Hola, buenas noches, madrugadas. Hoy es martes 10 de junio del 2025. Son exactamente las 2 de la mañ

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Hola, buenas noches, madrugadas. Hoy es martes 10 de junio del 2025. Son exactamente las 2 de la mañana con 16 minutos. Y la verdad es que la estoy pasando fatal. La verdad que este lunes ha sido un día fatal, desde que desperté a las 2 de la tarde, aproximadamente dos pasaditas de la tarde. He tenido muchísimas, muchísimas pensamientos de ya, ahora sí que fuera de la realidad les llamo yo, porque no puedo dejar de pensar de que estamos flotando en medio de la nada, que estamos lejos de todos los planetas, de que los planetas están inmensamente lejos, que el universo es infinito, que no tiene fin. Y, por ejemplo, yo puedo ver un foco colgado aquí en el parque donde estoy con mi hija, en estos momentos, y digo, si el foco cae, pues va a caer al suelo, y va a caer al piso, y ahí se va a quedar. Pero de repente mi mente dice, si el planeta Tierra deja de tener sustentación, o si deja de flotar el universo, pues va a caer al infinito, al vacío. ¿Qué nos va a pasar? Y muchas preguntas así. Y cuando me llegan estos pensamientos así de este tipo, me entra muchísima desesperación, me entra muchísimo miedo. Empiezo a sentir en cuestión de segundos todo, que voy a perder el control, empiezo a sentirme como que estoy enloqueciendo, que esto es una locura lo que pienso, que no me puedo enfocar en el presente, y digo, ¿por qué me pasa esto? ¿Qué me pasa? ¿Por qué no puedo vivir el presente con mi hija aquí, por ejemplo, en el parque en este momento? Y no puedo quitarme estos pensamientos así, de manera como obsesiva. No puedo vivir el presente, no puedo dejar de pensar el universo, en que hay planetas allá arriba, veo la luna, por ejemplo, en estos momentos que está casi llena, y digo, ¿por qué no puedo dejar de pensar en que algo malo puede pasar, o que algo malo, porque es inmenso todo? Estoy pensando que ya es una locura, que es algo que ya estoy al borde de pensar, de que esto es irreal lo que pienso, porque son cosas fantasiosas, irreales, pero ¿por qué me pasa? ¿Por qué no puedo dejar de pensar así? ¿Por qué me genera este miedo? Esto es como acelerado en el pecho, todo el día empiezo a sentirme como desesperado, ¿por qué? Esa es mi pregunta, ¿por qué? Estoy loco, o sea, no sé qué pensar ya.
Hola, gracias por compartir con tanta honestidad lo que estás viviendo. Lo primero que quiero decirte es que no estás loco/a. Lo que estás experimentando tiene un sentido, aunque ahora no puedas verlo con claridad. El hecho de que lo puedas expresar con palabras ya es un paso enorme hacia tu propia comprensión.

Desde la mirada de la bioneuroemoción, entendemos que los síntomas, pensamientos o emociones intensas como las que describes, no son enemigos, sino mensajes del inconsciente. Tu mente está reaccionando a algo que posiblemente no ha sido expresado, entendido o resuelto. Y tu cuerpo y tus pensamientos intentan poner eso en evidencia, aunque a veces lo hagan de formas que te asustan.

Cuando hablas de la inmensidad del universo, de sentir que todo flota, de que podrías caer al vacío, podríamos preguntarnos:

- ¿Qué parte de ti siente que no tiene un suelo firme bajo los pies?
- ¿En qué momento de tu vida pudiste haber sentido que todo a tu alrededor era inestable, inseguro o sin sentido?
- ¿Qué estaba ocurriendo en tu entorno familiar o emocional cuando eras pequeño/a y necesitabas seguridad y contención?

Muchas veces, el inconsciente guarda esas memorias de inseguridad profunda o vacío existencial, y en momentos donde estás más vulnerable emocionalmente, salen a la superficie en forma de pensamientos o sensaciones de miedo, como los que describes.

También podríamos explorar si hay una lealtad inconsciente con algún ancestro que vivió algo similar: pérdida, locura, abandono, sensación de vacío, etc.

Además, notar cómo el pensamiento se vuelve repetitivo o obsesivo, nos habla de una mente que intenta tener el control, probablemente porque en algún momento de tu vida no lo tuviste. Y ahora, frente a algo tan inmenso como el universo, el miedo aparece porque no se puede controlar.

El deseo profundo de controlar lo incontrolable puede ser un reflejo de una herida emocional no sanada.

Lo que puedes empezar a hacer es:

Observarte sin juzgarte.

Darte permiso para sentir, incluso si es incómodo.

Preguntarte: ¿Cuándo empecé a sentir esto por primera vez? ¿Qué estaba ocurriendo en mi vida en ese momento?

Practicar la presencia con tu hija como un anclaje a lo real y lo tangible.

Y si sientes que esto te desborda, te invito a que vivamos juntos un proceso de acompañamiento, para ir más profundo en esto que hoy te angustia, y que puede ser una puerta hacia tu sanación.

Un saludo
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Hola buenas tardes. No sé si es el caso, pero la maternidad y la paternidad a menudo nos remueve mucho emocionalmente, y a veces también psicológicamente. Estos pensamientos que te hacen desconectarte del presente quizás es porque no estás pasando por una buena temporada. Puede ser que la paternidad te haya removido cosas de tu infancia e historia personal, lo cual, cuando pasa, pasa de manera inconsciente. También puede ser que hayas estado pasando últimamente por otro tipo de situaciones estresantes. Igualmente, informarte que esto que sientes se trata perfectamente en psicoterapia, creo que te iría bien y te ayudaría a calmarte. Un saludo y ánimo.
Hola, gracias por compartir con tanta sinceridad lo que estás viviendo.

Lo que describes —esos pensamientos abrumadores sobre el universo, la existencia, el vacío, la sensación de irrealidad y el miedo intenso— se parece mucho a lo que se conoce como crisis de ansiedad con pensamientos intrusivos de tipo existencial. No es raro que, en determinados momentos de vulnerabilidad, la mente se aferre a ideas difíciles de manejar y que estas generen una sensación de pérdida de control, miedo a enloquecer o desconexión del presente.

Que te preguntes si estás perdiendo la razón o si eres la única persona que siente esto es parte de la angustia. Pero no, no estás loco. Estos pensamientos no te definen, ni significan que haya algo “malo” en ti. Suelen aparecer en personas con alta sensibilidad, que intentan comprender lo que les rodea, pero cuando el sistema nervioso está sobrecargado, esa búsqueda de sentido se convierte en fuente de ansiedad.

Lo más importante ahora es que sepas que hay formas de abordar esto. Un proceso terapéutico puede ayudarte a:
• Entender por qué aparecen estos pensamientos y cómo gestionarlos.
• Aprender a reconectar con el presente sin luchar contra lo que sientes.
• Trabajar el miedo a perder el control o a “volverse loco”, que suele ser muy común en estos casos, pero no se convierte en una realidad.

Si en este momento estás muy agitado, intenta respirar profundamente, enfocar tu atención en lo que tienes delante (tu hija, tu cuerpo, el entorno) y repetirte que esto pasará. Porque sí, va a pasar. Pero no tienes por qué atravesarlo solo.

Si lo consideras, estaré encantada de acompañarte en este proceso desde la psicología. A veces, dar ese primer paso cambia por completo la manera de vivir lo que nos angustia.
Hola. Entiendo que estás sufriendo mucho con todas estas preguntas, y que esto va afectando cada vez más tu calidad de vida. Estas mismas preguntas se las hacen muchas personas. Más de lo que parece. La mayoría no le dan más importancia al tema y siguen con sus cosas. Pero a veces hay personas que se preocupan más y entran en un círculo vicioso. Esto puede ser lo que te ha pasado a ti. Y cuanto más intentas quitarte estas preguntas de la mente, más fuertes se hacen. Eso ya da una pista de por dónde va el problema. No es que estés loco; es que tu mente aprendre a hacer esto en búsqueda de una solución. Te propongo hacer algunas sesiones para trabajar en ello, porque es posible vivir sin que estas preocupaciones alteren la calidad de vida. Si quieres empezar sólo tienes que contactar conmigo.
No, no estás loco. Y es importante que lo leas otra vez: no estás loco.

Lo que estás describiendo —esa sensación de inmensidad, de vértigo frente al universo, de sentir que algo terrible puede pasar simplemente porque todo es tan grande, tan desconocido, tan fuera de control— es algo profundamente humano. No es raro que cuando miramos la luna, las estrellas, o simplemente pensamos en el universo, nos invada una sensación de pequeñez, de fragilidad, incluso de irrealidad. El problema no es pensar eso. El problema es que no puedes dejar de pensar eso. Que no puedes soltar la sensación. Que el cuerpo se te pone en estado de alerta, como si algo estuviera a punto de pasar, como si tu mente hubiera confundido una pregunta existencial con una amenaza concreta.

Tu mente está intentando comprender algo que no tiene una respuesta fácil, y cuando no la encuentra, se angustia. ¿Qué hay allá arriba? ¿Qué sentido tiene todo esto? ¿Y si todo es tan inmenso que se nos escapa? ¿Y si algo malo viene de ahí? Lo que pasa es que a veces, esas preguntas no se quedan en lo filosófico o lo poético. Se cuelan en el cuerpo. Se meten en el pecho. Se traducen en un miedo que no sabe a dónde pertenece.

Esa aceleración que sentís, ese apuro interno, esa desesperación, es ansiedad. No estás al borde de la locura. Estás al borde del miedo. Y lo peor de la ansiedad es que muchas veces no se presenta con una causa clara, sino disfrazada: en tu caso, en forma de pensamientos existenciales, imágenes del universo, ideas sobre lo irreal, que empiezan a sonar tan fuerte en tu cabeza que ya no podés distinguir si son peligrosas o no.

Pero no lo son. Son pensamientos. Son intentos de tu mente de buscar control en un mundo que, sí, a veces es abrumador. No estás solo en eso. Muchas personas sienten angustia existencial, vértigo frente al sentido de la vida, miedo de perder el control. Lo que te está pasando es que tu cuerpo y tu mente están atrapados en una especie de bucle: pensás algo que te da miedo, ese miedo acelera el cuerpo, y el cuerpo acelerado te convence de que hay algo real que temer. Así se cierra el círculo.

¿Y por qué no podés parar de pensarlo? Porque estás intentando controlar lo que no se controla desde el control. Cuanto más querés no pensar, más pensás. Cuanto más querés convencerte de que no es grave, más lo sentís grave. Y así, el pensamiento se convierte en obsesión. El miedo en amenaza. Y vos, que solo miraste la luna, terminás sintiéndote al borde de la locura.

Pero no estás loco. Estás asustado. Estás buscando seguridad en algo que no la puede dar, porque el universo no está hecho para tranquilizarnos, pero tampoco está hecho para asustarnos. Simplemente es. Lo que necesitás no es encontrar la respuesta a esas preguntas, sino aprender a convivir con ellas. Aprender a calmar el cuerpo para que la mente no se dispare. Aprender a decirte: “Este pensamiento me está generando miedo, pero no es una amenaza. Es solo un pensamiento. Puedo dejarlo pasar. Puedo estar presente sin resolverlo todo ahora”.

Y si esto se vuelve muy constante, si sentís que cada día te despierta esa misma inquietud, entonces vale la pena que puedas hablarlo con alguien. Que no tengas que quedarte solo con esto. Porque se puede trabajar. Se puede aprender a regular ese miedo. Se puede salir de ese bucle.

No estás solo en este vértigo. Y sobre todo: tenés derecho a sentirte confundido, pero también tenés derecho a estar en paz. Aunque no lo parezca, se puede llegar ahí.

 Silvia Schoffer Kraut
Psicólogo
Santa Cruz de Tenerife
Gracias por compartir lo que estás viviendo, con tanta honestidad. No estás solo. Lo que describes puede sonar muy angustiante, pero tiene explicación y no es locura.
Lo que estás viviendo parece una combinación de ansiedad existencial, pensamientos obsesivos y síntomas de pánico o desrealización. No estás loco, estás saturado emocionalmente, y tu mente intenta entender cosas inmensas (como el universo o el vacío) como una forma de manejar el miedo o la incertidumbre. Eso puede causar sensación de perder el control, pero tiene tratamiento.
Tu cerebro busca controlar lo incontrolable. Estos pensamientos generan ansiedad, y esa ansiedad a su vez intensifica los pensamientos. Es un ciclo. Además, si estás bajo estrés o con pocas herramientas emocionales en este momento, es más fácil caer en esa espiral.
Te recomiendo algunas herramientas que uso en consulta:
¿Qué puedes hacer?
Ancla en lo concreto. Cuando te invadan estos pensamientos, describe en voz alta cosas simples del presente: “Estoy sentado. Estoy con mi hija. El banco es de madera. La noche está fresca”. Esto ayuda a tu cerebro a salir de la abstracción y volver al presente.
Respira con intención. Prueba este ejercicio simple: inhala en 4 segundos, sostiene 4, exhala en 6. Repite por 2 minutos. Esto envía la señal al cuerpo de que no hay peligro real.
No luches contra el pensamiento, obsérvalo. Decir “no quiero pensar esto” le da más poder. En cambio, di mentalmente: “Ah, ahí está otra vez ese pensamiento. No es peligroso, sólo incómodo”.
Estás haciendo algo valiente al expresarlo. Lo que sientes tiene nombre, tiene tratamiento, y muchas personas lo han superado. No estás solo, ni estás fallando. Estás pidiendo ayuda, y eso ya es empezar a sanar. Un saludo y ¡ánimo!

 Inma Castillo Serrulla
Psicólogo
Valencia
Hola, Tiene q ser angustioso, esas clases de pensamientos, pero puedes pararlos con técnicas de parada de pensamientos, etc.Esta claro que hay también un miedo a la muerte y a la vida muchas veces van de la mano, y se expresan por pensamientos obsesivos y miedos que parecen que te van dominar. La mente no es tu ama, es al revés ella esta al servicio de ti, aunque a veces parece que es al revés, seria conveniente que la entrenaras para que solo viniera con sus pensamientos destructivos cuando tu quisieras y no cuando ella decida. Con la parada de pensamientos se entrena bastante bien. La obsesión es conveniente tratarla es un rasgo de la personalidad ansiedad, asi q si te tratan la ansiedad también podrás mejorar de tus obsesiones. Sobre todo hazte preguntas para llegar a los pensamientos racionales que te darán mas paz , por ejemplo: ¿Q te hace pensar que si la tierra tiene aproximadamente 4.600 millones de años que es cuando se formo el sistema solar, y hasta ahora no se ha caído porque se va a caer ahora? son preguntas coherentes que te llevara a un pensamiento mas centrado y racional. De todas formas La ansiedad, las obsesión, el miedo s la Muerte y a la vida, y el control de las cosas, que también es un rasgo que se ve que lo tienes, todo esto si lo trabajas puedes encontrar soluciones a tus problemas. Te deseo lo mejor.
Sabes… a veces, las personas muy sensibles, muy conscientes del mundo, pueden ver cosas que otros ignoran. Pueden sentir el peso del cielo, la distancia de los planetas, el misterio de flotar en medio de un universo sin bordes. Y eso no está mal. No es locura. Es simplemente... la mente haciendo lo que mejor sabe hacer: buscar sentido.

En alguna ocasión conocí a una persona que, como tú, tenía momentos en los que sentía que el universo era demasiado grande para contenerlo. Caminaba por un parque, miraba una lámpara colgando, y su mente le susurraba preguntas grandes… de esas que no tienen respuestas fáciles. ¿Qué pasa si la Tierra cae? ¿Qué hay más allá del infinito?

Y un día, mientras pensaba eso, esa persona escuchó la risa de su hija. Fue algo muy simple. Un sonido pequeño, como una campanita. Pero fue como si algo dentro de él dijera: “Estoy aquí. Todavía estoy aquí.”

No se trataba de dejar de pensar. No. Los pensamientos vendrán, como nubes, como estrellas fugaces. Pero aprendió que uno puede observarlas, como quien ve un tren pasar… sin tener que subirse a cada vagón.

Tal vez ahora no puedas evitar pensar, y eso está bien. Lo importante es que sigues siendo tú quien observa, tú quien pregunta, tú quien siente. Y eso significa que aún tienes el timón en tus manos, aunque el mar esté bravo.

La mente puede inventar miedos muy creativos, porque también es capaz de crear paz. A veces, cuando cierras los ojos, no es para escapar, sino para recordar que también puedes ver hacia adentro… y ahí, quizá, descubrir que hay un lugar donde no hay universo inmenso, ni vacío, ni caída. Solo el latido, solo el calor de la vida, solo tú... respirando, ahora.

Y ahora estás aquí. Con miedo, sí. Pero también con amor. Con conciencia. Y con algo muy valioso: la capacidad de darte cuenta de que algo no está bien. Eso... eso no es estar loco. Eso es estar despierto.
un abrazo
Ramiro
Debe ser angustioso esa espiral de malestar que describes, me encantaría darte una respuesta corta y rápida que te lo disolviera y lo hiciera desaparecer, pero lo cierto, es que todo lo que te sucede tiene un trasfondo mucho más profundo de lo que puedes describir en un largo párrado, necesita una larga conversación con alguien que te inspire confianza y que te ayude a profundizar en todo ello, con el fin de ser tú faro de luz, que te lleva hasta la tranquilidad.
 Luis Corujo
Psicólogo
Vecindario
Lo que cuentas refleja una gran angustia y pensamientos obsesivos que pueden estar relacionados con la ansiedad. La sensación de perder el control, la dificultad para vivir el presente y el miedo intenso son signos que pueden indicar un estado de ansiedad elevado.
No te preocupes, se puede tratar. Acude al psicologo para que enseñe técnicas de relajación y de restructuración del pensamiento.
Y no, no te estas volviendo loco.

 Juan Osuna
Psicólogo
Córdoba
Lo que estás viviendo no es una locura. Es una forma de ansiedad que se disfraza de pensamiento profundo… pero que en realidad es un miedo intenso a perder el control.

El problema no es lo que piensas sobre el universo, ni las preguntas sin respuesta. El problema es el pánico que sientes al no poder dejar de pensarlas.

Y eso tiene nombre: pensamientos obsesivos con contenido existencial. Le pasa a muchas personas. Sobre todo cuando han vivido estrés, insomnio o cuando se sienten desconectadas emocionalmente de algo importante.

No necesitas entender el universo. Ni calmarte forzadamente. Lo que necesitas es romper el ciclo de lucha contra tus propios pensamientos.

Empieza por esto:
Cuando aparezca el pensamiento, no lo discutas. Solo di mentalmente: “Estoy teniendo uno de esos pensamientos. No tengo que resolverlo. Puedo dejarlo estar.”

Luego, haz algo con el cuerpo: moverte, caminar, beber agua, tocar algo frío. Sal de la cabeza por la vía sensorial.

Y si se repite, pide ayuda profesional. No para entender si estás loco, sino para aprender a dejar de pelear contra tu mente cuando se acelera.

Un abrazo,
Juan Osuna – Psicólogo · Terapia Breve Estratégica
Gracias por expresar con tanta honestidad lo que estás sintiendo. Lo que describes es muy intenso, y me imagino lo angustiante que debe ser pasar por esos momentos en los que parece que la mente se desborda y se llena de preguntas que no paran, que abruman y generan miedo.

No, no estás loco. Lo que estás describiendo se parece mucho a lo que en psicología llamamos desrealización o ansiedad existencial, que a veces va acompañada de pensamientos obsesivos, de miedo a perder el control o de desconexión con el presente. También hay una experiencia conocida como mareo filosófico o vértigo existencial, que aparece cuando la mente entra en bucles sobre temas como el universo, el tiempo, la vida o la muerte. Son temas reales, pero pensarlos de forma obsesiva y en momentos de vulnerabilidad emocional puede generarnos mucho malestar.

Muchas veces, todo esto es una manifestación de ansiedad elevada, que se va acumulando hasta estallar en forma de pensamientos intrusivos, miedo, sensación de irrealidad o incluso síntomas físicos. El cuerpo y la mente están tratando de gestionar algo, aunque no siempre podamos entenderlo en el momento.

Es importante que sepas que esto tiene tratamiento y alivio. No tienes por qué vivirlo en soledad ni cargar con la culpa o el miedo de lo que piensas. Una intervención psicológica puede ayudarte a entender por qué aparece este tipo de pensamientos, cómo regularlos y, sobre todo, cómo reconectar con el presente y recuperar la calma.

Has dado un primer paso muy valioso al ponerle palabras a tu experiencia. Ojalá puedas dar el siguiente: pedir ayuda profesional para que no tengas que seguir enfrentando esto solo.

Un abrazo

Elbire Arana
Psicóloga General Sanitaria
Colegiada M-42807

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