
Las carillas dentales son finas láminas, generalmente de porcelana o composite, que se adhieren a la superficie visible del diente con el objetivo de mejorar su apariencia.
Son una solución estética eficaz para corregir manchas, fracturas, desgastes, espacios entre dientes o alteraciones en la forma dental.
Las microcarillas son una evolución de las carillas tradicionales. Son más delgadas y, en muchos casos, pueden colocarse sin necesidad de desgastar el esmalte dental.
Esto las convierte en una alternativa mínimamente invasiva para quienes buscan cambios sutiles pero notables en su sonrisa.
Existen dos materiales principales:
Por supuesto. Un diseño de sonrisa profesional no solo busca dientes bonitos, sino armonía facial. Para ello, se valoran factores como la forma del rostro, la proporción labial, la línea de la sonrisa, la edad y el género, logrando un resultado natural y personalizado.
Este tratamiento está especialmente recomendado para pacientes que desean:
Corregir alteraciones en la forma o tamaño de los dientes.
Mejorar el color cuando el blanqueamiento no es suficiente.
Cerrar espacios entre dientes (diastemas).
Disimular desgastes o fracturas leves.
Siempre se debe realizar una valoración previa por parte del odontólogo para garantizar que es el tratamiento adecuado.
No necesariamente. En la mayoría de los casos, especialmente con microcarillas, no es necesario realizar un tallado agresivo del esmalte. Cuando se requiere un mínimo desgaste, se hace de forma controlada y conservadora, sin comprometer la salud del diente.
Los avances en materiales ultrafinos y en técnicas adhesivas de última generación permiten colocar carillas con una intervención mínima o incluso nula sobre el diente natural. Esto representa una gran ventaja en términos de conservación de la estructura dental.
Podrás comer con total normalidad, siempre aplicando el sentido común. Se recomienda evitar hábitos que puedan comprometer la integridad de las carillas, como masticar hielo, abrir envases con los dientes o comer alimentos muy duros sin precaución.
En ambos casos, evitar malos hábitos (morderse las uñas, usar los dientes como herramientas) es clave para su durabilidad.
El coste varía en función del tipo de carilla, la técnica empleada y la complejidad del caso:
Antes de iniciar cualquier tratamiento estético, es imprescindible garantizar la salud bucodental. Las caries, la gingivitis o la periodontitis deben tratarse previamente. Solo con dientes y encías sanos se puede asegurar un resultado predecible y duradero.
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