La popularidad de las redes sociales ha ido en aumento entre la población, logrando que miles y miles de cerebros se mantengan conectados de forma diaria.
Las redes sociales permiten acceder a diferentes contenidos con solo un click, abriéndonos la ventana a un espacio inmenso por explorar y a alta velocidad.
El problema se presenta, cuando no somos capaces de controlarlo y nos absorbe de tal manera que perdemos la noción del tiempo que estamos conectados y permitimos que nuestro cerebro se empape como una esponja todo el contenido (sea veraz o no lo sea), descuidando el mundo real: familia, obligaciones, deporte, amigos, etc.
Esa sensación nada más despertarnos e incluso mantenida durante la noche de no querer y no poder perderse nada, esa necesidad impulsiva de conectarnos a cualquier hora y consumir contenido sin control alguno se convierte en una adicción a las redes sociales.
Los profesionales de la salud, observamos como en consulta personas de diferentes edades, ya no solo adolescentes, presentan sintomatología de adicción a las redes sociales interfiriendo de forma negativa en la calidad de vida.
Las personas que sufren adicción a las RS pueden presentar diferente sintomatología dependiendo de factores como la edad o nuestro estado psicológico, es decir, dependiendo de nuestro grado de vulnerabilidad. A continuación, se exponen diferentes tipos de consecuencias para la salud mental:
Alteraciones de estructuras cerebrales, mediante neuroimagen (Sherer & Levounis, 2022):
Sintomatología cognitiva/conductual:
Las personas con adicción a las redes sociales, se aíslan en sus cuartos evitando el contacto con sus seres más cercanos. Debido a la comparación del “Yo Real y el Yo Ideal” que se ofrece en las redes sociales. Además, muchos usuarios sufren el ver como otros les “Funean y Trolean” de forma pública.
Como toda adicción, la adicción a las redes sociales tiene efectos nocivos para la salud mental afectando de forma física, emocional y conductual a las personas que la sufren y a su entorno.
Debemos asumir que las redes sociales han venido para quedarse, pero también debemos verlas como una herramienta que debemos aprender a usar, tal y como utilizamos muchísimas herramientas de nuestro entorno para poder beneficiarnos de ellas, pero en ningún momento debemos cederles el control de nuestro cerebro y permitir que sean ellas las que nos dominen.
Como sociedad, es necesario prevenir, detectar, concienciar y ofrecer tratamientos de calidad que promuevan el buen uso de las redes sociales con equilibrio y control, para poder interactuar de forma segura y no poner en riesgo nuestra salud mental. No dudes en pedir cita con un psicólogo si crees que necesitas ayuda.
Referencias
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