De pequeña aprendí a hacer todo con la mano derecha (aún teniendo sospechas de que podría ser zurda)
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De pequeña aprendí a hacer todo con la mano derecha (aún teniendo sospechas de que podría ser zurda) y al cabo de los años, no podía hacer nada con la mano derecha y tuve que aprender a hacer todo con la mano izquierda. Como consecuencia de esto, tengo lateralidad cruzada y me cuesta muchísimo escribir y esto conlleva tener una caligrafía horrible y no puedo escribir en espacios pequeños. ¿Cómo podría mejorar mi escritura? ¿A quién podría acudir para solucionar este problema?

Lo que describes tiene mucho sentido desde el punto de vista del neurodesarrollo y de la organización corporal. Aprender a usar una mano que no era la dominante natural puede generar una especie de "desajuste interno", y cuando luego tu cuerpo recupera su tendencia original (es decir, usar la mano izquierda), ya ha habido años de esfuerzo, frustración y posiblemente confusión motriz. Esto es muy común en personas con lateralidad cruzada, donde el ojo dominante no coincide con la mano dominante, o se han forzado adaptaciones que interfieren en la fluidez del movimiento y la coordinación.
La caligrafía, en tu caso, no es un simple problema estético. Es una expresión de cómo se organiza tu cerebro para ejecutar una acción fina y sostenida, y cuando hay lateralidad cruzada o interferencias en el desarrollo motriz, esto afecta mucho más de lo que solemos imaginar: se cansa la mano, duele el brazo, se traza con inseguridad, se pierde control espacial, e incluso puede generar vergüenza o evitación de escribir. No estás exagerando si esto te ha generado incomodidad o malestar durante años.
Para mejorar tu escritura y reorganizar esa conexión entre cuerpo y gesto, puedes acudir a un/a terapeuta ocupacional especializado/a en integración sensorial o motricidad fina. Estas personas trabajan justo en el puente entre la neurología y la acción cotidiana, y tienen estrategias para ayudarte a fortalecer el trazo, mejorar el control postural, trabajar la prensión y ganar precisión. Muchas veces combinan ejercicios motrices con juegos visuales y táctiles para mejorar la organización lateral del cuerpo.
También podrías consultar con un/a psicomotricista, especialmente si vives en un lugar donde se trabaje desde un enfoque más integral del cuerpo y el desarrollo. No solo se centran en el trazo sino en cómo se coordina el cuerpo, cómo se sitúa en el espacio, cómo se regula el movimiento y cómo se consolida una lateralidad más estable. A veces trabajar desde ahí permite reducir la tensión que provoca escribir, y da más seguridad para trazar sin que se vuelva algo forzado.
En paralelo, si te interesa ir practicando por tu cuenta, puedes comenzar con ejercicios simples que no exijan precisión extrema, como:
Trazar letras grandes en hojas blancas sin líneas, para liberar el trazo y darle aire.
Usar pizarras o papel continuo en posición vertical, lo que activa más el hombro y da estabilidad al brazo.
Hacer ejercicios de preescritura (como espirales, ondas, zigzags, bucles) en distintos tamaños, para afianzar los movimientos sin necesidad de formar palabras.
Practicar con rotuladores o lápices más gruesos que se adapten mejor a tu agarre, evitando el cansancio o la rigidez.
Incorporar actividades previas de coordinación bilateral, como pasar objetos de una mano a otra, usar plastilina o juegos de puntería, para integrar el trabajo de ambos hemisferios cerebrales.
Por supuesto, también está bien que busques formas de expresión alternativas si escribir a mano siempre va a ser incómodo. Muchas personas con lateralidad cruzada encuentran alivio al permitirse escribir en ordenador, grabar notas de voz o simplemente elegir cuándo escribir a mano y cuándo no. No tienes por qué forzar algo que para ti ha sido históricamente un reto.
Lo importante es no verlo como un defecto, sino como una consecuencia coherente de tu historia corporal. Tu cerebro y tu cuerpo hicieron lo que pudieron para adaptarse, y ahora merecen que los ayudes a reorganizarse con cuidado y sin juicio. A veces lo que más se necesita no es escribir “mejor”, sino escribir sin culpa, sin presión, sin vergüenza. Y eso también se puede entrenar.
La caligrafía, en tu caso, no es un simple problema estético. Es una expresión de cómo se organiza tu cerebro para ejecutar una acción fina y sostenida, y cuando hay lateralidad cruzada o interferencias en el desarrollo motriz, esto afecta mucho más de lo que solemos imaginar: se cansa la mano, duele el brazo, se traza con inseguridad, se pierde control espacial, e incluso puede generar vergüenza o evitación de escribir. No estás exagerando si esto te ha generado incomodidad o malestar durante años.
Para mejorar tu escritura y reorganizar esa conexión entre cuerpo y gesto, puedes acudir a un/a terapeuta ocupacional especializado/a en integración sensorial o motricidad fina. Estas personas trabajan justo en el puente entre la neurología y la acción cotidiana, y tienen estrategias para ayudarte a fortalecer el trazo, mejorar el control postural, trabajar la prensión y ganar precisión. Muchas veces combinan ejercicios motrices con juegos visuales y táctiles para mejorar la organización lateral del cuerpo.
También podrías consultar con un/a psicomotricista, especialmente si vives en un lugar donde se trabaje desde un enfoque más integral del cuerpo y el desarrollo. No solo se centran en el trazo sino en cómo se coordina el cuerpo, cómo se sitúa en el espacio, cómo se regula el movimiento y cómo se consolida una lateralidad más estable. A veces trabajar desde ahí permite reducir la tensión que provoca escribir, y da más seguridad para trazar sin que se vuelva algo forzado.
En paralelo, si te interesa ir practicando por tu cuenta, puedes comenzar con ejercicios simples que no exijan precisión extrema, como:
Trazar letras grandes en hojas blancas sin líneas, para liberar el trazo y darle aire.
Usar pizarras o papel continuo en posición vertical, lo que activa más el hombro y da estabilidad al brazo.
Hacer ejercicios de preescritura (como espirales, ondas, zigzags, bucles) en distintos tamaños, para afianzar los movimientos sin necesidad de formar palabras.
Practicar con rotuladores o lápices más gruesos que se adapten mejor a tu agarre, evitando el cansancio o la rigidez.
Incorporar actividades previas de coordinación bilateral, como pasar objetos de una mano a otra, usar plastilina o juegos de puntería, para integrar el trabajo de ambos hemisferios cerebrales.
Por supuesto, también está bien que busques formas de expresión alternativas si escribir a mano siempre va a ser incómodo. Muchas personas con lateralidad cruzada encuentran alivio al permitirse escribir en ordenador, grabar notas de voz o simplemente elegir cuándo escribir a mano y cuándo no. No tienes por qué forzar algo que para ti ha sido históricamente un reto.
Lo importante es no verlo como un defecto, sino como una consecuencia coherente de tu historia corporal. Tu cerebro y tu cuerpo hicieron lo que pudieron para adaptarse, y ahora merecen que los ayudes a reorganizarse con cuidado y sin juicio. A veces lo que más se necesita no es escribir “mejor”, sino escribir sin culpa, sin presión, sin vergüenza. Y eso también se puede entrenar.

Buenas tardes, siento muchísimo que te ocurriese esto. Lamentablemente, sucedía en la enseñanza antigua.
Claro que sí, se puede mejorar, gracias a la plasticidad cerebral. Es como ir al gimnasio es crear una rutina de escritura diaria. Yo te aconsejaría hacer ejercicios de simetría escrita, ejercicios de fuerza en las manos y dedos, ejercicios de interhemisferidad y ejercicios de coordinación visomotora.
Si desea acudir a un profesional, te aconsejo un neuropsicólogo. Un fuerte abrazo y animo. Recuerda que con constancia y perseverancia con nuestro cerebro puedes conseguir maravillas.
Claro que sí, se puede mejorar, gracias a la plasticidad cerebral. Es como ir al gimnasio es crear una rutina de escritura diaria. Yo te aconsejaría hacer ejercicios de simetría escrita, ejercicios de fuerza en las manos y dedos, ejercicios de interhemisferidad y ejercicios de coordinación visomotora.
Si desea acudir a un profesional, te aconsejo un neuropsicólogo. Un fuerte abrazo y animo. Recuerda que con constancia y perseverancia con nuestro cerebro puedes conseguir maravillas.

Gracias por compartir tu experiencia. Lo que describes es un caso de posible lateralidad contrariada (cuando se forzó el uso de una mano no dominante en la infancia), que con el tiempo puede derivar en lateralidad cruzada (cuando ojo, mano, pie o oído dominante no coinciden) y afectar habilidades como la escritura, la coordinación y la orientación espacial.
Las dificultades que mencionas —mala caligrafía, esfuerzo al escribir, incapacidad para adaptarte a espacios pequeños— son comunes en estos casos y pueden generar frustración y fatiga mental.
Para mejorar tu escritura, puedes trabajar en dos líneas complementarias:
1. Reeducación de la escritura y coordinación
Sería conveniente acudir a un psicomotricista, un terapeuta ocupacional especializado en grafomotricidad o un logopeda con experiencia en lateralidad. Ellos pueden ayudarte a:
• Fortalecer la coordinación visomotriz.
• Mejorar el trazo, la presión y la postura.
• Reducir la fatiga y el esfuerzo al escribir.
• Entrenar adaptaciones posturales y espaciales (especialmente para zurdos con lateralidad cruzada).
2. Evaluación y orientación neurológica o neuropsicológica
Un neuropsicólogo puede valorar con precisión tu perfil lateral, tus funciones ejecutivas y tu procesamiento motor fino. Esto puede ayudarte a entender mejor tu dificultad y diseñar un plan de trabajo específico.
También podrías beneficiarte de ejercicios en casa como:
• Trazado de letras grandes y progresivamente más pequeñas.
• Uso de pautas adaptadas (cuadernos con renglones anchos).
• Ejercicios de coordinación mano-ojo (laberintos, copias, mandalas).
• Escritura lenta y consciente, priorizando la forma antes que la velocidad.
Con práctica y el apoyo profesional adecuado, es posible mejorar significativamente tu caligrafía y reducir el malestar asociado. Si lo deseas, puedo ayudarte a buscar recursos, ejercicios específicos o derivarte a especialistas según tu zona.
Y si necesitas acompañamiento psicológico para abordar las emociones asociadas a esta dificultad, estaré encantada de ayudarte. Puedes ponerte en contacto conmigo a través de mi perfil.
Las dificultades que mencionas —mala caligrafía, esfuerzo al escribir, incapacidad para adaptarte a espacios pequeños— son comunes en estos casos y pueden generar frustración y fatiga mental.
Para mejorar tu escritura, puedes trabajar en dos líneas complementarias:
1. Reeducación de la escritura y coordinación
Sería conveniente acudir a un psicomotricista, un terapeuta ocupacional especializado en grafomotricidad o un logopeda con experiencia en lateralidad. Ellos pueden ayudarte a:
• Fortalecer la coordinación visomotriz.
• Mejorar el trazo, la presión y la postura.
• Reducir la fatiga y el esfuerzo al escribir.
• Entrenar adaptaciones posturales y espaciales (especialmente para zurdos con lateralidad cruzada).
2. Evaluación y orientación neurológica o neuropsicológica
Un neuropsicólogo puede valorar con precisión tu perfil lateral, tus funciones ejecutivas y tu procesamiento motor fino. Esto puede ayudarte a entender mejor tu dificultad y diseñar un plan de trabajo específico.
También podrías beneficiarte de ejercicios en casa como:
• Trazado de letras grandes y progresivamente más pequeñas.
• Uso de pautas adaptadas (cuadernos con renglones anchos).
• Ejercicios de coordinación mano-ojo (laberintos, copias, mandalas).
• Escritura lenta y consciente, priorizando la forma antes que la velocidad.
Con práctica y el apoyo profesional adecuado, es posible mejorar significativamente tu caligrafía y reducir el malestar asociado. Si lo deseas, puedo ayudarte a buscar recursos, ejercicios específicos o derivarte a especialistas según tu zona.
Y si necesitas acompañamiento psicológico para abordar las emociones asociadas a esta dificultad, estaré encantada de ayudarte. Puedes ponerte en contacto conmigo a través de mi perfil.

Muchas gracias por compartir tu experiencia. Lo que describes tiene mucho sentido y, efectivamente, puede estar relacionado con un caso de lateralidad cruzada. Esto ocurre cuando diferentes funciones motoras o sensoriales (como escribir, mirar o patear una pelota) están dominadas por lados opuestos del cuerpo, lo cual puede generar ciertas dificultades en la coordinación y el rendimiento en tareas finas como la escritura.
El hecho de que hayas tenido que cambiar de mano dominante en algún momento clave del desarrollo puede haber interferido en el proceso natural de adquisición de habilidades motoras finas, lo que explicaría tu dificultad actual para escribir con soltura y en espacios reducidos. Aunque esto puede ser frustrante, hay opciones para trabajar y mejorar.
En terapia haríamos una valoración neuropsicológica para saber si hay alguna dificultad adicional que influya en tu motricidad o planificación visoespacial. También practicaríamos ejercicios de grafomotricidad para mejorar la coordinación mano-ojo y la fluidez del trazo.
Puedes acudir a un psicomotricista o terapeuta ocupacional especializado en integración sensorial o grafomotricidad. Ellos trabajan con personas que tienen lateralidad cruzada, problemas de coordinación motora fina o dificultades relacionadas con la escritura.
Algunos logopedas o especialistas en dificultades del aprendizaje también trabajan con personas que tienen problemas de caligrafía, especialmente si esta interfiere en tu vida académica, laboral o emocional. Pueden ayudarte a mejorar la postura, el agarre, la presión sobre el papel, el trazo y la organización espacial.
En resumen, no estás sola en esto ni es un problema sin solución. Lo ideal es que consultes con una terapeuta ocupacional o psicomotricista con experiencia en lateralidad cruzada. Ellos pueden diseñar un plan personalizado para ti y ayudarte a recuperar seguridad y comodidad al escribir. Si quieres, cuenta conmigo como tu psicóloga.
El hecho de que hayas tenido que cambiar de mano dominante en algún momento clave del desarrollo puede haber interferido en el proceso natural de adquisición de habilidades motoras finas, lo que explicaría tu dificultad actual para escribir con soltura y en espacios reducidos. Aunque esto puede ser frustrante, hay opciones para trabajar y mejorar.
En terapia haríamos una valoración neuropsicológica para saber si hay alguna dificultad adicional que influya en tu motricidad o planificación visoespacial. También practicaríamos ejercicios de grafomotricidad para mejorar la coordinación mano-ojo y la fluidez del trazo.
Puedes acudir a un psicomotricista o terapeuta ocupacional especializado en integración sensorial o grafomotricidad. Ellos trabajan con personas que tienen lateralidad cruzada, problemas de coordinación motora fina o dificultades relacionadas con la escritura.
Algunos logopedas o especialistas en dificultades del aprendizaje también trabajan con personas que tienen problemas de caligrafía, especialmente si esta interfiere en tu vida académica, laboral o emocional. Pueden ayudarte a mejorar la postura, el agarre, la presión sobre el papel, el trazo y la organización espacial.
En resumen, no estás sola en esto ni es un problema sin solución. Lo ideal es que consultes con una terapeuta ocupacional o psicomotricista con experiencia en lateralidad cruzada. Ellos pueden diseñar un plan personalizado para ti y ayudarte a recuperar seguridad y comodidad al escribir. Si quieres, cuenta conmigo como tu psicóloga.

Buenas; Un neurólogo sería un buen punto de partida.
No sé si el dejar de utilizar la mano derecha se debió a un traumatismo o no, aunque tuvieras sospechas de que pudieras ser zurda. Digo esto por la descripción ofrecida: " no podía hacer nada con la mano derecha y tuve que aprender a hacer todo con la izda". Normalmente, aunque creamos que estamos utilizando, por aprendizaje ( corrección) la mano no dominante, es muy poco probable que pasemos de forma abrupta a no poder hacer nada y tener que aprender a todo con la mano izda. Una pista que nos pudiera quizás ayudar a saber si tenemos lateralidad cruzada, es que en principio, utilicemos unas partes del cuerpo en forma dominante para unas funciones y otras partes del cuerpo de forma dominante para otras funciones. Pueda dar pista si tu oído, ojo, mano y pie son de dominancia homogénea o cruzada, es decir si tiendes ( tendías) en principio, por ejemplo a utilizar preferiblemente la mano izda y el pie derecho.
Interpretas tu nueva situación como una lateralidad cruzada consecuente. Un examen neurológico te ayudaría a saber si es consecuencia o es causa. Pero hay que recordar lo que es una lateralidad cruzada, que no es sinónimo de ser zurda, sino de distribuir entre las dos partes del cuerpo la dominancia
Sea cual fuere, las causas de lo que te pasa si lo que te conviene es mejorar la caligrafía y para ellos la reorientación espacial por pasarte a la otra mano, una probable solución es la práctica y práctica con una persona rehabilitadora especializada en estos casos, si es que tuvieras que inevitablemente seguir utilizando la mano izda .
Mientras tanto, desde el punto de vista psicológico vendría bien no considerarlo como algo horrible, vendría bien, que sea por la causa que sea, te estás adaptando a una nueva forma de escribir, que lleva su tiempo y esfuerzo y lo más probable es que mejore. Si no llegaras a escribir caligráfica mente como lo hacías con la mano derecha, es cuestión de estética, quizás te vendría comprobar que lo importante es es la utilidad y que te sientas bien. Otra cosa es que te cueste esfuerzo extra al escribir, como comentas y que con la práctica irás mejorando. Un neurólogo o psiconeurólogo podría ayudarte. Saludos.
No sé si el dejar de utilizar la mano derecha se debió a un traumatismo o no, aunque tuvieras sospechas de que pudieras ser zurda. Digo esto por la descripción ofrecida: " no podía hacer nada con la mano derecha y tuve que aprender a hacer todo con la izda". Normalmente, aunque creamos que estamos utilizando, por aprendizaje ( corrección) la mano no dominante, es muy poco probable que pasemos de forma abrupta a no poder hacer nada y tener que aprender a todo con la mano izda. Una pista que nos pudiera quizás ayudar a saber si tenemos lateralidad cruzada, es que en principio, utilicemos unas partes del cuerpo en forma dominante para unas funciones y otras partes del cuerpo de forma dominante para otras funciones. Pueda dar pista si tu oído, ojo, mano y pie son de dominancia homogénea o cruzada, es decir si tiendes ( tendías) en principio, por ejemplo a utilizar preferiblemente la mano izda y el pie derecho.
Interpretas tu nueva situación como una lateralidad cruzada consecuente. Un examen neurológico te ayudaría a saber si es consecuencia o es causa. Pero hay que recordar lo que es una lateralidad cruzada, que no es sinónimo de ser zurda, sino de distribuir entre las dos partes del cuerpo la dominancia
Sea cual fuere, las causas de lo que te pasa si lo que te conviene es mejorar la caligrafía y para ellos la reorientación espacial por pasarte a la otra mano, una probable solución es la práctica y práctica con una persona rehabilitadora especializada en estos casos, si es que tuvieras que inevitablemente seguir utilizando la mano izda .
Mientras tanto, desde el punto de vista psicológico vendría bien no considerarlo como algo horrible, vendría bien, que sea por la causa que sea, te estás adaptando a una nueva forma de escribir, que lleva su tiempo y esfuerzo y lo más probable es que mejore. Si no llegaras a escribir caligráfica mente como lo hacías con la mano derecha, es cuestión de estética, quizás te vendría comprobar que lo importante es es la utilidad y que te sientas bien. Otra cosa es que te cueste esfuerzo extra al escribir, como comentas y que con la práctica irás mejorando. Un neurólogo o psiconeurólogo podría ayudarte. Saludos.

Hola, gracias por compartir tu experiencia. La lateralidad cruzada puede generar dificultades en la escritura, la coordinación y la organización espacial. Para mejorar tu caligrafía y la fluidez al escribir, lo más recomendable es acudir a un/a terapeuta ocupacional especializado/a en motricidad fina y reeducación de la escritura, o bien a un/a grafopedagogo/a, que trabaja específicamente la escritura y la psicomotricidad implicada.
Además, un/a neuropsicólogo/a o un/a psicólogo/a especializado/a en dificultades de aprendizaje y lateralidad puede valorar si existe alguna otra causa asociada que influya en tu escritura y proponerte un plan de intervención adaptado a ti. Con ejercicios de coordinación, entrenamiento visomotor y técnicas específicas de escritura podrás notar mejoras progresivas.
Un saludo afectuoso
Además, un/a neuropsicólogo/a o un/a psicólogo/a especializado/a en dificultades de aprendizaje y lateralidad puede valorar si existe alguna otra causa asociada que influya en tu escritura y proponerte un plan de intervención adaptado a ti. Con ejercicios de coordinación, entrenamiento visomotor y técnicas específicas de escritura podrás notar mejoras progresivas.
Un saludo afectuoso

Hola, muchas gracias por compartir tu situación. La lateralidad cruzada puede dificultar la escritura y la coordinación. Para trabajarla, te recomiendo acudir a un/a terapeuta ocupacional o psicomotricista especializado/a en reeducación de la escritura. Además, como psicóloga general sanitaria, puedo ayudarte a manejar la frustración y ansiedad que esto pueda generarte, facilitando así el aprendizaje. Ofrezco sesiones de psicología online de 60 minutos por 49€. Si lo deseas, podemos agendar una cita. Si mi ayuda te resulta valiosa, te agradecería mucho una valoración positiva en mi perfil. ¡Un saludo!

Puedes acudir al neuropsicólogo, trabajar para mejorar las conexiones interhemisféricas y minimizar los efectos de la lateralidad cruzada, además de estudiar más a fondo tu caso para darte ayuda personalizada.
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