La histamina es una molécula natural que participa en funciones clave del organismo, como la respuesta inmunitaria, la regulación del ácido gástrico y el control del ritmo circadiano. Sin embargo, en algunas personas, un exceso de histamina en el cuerpo puede desencadenar una serie de síntomas que suelen confundirse con alergias alimentarias u otras intolerancias. Este artículo ofrece una visión clara y profesional sobre qué es la histamina, qué implica tenerla alta, y cómo puede manejarse mediante la dieta y otras estrategias.
La histamina se encuentra de forma natural en muchos alimentos, especialmente en aquellos fermentados, curados, o que han pasado por largos procesos de conservación. Además, ciertos alimentos no contienen histamina como tal, pero pueden estimular su liberación en el cuerpo o inhibir la enzima encargada de degradarla (la diamino oxidasa, DAO).
A continuación, se muestra una tabla orientativa con algunos alimentos ricos en histamina, ordenados de mayor a menor contenido:
| Categoría | Alimentos con alta histamina |
|---|---|
| Pescados fermentados | Anchoas, sardinas en lata, atún enlatado |
| Embutidos | Salami, jamón curado, mortadela |
| Quesos curados | Roquefort, parmesano, gouda, emmental |
| Bebidas alcohólicas | Vino tinto, cerveza, champán |
| Vegetales fermentados | Chucrut, kimchi, pepinillos en vinagre |
| Otras conservas | Salsas de soja, miso, vinagre balsámico |
| Frutas maduras | Plátano, tomate, aguacate, fresas |
| Frutos secos | Nueces, almendras, anacardos |
También es importante tener en cuenta los alimentos que pueden favorecer la liberación endógena de histamina o bloquear la DAO, como los cítricos, el chocolate, el alcohol o el té negro.
Es fundamental llevar esta dieta bajo la supervisión de un nutricionista.Tener la histamina alta, o padecer una “intolerancia a la histamina”, significa que el cuerpo no puede degradar correctamente la histamina acumulada, lo que provoca síntomas diversos. Esto puede deberse a un déficit de la enzima DAO o a un exceso de ingesta/exposición a histamina.
Un ejemplo, comúnmente conocido, de niveles altos puede ser la escombroidosis, una intoxicación alimentaria causada por el consumo de pescado contaminado con altos niveles de histamina. Generalmente esta intoxicación aparece como resultado de una mala conservación del pescado recién capturado, las bacterias descomponen el aminoácido histidina (presente en los músculos) y lo transforma en histamina.
Estos síntomas pueden variar mucho entre personas y, por lo general, se presentan de forma inespecífica, lo que dificulta el diagnóstico clínico.
Una dieta baja en histamina consiste en reducir o evitar alimentos que contienen histamina o que favorecen su liberación. Suele recomendarse durante un tiempo limitado (2-4 semanas) como estrategia diagnóstica o terapéutica en personas con sospecha de intolerancia.
Es fundamental llevar esta dieta bajo la supervisión de un profesional de la salud (nutricionista, médico, dietista) para evitar deficiencias nutricionales y garantizar un seguimiento adecuado.
Carnes blancas frescas (pollo, pavo)
Pescado muy fresco o ultracongelado
Huevos
Arroz, pasta, patatas
Verduras frescas (excepto las ya mencionadas)
Frutas como manzana, pera, sandía, mango
Aceite de oliva, infusiones suaves (manzanilla, rooibos)
Bebidas sin gas ni alcohol
El organismo elimina la histamina mediante enzimas, principalmente la
diamino oxidasa (DAO), que actúa en el intestino, y la histamina-N-metiltransferasa (HNMT), que lo hace a nivel intracelular.
La histamina es una molécula imprescindible para el correcto funcionamiento del organismo, pero cuando se acumula en exceso puede causar múltiples síntomas que alteran la calidad de vida.
Detectar una posible intolerancia a la histamina requiere una mirada global: alimentación, estilo de vida, salud intestinal y factores genéticos. Afortunadamente, con una alimentación adecuada y una intervención profesional, los síntomas suelen mejorar notablemente.
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