¿la distimia se cura? no me refiero a si se puede conseguir una cierta mejoría sino a una remisión

Mire, lo que no se puede es conseguir resultados previos, es decir, uno se arriesga a comenzar un tratamiento y ve hasta dónde quiere llegar en función de cómo se sienta.Pero antes de arriesgar una buena terapia con alguien, es difícil saber lo que va a pasar. Claro que esperamos que todo salga a las mil maravillas, pero la seguridad absoluta no se puede tener.
Mucho ánimo para tomar ese riesgo.

En líneas generales se considera que la Distimia se beneficia más de un tratamiento psicoterapéutico que farmacológico, dado que en su aparición son importantes los factores de personalidad y el manejo de los factores estresantes. Con todo, el tratamiento farmacológico puede contribuir a aliviar el malestar, sobre todo si éste es importante. Además, en la evolución a largo plazo de las distimias, en ocasiones se describen cuadros de "doble depresión", es decir, períodos en los que la sintomatología depresiva se agrava. En estos episodios es recomendable asociar tratamiento farmacológico y psicoterapia. Un saludo

La Distimia es una afectación depresiva de la afectividad de mediana intensidad que se establece de forma lenta y progresiva durante bastante tiempo. Por esta razón se puede considerar como altamente enraizada en la personalidad y por lo tanto tiene que ser abordada con paciencia. Para el tratamiento se necesita la colaboración al unísono y desde el principio de farmacoterapia con la asistencia psicológica que vaya reforzando los progresos.

Efectivamente, para el tratamiento del trastorno que denominamos Distimia, la psicoterapia ha demostrado mejores resultados que el tratamiento farmacológico. En muchos casos lo que usamos es un abordaje combinado de varios métodos, incluyendo estos y otros como los suplementos nutricionales o la actividad física. La mejoría completa del Trastorno llamado Distimia es posible, hasta la curación “completa” y la satisfacción personal.
No obstante, nunca es posible deshacerse de las frustraciones vitales, las pérdidas, los males, etc., que nos afectan negativamente. El objetivo ante estos sufrimientos inherentes a la vida es más conseguir darles un sentido que conseguir ser “inmunes” a estas experiencias.