Dieta (fodmap)

La dieta FODMAP es un enfoque nutricional diseñado para gestionar los síntomas del síndrome del intestino irritable (SII) y otros trastornos gastrointestinales. Se centra en la reducción de ciertos carbohidratos fermentables que pueden ser difíciles de digerir y que, al ser consumidos, pueden provocar síntomas como hinchazón, gases y dolor abdominal. La importancia de esta dieta radica en su capacidad para mejorar significativamente la calidad de vida de quienes padecen estos trastornos, aliviando los síntomas y promoviendo un bienestar digestivo óptimo.

Contenido verificado por María Del Mar Silva Rivera

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¿Para qué se utiliza la dieta FODMAP?

Principalmente para aliviar los síntomas del síndrome del intestino irritable (SII) y otras afecciones gastrointestinales funcionales. Al reducir la ingesta de ciertos carbohidratos fermentables que son difíciles de digerir, se busca disminuir la hinchazón, el dolor abdominal, los gases y la diarrea. Esta dieta ha demostrado ser efectiva para mejorar la calidad de vida de quienes padecen estas afecciones, al identificar y limitar los alimentos que desencadenan los síntomas.

¿Cómo funciona la dieta FODMAP?

Esta dieta se centra en la reducción de ciertos carbohidratos fermentables que pueden causar síntomas digestivos. Estos carbohidratos, conocidos como FODMAPs, se encuentran en una variedad de alimentos comunes. Al seguir esta dieta, se eliminan inicialmente los alimentos ricos en FODMAPs para luego reintroducirlos gradualmente. Este proceso permite identificar qué alimentos específicos desencadenan síntomas como hinchazón, gases o dolor abdominal. La dieta se implementa bajo la supervisión de un dietista-nutricionista con formación en dieta FODMAP para asegurar que se mantenga una nutrición adecuada.

¿Cuánto tiempo dura la dieta FODMAP?

La duración varía según las necesidades individuales y la respuesta del organismo al tratamiento. Generalmente, se estructura en tres fases: eliminación, reintroducción y personalización. La fase de eliminación suele durar entre 4 y 6 semanas, durante las cuales se eliminan alimentos altos en FODMAP para observar mejoras en los síntomas. Posteriormente, la fase de reintroducción permite identificar los alimentos que causan molestias, y esta fase puede durar varias semanas. Finalmente, la fase de personalización se centra en crear una dieta a largo plazo que sea sostenible y adecuada para el individuo. Los alimentos que en la segunda fase se han podido identificar como causantes de síntomas se volverán a intentar reintroducir más adelante.

¿Cómo prepararse para la dieta FODMAP?

Antes de comenzar, se recomienda llevar un registro detallado de los alimentos consumidos y los síntomas experimentados. Esto ayudará a identificar patrones y evaluar la efectividad de la dieta. Además, se aconseja consultar con un dietista-nutricionista especializado en FODMAP para recibir orientación personalizada. Se debe disponer de una lista de alimentos permitidos y prohibidos, y planificar las comidas con antelación para evitar errores. Es importante también informarse sobre las etiquetas de los productos alimenticios para detectar ingredientes que deben evitarse.

Precios de los servicios por ciudad

  • Madrid Desde 45 €

    6 clínicas, 18 especialistas


  • Sevilla Desde 49 €

    4 clínicas, 8 especialistas


  • Barcelona Desde 40 €

    1 clínica, 10 especialistas


  • Valencia Desde 49 €

    2 clínicas, 5 especialistas


  • Zaragoza Desde 49 €

    2 clínicas, 5 especialistas


  • A Coruña Desde 50 €

    1 clínica, 1 especialista


Preguntas frecuentes

  • ¿Quién puede beneficiarse de la dieta FODMAP?

    Pueden beneficiarse personas que experimentan síntomas de trastornos gastrointestinales, como el síndrome del intestino irritable (SII). Aquellos que sufren de hinchazón, gases, diarrea o estreñimiento pueden encontrar alivio al seguir este enfoque alimenticio. También puede ser útil para quienes tienen sensibilidad a ciertos carbohidratos fermentables presentes en alimentos comunes. Sin embargo, es importante que la implementación de esta dieta se realice bajo la supervisión de un dietista-nutricionista, para asegurar que se mantenga una nutrición adecuada y se identifiquen correctamente los desencadenantes alimentarios de los síntomas.
  • En la fase inicial, se recomienda consumir alimentos bajos en FODMAP. Entre los permitidos se encuentran las carnes y pescados frescos, huevos, arroz, avena, quinoa, zanahorias, espinacas, tomates, calabacines, fresas, naranjas, uvas y plátanos. También se pueden incluir productos sin lactosa y pequeñas cantidades de nueces y semillas. Es importante seguir esta dieta bajo la supervisión de un dietista-nutricionista especializado para asegurar una correcta nutrición y adaptación a las necesidades individuales.
  • Se deben evitar alimentos ricos en oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles fermentables. Algunos de estos alimentos incluyen ciertos tipos de frutas como manzanas, peras y sandías; verduras como cebolla, ajo y coliflor; productos lácteos que contienen lactosa; legumbres como garbanzos, lentejas o alubias; y edulcorantes como sorbitol y manitol. Estos compuestos pueden ser difíciles de digerir para algunas personas, causando síntomas gastrointestinales. Se recomienda seguir esta dieta bajo la supervisión de un dietista-nutricionista especializado para asegurar una correcta implementación y evitar deficiencias nutricionales.
  • Algunos efectos secundarios pueden incluir deficiencias nutricionales si no se lleva a cabo correctamente, ya que ciertos grupos de alimentos se limitan. Además, puede experimentarse un cambio en los hábitos intestinales al ajustar la ingesta de fibra. Es fundamental seguir las recomendaciones de un dietista-nutricionista para asegurar una dieta equilibrada y evitar posibles complicaciones. Además, al ser una dieta restrictiva puede producir cambios en la microbiota o incluso llegar a empeorarla, por lo que el especialista, generalmente, puede pautar probióticos u otros suplementos para evitar dicha situación.
  • Sí, la dieta baja en FODMAP se ha demostrado eficaz para personas con síndrome del intestino irritable (SII) que no tienen control sobre sus síntomas. Esta dieta se centra en reducir ciertos carbohidratos fermentables que pueden causar síntomas digestivos como hinchazón, gases y dolor abdominal. Al seguir este enfoque, se pueden identificar los alimentos que desencadenan los síntomas y mejorar el bienestar digestivo. Sin embargo, es importante que la implementación de esta dieta se realice bajo la supervisión de un dietista-nutricionista especializado, para asegurar que se mantenga un equilibrio nutricional adecuado, se proteja la microbiota y se obtengan los mejores resultados.
  • Los alimentos se reintroducen de manera gradual y controlada para identificar cuáles causan síntomas. Se recomienda introducir un grupo de alimentos FODMAP a la vez, comenzando con pequeñas cantidades y aumentando progresivamente. Cada grupo debe ser probado durante varios días, observando cualquier reacción adversa. Si no se presentan síntomas, ese grupo de alimentos puede ser reincorporado a la dieta habitual una vez se termina la fase de testeo. En caso de reacciones negativas, se debe evitar ese grupo y pasar al siguiente. Este proceso debe realizarse bajo la supervisión de un dietista-nutricionista especializado para asegurar su efectividad y seguridad.
  • Los roles del médico y del dietista-nutricionista son complementarios. La supervisión por el médico en cuanto a la determinación de causas del problema digestivo y la del dietista-nutricionista especializado para el diseño y seguimiento de la dieta es altamente recomendada al seguir esta dieta, especialmente al inicio. La dieta FODMAP es compleja y restrictiva, diseñada para identificar alimentos que pueden causar síntomas digestivos. Un profesional de la salud, como un médico endocrino con especialización en nutrición o un dietista-nutricionista, ambos a su vez especializados en dieta FODMAP, pueden guiar adecuadamente el proceso, asegurando que se sigan todas las fases correctamente y se mantenga una nutrición equilibrada. Además, la supervisión ayuda a personalizar el plan según las necesidades individuales y a prevenir deficiencias nutricionales. Por lo tanto, contar con apoyo profesional es crucial para obtener los mejores resultados.
  • Si no se experimenta mejoría, se recomienda consultar con un especialista, como un médico digestivo, un endocrino especializado en nutrición o un dietista-nutricionista especializado en trastornos digestivos. Es posible que se requiera una evaluación más detallada para identificar otros factores que puedan estar contribuyendo a los síntomas, como intolerancias alimentarias adicionales o condiciones médicas subyacentes. Además, el seguimiento de la dieta debe ser revisado para asegurar que se está implementando correctamente. En algunos casos, pueden ser necesarios ajustes personalizados para lograr los resultados deseados.

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