Alicia Fernández Martínez
Dietista Nutricionista
Últimamente y cada vez más, el término “disbiosis intestinal” resuena con más fuerza. La prevalencia tan elevada de sintomatología digestiva o patologías digestivas en la población actual está ganando terreno y cada vez más lo escuchamos y vemos en redes sociales, televisión, radio, conversaciones de a pie… Incluso en el tratamiento y orientación diagnóstica de gran cantidad de enfermedades o condiciones, dónde el papel de la microbiota intestinal está jugando un rol muy importante, básico y revelador en la etiología y desarrollo de las mismas o en la compresión de la enfermedad desde una perspectiva más integral**.
Los estudios nos hablan de que 4 de cada 10 personas adultas sufren problemas gastrointestinales de diversa gravedad y, en concreto en España, las cifras rondan en torno al 20% de la población adulta en el año 2018, yendo en aumento desde entonces
Qué es la disbiosis intestinal
La disbiosis intestinal es la alteración de la microbiota (comunidad de microorganismos que viven en el sistema digestivo) presente en el intestino grueso. Esto genera cambios cuantitativos (cambia el número de microorganismos “normales”), cualitativos (las especies en calidad pueden empeorar dando pie a especies cuyo hábitat no es el habitual, empeorando nuestra sintomatología digestiva), de funcionalidad de nuestro intestino grueso y de distribución o absorción de nutrientes.
En presencia de una disbiosis intestinal nuestro intestino, entre otras muchas cosas, pierde su capacidad de barrera protectora frente a organismos invasores o perjudiciales, dando pie al desarrollo de enfermedades, nuestro sistema inmunitario se encuentra más comprometido y la absorción o digestión de muchos nutrientes es escasa o nula, pudiendo generar déficits nutricionales importantes en nuestra salud y calidad de vida.
Causas de la disbiosis intestinal
Las causas que pueden generar unas disbiosis podrían ser, entre otras muchas:
- Una alteración de la dieta o poco consumo de fibra (alta en azúcares y grasas saturadas, baja en fibra y antioxidantes).
- Alteraciones de la motilidad digestiva por diversas razones (enfermedades digestivas, gastritis, reflujo gastroesofágico, trastornos de la conducta alimentaria donde la motilidad se ve reducida…).
- El uso de antibióticos orales de manera repetida en el tiempo y prolongada.
- Radioterapia o quimioterapia.
- Estrés físico y estrés psicológico.
- Enfermedades autoinmunes.
- VIH.
- Malabsorción de ácidos biliares.
- Pancreatitis.
- Fibrosis quística.
En presencia de una disbiosis intestinal nuestro intestino, entre otras muchas cosas, pierde su capacidad de barrera protectora frente a organismos invasores o perjudiciales.Síntomas de la disbiosis
Los síntomas son muy variados y van desde síntomas propiamente digestivos, donde encontramos:
- Diarreas.
- Estreñimiento.
- Distensión abdominal tras las comidas.
- Gases.
- Urgencia defecatoria.
- Colitis.
Hasta síntomas extradigestivos muy inespecíficos que, a parte de sospechar de disbiosis, nos podrían generar sospecha de otras enfermedades o no necesariamente tenerlos significa que nuestra microbiota pueda estar alterada o exista una disbiosis intestinal:
- Depresión, ansiedad, niebla mental.
- Dolor menstrual, SOP, alteraciones tiroideas.
- Dolor muscular y articular.
- Fatiga crónica, fibromialgia.
- Inflamación crónica de bajo grado.
- Esteatosis hepática no alcohólica.
- Daño cardiovascular.
Enfermedades relacionadas con las disbiosis intestinal
En el intestino grueso es donde reside el mayor número de microorganismos vivos de todo el cuerpo, suponiendo más del 70% de los microorganismos de todos ellos y, por tanto, su importancia en nuestra salud y las consecuencias de un empeoramiento de la misma por una alteración intestinal son abrumadoras
Se ha visto que hay gran cantidad de enfermedades relacionadas con la microbiota intestinal, como pueda ser el ya conocido SIBO (sobrecrecimiento bacteriano) consecuencia de una disbiosis intestinal donde habría que evaluar la causa inicial que ha provocado ese desequilibrio de bacterias, el síndrome de ovario poliquístico, enfermedades autoinmunes, problemas hepáticos, fibromialgia…
Tratamiento para la disbiosis intestinal
El tratamiento actual de la disbiosis intestinal es un tratamiento muy completo, no solo ligado a un abordaje nutricional o digestivo.
- Por un lado, el tratamiento “farmacológico” de elección residiría en los probióticos, aunque la evidencia es muy limitada.
- A parte del tratamiento con probióticos, una orientación nutricional personalizada e individualizada por un nutricionista experto en materia, rica en fibra prebiótica y prebióticos, generando mucha variedad de nutrientes, donde además se investigue el origen del problema y se valore en paralelo si hay algún daño o afección más, sería imprescindible y muy necesario para realizar un abordaje integral y no quedarnos solo en la superficie del problema.
- Por otro lado y, no menos importante si no en combinación con el tratamiento nutricional y farmacológico, sería imprescindible también trabajar en la gestión del estrés, asegurar un descanso adecuado y de calidad, realizar práctica de actividad física, contacto con la naturaleza…
El ritmo frenético de vida que llevamos, basado en estrés continuado, mala regulación emocional, falta de descanso y de autocuidado, tiene consecuencias nefastas para nuestra salud.
La disbiosis intestinal es una condición digestiva cada vez más habitual en la población que, como muchas enfermedades, pueden desarrollarse, entre otras muchas cosas, por estrés físico y psicológico, a la que hay que atender, prestar atención y tratar de manera independiente y personalizada ya que puede dar lugar a gran cantidad de afecciones digestivas y extradigestivas que pueden afectar profundamente a nuestra calidad de vida.
Como siempre, escucharnos y atendernos, no debería de ser nuestra tarea pendiente, si no la principal. También puedes consultar nuestra guía completa sobre la microbiota para resolver todas las dudas que tengas
Referencias
- Curso “Experto en Digestivas” de Expertonutricion.
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