Microblading

El procedimiento puede causar una leve molestia, pero no se considera doloroso. Antes de comenzar, se aplica una crema anestésica tópica en la zona de las cejas para minimizar cualquier incomodidad. La mayoría de las personas describen la sensación como similar a un raspado suave o una ligera presión. La tolerancia al dolor varía entre individuos, pero generalmente se experimenta como una molestia manejable. Los especialistas se aseguran de que el proceso sea lo más cómodo posible, ajustando la técnica según sea necesario para cada persona.

Después del procedimiento, se debe evitar mojar las cejas durante al menos una semana. Se recomienda no aplicar maquillaje en la zona tratada y evitar la exposición directa al sol. Es importante no rascar ni tocar las cejas para permitir que la piel sane adecuadamente. Se aconseja aplicar una crema cicatrizante recomendada por el especialista para mantener la hidratación. Además, se debe evitar el uso de saunas, piscinas y baños de vapor durante las primeras dos semanas. Siguiendo estas indicaciones, se asegura una correcta cicatrización y se prolonga la duración del tratamiento.

Entre los más comunes se encuentran la irritación de la piel, enrojecimiento o hinchazón en el área tratada. En casos más raros, pueden ocurrir infecciones si no se siguen adecuadamente las normas de higiene durante el procedimiento. También es posible experimentar reacciones alérgicas a los pigmentos utilizados. Es fundamental que el tratamiento sea realizado por un especialista y que se sigan todas las recomendaciones de cuidado posterior para minimizar estos riesgos.

El color y la forma de las cejas se seleccionan cuidadosamente para lograr un resultado natural y armonioso con las características faciales de cada persona. Antes de comenzar el procedimiento, se realiza una consulta detallada en la que se evalúan el tono de piel, el color natural del cabello y las preferencias personales. Se utilizan pigmentos de alta calidad que se mezclan para obtener el tono ideal. En cuanto a la forma, se dibuja un boceto preliminar que se ajusta según la simetría y proporciones del rostro, asegurando que el diseño final complemente la expresión facial.

Sí, pero se recomienda una evaluación previa por parte de un especialista. Es importante informar sobre cualquier condición médica, alergias o tratamientos previos en la piel. En algunos casos, se puede requerir una prueba de alergia para garantizar la seguridad del tratamiento. Además, se pueden adaptar la técnica y los productos utilizados para minimizar cualquier riesgo de irritación o reacción adversa.

Por lo general, se requieren dos sesiones para obtener resultados óptimos. La primera sesión se centra en el diseño y la aplicación inicial del pigmento en las cejas. Después de esta sesión, se recomienda una cita de retoque, que suele programarse entre 4 a 6 semanas después, para ajustar el color y la forma, asegurando así un acabado perfecto y duradero. Esta segunda sesión permite corregir cualquier imperfección y garantizar que el pigmento se haya asentado adecuadamente en la piel. Es importante seguir las recomendaciones del especialista para mantener los resultados a largo plazo.