Necesito entender qué hacer porque me siento muy bloqueada. Yo vivo en la "ciudad A" con mis padr
12
respuestas
Necesito entender qué hacer porque me siento muy bloqueada.
Yo vivo en la "ciudad A" con mis padres, tengo 19 años y estudio en la "ciudad B" un grado universitario.
He querido mudarme a un piso de estudiantes a la "ciudad B" para salir de este hogar en la "ciudad A", ya que mi padre nos trata mal a todos y no puedo ya más.
Sin embargo, aunque me he comprometido a pagar por mi misma mi propio piso de estudiantes, mi madre me prohíbe mudarme a "ciudad B", además me prohíbe trabajar aunque es lo que yo quiero. Estoy atrapada aquí.
Vivir en "ciudad A" significa que empeora mi salud mental y no dejaré de pensar en suicidarme porque no aguanto los tratos en casa, aunque sean solo verbales.
Qué puedo hacer? Repito, no me dejan hacer nada absolutamente. Ya voy al psicólogo pero necesito salir de este hogar, simplemente no puedo más.
Yo vivo en la "ciudad A" con mis padres, tengo 19 años y estudio en la "ciudad B" un grado universitario.
He querido mudarme a un piso de estudiantes a la "ciudad B" para salir de este hogar en la "ciudad A", ya que mi padre nos trata mal a todos y no puedo ya más.
Sin embargo, aunque me he comprometido a pagar por mi misma mi propio piso de estudiantes, mi madre me prohíbe mudarme a "ciudad B", además me prohíbe trabajar aunque es lo que yo quiero. Estoy atrapada aquí.
Vivir en "ciudad A" significa que empeora mi salud mental y no dejaré de pensar en suicidarme porque no aguanto los tratos en casa, aunque sean solo verbales.
Qué puedo hacer? Repito, no me dejan hacer nada absolutamente. Ya voy al psicólogo pero necesito salir de este hogar, simplemente no puedo más.
Gracias por abrirte y compartir tu dolor. Antes que nada, quiero decirte que tu sufrimiento es completamente válido, y que es muy importante que no lo vivas en soledad. Lo que estás atravesando es profundo, y estás mostrando muchísima fuerza al pedir ayuda.
Desde la mirada de la Bioneuroemoción®, entendemos que todo conflicto que vivimos en el presente puede estar conectado con historias emocionales no resueltas de nuestro árbol familiar. Muchas veces, sin darnos cuenta, nos sentimos atrapadas en dinámicas donde repetimos patrones familiares: sumisión, control, silencio, miedo, sacrificio... Y aunque no lo elegimos conscientemente, estamos intentando pertenecer y ser leales a nuestra familia.
Podrías preguntarte:
-¿A quién estoy siendo fiel al quedarme en este lugar que me duele tanto?
-¿Quién más en mi familia vivió sintiéndose atrapada, sin poder elegir por sí misma?
-¿Qué creencias familiares están detrás de este "no me dejan" o "no puedo"?
-¿Qué pasaría si hago lo que deseo, a quién perjudico?
Reconocer estas lealtades invisibles no es para juzgarlas, sino para hacerlas conscientes y liberar tu historia. Tú no estás aquí para repetir la vida de tu madre ni para sostener un sistema familiar enfermo. Estás aquí para vivir tu vida y cuidar de tu bienestar; quizás para hacer lo que tu madre, o tu linaje femenino no ha podido hacer.
Estás en un punto clave de tu vida. Aunque ahora sientas que no tienes salida, te prometo que hay otras posibilidades, y parte de tu proceso será recordar tu poder interno, reconectar con tu deseo genuino de vivir y crear tu propio camino.
Te acompaño desde el corazón. Aquí estoy para ti.
Desde la mirada de la Bioneuroemoción®, entendemos que todo conflicto que vivimos en el presente puede estar conectado con historias emocionales no resueltas de nuestro árbol familiar. Muchas veces, sin darnos cuenta, nos sentimos atrapadas en dinámicas donde repetimos patrones familiares: sumisión, control, silencio, miedo, sacrificio... Y aunque no lo elegimos conscientemente, estamos intentando pertenecer y ser leales a nuestra familia.
Podrías preguntarte:
-¿A quién estoy siendo fiel al quedarme en este lugar que me duele tanto?
-¿Quién más en mi familia vivió sintiéndose atrapada, sin poder elegir por sí misma?
-¿Qué creencias familiares están detrás de este "no me dejan" o "no puedo"?
-¿Qué pasaría si hago lo que deseo, a quién perjudico?
Reconocer estas lealtades invisibles no es para juzgarlas, sino para hacerlas conscientes y liberar tu historia. Tú no estás aquí para repetir la vida de tu madre ni para sostener un sistema familiar enfermo. Estás aquí para vivir tu vida y cuidar de tu bienestar; quizás para hacer lo que tu madre, o tu linaje femenino no ha podido hacer.
Estás en un punto clave de tu vida. Aunque ahora sientas que no tienes salida, te prometo que hay otras posibilidades, y parte de tu proceso será recordar tu poder interno, reconectar con tu deseo genuino de vivir y crear tu propio camino.
Te acompaño desde el corazón. Aquí estoy para ti.
Consigue respuesta gracias a la consulta online
¿Necesitas el consejo de un especialista? Reserva una consulta online: recibirás todas las respuestas sin salir de casa.
Mostrar especialistas ¿Cómo funciona?
¡Primero que todo el sentirte bloqueada es normal cuando no se miran alternativas o cuando no te las dan, comienza por identificar que opciones puedes tener para tu propio beneficio, mira lo que dices" Es lo que yo quiero" trabajar y estudiar; me gusta que sabes lo que quieres, tienes objetivos y metas, Genial!! Entonces, repito, sabes lo que quieres y sabes escucharte a ti misma y eso es muy importante que escuches tu voz, no desconectes de ella. Comienza por diferenciar la voz de ellos a diferencia de la tuya; la de ellos cuando recuerdas gritos, regaños, enojos, te genera incomodidad, preocupación, ganas de llorar, enojo, frustración cuando escuchas la tuya, optimismo, ganas de salir adelante, perseverancia, motivación, energía y muchos ánimos.
Tienes 19 años, estás estudiando una carrera universitaria y tienes claro que quieres trabajar y vivir por tu cuenta. Has tomado decisiones adultas: quieres salir de un entorno que te hace daño, pagar tu propio piso, y cuidar de tu salud mental. Todo eso habla de tu madurez, de tu deseo de vivir una vida más libre y digna.
Sin embargo, estás atrapada en una situación que te impide avanzar: tu madre te prohíbe mudarte, te prohíbe trabajar, y sigues viviendo en un hogar donde el trato, aunque sea “solo verbal”, te está destruyendo emocionalmente. Esto no es normal, y no tienes por qué seguir aguantándolo.
La violencia verbal también es violencia. Y el control excesivo, aunque venga de una madre, también es una forma de vulnerar tus derechos. Ya eres mayor de edad. Legal y moralmente, tienes derecho a tomar tus decisiones, a trabajar, a mudarte, a salir de ese entorno. Nadie puede prohibirte eso.
Estás en un momento límite. El hecho de que ya estés pensando en el suicidio como forma de escape es una señal de urgencia. No es un capricho, ni una exageración: es el resultado de una situación insostenible. Y eso merece atención real, no más control ni silencios.
¿Qué te recomiendo hacer ahora?
1. Habla con tu psicólogo o psicóloga con total sinceridad. Dile exactamente esto: que estás atrapada en casa, que tu madre te impide avanzar, que estás en riesgo emocional serio, y que necesitas una salida. No lo minimices. Esta es una emergencia emocional. Tu terapeuta puede ayudarte a mover recursos, hablar con servicios sociales, o incluso acompañarte a tomar decisiones más grandes si fuera necesario.
2. Busca recursos externos. En muchas ciudades existen servicios para jóvenes en situaciones familiares complicadas. Si estás en España, puedes acudir a:
Servicios Sociales Municipales
Puntos de Información Juvenil
Centros de atención psicológica gratuitos para jóvenes
Asociaciones de apoyo a víctimas de violencia familiar o control parental excesivo
3. Valora contactar con entidades de protección. Si el maltrato en casa es continuado y sientes que no puedes más, podrías buscar orientación en servicios de protección de menores y jóvenes adultos, o incluso informar de la situación a un profesional que pueda activar una derivación (médico de cabecera, psicólogo, trabajo social).
4. Empieza a trazar tu plan de salida. Aunque ahora te parezca imposible, empieza a construir tu plan paso a paso: buscar un pequeño trabajo (aunque tu madre se oponga, puedes hacerlo), mirar pisos compartidos, hablar con personas de confianza, ahorrar aunque sea poco a poco. Cada paso que des hacia tu autonomía es una forma de resistir esta situación.
Y sobre todo: tu vida vale mucho más que esta prisión emocional en la que estás ahora. Has sobrevivido hasta ahora con una fuerza admirable. Ahora toca vivir, no solo sobrevivir. Y eso empieza por permitirte salir de donde no se te cuida, aunque eso signifique tomar decisiones difíciles.
Si necesitas apoyo para redactar una carta a tu terapeuta, pedir ayuda institucional o simplemente que alguien te escuche, estoy aquí para acompañarte. No estás sola. Y esta situación, aunque hoy parezca eterna, puede cambiar. Vas a salir de ahí.
Un abrazo enorme.
Buenas tardes! ¿Estás trabajando tus ideas autolíticas con tu psicólogo? Entiendo la situación que me comentas y, para ti, lo mejor es salir del núcleo familiar. Te aconsejaría que pudieras buscar un trabajo y poder irte a vivir a la ciudad B de una forma independiente a tus padres. No es sano que estés ahí retenida. Recuerda que la salud mental es fundamental para que podamos seguir adelante y esto no debe ser negociable. Un abrazo.
Hola qué tal.
Entiendo por lo que estarás pasando. Pero en primer lugar me gustaría que te tranquilizaras porque con calma y con un poco de organización podríamos encontrar alguna solución.
Por una parte me dices que tienes 19 años (mayor de edad) aunque intuyo que aun vives con tus padres puesto que son ellos los que te sustentan y sigues estudiando.
Una de las opciones seria conseguir una terapia familiar para encontrar una solución en que la convivencia fuese más cómoda y respetuosa para todos.
Otra solución consiste en varios puntos y el primero seria conseguir un empleo mas o menos estable sin perder la opción de los estudios por supuesto. Con esto ya tendríamos una parte considerable de la posible solución a nuestro favor.
Espero que te haya servido para visualizar al menos alguna salida.
En lo último que debes pensar es en el suicidio, puesto que si existe una solución para conseguir tu proyecto de vida vale la pena que luches por y para ti.
Un fuerte abrazo.
Entiendo por lo que estarás pasando. Pero en primer lugar me gustaría que te tranquilizaras porque con calma y con un poco de organización podríamos encontrar alguna solución.
Por una parte me dices que tienes 19 años (mayor de edad) aunque intuyo que aun vives con tus padres puesto que son ellos los que te sustentan y sigues estudiando.
Una de las opciones seria conseguir una terapia familiar para encontrar una solución en que la convivencia fuese más cómoda y respetuosa para todos.
Otra solución consiste en varios puntos y el primero seria conseguir un empleo mas o menos estable sin perder la opción de los estudios por supuesto. Con esto ya tendríamos una parte considerable de la posible solución a nuestro favor.
Espero que te haya servido para visualizar al menos alguna salida.
En lo último que debes pensar es en el suicidio, puesto que si existe una solución para conseguir tu proyecto de vida vale la pena que luches por y para ti.
Un fuerte abrazo.
Hola,
Gracias por escribir y por abrir tu historia con tanta honestidad. Sé que no es fácil hablar de lo que estás viviendo, y valoro profundamente que lo hayas hecho. Lo que describes no solo es doloroso, sino también muy injusto. Y quiero que sepas que lo que sientes tiene sentido: cuando el hogar se convierte en un lugar hostil, es completamente natural que necesites salir para proteger tu salud emocional y tu integridad.
Tu deseo de irte a vivir a la ciudad donde estudias, trabajar y sostenerte por ti misma es una expresión clara de madurez, de responsabilidad y de deseo de cuidarte. Que estés pensando en esa salida no es un capricho, sino una forma de supervivencia. Estás viendo con claridad lo que necesitas, y eso ya es un paso muy valioso.
Dices que ya estás yendo al psicólogo, lo cual es muy importante. Pero también necesitas, como tú misma dices, acciones concretas para salir de un entorno que te está haciendo daño. Aquí es clave que puedas buscar apoyo fuera del sistema familiar: tal vez una persona adulta de confianza (profesorado, tutoría universitaria, una trabajadora social, o servicios de orientación psicológica de tu universidad), alguien que te escuche y pueda ayudarte a ver qué pasos podrías dar de forma segura y legal.
Cuando existe violencia, aunque sea “solo” verbal, lo que hay es un vínculo tóxico que va afectando la autoestima, la claridad mental y la capacidad de tomar decisiones. Y aunque tu madre te lo prohíba, tú tienes derecho a cuidarte y a decidir por ti, especialmente si ya tienes la mayoría de edad.
Sé que ahora te sientes muy atrapada, y que el dolor puede parecer que no se va a terminar nunca, pero no estás sola. Hay caminos, aunque ahora no los veas todos. Si quieres, podemos hablar juntas sobre un plan concreto, poco a poco, que te permita ir saliendo de esta situación sin ponerte en riesgo. A veces solo necesitamos que alguien nos acompañe a ordenar los pasos con calma y sin juicio.
Gracias por tu valentía. Estoy aquí si me necesitas.
Con mucho cariño,
Laura Torreblanca
Gracias por escribir y por abrir tu historia con tanta honestidad. Sé que no es fácil hablar de lo que estás viviendo, y valoro profundamente que lo hayas hecho. Lo que describes no solo es doloroso, sino también muy injusto. Y quiero que sepas que lo que sientes tiene sentido: cuando el hogar se convierte en un lugar hostil, es completamente natural que necesites salir para proteger tu salud emocional y tu integridad.
Tu deseo de irte a vivir a la ciudad donde estudias, trabajar y sostenerte por ti misma es una expresión clara de madurez, de responsabilidad y de deseo de cuidarte. Que estés pensando en esa salida no es un capricho, sino una forma de supervivencia. Estás viendo con claridad lo que necesitas, y eso ya es un paso muy valioso.
Dices que ya estás yendo al psicólogo, lo cual es muy importante. Pero también necesitas, como tú misma dices, acciones concretas para salir de un entorno que te está haciendo daño. Aquí es clave que puedas buscar apoyo fuera del sistema familiar: tal vez una persona adulta de confianza (profesorado, tutoría universitaria, una trabajadora social, o servicios de orientación psicológica de tu universidad), alguien que te escuche y pueda ayudarte a ver qué pasos podrías dar de forma segura y legal.
Cuando existe violencia, aunque sea “solo” verbal, lo que hay es un vínculo tóxico que va afectando la autoestima, la claridad mental y la capacidad de tomar decisiones. Y aunque tu madre te lo prohíba, tú tienes derecho a cuidarte y a decidir por ti, especialmente si ya tienes la mayoría de edad.
Sé que ahora te sientes muy atrapada, y que el dolor puede parecer que no se va a terminar nunca, pero no estás sola. Hay caminos, aunque ahora no los veas todos. Si quieres, podemos hablar juntas sobre un plan concreto, poco a poco, que te permita ir saliendo de esta situación sin ponerte en riesgo. A veces solo necesitamos que alguien nos acompañe a ordenar los pasos con calma y sin juicio.
Gracias por tu valentía. Estoy aquí si me necesitas.
Con mucho cariño,
Laura Torreblanca
Lamento mucho que estés pasando por una situación tan difícil y que te sientas atrapada, aunque me alegra saber que ya estás tomando pasos para cuidar de tu salud mental. Aunque ahora todo parezca muy complicado, recuerda que no estás sola y que hay caminos para mejorar tu situación.
Una opción importante es buscar apoyo en personas de confianza, como algún familiar, amigo cercano o algún profesional que conozcas, que pueda ayudarte a explorar las mejores maneras de salir de esa situación. Además, en muchas ciudades existen recursos y centros de atención a jóvenes que atraviesan dificultades familiares, donde pueden brindarte orientación legal y emocional para encontrar una alternativa segura de vivir y estudiar. En cuanto a la postura de tu madre, tal vez os podría beneficiar acudir a algunas sesiones de psicoterapia familiar (ya sea con la que vas ahora o iniciar una intervención paralela) para tratar de facilitar la comunicación entre vosotras.
Es importante que tu psicólogo actual esté al corriente de tu situación y también de tus pensamientos suicidas. Recuerda que tu bienestar y seguridad son prioritarios y que tu vida es solo tuya.
Una opción importante es buscar apoyo en personas de confianza, como algún familiar, amigo cercano o algún profesional que conozcas, que pueda ayudarte a explorar las mejores maneras de salir de esa situación. Además, en muchas ciudades existen recursos y centros de atención a jóvenes que atraviesan dificultades familiares, donde pueden brindarte orientación legal y emocional para encontrar una alternativa segura de vivir y estudiar. En cuanto a la postura de tu madre, tal vez os podría beneficiar acudir a algunas sesiones de psicoterapia familiar (ya sea con la que vas ahora o iniciar una intervención paralela) para tratar de facilitar la comunicación entre vosotras.
Es importante que tu psicólogo actual esté al corriente de tu situación y también de tus pensamientos suicidas. Recuerda que tu bienestar y seguridad son prioritarios y que tu vida es solo tuya.
Gracias por expresar lo que estás viviendo con tanta claridad. Estás describiendo una situación muy difícil, y que merece ser tomada en serio. El bloqueo que sientes no es por debilidad, sino porque te encuentras atrapada entre decisiones que parecen no estar en tus manos, pero que afectan directamente a tu bienestar.
Cuando mencionas pensamientos suicidas, eso es una señal clara de que estás sufriendo profundamente. Es una forma —muy seria— de expresar que ya no encuentras salida. Pero lo más importante es entender que lo que estás pidiendo no es dejar de vivir, sino dejar de vivir así. Eso sí tiene salida, aunque ahora no la veas con claridad.
En momentos así, es común pensar que solo hay una opción. Pero muchas veces, lo que más ayuda es ampliar el foco y ver que hay más caminos, incluso si al principio no parecen accesibles. Una opción importante puede ser que vuelvas a plantear tu situación con tu psicólogo o psicóloga, no solo desde el malestar emocional, sino desde la necesidad de encontrar estrategias concretas para salir del entorno actual. Tal vez no sea posible cambiar a toda la familia o a tu madre ahora mismo, pero sí pueden ayudarte a identificar recursos externos, apoyos sociales, becas, ayudas o incluso pasos pequeños que te acerquen a tu objetivo.
A los 19 años, estás en una etapa en la que es legítimo buscar autonomía y proteger tu salud mental. Si tu hogar está siendo un lugar perjudicial para ti —aunque el maltrato no sea físico— eso no es menor ni debe ser normalizado. Mereces vivir en un entorno seguro, que no te dañe ni te limite.
Te animo a que no te encierres sola con esta sensación de “no puedo más”. Has hecho algo muy importante: pedir ayuda. Ahora el siguiente paso es seguir pidiéndola, con claridad, y sin miedo a insistir. A veces no es que no haya salida, es que aún no has encontrado a quien te acompañe a construirla.
Cuenta con que no estás sola. Y por favor, si en algún momento sientes que los pensamientos suicidas se intensifican, acude a un servicio de urgencia o habla directamente con un profesional especializado, en España cuentas con el 024. Pedir ayuda en ese momento no es rendirse, es cuidarte.
Cuando mencionas pensamientos suicidas, eso es una señal clara de que estás sufriendo profundamente. Es una forma —muy seria— de expresar que ya no encuentras salida. Pero lo más importante es entender que lo que estás pidiendo no es dejar de vivir, sino dejar de vivir así. Eso sí tiene salida, aunque ahora no la veas con claridad.
En momentos así, es común pensar que solo hay una opción. Pero muchas veces, lo que más ayuda es ampliar el foco y ver que hay más caminos, incluso si al principio no parecen accesibles. Una opción importante puede ser que vuelvas a plantear tu situación con tu psicólogo o psicóloga, no solo desde el malestar emocional, sino desde la necesidad de encontrar estrategias concretas para salir del entorno actual. Tal vez no sea posible cambiar a toda la familia o a tu madre ahora mismo, pero sí pueden ayudarte a identificar recursos externos, apoyos sociales, becas, ayudas o incluso pasos pequeños que te acerquen a tu objetivo.
A los 19 años, estás en una etapa en la que es legítimo buscar autonomía y proteger tu salud mental. Si tu hogar está siendo un lugar perjudicial para ti —aunque el maltrato no sea físico— eso no es menor ni debe ser normalizado. Mereces vivir en un entorno seguro, que no te dañe ni te limite.
Te animo a que no te encierres sola con esta sensación de “no puedo más”. Has hecho algo muy importante: pedir ayuda. Ahora el siguiente paso es seguir pidiéndola, con claridad, y sin miedo a insistir. A veces no es que no haya salida, es que aún no has encontrado a quien te acompañe a construirla.
Cuenta con que no estás sola. Y por favor, si en algún momento sientes que los pensamientos suicidas se intensifican, acude a un servicio de urgencia o habla directamente con un profesional especializado, en España cuentas con el 024. Pedir ayuda en ese momento no es rendirse, es cuidarte.
Hola, siento mucho que estés atravesando esta situación, por lo que me parece muy importante que al menos puedas tener acompañamiento psicológico, aunque en ocasiones no sea suficiente, al no poder cambiar nuestra realidad. Es necesario que si la idea de acabar con tu vida es recurrente, lo trates con tu terapeuta y generéis un plan de seguridad. Pero la sensación de bloqueo que describes es muy común cuando atravesamos este tipo de vivencias donde suele desencadenarse lo que llamamos "indefensión aprendida" que es el sentir "no puedo hacer nada" o el "estoy atrapada aquí" que expones, cuando hemos luchado contra circunstancias que no estaban en nuestra mano cambiarlas o hemos sufrido un maltrato continuado, y nos hemos desgastado. Mucho ánimo.
Hola,
Gracias por compartir con tanta sinceridad lo que estás viviendo. Lo que describes es muy duro y entiendo que te sientas al límite. Ya el hecho de buscar ayuda y expresarlo así demuestra fortaleza, aunque ahora te sientas atrapada.
El deseo de independizarte es legítimo, sobre todo si el entorno familiar es hostil. Y el hecho de que quieras trabajar para lograrlo habla de tu responsabilidad y madurez. Entiendo que sientas que tus opciones están limitadas, pero no estás sola.
Ya estás dando un paso importante al ir al psicólogo, pero si los pensamientos suicidas persisten, es fundamental que lo comuniques claramente a tu terapeuta o que acudas a un recurso de urgencia en salud mental. Además, podrías valorar acudir a un servicio de atención social o al área de orientación de tu universidad, donde pueden ayudarte a explorar alternativas reales de vivienda y apoyo económico.
Tener 19 años implica que ya tienes capacidad legal para tomar decisiones sobre tu vida. A veces se necesita apoyo externo para poder ejercer ese derecho cuando el entorno familiar no lo permite.
Sigue buscando ayuda. Hay salidas, aunque ahora se vean lejanas. No estás atrapada: estás en un momento difícil, pero con apoyo adecuado puedes avanzar hacia una vida más libre y segura.
Si lo deseas, ponte en contacto conmigo por WhatsApp (tienes mi número en mi perfil de Doctoralia). No tienes que abonar nada. Vemos juntas cómo puedo ayudarte.
Gracias por compartir con tanta sinceridad lo que estás viviendo. Lo que describes es muy duro y entiendo que te sientas al límite. Ya el hecho de buscar ayuda y expresarlo así demuestra fortaleza, aunque ahora te sientas atrapada.
El deseo de independizarte es legítimo, sobre todo si el entorno familiar es hostil. Y el hecho de que quieras trabajar para lograrlo habla de tu responsabilidad y madurez. Entiendo que sientas que tus opciones están limitadas, pero no estás sola.
Ya estás dando un paso importante al ir al psicólogo, pero si los pensamientos suicidas persisten, es fundamental que lo comuniques claramente a tu terapeuta o que acudas a un recurso de urgencia en salud mental. Además, podrías valorar acudir a un servicio de atención social o al área de orientación de tu universidad, donde pueden ayudarte a explorar alternativas reales de vivienda y apoyo económico.
Tener 19 años implica que ya tienes capacidad legal para tomar decisiones sobre tu vida. A veces se necesita apoyo externo para poder ejercer ese derecho cuando el entorno familiar no lo permite.
Sigue buscando ayuda. Hay salidas, aunque ahora se vean lejanas. No estás atrapada: estás en un momento difícil, pero con apoyo adecuado puedes avanzar hacia una vida más libre y segura.
Si lo deseas, ponte en contacto conmigo por WhatsApp (tienes mi número en mi perfil de Doctoralia). No tienes que abonar nada. Vemos juntas cómo puedo ayudarte.
Hola, gracias por compartir algo tan difícil y como tu situación actual. Siento tu malestar.
Es importante reconocer que vivir en un entorno hostil o controlador puede afectar gravemente el bienestar emocional. Sin embargo, también es fundamental entender que, aunque las circunstancias externas puedan limitarte, tú sigues siendo la responsable de tu vida y tienes capacidad de tomar decisiones dentro de lo posible, por pequeñas que parezcan al inicio.
A los 19 años, ya estás en un momento de transición donde comienza tu autonomía personal. Si estás decidida a cambiar tu entorno, te animo a tomar acciones concretas, paso a paso, para ganar independencia. Esto puede incluir informarte sobre recursos sociales en la ciudad donde estudias (servicios para jóvenes, vivienda, becas, orientación legal, etc.), buscar ayuda profesional en centros públicos o universitarios, o incluso hablar con una trabajadora social. Todo eso forma parte de hacerte cargo de tu bienestar.
Entiendo que ahora todo parece bloqueado, pero no subestimes tu capacidad para empezar a moverte desde donde estás. Aunque hoy no tengas el permiso de otros, lo importante es que tú te des permiso a ti misma para comenzar a construir una vida propia y segura.
Te recomiendo seguir con tu terapia. A veces el trabajo psicológico también implica tomar decisiones difíciles, aunque generen conflicto externo. Tu libertad emocional empieza cuando tú decides priorizarte.
Es importante reconocer que vivir en un entorno hostil o controlador puede afectar gravemente el bienestar emocional. Sin embargo, también es fundamental entender que, aunque las circunstancias externas puedan limitarte, tú sigues siendo la responsable de tu vida y tienes capacidad de tomar decisiones dentro de lo posible, por pequeñas que parezcan al inicio.
A los 19 años, ya estás en un momento de transición donde comienza tu autonomía personal. Si estás decidida a cambiar tu entorno, te animo a tomar acciones concretas, paso a paso, para ganar independencia. Esto puede incluir informarte sobre recursos sociales en la ciudad donde estudias (servicios para jóvenes, vivienda, becas, orientación legal, etc.), buscar ayuda profesional en centros públicos o universitarios, o incluso hablar con una trabajadora social. Todo eso forma parte de hacerte cargo de tu bienestar.
Entiendo que ahora todo parece bloqueado, pero no subestimes tu capacidad para empezar a moverte desde donde estás. Aunque hoy no tengas el permiso de otros, lo importante es que tú te des permiso a ti misma para comenzar a construir una vida propia y segura.
Te recomiendo seguir con tu terapia. A veces el trabajo psicológico también implica tomar decisiones difíciles, aunque generen conflicto externo. Tu libertad emocional empieza cuando tú decides priorizarte.
Hola, gracias por compartir con tanta claridad lo que estás viviendo
Estás en una situación muy dura, y es importante que sepas que lo que estás sintiendo tiene mucho sentido: cuando el entorno familiar es hostil o controlador, especialmente en etapas tan significativas como la juventud, es natural sentirse bloqueada, desesperada o con el deseo urgente de escapar.
Por lo que cuentas, ya has dado pasos importantes: estás estudiando, vas al psicólogo y estás buscando caminos para tener independencia económica y emocional. Eso habla de tu fortaleza y tus ganas de vivir de otra manera, aunque ahora mismo sientas que no puedes más
Cuando los límites impuestos por los padres afectan tu salud mental y te impiden tomar decisiones adultas sobre tu vida, como trabajar o emanciparte, se cruza una línea importante. Si la situación en casa está dañando gravemente tu bienestar emocional, te animo a hablar con tu psicólogo/a sobre los pensamientos suicidas que mencionas: no estás sola, y es muy importante que puedas recibir acompañamiento específico para ellos.
También podrías valorar contactar con servicios de orientación juvenil, asistentes sociales o puntos de información en tu universidad. A veces existen recursos para jóvenes que necesitan salir de su hogar por motivos graves, y no siempre se conocen fácilmente.
Estás haciendo lo que puedes con las herramientas que tienes. Y aunque hoy te sientas atrapada, no estás sin salida. No dejes de buscar apoyos externos que te ayuden a fortalecer tus pasos hacia la autonomía y la protección emocional que mereces
Con todo mi respeto y apoyo,
Elbire Arana – Psicóloga General Sanitaria
Colegiada M-42807
Estás en una situación muy dura, y es importante que sepas que lo que estás sintiendo tiene mucho sentido: cuando el entorno familiar es hostil o controlador, especialmente en etapas tan significativas como la juventud, es natural sentirse bloqueada, desesperada o con el deseo urgente de escapar.
Por lo que cuentas, ya has dado pasos importantes: estás estudiando, vas al psicólogo y estás buscando caminos para tener independencia económica y emocional. Eso habla de tu fortaleza y tus ganas de vivir de otra manera, aunque ahora mismo sientas que no puedes más
Cuando los límites impuestos por los padres afectan tu salud mental y te impiden tomar decisiones adultas sobre tu vida, como trabajar o emanciparte, se cruza una línea importante. Si la situación en casa está dañando gravemente tu bienestar emocional, te animo a hablar con tu psicólogo/a sobre los pensamientos suicidas que mencionas: no estás sola, y es muy importante que puedas recibir acompañamiento específico para ellos.
También podrías valorar contactar con servicios de orientación juvenil, asistentes sociales o puntos de información en tu universidad. A veces existen recursos para jóvenes que necesitan salir de su hogar por motivos graves, y no siempre se conocen fácilmente.
Estás haciendo lo que puedes con las herramientas que tienes. Y aunque hoy te sientas atrapada, no estás sin salida. No dejes de buscar apoyos externos que te ayuden a fortalecer tus pasos hacia la autonomía y la protección emocional que mereces
Con todo mi respeto y apoyo,
Elbire Arana – Psicóloga General Sanitaria
Colegiada M-42807
¿No has encontrado la respuesta que necesitabas? ¡Envía tu pregunta!
¿Tu caso es similar? Estos profesionales pueden ayudarte:
Todos los contenidos publicados en Doctoralia, especialmente preguntas y respuestas, son de carácter informativo y en ningún caso deben considerarse un sustituto de un asesoramiento médico.