
No sabíamos que esto pasaría. Las consecuencias de vivir en una era sobreinformada y ultraconectada ya se dejan ver. Y, más que verlas, las estamos sufriendo. Podemos saludar a FOMO y FOBO, dos términos que protagonizan el artículo de hoy. Quizá ya te has cruzado con estas palabras. Si no, pronto entenderás por qué todos, en algún momento, nos hemos topado con ellas, aunque no lo supiéramos.
En la era de las redes sociales y las infinitas opciones, han surgido estos términos: FOMO (del inglés Fear of Missing Out o “miedo a perderse algo”) y FOBO (Fear of Better Options o “miedo a opciones mejores”). Estos fenómenos describen formas de ansiedad moderna: FOMO se refiere al temor de quedar excluido de experiencias que otros disfrutan, mientras que FOBO alude al miedo a tomar una decisión por si existe una alternativa mejor. Ambos pueden afectar a personas de cualquier edad, desde adolescentes pendientes del último trend en redes sociales hasta adultos indecisos frente a un menú o una oferta laboral. Como ha señalado Barry Schwartz en su libro «La paradoja de la elección», más opciones no siempre nos hacen más libres, a veces nos paralizan.
Las dificultades para la toma de decisiones se pueden promover con un exceso de información. En un intento de encontrar las opciones que más nos pueden beneficiar, observamos, evaluamos y decidimos. El problema resulta cuando lo que observamos es un carrusel que no tiene final. Si te presentan un abanico de solo una posibilidad, no hay duda. Solo hay una opción. Si te presentan tres, la elección se vuelve un poco más compleja, pero no imposible. Si te presentan 50 y además van introduciendo a cada minuto otras 50, puedes observar, empezar a analizar, pero no decidir. Es decir, lo que está en juego no es solo la capacidad de decidir, sino la posibilidad de vivir plenamente, sin quedarnos atrapados en lo que podría haber sido.
Vivimos en una época en la que el compromiso se ha vuelto problemático, pero dejemos de culpar a las personas y empecemos a verlo como una consecuencia de los tiempos que estamos viviendo. Verlo de esta manera nos va a permitir encontrar soluciones. Lo que está en juego no es solo elegir bien, sino atreverse a vivir en medio del ruido.
Habiendo identificado que el exceso de información promueve estas dificultades, es entonces cuando podemos poner el foco en qué hacemos con lo que tenemos. En este artículo se van a proponer varias posibilidades para parar este problema que lleva a que las personas no vivan experiencias por el sobreanálisis.
FOBO y FOMO son hijos de este tiempo, pero también lo somos nosotros, y podemos decidir cómo vivir en él. Con menos miedo, más compromiso y, sobre todo, con más presencia. Estas propuestas no buscan eliminar por completo el FOMO o el FOBO, sino ayudarte a convivir con ellos desde una mayor claridad y conexión contigo mismo.
La publicación del presente artículo en el Sitio Web de Doctoralia se hace bajo autorización expresa por parte del autor. Todos los contenidos del sitio web se encuentran debidamente protegidos por la normativa de propiedad intelectual e industrial.
El Sitio Web de Doctoralia Internet S.L. no contiene consejos médicos. El contenido de esta página y de los textos, gráficos, imágenes y otro material han sido creados únicamente con propósitos informativos, y no para sustituir consejos, diagnósticos o tratamientos médicos. Ante cualquier duda con respecto a un problema médico consulta con un especialista.