Me llamo Rubén. Soy psicólogo, y llevo más de nueve años acompañando a personas en procesos de cambio reales.
Cuando tenía 16 una profesora de mi instituto en Móstoles me llamó fracasado.
Me dijo que no iba a llegar a nada, y probablemente, en ese momento, no le faltaba razón.
No le contesté, ni sentí rabia. Pero con los años entendí que aquella frase fue una semilla que activó algo en mi interior. Como un aviso.
Aunque esa no es la razón por la que soy psicólogo, sí que puedo decirte que si me dedico a esto es porque creo en la posibilidad de cambio real, lento y sólido, como el que experimenta una planta cuando se dan las condiciones adecuadas.
Mi trabajo es crear esas condiciones contigo, acompañarte para que aprendas a cambiar de forma natural, presente y constante.
No se trata de cambiar quién eres, sino de cambiar cómo te relacionas con lo que piensas, sientes y haces.
Ahí es donde ocurre el verdadero progreso.
¿Por qué hago lo que hago? Porque también estoy y he estado ahí.
He vivido momentos en los que lo que sentía por dentro no representaba lo que mostraba fuera.
Y sé lo liberador que es dejar de fingir que todo va bien y empezar a vivir con coherencia.
La ansiedad, el agotamiento o la tristeza no son enemigos; son señales.
Y atreverse a mirarlas de frente, aunque sea por primera vez, es un acto de valor.
Ese es el punto de partida de todo cambio.
¿Con quién trabajo?
Trabajo con personas que buscan otra manera de funcionar en su vida, que quieren calma, dirección y seguridad interior.
Con deportistas profesionales que entienden que el talento no basta y que la cabeza, si se entrena, puede convertirse en su mayor aliada.
Con profesionales, empresarios y emprendedores que viven bajo presión, que toman decisiones de peso y quieren recuperar foco, presencia y propósito.
Con padres y madres que quieren conectar con sus hijos y sentirse parte de su proceso sin perderse a sí mismos.
Y con personas sordas, porque soy CODA (hijo de padres sordos) y comprendo ese mundo desde dentro, desde que nací.
En definitiva, trabajo con personas que sienten que seguir igual ya no tiene sentido, aunque todavía no sepan hacia dónde moverse.
¿Cómo trabajo?
Creo que no necesitas entenderlo todo para empezar.
Solo hace falta parar, aceptar lo que hay y disponer la atención hacia lo que cuenta.
Sin aceptación, no hay cambio.
Tampoco hace falta tener más confianza, autoestima o seguridad para iniciar este proceso.
El cambio empieza al mirar de otra forma lo que tiendes a evitar.
Trabajo con una metodología propia desarrollada durante estos años: una integración de las Terapias de Tercera Generación (ACT y CFT) y de la experiencia directa con cientos de personas en contextos reales. La llamo ACT-Flex®.
No es un modelo teórico, es una forma práctica de entrenar la mente:
aceptar, soltar, decidir y actuar con coherencia, sin perder la presencia ni los valores. Y no lo hago solo.
Cuento con un equipo de psicólogos en Málaga, Asturias y Madrid con los que comparto criterios, seguimiento y procesos.
Si por tus características encajas mejor con alguien del equipo, te lo propongo.
Siempre hay opciones.
¿Por qué confiar en este proceso?
Porque este trabajo no va de hablar ni de desahogarse sin sentido.
Va de vivir de otra manera, con lo que hay, con lo que eres.
Porque no necesitas tener todas las respuestas.
Solo disposición para hacerte preguntas distintas.
Y porque sé lo que pasa cuando la cabeza va a mil y sigues como si nada.
También sé lo que cambia cuando te das cuenta y decides hacer algo diferente.
El primer paso no tiene que ser grande, es suficiente con estar dispuesto a darlo.
Podemos empezar por ahí.