Ondas de choque

Los efectos secundarios son enrojecimiento, hinchazón o hematomas en la zona tratada. Puede haber un aumento temporal del dolor después del tratamiento debido a la respuesta inflamatoria, que es parte del proceso de curación. Ocasionalmente, se reportan síntomas como entumecimiento o sensaciones extrañas. Sin embargo, estos efectos suelen disminuir rápidamente. Es importante discutir las preocupaciones y el historial médico con el terapeuta antes del tratamiento para minimizar riesgos.

Se recomienda evitar actividades extenuantes o deportes intensivos durante al menos 48 horas. Esto permite que el área tratada inicie el proceso de curación sin estrés adicional. Sin embargo, se pueden realizar actividades diarias normales. Es importante seguir las recomendaciones específicas del especialista respecto a la actividad física y cuidados post-tratamiento para optimizar los resultados y minimizar molestias.

Muchas personas experimentan alivio del dolor y mejora en la función durante varios meses. A veces, se requieren múltiples sesiones para obtener resultados óptimos. La mejoría suele ser progresiva, alcanzando su máximo entre 4 y 12 semanas después del tratamiento. Un seguimiento adecuado y continuar con el consejo del médico es esencial para mantener los beneficios.

Las ondas de choque son efectivas para tratar la fascitis plantar al estimular el proceso de curación natural del cuerpo. La terapia ayuda a reducir el dolor e inflamación al mejorar el flujo sanguíneo en el área afectada. Es una alternativa no invasiva que puede evitar la necesidad de cirugía. Varios estudios han mostrado una alta tasa de éxito en el alivio de síntomas con varias sesiones. El tratamiento debe ser realizado por un profesional capacitado para asegurar su eficacia y seguridad.

La litotricia extracorpórea por ondas de choque (LEOC) es un procedimiento no invasivo que utiliza ondas acústicas de alta energía para desintegrar cálculos renales en fragmentos pequeños, que pueden ser expulsados del cuerpo a través de la orina. El procedimiento se realiza bajo sedación leve o anestesia local y no requiere hospitalización prolongada. Es una opción para tratar cálculos sin cirugía, aunque puede no ser adecuado para todos, dependiendo del tamaño y ubicación de los cálculos.

La terapia de ondas de choque es eficaz para tratar calcificaciones, especialmente en los tendones, como el hombro. Funciona rompiendo los depósitos de calcio, promoviendo su reabsorción natural y reduciendo el dolor. El tratamiento mejora el rango de movimiento y la función al abordar directamente la causa del dolor. Se requiere una evaluación médica exhaustiva para garantizar que este tratamiento sea adecuado para el tipo específico de calcificación y lograr los mejores resultados posibles.

Las ondas de choque son una opción para tratar espolones calcáneos. Actúan reduciendo el dolor e inflamación asociados, mejorando el flujo sanguíneo y estimulando la curación de los tejidos blandos alrededor del espolón. Este tratamiento es no invasivo y puede evitar la necesidad de cirugía. Los pacientes suelen experimentar alivio tras varias sesiones, con una mejora progresiva en el movimiento y disminución del dolor.