La salud digestiva tiene un impacto directo en la calidad de vida, especialmente cuando hablamos de afecciones como el síndrome del intestino irritable (SII), el reflujo gástrico, la enfermedad de Crohn o la colitis ulcerosa.
Aunque se trata de patologías distintas, comparten un denominador común: la alimentación desempeña un papel clave en el control de los síntomas y en la evolución clínica.
En España, estas condiciones afectan a una parte significativa de la población. Abordarlas desde la nutrición no solo mejora el bienestar diario, sino que también puede reducir la necesidad de medicación y mejorar el pronóstico a largo plazo.
Síndrome del Intestino Irritable (SII): Se estima que afecta al 14% de la población española, siendo más frecuente en mujeres. Representa aproximadamente el 12% de las consultas en atención primaria y hasta un 28% de las visitas a especialistas en aparato digestivo1.
Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII): Incluye tanto la enfermedad de Crohn como la colitis ulcerosa. En España, la incidencia es de 16 casos por cada 100.000 habitantes al año (7,5 casos de Crohn y 8 de colitis ulcerosa). Aproximadamente el 0,8% de la población la padece, y su prevalencia sigue en aumento.
A continuación, abordaremos los aspectos clave de la alimentación para cada una de estas patologías digestivas.
El SII se manifiesta con síntomas como dolor abdominal, hinchazón y alteraciones en el ritmo intestinal (diarrea, estreñimiento o ambos). Algunas estrategias dietéticas útiles incluyen:
Abordarlas desde la nutrición no solo mejora el bienestar diario, sino que también puede reducir la necesidad de medicación.La dieta baja en FODMAP (oligosacáridos, disacáridos, monosacáridos y polioles fermentables) ha demostrado ser eficaz en personas con SII y SIBO (sobrecrecimiento bacteriano). Se estructura en tres fases:
El reflujo gastroesofágico puede intensificarse con alimentos que relajan el esfínter esofágico inferior o irritan el revestimiento gástrico. La dieta puede ayudar a reducir significativamente la sintomatología.
La Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII) requiere un abordaje nutricional cuidadoso, especialmente durante los brotes. La alimentación puede contribuir a reducir la inflamación y mejorar la absorción de nutrientes.
Una alimentación personalizada, ajustada a las necesidades y tolerancias individuales, es esencial para mejorar la salud digestiva y la calidad de vida.
En casos como el SII o la EII, contar con el acompañamiento de un nutricionista especializado permite un abordaje seguro y eficaz.
Cambios aparentemente pequeños —como fraccionar las comidas, elegir el método de cocción adecuado o reducir ciertos alimentos irritantes— pueden marcar una gran diferencia en el día a día.
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