Hola. Soy una chica de 21 años que todavía no se ha dado ni un beso. El tema es que siento muchísima
10
respuestas
Hola. Soy una chica de 21 años que todavía no se ha dado ni un beso. El tema es que siento muchísima presión, no paro de pensar en ello todo el día y me siento mal. Además, mi hermana que ahora empieza la adolescencia, ya ha empezado en un nuevo instituto y está conociendo a chicos, y me alegro un montón por ella, pero siento que eso que la mayoría de gente vive no lo he vivido, y no solamente eso, siento que ya estoy demasiado mayor para vivirlo, que debería haberlo hecho y me entran ganas de llorar. Siento que con 21 no he evolucionado nada en ese ámbito, como si tuviera 15 y yo he intentado seguir con mi vida, ir a la universidad, e intentar no pensar en el tema pero es algo que no puedo evitar y me está afectando. Pienso muchísimo que el tiempo se me pasó y ahora ya debería de saber todo y es una sensación de impotencia y de no saber que hacer, que me entran ganas de llorar. Encima, con la pandemia, siento que he perdido quizás dos años de oportunidad que no he tenido. ¿Que puedo hacer para que no me afecte?

Buenos días, en relación a tu consulta, decirte que cada uno de nosotros debe seguir sus tiempos, es probable que no hayas encontrado todavía a la persona con la que te gustaría compartir esas experiencias, no debes sentirte mal por ello, ni ponerte presión en ese sentido. En cualquier momento pueden darse esas circunstancias y cambiar la situación. Lo importante es que no te presiones en ese sentido y tampoco lo vivas como algo tan traumático, las cosas vendrán de forma natural si te das permiso para ello. Si aún así continúas sintiéndote mal y ocupa la mayor parte de tus pensamientos es aconsejable que acudas a un psicólogo. Espero que pronto te sientas mejor.

Los tiempos de cada persona son propios y cada uno necesitamos hacer ciertas cosas a determinadas edades. Entiendo que ahora sientas que "te quedas atrás", pero es importante que pienses de dónde viene esa idea y qué te ha llevado a pensar así. Parece que, en tu caso, te está afectando la comparación con otras personas. Si respetas tus tiempos, las cosas llegarán y llegarán de forma natural y sin forzar. Si, pasado un tiempo, aún así te sigues sintiendo mal, quizás sea momento de acudir a terapia. Un abrazo.

Quizás te faltan las habilidades sociales necesarias para dar pie al acercamiento.
Muchas veces es una cuestión de 'timing' o, en otras palabras, que no ha llegado el momento. El problema es si tienes un déficit de habilidades sociales extremo que se sostiene a lo largo de muchos años.
Quizás no eres capaz de quedar con chicos y tampoco sabes cómo ligar, porque te pones tremendamente nerviosa y te da hasta ansiedad.
Si algo te provoca malestar lo mejor es que pidas ayuda. Hay personas que vienen al psicólogo para aprender habilidades sociales, para mejorar su autoestima, para gestionar el estrés de los estudios o trabajo, etc. Si una situación está afectando a tu bienestar psicológico o físico y a tu vida social, familiar o laboral, un profesional de la salud mental puede ayudarte.
Tienes un problema si quieres hacer algo con todas tus fuerzas, pero los nervios te lo impiden.
En este caso hay varios consejos que pueden serte útiles:
1- Hazlo porque de verdad quieres y no para demostrar nada a los demás. No lo hagas por presión social ni para demostrar que eres "guay"; la gente guay es la que hace lo que de verdad quiere.
2- Rebaja tus expectativas. Las "primeras veces no suelen ser tan maravillosas como las imaginas. Aparece la torpeza y los nervios, y las ganas de que todo vaya como en una peli pueden boicotear la situación.
3 - Aunque le des muchas vueltas al tema, luego no te servirá de nada. Por mucho que te rayes pensando cuánta lengua usar o cuánto rato estar dándole al tema, en el momento del beso todo surgirá solo.
4- Apóyate en tus amigos. Los amigos están ahí para lo bueno y para lo malo, cuéntales lo así te ocurre.
Este asunto es bastante íntimo como para contárselo a tus padres, por eso lo mejor que puedes hacer es hablarlo con tu grupo de amigas. Con un 99% de probabilidad, te van a escuchar y te van a apoyar.
Aunque puedan sorprenderse, simplemente explícales tu situación y cómo te sientes.
Al compartir tu preocupación con tus amigas te vas a desahogar y a sentir mejor a nivel psicológico, pero también pueden ayudarte de cara a dar ese primer beso. Pueden darte consejos, compartir sus trucos o incluso convertirse en "aliadas" cuando te guste un chico .
Un saludo,
Mònica Dosil
Muchas veces es una cuestión de 'timing' o, en otras palabras, que no ha llegado el momento. El problema es si tienes un déficit de habilidades sociales extremo que se sostiene a lo largo de muchos años.
Quizás no eres capaz de quedar con chicos y tampoco sabes cómo ligar, porque te pones tremendamente nerviosa y te da hasta ansiedad.
Si algo te provoca malestar lo mejor es que pidas ayuda. Hay personas que vienen al psicólogo para aprender habilidades sociales, para mejorar su autoestima, para gestionar el estrés de los estudios o trabajo, etc. Si una situación está afectando a tu bienestar psicológico o físico y a tu vida social, familiar o laboral, un profesional de la salud mental puede ayudarte.
Tienes un problema si quieres hacer algo con todas tus fuerzas, pero los nervios te lo impiden.
En este caso hay varios consejos que pueden serte útiles:
1- Hazlo porque de verdad quieres y no para demostrar nada a los demás. No lo hagas por presión social ni para demostrar que eres "guay"; la gente guay es la que hace lo que de verdad quiere.
2- Rebaja tus expectativas. Las "primeras veces no suelen ser tan maravillosas como las imaginas. Aparece la torpeza y los nervios, y las ganas de que todo vaya como en una peli pueden boicotear la situación.
3 - Aunque le des muchas vueltas al tema, luego no te servirá de nada. Por mucho que te rayes pensando cuánta lengua usar o cuánto rato estar dándole al tema, en el momento del beso todo surgirá solo.
4- Apóyate en tus amigos. Los amigos están ahí para lo bueno y para lo malo, cuéntales lo así te ocurre.
Este asunto es bastante íntimo como para contárselo a tus padres, por eso lo mejor que puedes hacer es hablarlo con tu grupo de amigas. Con un 99% de probabilidad, te van a escuchar y te van a apoyar.
Aunque puedan sorprenderse, simplemente explícales tu situación y cómo te sientes.
Al compartir tu preocupación con tus amigas te vas a desahogar y a sentir mejor a nivel psicológico, pero también pueden ayudarte de cara a dar ese primer beso. Pueden darte consejos, compartir sus trucos o incluso convertirse en "aliadas" cuando te guste un chico .
Un saludo,
Mònica Dosil
Le invitamos a una visita: Primera visita psicología - 30 €
Puede concertar una visita a través del sitio Doctoralia, haciendo clic en el botón Concertar visita.
Puede concertar una visita a través del sitio Doctoralia, haciendo clic en el botón Concertar visita.

Hola, estoy de acuerdo con las compañeras. Entiendo que te sientas así pero muchas veces nuestro sufrimiento psicológico viene dado por basarnos en el pasado y no ver más allá. Además, mientras pensamos en "lo que podríamos haber hecho" "lo que no disfrutamos" o "el tiempo que hemos perdido" realmente lo que estamos haciendo es prolongar el problema, porque esos pensamientos y emociones nos impiden centrarnos en el presente y encontrar tanto si existen dificultades a la hora de establecer vínculos y relaciones sociales como identificar aquellas herramientas que me van a ayudar a partir de ahora a establecer interacciones con las que me sienta a gusto conmigo mismo.
Un abrazo, MJ.
Un abrazo, MJ.

Cada persona tiene su propio reloj vital. Se vive continuamente presionado por la sociedad y "alcanzar metas" a una determinada edad. Vive tu proceso a tu ritmo y marcando pautas concretas y alcanzables que te acerquen a tu objetivo. Si no sabes tu objetivo, se trabaja en terapia y te ayudan a buscar hacia dónde quieres caminar.

Planteate si realmente quieres conocer chicos y que pueda surgir la oportunidad de tener cierta intimidad y qué estás haciendo tú para que esto suceda. Te recomiendo que te responsabilices de lo que tú deseas y vayas a por ello. Si en ese ponerte en marcha te surgen miedos o inseguridades puedes trabajarlos en terapia. Un saludo.
Le invitamos a una visita: - 55 €
Puede concertar una visita a través del sitio Doctoralia, haciendo clic en el botón Concertar visita.
Puede concertar una visita a través del sitio Doctoralia, haciendo clic en el botón Concertar visita.

No está escrito en la Biblia, ni el Corán ni en la Constitución Española lo que toca o no toca en cada edad, debes de vivir tu vida y aprender de todo y disfrutar de todo...la inseguridad de no haber hecho algo antes no deberías de dejar que te afecte para no hacerlo después...tu eliges el momento y el lugar de todo en tu vida, no lo olvides por favor. Saludos.

Hola, respecto a tu consulta debes saber que no hay un periodo ni tiempo límite establecido
para que tengas que dar tu primer beso, cada persona es diferente y lo mismo ocurre con
sus circunstancias vitales, por lo que no debes sentir presión porque no haya ocurrido dicho
acontecimiento. Es posible que no haya pasado porque no te hayas topado con una
persona con la que te sientas lo totalmente agusto como para que esto suceda, o puede
que no sepas cómo acercarte a una persona con la que te apetecería que ocurriera tu
primer beso. Sin embargo, existen terapias que pueden ayudarte a aumentar tus
habilidades sociales y dotarte de herramientas para facilitar que fluyan las relaciones con
tus iguales. Te recomiendo que acudas a terapia y así trabajar también esos sentimientos
de frustración y la presión que sientes, evitando que interfiera en los demás aspectos de tu
vida.
Para cualquier duda, disponemos de citas online.
para que tengas que dar tu primer beso, cada persona es diferente y lo mismo ocurre con
sus circunstancias vitales, por lo que no debes sentir presión porque no haya ocurrido dicho
acontecimiento. Es posible que no haya pasado porque no te hayas topado con una
persona con la que te sientas lo totalmente agusto como para que esto suceda, o puede
que no sepas cómo acercarte a una persona con la que te apetecería que ocurriera tu
primer beso. Sin embargo, existen terapias que pueden ayudarte a aumentar tus
habilidades sociales y dotarte de herramientas para facilitar que fluyan las relaciones con
tus iguales. Te recomiendo que acudas a terapia y así trabajar también esos sentimientos
de frustración y la presión que sientes, evitando que interfiera en los demás aspectos de tu
vida.
Para cualquier duda, disponemos de citas online.

¡Hola! Entiendo que esto te afecte y remueva aun más ahora que tu hermana está entrando en la adolescencia. Me parece natural que te afecte. Te diría que acudieras a terapia para observar y tratar tus patrones de comportamiento y entender porque no realizas estas conductas. Si no lo hiciste en su momento y ahora tampoco lo estás haciendo es por y para algo, la idea es en terapia encontrar el porque ocurre esto.
Un saludo.
Un saludo.

Gracias por abrirte con tanta honestidad. Lo que estás sintiendo es muy válido, y aunque en este momento te parezca que estás sola en ello, muchas personas han pasado o están pasando por sensaciones similares. Vamos a ponerle palabras y sentido a lo que estás viviendo.
---
Primero que nada: no estás rota ni eres menos por no haber vivido aún ciertas experiencias.
Vivimos en una sociedad que tiene cronogramas muy marcados sobre lo que “deberíamos” estar haciendo en cada etapa de nuestra vida. Que si a los 13 hay que tener tu primer beso, que si a los 16 ya deberías haber tenido pareja, que si a los 18 ya deberías haber vivido una historia intensa… Y cuando eso no ocurre así, empieza a surgir una voz interna que te hace sentir fuera de lugar, incompleta, incluso avergonzada. Pero la verdad es que la vida no es una carrera, ni una línea recta. No hay una edad correcta para sentir, experimentar o descubrir cosas.
Tener 21 años y no haber dado un beso no significa que estés “atrasada”. Significa que tu historia es única.
Y no por eso menos valiosa. De hecho, puede que cuando lo vivas, lo hagas con una consciencia y una profundidad emocional mucho más plena que muchas personas que lo hicieron “antes”, sin saber muy bien qué querían o qué sentían. Tener una vivencia más tardía no la hace menos bonita ni menos auténtica.
---
La comparación con tu hermana también es natural, pero puede doler.
Ella empieza a vivir cosas que tú sientes que te has perdido, y eso puede activar un dolor muy profundo. Te alegras por ella, claro que sí, pero también aparece esa sensación de que “algo no hiciste bien tú”. Sin embargo, es importante recordar que no estamos todas en el mismo punto al mismo tiempo. Cada persona tiene su proceso, su tiempo interno, y ninguno es incorrecto.
---
La pandemia también tuvo un gran impacto.
Para muchas personas jóvenes, esos dos años fueron justamente los años en los que iban a experimentar más cosas nuevas: amistades, relaciones, fiestas, crecimiento social… y de repente, todo eso se paralizó. Así que sí, probablemente viviste una etapa de pérdida silenciosa, que pocos han sabido cómo procesar. Y eso suma a la sensación de haber “perdido el tren”.
---
Pero no lo has perdido. Solo has estado en otra estación.
Ahora bien, ¿qué puedes hacer con todo esto?
1. Dale espacio a lo que sientes sin juzgarte
Está bien llorar si lo necesitas. Está bien sentir rabia, tristeza, frustración. Todo eso que sientes es válido. No intentes silenciarlo, porque cuanto más lo tapes, más fuerte va a gritar. En lugar de eso, permítete sentir. Incluso podrías escribirle una carta a esa parte tuya que se siente “atrasada”, como si fuera una amiga a la que quieres consolar. Te sorprendería lo sanador que puede ser.
2. Cuestiona las ideas rígidas que tienes sobre el tiempo y el amor
Pregúntate de dónde vienen esas ideas que te dicen que “ya deberías haber vivido esto”. ¿Son tuyas? ¿O vienen de la cultura, las redes sociales, tus amistades, la televisión? Desarma esos mandatos. La realidad es que nadie sabe todo a los 21. La mayoría estamos improvisando. Y si lo piensas bien, ¿realmente importa a qué edad das tu primer beso, o importa más cómo te sientes cuando lo das?
3. Empieza a acercarte al tema desde el deseo, no desde la carencia
Cuando piensas en un beso o una relación desde el “debería haberlo hecho”, lo vives con angustia. Pero, ¿qué pasaría si lo miraras desde el deseo? Desde la curiosidad, desde el “me gustaría vivir esto algún día”, en lugar del “ya es tarde y estoy mal por no haberlo hecho”. Cambiar el enfoque puede ayudarte a recuperar tu propia voz en esta historia.
4. Pequeños pasos valientes
No hace falta que cambies todo de golpe. Pero quizás puedes permitirte algunos movimientos hacia lo que deseas. Puede ser abrirte a conocer gente nueva (aunque dé miedo), apuntarte a un taller o actividad que te guste, o incluso hablar con alguien sobre cómo te sientes. No necesitas forzarte a tener una experiencia para tacharla de una lista. Se trata de abrir el camino con suavidad, con respeto hacia ti.
5. Reconcíliate con tu ritmo
Lo que te define no es tu “experiencia romántica”, sino tu capacidad de amar, de conectar, de ser tú misma. A lo mejor no has dado un beso aún, pero tal vez has vivido otras cosas intensas: has sido amiga, hija, compañera, estudiante. Has sentido emociones, has crecido, te has cuidado. Eso también es parte de tu evolución.
---
Una última cosa: no estás sola.
Hay muchas personas que sienten lo mismo que tú, pero no se atreven a decirlo por vergüenza. Y sin embargo, cada vez que alguien lo nombra —como acabas de hacer tú— abre una puerta para sanar. Eso ya es un paso enorme. Eres valiente. Y estás en camino, aunque ahora cueste verlo.
Si quieres, puedo acompañarte más con esto, darte ideas de cómo empezar a acercarte a lo que deseas, o incluso explorar qué otras emociones están ligadas a este tema. Pero por ahora, solo quiero que sepas que lo que sientes tiene sentido. Y que no es tarde. Nunca lo es.
---
Primero que nada: no estás rota ni eres menos por no haber vivido aún ciertas experiencias.
Vivimos en una sociedad que tiene cronogramas muy marcados sobre lo que “deberíamos” estar haciendo en cada etapa de nuestra vida. Que si a los 13 hay que tener tu primer beso, que si a los 16 ya deberías haber tenido pareja, que si a los 18 ya deberías haber vivido una historia intensa… Y cuando eso no ocurre así, empieza a surgir una voz interna que te hace sentir fuera de lugar, incompleta, incluso avergonzada. Pero la verdad es que la vida no es una carrera, ni una línea recta. No hay una edad correcta para sentir, experimentar o descubrir cosas.
Tener 21 años y no haber dado un beso no significa que estés “atrasada”. Significa que tu historia es única.
Y no por eso menos valiosa. De hecho, puede que cuando lo vivas, lo hagas con una consciencia y una profundidad emocional mucho más plena que muchas personas que lo hicieron “antes”, sin saber muy bien qué querían o qué sentían. Tener una vivencia más tardía no la hace menos bonita ni menos auténtica.
---
La comparación con tu hermana también es natural, pero puede doler.
Ella empieza a vivir cosas que tú sientes que te has perdido, y eso puede activar un dolor muy profundo. Te alegras por ella, claro que sí, pero también aparece esa sensación de que “algo no hiciste bien tú”. Sin embargo, es importante recordar que no estamos todas en el mismo punto al mismo tiempo. Cada persona tiene su proceso, su tiempo interno, y ninguno es incorrecto.
---
La pandemia también tuvo un gran impacto.
Para muchas personas jóvenes, esos dos años fueron justamente los años en los que iban a experimentar más cosas nuevas: amistades, relaciones, fiestas, crecimiento social… y de repente, todo eso se paralizó. Así que sí, probablemente viviste una etapa de pérdida silenciosa, que pocos han sabido cómo procesar. Y eso suma a la sensación de haber “perdido el tren”.
---
Pero no lo has perdido. Solo has estado en otra estación.
Ahora bien, ¿qué puedes hacer con todo esto?
1. Dale espacio a lo que sientes sin juzgarte
Está bien llorar si lo necesitas. Está bien sentir rabia, tristeza, frustración. Todo eso que sientes es válido. No intentes silenciarlo, porque cuanto más lo tapes, más fuerte va a gritar. En lugar de eso, permítete sentir. Incluso podrías escribirle una carta a esa parte tuya que se siente “atrasada”, como si fuera una amiga a la que quieres consolar. Te sorprendería lo sanador que puede ser.
2. Cuestiona las ideas rígidas que tienes sobre el tiempo y el amor
Pregúntate de dónde vienen esas ideas que te dicen que “ya deberías haber vivido esto”. ¿Son tuyas? ¿O vienen de la cultura, las redes sociales, tus amistades, la televisión? Desarma esos mandatos. La realidad es que nadie sabe todo a los 21. La mayoría estamos improvisando. Y si lo piensas bien, ¿realmente importa a qué edad das tu primer beso, o importa más cómo te sientes cuando lo das?
3. Empieza a acercarte al tema desde el deseo, no desde la carencia
Cuando piensas en un beso o una relación desde el “debería haberlo hecho”, lo vives con angustia. Pero, ¿qué pasaría si lo miraras desde el deseo? Desde la curiosidad, desde el “me gustaría vivir esto algún día”, en lugar del “ya es tarde y estoy mal por no haberlo hecho”. Cambiar el enfoque puede ayudarte a recuperar tu propia voz en esta historia.
4. Pequeños pasos valientes
No hace falta que cambies todo de golpe. Pero quizás puedes permitirte algunos movimientos hacia lo que deseas. Puede ser abrirte a conocer gente nueva (aunque dé miedo), apuntarte a un taller o actividad que te guste, o incluso hablar con alguien sobre cómo te sientes. No necesitas forzarte a tener una experiencia para tacharla de una lista. Se trata de abrir el camino con suavidad, con respeto hacia ti.
5. Reconcíliate con tu ritmo
Lo que te define no es tu “experiencia romántica”, sino tu capacidad de amar, de conectar, de ser tú misma. A lo mejor no has dado un beso aún, pero tal vez has vivido otras cosas intensas: has sido amiga, hija, compañera, estudiante. Has sentido emociones, has crecido, te has cuidado. Eso también es parte de tu evolución.
---
Una última cosa: no estás sola.
Hay muchas personas que sienten lo mismo que tú, pero no se atreven a decirlo por vergüenza. Y sin embargo, cada vez que alguien lo nombra —como acabas de hacer tú— abre una puerta para sanar. Eso ya es un paso enorme. Eres valiente. Y estás en camino, aunque ahora cueste verlo.
Si quieres, puedo acompañarte más con esto, darte ideas de cómo empezar a acercarte a lo que deseas, o incluso explorar qué otras emociones están ligadas a este tema. Pero por ahora, solo quiero que sepas que lo que sientes tiene sentido. Y que no es tarde. Nunca lo es.
¿No has encontrado la respuesta que necesitabas? ¡Envía tu pregunta!
¿Tu caso es similar? Estos profesionales pueden ayudarte:
Todos los contenidos publicados en Doctoralia, especialmente preguntas y respuestas, son de carácter informativo y en ningún caso deben considerarse un sustituto de un asesoramiento médico.