Artículos 26 febrero 2024

¿Cómo saber si tengo hígado graso? Diagnóstico y tratamiento

Elvira Sánchez Vilariño Dietista Nutricionista
Elvira Sánchez Vilariño
Dietista Nutricionista

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El hígado graso es una afección que ha ido ganando protagonismo en el ámbito de la salud en los últimos años.
Según Asscat: “Se estima que la prevalencia de la enfermedad hepática metabólica, que incluye el hígado graso, en España se sitúa en el 25,8% durante el año 2022”.

A menudo, se asocia con el exceso de peso y el consumo excesivo de alcohol, pero también puede afectar a personas delgadas y abstemias. En este artículo, despejaremos las dudas más comunes sobre el hígado graso, sin pretender que te autodiagnostiques, sino con el objetivo de brindarte información esencial sobre su diagnóstico, tratamiento y recomendaciones para cuidar tu salud hepática.

¿Qué es el hígado graso?

El hígado graso, también conocido como esteatosis hepática, es una condición médica en la que se acumula un exceso de grasa en las células del hígado. Esta acumulación de grasa puede afectar el funcionamiento normal del hígado y, si no se controla, puede llevar a una inflamación hepática más grave y daño en el tejido hepático.

Tipos de hígado graso

Existen dos tipos principales de hígado graso:

  • Hígado graso no alcohólico (HGNA): esta forma de hígado graso se produce en personas que no consumen cantidades significativas de alcohol. Es a menudo asociada con factores como la obesidad, la resistencia a la insulina, la diabetes tipo 2 y la dieta rica en azúcares y grasas.
  • Hígado graso alcohólico (HGA): este tipo de hígado graso está relacionado directamente con el consumo excesivo de alcohol a lo largo del tiempo. El alcohol daña el hígado y puede llevar a la acumulación de grasa en sus células.

El hígado graso generalmente es asintomático en sus etapas tempranas, pero si no se trata, puede progresar a una afección más grave llamada esteatohepatitis no alcohólica (EHNA), que involucra inflamación y daño hepático. A largo plazo, la EHNA puede llevar a la cirrosis hepática y a un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares.

Cómo se diagnostica el hígado graso

El diagnóstico del hígado graso generalmente se basa en una combinación de factores, que incluyen síntomas, antecedentes médicos, exámenes físicos y pruebas de laboratorio.
Los síntomas típicos pueden incluir fatiga, dolor en el abdomen superior derecho y una sensación general de malestar.

Es importante destacar que estos síntomas pueden ser sutiles o inexistentes en algunas personas. Para confirmar el diagnóstico, se utilizan pruebas de imagen, como la ecografía abdominal o la resonancia magnética, que pueden revelar la acumulación de grasa en el hígado. Además, se pueden realizar análisis de sangre para evaluar los niveles de enzimas hepáticas, como la Alanina Aminotransferasa (ALT) y Aspartato Aminotransferasa (AST), así como la medición del índice de masa corporal (IMC).

Analítica del hígado graso: valores a destacar

Las pruebas de laboratorio son esenciales para evaluar la salud hepática en personas con hígado graso. Algunos de los valores a destacar en estos análisis son:

  • ALT (Alanina Aminotransferasa): un aumento en este valor puede indicar daño en las células hepáticas.
  • AST (Aspartato Aminotransferasa): similar a la ALT, su aumento también puede reflejar daño hepático.
  • GGT (Gamma-Glutamil Transferasa): este marcador se asocia comúnmente con el consumo excesivo de alcohol, pero también puede elevarse en el hígado graso.
  • Niveles de grasa en sangre (triglicéridos y colesterol): pueden estar elevados en personas con hígado graso no alcohólico.
hombre joven camiseta blanca comiendo hamburguesa Con un diagnóstico temprano y la implementación de cambios en el estilo de vida, es posible mejorar la salud hepática y prevenir complicaciones graves.

Cómo tratar el hígado graso

El tratamiento del hígado graso se basa en abordar las causas subyacentes y mejorar la salud hepática. Esto incluye:

  • Cambios en el estilo de vida: mantener un peso saludable a través de una dieta equilibrada y ejercicio regular es fundamental. Limitar o eliminar el consumo de alcohol también es esencial.
  • Control de enfermedades subyacentes: si tienes diabetes, hipertensión u otras afecciones, controlarlas adecuadamente es importante.

Menú tipo para una persona con hígado graso

Un menú adecuado para una persona con hígado graso debe enfocarse en alimentos ricos en nutrientes y bajos en grasas saturadas y azúcares añadidos. Aquí tienes un ejemplo:

  • Desayuno: avena con frutas frescas y nueces.
  • Almuerzo: ensalada de pollo a la parrilla con vegetales variados.
  • Merienda: yogur bajo en grasa con bayas.
  • Cena: salmón al horno con brócoli y quinoa.

No olvidemos que los menús deben ser adaptados según los requerimientos y hábitos alimentarios de cada paciente, para ello puede ayudarte un nutricionista.

Recomendaciones y consejos

  • Consulta a un profesional de la salud para un diagnóstico adecuado y un plan de tratamiento personalizado. Un nutricionista te puede guiar en la elección de carbohidratos saludables y una ingesta equilibrada de proteínas.
  • Evita el consumo excesivo de alcohol y tabaco, ya que ambos pueden agravar el daño hepático. Además, el alcohol puede ser una fuente oculta de calorías vacías y carbohidratos poco saludables.
  • Incorpora actividad física en tu rutina diaria. El ejercicio regular no solo te ayuda a mantener un peso saludable, sino que también mejora la sensibilidad a la insulina y la salud general del hígado.
  • Controla tus niveles de azúcar en sangre y presión arterial si padeces otras condiciones médicas, ya que el hígado graso a menudo se asocia con enfermedades metabólicas. Mantener estos valores dentro de los rangos adecuados es esencial para tu salud en general.
  • Presta atención a la calidad de los carbohidratos que consumes. Opta por carbohidratos complejos, como granos enteros, verduras y frutas, en lugar de azúcares refinados y alimentos procesados. Estos últimos pueden agravar el hígado graso.
  • Asegúrate de obtener suficiente proteína en tu dieta, pero elige fuentes magras como el pescado, el pollo sin piel, las legumbres y los productos lácteos bajos en grasa. Las proteínas son importantes para la reparación y el mantenimiento del tejido hepático.
  • No te automediques; sigue las recomendaciones de tu médico o nutricionista. El manejo del hígado graso es un proceso individualizado, y es importante que cualquier cambio en tu dieta o estilo de vida esté supervisado por un profesional de la salud.

El hígado graso es una afección que merece nuestra atención y cuidado. Con un diagnóstico temprano y la implementación de cambios en el estilo de vida, es posible mejorar la salud hepática y prevenir complicaciones graves.

Recuerda que la información proporcionada aquí es solo una guía, y siempre debes buscar la orientación de un profesional de la salud para un enfoque personalizado. La inversión en tu salud hepática es una inversión en tu bienestar a largo plazo.
“Cuida tu hígado, protege tu salud. ¡Vive mejor con un hígado saludable!”

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