Estoy desesperada, tengo 27 años, tengo mi pareja en otra ciudad a 20 min de mi por lo que que me vo

12 respuestas
Estoy desesperada, tengo 27 años, tengo mi pareja en otra ciudad a 20 min de mi por lo que que me voy con el los fines de semana y algún que otro día, ya que no todos los findes está aquí y tiene su casa propia, el problema es mi madre, cuando me voy o cuando cambio de planes y me tengo que ir otro día o por ejemplo cambiar algo, es discusión constante, siempre diciéndome que hago lo que me da la gana, que no miro por nadie solo por mi, he de decir que tengo mi trabajo (Son pocas horas) y también estudio y si por ejemplo mando currículums para trabajar en otro sitio para una independencia económica, también se mosquea porque no le cuento todas las cosas y siempre la misma frase se que me voy cuando quiero, hago lo que me da la gana y no miro por ella...
 José Ponferrada
Psicólogo, Sexólogo
Madrid
Hola, gracias por compartir algo tan importante y delicado. Entiendo perfectamente cómo te estás sintiendo: atrapada entre el deseo natural de avanzar en tu vida y una relación con tu madre que te genera una enorme presión emocional.

Lo que describes es más frecuente de lo que parece. Cuando una persona joven empieza a tomar decisiones por sí misma — ya sea en pareja, en lo laboral o en lo personal—, es común que surjan tensiones si algún vínculo familiar no está preparado para aceptar esa autonomía. La sensación constante de culpa, el conflicto repetido y la dificultad para comunicarte sin que se malinterprete lo que haces pueden volverse muy agotadores, especialmente si como dices, ya estás haciendo un esfuerzo por mantener tus estudios, tu trabajo y tu relación.

Estas situaciones no solo afectan tu bienestar emocional, también pueden generar mucha confusión sobre qué está bien y qué no. O sobre cómo poner límites sin sentirte una mala hija. Y ahí es donde la ayuda psicológica puede marcar una diferencia real. Trabajar juntos te permitiría entender mejor lo que está pasando, fortalecer tu autoestima y tomar decisiones desde un lugar más libre y tranquilo.

Estaré encantado de ayudarte si así lo deseas.
Un abrazo enorme.
Encuentra un experto
 Paloma López Escalada
Psicólogo
Santander
Hola, se entiende perfectamente tu desesperación. Tal y como lo relatas, tus acciones son las esperables en alguien de tu edad con las circunstancias que describes. Sin embargo, sería conveniente que tu madre trabajase qué es lo que le ocurre a ella cuando tú intentas realizar una vida independiente. Estos cambios suelen suponer un duelo y, por cómo lo cuentas, parece que ella lo descarga atacándote. No sé si habrá más condicionantes influyendo, pero atendiendo a lo que explicas considero que lo más aconsejable es que ella acuda a terapia, aunque a ti te puede servir también para adquirir herramientas que te faciliten la gestión de estos momentos. Como lo más común es que se muestre resistente a acudir a tratamiento, suele favorecer utilizar estos momentos en los que se ve cómo ella lo sufre, ya que la recomendación también es desde esa preocupación por cómo está y no solo por vuestra relación. Mucho ánimo.
 Víctor Vela Carod
Psicólogo
Sant Cugat del Vallès
Buenas tardes,

La función de una madre debe ser la de ayudar a que su descendencia, tu en este caso, consiga la autonomía personal para crear su propio proyecto personal y de familia propia, diferenciada de la de origen (de la que has formado parte, junto con tu madre, por lo menos). Tu estas iniciando tu propio proyecto de vida y si convives, todavía con tu madre, deberas contribuir en unas obligaciones con tareas, comunicación para una buena convivencia; pero también, te has de sentir libre y legitimada por ti misma para ir con tu pareja, cambiar de planes.... sin culpabilidad por tu parte, ni reproches por parte de tu madre. "Lo natural es que paulatínamente, vayas saliendo de lo que era el nido para hacer tu propio nido".
Intuyo que tu madre necesita retenerte, seguramente tenga miedo a quedarse sola y de forma consciente o inconsciente te intenta retener, haciéndote sentir culpable.
Te aconsejaria que hables con ella de forma asertiva, explicándole que necesitas volar libre para poder volver a reunirte con ella. Si no te lo facilita, simpre sentirás esa frustración y la ansea de salir del nido.
En todo caso, sería bueno que fueraes a un psicólogo para hacer terapia familiar. Si lo consideras, creo que os podria ayudar desde mi consulta, online o en Sant Cugat del Vallès (BCN).
 Catalina Alorda Quetglas
Psicólogo
Palma de Mallorca
Gracias por compartir lo que estás viviendo. Lo primero que quiero decirte es que tu malestar es muy comprensible. Estás en un momento vital en el que estás intentando construir tu propio camino —con pareja, estudios, trabajo, e incluso planteándote una posible independencia—, y en lugar de sentir apoyo, te encuentras con un ambiente emocional muy exigente en casa.

Cuando una madre responde con culpa, reproches o exigencias de control ante decisiones normales en la vida adulta de una hija, suele haber dinámicas de dependencia emocional, miedo al abandono o dificultades para aceptar el crecimiento y la autonomía del otro. Eso no significa que no te quiera, pero no está sabiendo gestionar ese vínculo de una forma sana para ti.



¿Qué puedes hacer?
1. Reconocer tus derechos emocionales: Tienes derecho a decidir con quién compartes tu tiempo, a cambiar de planes, a organizar tu vida sin tener que dar explicaciones constantes. Eso no te hace egoísta. Te hace adulta.
2. Poner límites no es ser cruel: Es proteger tu espacio mental. Los límites no son castigos, son formas de cuidar el vínculo. Se pueden poner con firmeza y respeto. Por ejemplo:
“Mamá, entiendo que te cueste que haga mi vida, pero necesito que respetes mis decisiones sin reproches. Estoy disponible para hablar cuando no haya gritos ni acusaciones.”
3. Trabajar en terapia las heridas de este vínculo: Muchas veces, cuando nos criamos en contextos donde se ha premiado más la obediencia que la autonomía, aparece culpa o miedo al conflicto cada vez que intentamos tomar decisiones por nosotras mismas. Esa culpa es aprendida, no real. Con enfoques como EMDR se pueden trabajar estas raíces emocionales para que no condicionen tu libertad actual.
4. Confiar en tu proceso: Estás haciendo un gran esfuerzo para avanzar: trabajas, estudias, te organizas para mantener tu relación de pareja. No dejes que el miedo al juicio de los demás te aleje de tus propias metas. Tienes derecho a elegir tu vida sin tener que justificarla constantemente.



Si decides dar el paso y empezar un proceso terapéutico, en plataformas como Doctoralia puedes encontrar profesionales que trabajen online y estén especializados en vínculos familiares, autonomía emocional y EMDR. El procedimiento es muy sencillo: reservas cita y recibirás un enlace para conectarte desde casa.

Y si en algún momento lo necesitas, estoy aquí para acompañarte en ese camino hacia una vida más libre y coherente contigo misma. ¿Te animas a empezar?
 Daniela Fabianesi
Psicólogo
Villaviciosa de Odón
Hola, lamento mucho que estés atravesando una situación tan tensa y dolorosa. A veces, aunque ya seamos adultas, ciertos vínculos familiares siguen marcando profundamente nuestra autonomía y nuestra tranquilidad. Lo que estás viviendo parece tener mucho que ver con una dificultad para poner límites sin culpa, y con un deseo legítimo de construir tu propia vida. Buscar independencia no es egoísmo, es parte del crecimiento. Pero cuando la dinámica con alguien cercano se vuelve conflictiva cada vez que tomas decisiones, eso puede generar mucha confusión, frustración y hasta desgaste emocional. Si sientes que esto te está afectando demasiado, te animo a que busques un espacio donde poder hablarlo con calma y entender qué te pasa, qué necesitas y cómo puedes ir gestionándolo sin sentirte atrapada entre la culpa y el deseo de vivir tu vida. Si lo deseas, estaré encantada de acompañarte en ese proceso.
Gracias por compartir esto, lo que estás viviendo es muy difícil y agotador emocionalmente. Desde la teoría del apego, lo que describes puede entenderse como una dinámica propia de una relación marcada por un apego ambivalente o ansioso por parte de tu madre, y una necesidad de diferenciación e individuación por tu parte, propia de la etapa adulta.

1. Apego ansioso de tu madre

Desde esta teoría, las figuras con un apego ansioso tienden a experimentar un miedo profundo al abandono, lo que se traduce en un deseo de cercanía constante, control o dificultad para tolerar la autonomía de los demás, especialmente de los hijos. Es probable que tu madre interprete tus movimientos hacia la independencia (pasar tiempo con tu pareja, buscar otro trabajo, organizar tus propios planes) como una amenaza a su vínculo contigo, lo que activa su ansiedad y la hace reaccionar con reproches o culpabilización (“haces lo que te da la gana”, “no miras por nadie más que por ti”).

Estas frases no necesariamente reflejan la realidad, sino su propio miedo a quedarse sola o a sentirse excluida emocionalmente. Su forma de expresarlo, aunque dolorosa, probablemente tiene más que ver con su inseguridad que con tu conducta.

2. Tu movimiento natural hacia la autonomía

Tú, por otro lado, estás en una fase vital muy sana y natural de transición a la vida adulta, donde se busca un mayor grado de autonomía emocional, física y económica. Desde la teoría del apego, esto forma parte del desarrollo de un apego seguro interno: poder vincularte con otros (como tu pareja) sin que eso suponga cortar lazos, y poder estar sola sin angustia excesiva.

Cuando en una familia no se ha promovido la individuación saludable, este tipo de movimientos pueden ser vividos como traición o abandono por parte de los padres. Pero en realidad, forman parte de tu desarrollo emocional y de tu derecho a construir tu vida.

3. El conflicto: lealtad vs autonomía

Es posible que estés viviendo un conflicto interno entre tu lealtad filial y tu necesidad de autonomía. El malestar que sientes podría reflejar una parte de ti que ha sido entrenada para priorizar el bienestar emocional de tu madre (incluso a costa del tuyo) y otra parte que quiere y necesita crecer, experimentar y elegir por sí misma.

Este dilema puede provocar culpa, que tu madre refuerza con sus comentarios. En el fondo, puede que estés intentando complacerla para no sentir que estás “fallando”, mientras que al mismo tiempo luchas por tu libertad.


---

¿Qué hacer desde aquí?

Desde esta perspectiva, te propongo algunas ideas:

Reconoce la lógica del apego: tu madre no es “mala”, está probablemente activada desde su inseguridad, pero eso no justifica que te culpe o te impida crecer.

Valida tus necesidades: no estás haciendo nada incorrecto por querer estar con tu pareja, tener independencia económica o hacer planes propios. Esto no significa que no te importe tu madre, sino que estás buscando un equilibrio saludable.

Pon límites desde el cuidado, no desde la culpa: puedes decirle algo como “entiendo que te cueste cuando me voy, pero necesito organizar mi vida también. No es que no te quiera, es que también tengo que cuidarme a mí”.

Observa si hay un patrón transgeneracional: a veces, madres con apego ansioso fueron hijas de madres ausentes o poco disponibles. ¿Podría ser este el caso?



---

Si quieres, puedo ayudarte a redactar una forma asertiva de hablar con tu madre desde esta teoría o trabajar en estrategias para manejar la culpa sin ceder tu autonomía. ¿Te gustaría?

 África Pinto Franco
Psicólogo
Sant Cugat del Vallès
Entiendo lo difícil que debe estar siendo para ti esta situación, y quiero que sepas que lo que estás viviendo es un momento muy importante en tu vida. A tus 27 años, estás en una etapa en la que es natural y necesario buscar tu independencia, construir tu propio camino y empezar a tomar decisiones que te acerquen a la vida que deseas. Estás trabajando, estudiando, buscando nuevas oportunidades laborales y además construyendo una relación de pareja; todo esto habla de una mujer que está intentando crecer y asumir su responsabilidad sobre su propia vida.

Sin embargo, es comprensible que tu madre esté teniendo dificultades para adaptarse a estos cambios. Para ella, cada vez que sales de casa, que pasas tiempo con tu pareja, que tomas decisiones sin contarle todo, puede sentirse como una pequeña pérdida. Es posible que, en el fondo, esté experimentando miedo a quedarse sola, a no sentirse importante o necesaria, y eso lo exprese con reproches, críticas o haciéndote sentir culpable. Su frase de que “haces lo que te da la gana” refleja más bien su sensación de que ya no tiene el control sobre ti, más que una verdadera falta de consideración por tu parte.

En este momento, tanto tú como ella están enfrentando retos propios del ciclo vital: tú necesitas afirmar tu autonomía y empezar a soltar las expectativas familiares para construir tu proyecto, mientras que ella necesita aprender a soltar, a confiar en ti, y a reconfigurar su rol ahora que ya no eres una niña dependiente. Y aunque sus reacciones puedan doler o frustrarte, tienen más que ver con sus propios miedos y duelos que con algo que tú estés haciendo mal.

Es importante que sigas apostando por tu crecimiento, que pongas límites sanos y que al mismo tiempo puedas reconocer que su dolor no es tu culpa, aunque pueda afectarte. Ojalá puedas encontrar maneras de hablar con ella desde la empatía, explicándole que no la estás abandonando, sino que estás dando pasos necesarios para tu vida, y que tu cariño por ella sigue ahí, aunque ahora tus prioridades estén empezando a ampliarse más allá de casa. Espero que mi respuesta te haya ayudado.
Gracias por compartir lo que estás viviendo. Lo que describes genera un gran desgaste emocional, porque por un lado estás intentando avanzar hacia tu autonomía y construir tu vida, y por otro te enfrentas a un clima familiar cargado de reproches y exigencias. Es normal que te sientas desesperada si, cada vez que tomas una decisión por ti misma, se interpreta como egoísmo o deslealtad.

A veces, los vínculos familiares pueden volverse muy absorbentes, sobre todo cuando hay dificultades para aceptar que los hijos crecen, eligen y necesitan tomar sus propias decisiones. Pero vivir con culpa o en conflicto constante no es sano, ni para ti ni para la relación con tu madre.

Un acompañamiento terapéutico puede ayudarte a poner límites de forma más clara y cuidarte sin sentirte mal por ello. Puedes reservar una cita online desde mi agenda o escribirme directamente en mi perfil. Estaré encantada de ayudarte a recuperar tu espacio y tu tranquilidad.
Entiendo que esta situación te esté generando mucho estrés y sentimientos encontrados. Es natural que desees disfrutar de tu relación y, al mismo tiempo, mantener una buena comunicación con tu madre. A veces, los cambios en nuestras rutinas o decisiones pueden generar inseguridad en las personas que queremos, y eso se expresa a través de discusiones o desacuerdos.

Una herramienta que podría ayudarte en estos casos es la comunicación asertiva. Esta forma de comunicarte permite expresar lo que sientes y lo que necesitas de manera clara y respetuosa, sin dejar de considerar los sentimientos de los demás. Podrías intentar algo como: “Mamá, entiendo que te preocupe que me organice de una forma diferente, pero para mí es importante pasar tiempo con mi pareja y también avanzar en mi independencia económica. Quiero que sepas que valoro mucho tu apoyo y me gustaría que pudieras entender lo importante que es para mí crecer en estos aspectos”.

La idea es expresar tus necesidades de manera tranquila y firme, mostrando empatía hacia lo que ella siente, pero también defendiendo tu derecho a tomar decisiones sobre tu vida. Esto puede abrir un espacio para el diálogo y reducir las tensiones. Espero que esto te ayude, y se que es dificl actuar de forma diferente, pero solamente cambiando nuestra forma de actuar podremos ver cambios en nosotros mismos y en los demás.
 Silvia Schoffer Kraut
Psicólogo
Santa Cruz de Tenerife
Entiendo que te encuentras en una situación muy difícil, donde hay un conflicto constante entre tus deseos de independencia y la relación con tu madre, que parece estar marcada por expectativas de control y dependencia emocional. Es importante reconocer que, a tus 27 años, estás en un momento de tu vida donde es natural y saludable buscar tu autonomía, tanto en lo afectivo como en lo laboral. Sin embargo, también es comprensible que tu madre, desde su perspectiva, se sienta preocupada por los cambios que percibe como una amenaza a su cercanía contigo.

Lo que te sugiero es tratar de establecer límites claros y una comunicación más abierta con ella. Explicarle de manera calmada y asertiva tus necesidades y deseos, resaltando que tu búsqueda de independencia no significa desinterés hacia ella, sino un proceso natural de crecimiento personal. Puedes, por ejemplo, explicarle que tus planes, aunque parezcan espontáneos, son decisiones pensadas y que estás trabajando para mejorar tu futuro, tanto laboral como emocionalmente. A la vez, es importante escuchar sus preocupaciones y, en la medida de lo posible, tratar de buscar un punto medio donde ambas puedan sentirse respetadas y comprendidas. Esto puede requerir paciencia y constancia, pero con el tiempo, podrías notar que las dinámicas de su relación mejoran. Un saludo y ¡ánimo!
s clave que pongas límites claros para cuidar tu bienestar y autonomía. Trabaja en fortalecer tu autoestima y comunicar con calma tus necesidades. Recuerda que tu vida y decisiones son tuyas, y aunque quieras cuidar a tu madre, no debes sentirte culpable por buscar tu independencia.

Dolo Boix CV18993
Hola, gracias por compartir tu situación con tanta sinceridad. Entiendo lo difícil que puede ser vivir estas tensiones con tu madre, sobre todo cuando ya eres adulta y estás intentando construir tu independencia personal y económica.

Lo que describes parece un choque entre tu necesidad de autonomía y el deseo de tu madre de mantener cierto control o influencia sobre tus decisiones. Este tipo de conflictos son comunes en familias donde, aunque los hijos ya son mayores, siguen conviviendo bajo el mismo techo.

Algunas claves que podrían ayudarte:

Validar sus emociones: aunque no compartas su punto de vista, mostrar que escuchas sus preocupaciones puede rebajar la tensión (“Entiendo que te preocupes…”).

Establecer límites claros y respetuosos: explicarle cuáles son tus responsabilidades y planes, sin entrar en discusiones defensivas.

Elegir bien el momento de hablar: hacerlo en un momento tranquilo, no justo antes de salir o cuando la tensión ya ha estallado.

Diferenciar entre informar y pedir permiso: como adulta, puedes comunicar tus decisiones sin necesidad de justificarlas constantemente, aunque viviendo con ella sea importante cuidar la convivencia.

A veces, estas conversaciones son más fluidas si se plantean desde lo emocional (“Me gustaría que pudiéramos hablar sin discutir…”) en lugar de centrarse solo en los hechos (“Me voy tal día…”).

Si sientes que la situación te desgasta mucho, la terapia familiar o individual puede ayudarte a manejar el conflicto de forma más sana y a preparar tu transición hacia una independencia total.

Un abrazo,

Elbire Arana – Psicóloga General Sanitaria
Colegiada M-42807

¿No has encontrado la respuesta que necesitabas? ¡Envía tu pregunta!

  • Tu pregunta se publicará de forma anónima.
  • Intenta que tu consulta médica sea clara y breve.
  • La pregunta irá dirigida a todos los especialistas de Doctoralia, no a uno específico.
  • Este servicio no sustituye a una consulta con un profesional de la salud. Si tienes un problema o una urgencia, acude a tu médico o a los servicios de urgencia.
  • No se permiten preguntas sobre casos específicos o segundas opiniones.
  • Por cuestiones de salud, no se publicarán cantidades ni dosis de medicamentos.

Este valor es demasiado corto. Debe contener __LIMIT__ o más caracteres.


Elige la especialidad de los médicos a los que quieres preguntar
Lo utilizaremos para notificarte la respuesta (en ningún momento aparecerá en Doctoralia)

¿Tu caso es similar? Estos profesionales pueden ayudarte:

Todos los contenidos publicados en Doctoralia, especialmente preguntas y respuestas, son de carácter informativo y en ningún caso deben considerarse un sustituto de un asesoramiento médico.