La prueba cruzada es un método para clasificar el tipo de sangre tiene una persona. Éste depende de si hay o no ciertas proteínas, llamadas antígenos, en los glóbulos rojos o si hay anticuerpos para estas sustancias. La sangre generalmente se clasifica de acuerdo con el sistema ABO. Este método separa los tipos de sangre en cuatro categorías: tipo A, B, AB y O. El grupo sanguíneo de una persona también depende de lo que ha heredado de sus padres.
El proceso comenzará extrayendo sangre de una vena. El sitio de punción se limpia con un antiséptico y luego se coloca una banda elástica alrededor del antebrazo con el fin de ejercer presión y hacer que las venas se llenen de sangre. A continuación se introduce una aguja en la vena y se recoge la sangre en un frasco hermético o en una jeringa. Durante el procedimiento, se retira la banda para restablecer la circulación y, una vez que se ha recogido la sangre, se retira la aguja y se cubre el sitio de punción para detener cualquier sangrado. El examen que nos permite determinar el grupo sanguíneo se denomina sistema o tipificación ABO. La sangre del paciente se mezcla con anticuerpos contra sangre tipo A y tipo B, y la muestra se revisa para ver si los glóbulos sanguíneos se pegan o aglutinan. Si dichos glóbulos se aglutinan, eso significa que la sangre reaccionó con uno de los anticuerpos. Posteriormente se procede a la tipificación o prueba inversa. La parte líquida de la sangre sin células se mezcla con sangre que se sabe que pertenece al tipo A o al tipo B. Las personas con sangre tipo A tienen anticuerpos anti-B y las que tienen sangre tipo B tienen anticuerpos anti-A. El tipo de sangre O contiene ambos tipos de anticuerpos. Estos dos pasos pueden determinar con precisión el tipo de sangre de una persona.