Un saludo y mucha suerte

Porque en la adolescencia es el momento donde se acaba de configurar la identidad. Es un proceso complicado y se acaba de consolidar en esta época.

La adolescencia es la etapa evolutiva donde el cuerpo empieza a cambiar y a desarrollar los caracteres sexuales, es por ello que el cuerpo cobra una enorme importancia y la presión social para tener un cuerpo de determinada forma no ayuda nada.
También en esta etapa se empieza a identificar como queremos ser y que queremos en la vida, a diferenciarnos de los demás, especialmente del entorno familiar, lo que causa mucho estrés y problemas en las relaciones con la familia y con el entorno, incluidas las relaciones con los iguales, donde importa mucho el sentirse aceptado.
Es por ello que esta etapa es crucial en el desarrollo de nuestra relación con el propio cuerpo y de toda la personalidad en general, incluidas las habilidades de comunicación y de gestión emocional, entre otras muchas cosas, lo que origina a veces problemas en esta apreciación del cuerpo y por tanto en la conducta alimentaria y por supuesto otro tipo de problemas.
Un saludo.

Es una pregunta muy interesante.
La adolescencia es una época muy vulnerable, en la que tratamos de descubrir quiénes somos y cuál es nuestro valor.
La relación con nuestros iguales (compañeros y amigos) cobra una relevancia fundamental. Somos seres sociales y, especialmente durante esa época, sentimos la necesidad de encajar, de pertener, de no ser rechazados. Por ello, comienzan muchas comparaciones (especialmente a nivel físico) y queremos protegernos del rechazo intentando ser "perfectos" a ojos de la sociedad (y de nuestra clase).
Además, se suma que en la adolescencia hay cambios significativos a nivel corporal, una especie de duelo entre el cuerpo de niños y el de adultos, y esto también puede ser difícil de asimilar. Sobretodo en aquellas personas que se desarrollan antes o después que la mayoría de sus compañeros.
La terapia psicológica ayuda muchísimo en esta etapa a que el adolescente pueda valorarse y cuidarse, evitando trastornos alimentarios y/o demás heridas emocionales.

Como psicóloga sanitaria especializada en Trastornos de la Conducta Alimentaria (TCA) y utilizando un enfoque cognitivo-conductual, puedo explicar que los adolescentes son particularmente vulnerables a desarrollar anorexia por una combinación de factores psicológicos, emocionales, sociales y biológicos.
1. Cambios en la identidad y la autoestima: La adolescencia es una etapa crucial de formación de la identidad, lo que puede hacer que los jóvenes se enfoquen excesivamente en su apariencia. Esto puede generar inseguridades profundas, sobre todo cuando experimentan los cambios físicos propios de la pubertad. La necesidad de aceptación y la presión por cumplir con los estándares sociales o familiares pueden llevar a una obsesión por el peso y la imagen corporal.
2. Presión social y cultural: Vivimos en una sociedad donde se promueven ciertos ideales de belleza a través de los medios de comunicación. Los adolescentes son especialmente susceptibles a estos mensajes, ya que todavía están desarrollando su identidad y están expuestos a un bombardeo constante de imágenes que destacan un cuerpo delgado como símbolo de éxito y aceptación. Esta presión puede llevar a la creencia de que solo a través de alcanzar estos ideales serán valorados por los demás.
3. Búsqueda de control: Muchos adolescentes experimentan la anorexia como una manera de controlar lo único que sienten que pueden controlar en su vida: su cuerpo. Esta necesidad de control suele estar vinculada a una sensación de falta de poder en otras áreas, como la escuela, las relaciones sociales o familiares, lo que les lleva a recurrir al control extremo de la alimentación.
4. Factores emocionales y psicológicos: Los adolescentes que sufren de ansiedad, depresión, o problemas de autoestima tienen un mayor riesgo de desarrollar un TCA. A menudo, la comida y el peso se convierten en un mecanismo para lidiar con emociones difíciles. Además, las personas que tienen una personalidad perfeccionista o que buscan altos estándares de éxito son más propensas a desarrollar anorexia.
5. Interacciones familiares y culturales: En algunos casos, el ambiente familiar juega un papel importante. Si un adolescente crece en un entorno que refuerza la importancia de la apariencia física o el rendimiento perfecto, es más probable que desarrolle actitudes negativas hacia la comida y el cuerpo. Esto se combina con las expectativas familiares y culturales sobre cómo se debe lucir o comportar una persona.
6. Predisposición genética y biológica: Como en muchos trastornos psicológicos, los factores genéticos también pueden influir. Aunque el ambiente juega un papel crucial, estudios sugieren que algunas personas tienen una predisposición biológica a desarrollar trastornos de la conducta alimentaria, lo que las hace más susceptibles.
Desde el enfoque cognitivo-conductual, entendemos que los pensamientos disfuncionales sobre la comida, el peso y la apariencia corporal juegan un papel central en el mantenimiento de los TCA. Ayudar a los adolescentes a identificar y desafiar estos pensamientos es fundamental para su recuperación. Además, fomentar una relación saludable con la comida y el cuerpo, así como desarrollar habilidades de afrontamiento más efectivas para manejar las emociones, son aspectos clave en el tratamiento.
Si te encuentras en esta situación o conoces a alguien que lo esté, es fundamental buscar ayuda profesional lo antes posible. El tratamiento adecuado, como la terapia cognitivo-conductual, puede ser muy efectivo para superar estos trastornos y restablecer una relación equilibrada con la comida y el cuerpo.