Artículos 15 enero 2024

Cómo lidiar con la pérdida y el duelo de manera saludable

Leticia Martín Enjuto Psicólogo, Psicólogo infantil
Leticia Martín Enjuto
Psicólogo, Psicólogo infantil

El proceso que transita una persona tras el fallecimiento de un ser querido, conforma, sin lugar a duda, uno de los momentos más abrumadores que se pueden experimentar.

Reconocer lo que conlleva la ausencia, implica hacer frente a una realidad que impacta sobre lo más profundo de nuestro ser.

Elisabeth Kübler Ross, estudiosa de la mente humana, psiquiatra y escritora suizo-estadounidense con diferentes premios en su haber, estableció 5 fases ante un proceso de duelo. En palabras suyas, la negación, la ira, la negociación, la depresión y la aceptación, fueron los diferentes estadios que acostumbra a recorrer una persona ante la pérdida de un ser querido. En el camino hacia la aceptación, existe confusión, periodos de añoranza, anhedonia, apatía y sensación de incapacidad de ajuste.

El proceso de duelo es difícil y está configurado dentro de estados anímicos que la persona no reconoce sobre sí. Este factor promueve que se torne conveniente, tomar en consideración las siguientes estrategias.

Reconoce, identifica y acepta tus emociones

Ante la pérdida de un ser querido, una infinidad de emociones se entrelazan. En muchas ocasiones, no logramos ponerles nombre, ni tan siquiera identificarlas. Sentimos las emociones fluir sin percatarnos de cuáles son o cómo se manifiestan. Por ello, es importante que las dejemos aflorar, que no las reprimamos. Si dichos sentimientos van acompañados de llanto, es valioso que lloremos, que seamos lo más fiel posible a nosotros mismos, sin escondernos ni simular un correlato menor.

En esta línea, comunica tus emociones, habla sobre ellas, selecciona confidentes, familiares o amigos que vayan a escuchar sin juzgar, en otras palabras, que acompañen sin invadir.

Aceptar la pérdida lleva tiempo, por lo que permítete darte el espacio que necesites, sin ritmos, sin comparaciones, sin tiempos, sin etiquetas.

La compasión hacia uno, es el camino que vehicula nuestra recuperación, la vía que escucha, no juzga, desde la paciencia, desde el amor. Puede que nunca dejemos de añorar a nuestro ser querido, sin embargo, la herida irá perdiendo intensidad con el paso del tiempo, irá cicatrizando, irá sanando. En esta dirección, la intensidad, duración y frecuencia con la que el dolor se manifieste en ti, irá disminuyendo.

Encuentra una vía de expresión saludable

Expresar tu dolor, es uno de los parámetros principales que nos van acercando a transitar un duelo saludable. Para ello, existen muchas rutas distintas que posibilitan esa apertura. Te invito a conocerlas.

Traslada cómo te sientes

Abrirte, conversar, identificar emociones con tu círculo cercano, ayuda a ir cerrando la espiral de desasosiego e intranquilidad que una persona sufre ante una pérdida. En esos momentos, necesitamos de catarsis, de desahogo, de un acercamiento hacia el otro a fin de acercarnos a nosotros.

Escribe un diario de pensamientos

Otro modo de expresar tu dolor es mediante el uso de un diario personal en el que volcar las vivencias que entiendas oportunas. Una herramienta cognitiva conductual trasladada a diario de pensamientos, de emociones y reflexiones. Un espacio, en definitiva, para ti en el que compartir tus momentos. Es positivo leer en voz alta lo descrito, es terapéutico y beneficioso conocer el punto en el que nos encontramos para, a partir de él, ir construyendo.

Libera endorfinas

Recorre tu ciudad, camina por sus calles, deposita una óptica en cada matiz que posibilite sorprenderte. Haz yoga, practica pilates, en definitiva, trata de estar en movimiento. La vida es movimiento y el movimiento es vida. El ejercicio libera endorfinas, factor que ayuda a mejorar tu estado de ánimo actuando como analgésico natural. Además, dichas prácticas te conducirán a dormir mejor y a gozar de un sueño reparador que fomentará la desescalada de sintomatología ansiógena.

Conecta con música

¿Qué papel juega la música? Escuchar música que conecte contigo es beneficioso para adoptar patrones saludables de afrontamiento. La música es un canalizador de la emoción, una herramienta fabulosa que promueve el bienestar. Está comprobado cómo favorece el funcionamiento psicológico de las personas, al mismo tiempo que propicia la segregación de neurotransmisores dopaminérgicos. Dicho de otro modo, activa sustancias químicas que se hallan en el sistema nervioso y que son causantes de generar comunicación entre las neuronas.

Evita el aislamiento

Comparte y simpatiza

Es altamente beneficioso que te relaciones con personas, que interactúen y trates, en la medida de lo posible, de compartir experiencias. Puede darse de diferentes formas, bien por mediación de nuestro núcleo cercano, así como tratando de hacernos con actividades que nos identifiquen y puedan conectar con personas afines a nosotras.

Únete a un grupo de apoyo

Otra de las posibilidades que nos encontramos es la de contactar con un grupo de apoyo con el que poder compartir nuestra esfera emocional. Sentirnos amparados por personas que se encuentran en un momento vital similar al nuestro, reduce la sensación de soledad y desesperanza.

Contacta con atención especializada

Existen ocasiones en las que se opta por el asesoramiento de un psicólogo persiguiendo el fin de poder conocer y trabajar en un acompañamiento psicoterapéutico. Un profesional de salud mental puede hacernos llegar diferentes estrategias que nos posibiliten un afrontamiento más saludable. Robert A. Neimeyer, profesor del departamento de psicología de la University of Memphis, en su libro «Aprender de la pérdida», ofrece una guía detallada sobre los beneficios que ofrece conocer una buena terapia.

mujer pelo corto manos cara llorando hombre consuela duelo perdida Recordemos a nuestra persona con amor, a tratar de intercambiar la tristeza de la ausencia por lo bonito de lo compartido.

Cuidar tu bienestar físico y emocional

Cuida de ti mismo y prioriza tu bienestar

Sobrellevar la pérdida de un ser querido, por regla general, se torna una tarea ardua y emocionalmente muy desgastante. Es por ello por lo que cuidar de ti mismo, es una de las tareas prioritarias en este camino. Para ello, podemos hacer uso de la meditación como técnica por excelencia de la práctica de atención plena. Por otro lado, para un pertinente autocuidado, se ha de poner el acento en el diálogo interno, por ende, en cómo nos hablamos. Si reparamos en este punto, vamos a lograr identificar qué mecanismos se están accionando en nosotros ante uno u otro pensamiento. Además, atenderemos también a la escucha resonante que posibilita un sentido de ubicación de las necesidades de uno.

Come sano, haz ejercicio y duerme lo suficiente

Otro de los pilares a los que tenemos que atender es a nuestro segundo cerebro, es decir, a nuestro intestino. Una dieta equilibrada, rica en alimentos nutritivos, proteínas magras y verduras, ayudarán a nuestro cuerpo a un mejor funcionamiento. Si a ello le sumamos un ejercicio regular, y una debida higiene del sueño, estaremos dando pasos hacia adelante.

Asimismo, deberemos limitar el consumo de alcohol y cafeína.

Practica técnicas de respiración

Nuestro autocuidado, también pasa por aprender ciertas técnicas de respiración. Tanto la respiración diafragmática como la respiración abdominal, o de bajo vientre de espiración prolongada, pueden ayudarte a conectar contigo y bajar nuestra sintomatología ansiógena.

Recordar a tu ser querido con amor

Compartamos amor

Este último bloque de contenido, está direccionado hacia el amor. A instar a que recordemos a nuestra persona con amor, a tratar de intercambiar la tristeza de la ausencia por lo bonito de lo compartido. Para ello, compartamos recuerdos felices, escuchemos a familiares y tratemos entre todos de trasladar una sonrisa de consuelo mutuo.

Continúa con tradiciones

En caso de que existieran, continúa con ellas. Puede que tuvierais la dicha de hornear galletas o festejar fechas concretas. Sigamos recordándolas. Continuar con las costumbres, nos acerca a la persona ausente, a sus hábitos. Porque, pese a que no esté físicamente con nosotros, su recuerdo sigue intacto en nuestros corazones. De este modo, honraremos su legado y garantizaremos que perdure.

Como hemos podido observar durante la lectura, una etapa de transición como lo es un duelo, tiene muchas caras. Caras que en su mayoría duelen y generan vacíos pero, a su misma vez, caras con sonrisas repletas de comienzos. Aunque existan veces en las que no encontremos consuelo, mantengamos esperanza en recobrar una nueva normalidad.

Créeme cuando te digo que, poco a poco, el dolor de la herida se irá mitigando. Eres más resiliente de lo que te imaginas.

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