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Artículos 10 junio 2025

Todo sobre la salmonelosis, desde sus fuentes y síntomas hasta la prevención efectiva

Meritxell Sarrió Puig Dietista Nutricionista
Meritxell Sarrió Puig
Dietista Nutricionista

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La salmonelosis es una de las infecciones alimentarias más frecuentes a nivel mundial. Aunque en muchos casos se presenta de forma leve, en ciertas personas puede derivar en complicaciones serias, especialmente en niños pequeños, adultos mayores y personas con el sistema inmune comprometido. Conocer sus síntomas, vías de contagio y cómo prevenirla es clave para proteger nuestra salud y la de quienes nos rodean. En este artículo encontrarás todo lo que necesitas saber para identificarla a tiempo y evitar riesgos innecesarios.

Qué es la salmonelosis

La salmonelosis es una infección causada por la bacteria Salmonella. Existen diferentes cepas de esta bacteria, y muchas de ellas afectan directamente al sistema digestivo, provocando síntomas como diarrea, fiebre, náuseas y dolor abdominal. La forma más común de contagio es a través del consumo de alimentos o agua contaminados, aunque también puede transmitirse por contacto directo con personas infectadas o con animales portadores. Es una de las causas más frecuentes de gastroenteritis en todo el mundo.

Síntomas de la salmonelosis

Los síntomas suelen aparecer entre 6 y 72 horas después de haber ingerido el alimento o bebida contaminada. Este periodo se conoce como periodo de incubación y puede variar según la cantidad de bacterias ingeridas y el estado de salud de la persona. Los síntomas más frecuentes son:

  • Diarrea
  • Fiebre
  • Calambres abdominales
  • Náuseas y vómitos
  • Dolor abdominal
  • Dolor de cabeza
  • Malestar general

Es importante tener en cuenta que los síntomas pueden variar en intensidad y duración, y que ciertos grupos de riesgo, como los lactantes, los adultos mayores y las personas con el sistema inmunológico debilitado, tienen mayor probabilidad de sufrir complicaciones. En la mayoría de los casos, la enfermedad se resuelve sin necesidad de tratamiento específico en un período de 1 a 7 días. Sin embargo, en cuadros más severos puede ser necesaria la hospitalización, especialmente por deshidratación y complicaciones asociadas.

doctora sujeta carpeta hablando paciente mujer consulta Los síntomas suelen aparecer entre 6 y 72 horas después de haber ingerido el alimento o bebida contaminada.

Cómo se contagia

La Salmonella se transmite, principalmente, por:

  • Consumo de alimentos contaminados.
  • Contaminación cruzada en la cocina (por ejemplo, al usar los mismos utensilios o superficies para alimentos crudos y cocidos sin desinfectarlos adecuadamente).
  • Consumo de agua no potable.
  • Higiene inadecuada de manos, especialmente después de manipular alimentos crudos o tras ir al baño. El contagio puede darse si una persona infectada no se lava bien las manos y luego manipula alimentos, utensilios o tiene contacto cercano con otras personas.
  • Contacto con animales infectados, especialmente reptiles, aves y mascotas.

¿Qué alimentos están más asociados a la salmonelosis?

Desde el punto de vista nutricional, es fundamental conocer los alimentos con mayor riesgo de contaminación por Salmonella. Entre los más habituales se encuentran:

  • Huevos crudos o poco cocidos: son una de las principales fuentes de brotes de salmonelosis, especialmente en Europa, donde representan aproximadamente el 33 % de los casos. Preparaciones como mayonesas caseras, mousse, tiramisú o masa de repostería sin hornear pueden representar un riesgo elevado.
  • Carne de cerdo: representa la segunda fuente más común en algunas regiones, como el norte y oeste de Europa.
  • Carne de ave mal cocida: el pollo y el pavo son especialmente susceptibles a la contaminación si no se cocinan completamente.
  • Lácteos no pasteurizados: como ciertos quesos artesanales, leche cruda o yogures caseros elaborados sin control sanitario.
  • Frutas y verduras mal lavadas: sobre todo si han estado en contacto con utensilios contaminados o si se han lavado con agua no potable.
  • Productos procesados contaminados: en algunos casos, alimentos como galletas, chocolate o cereales han estado implicados en brotes, al contaminarse durante el procesamiento industrial.

Es fundamental que el consumidor reciba educación en seguridad alimentaria, para que pueda manipular y cocinar los alimentos de forma segura, reduciendo así la incidencia de enfermedades transmitidas por alimentos.

Grupos de riesgo: ¿quiénes deben tener especial cuidado?

Hay ciertos grupos de población que son más vulnerables a la salmonelosis, y es fundamental extremar las precauciones con ellos:

  • Niños pequeños, especialmente menores de 5 años.
  • Mujeres embarazadas, ya que la infección puede afectar al desarrollo del feto.
  • Personas mayores, cuyo sistema inmunológico puede estar debilitado.
  • Pacientes inmunocomprometidos, como personas con enfermedades crónicas, en tratamiento con quimioterapia o con VIH.

En estos casos, se recomienda evitar por completo los alimentos de alto riesgo y aplicar medidas de higiene más estrictas.

¿Qué hacer si ya tengo síntomas?

Si presentas síntomas compatibles con salmonelosis, es fundamental tomar las siguientes medidas:

  • Mantener una buena hidratación, especialmente si hay diarrea o vómitos.
  • Evitar la automedicación, sobre todo el uso de antidiarreicos sin control médico.
  • Consultar con un profesional de salud si los síntomas son graves, si hay fiebre alta, sangre en las heces o si se pertenece a un grupo de riesgo.
  • Evitar la manipulación de alimentos para otras personas hasta estar completamente recuperado, para no seguir propagando la bacteria.

7 formas de prevenir la salmonelosis

  1. Cocina bien los alimentos: especialmente carnes, huevos y productos de origen animal. La cocción adecuada destruye la bacteria.
  2. Evita el consumo de alimentos crudos de origen animal: como la masa de galletas con huevo crudo o mayonesas caseras sin pasteurizar.
  3. Mantén la higiene en la cocina: lava bien frutas y verduras, y asegúrate de desinfectar utensilios, tablas de cortar y superficies después de manipular alimentos crudos, para evitar la contaminación cruzada. Siempre que sea posible, también es recomendable utilizar tablas de cortar separadas para alimentos crudos y cocidos.
  4. Lava tus manos frecuentemente: sobre todo antes de cocinar, después de manipular alimentos crudos, usar el baño o tocar animales.
  5. Refrigeración: mantener los alimentos perecederos, incluidos los huevos y productos lácteos, refrigerados a temperaturas adecuadas para inhibir el crecimiento de Salmonella.
  6. Elige agua segura: evita el consumo de agua no potable, especialmente cuando viajes a lugares con menor control sanitario.
  7. Educación y concienciación: informar a los consumidores y trabajadores de la industria alimentaria sobre los riesgos de la salmonelosis y las prácticas seguras de manipulación de alimentos.

La importancia de la seguridad alimentaria en casa

Muchos de los casos de salmonelosis se pueden prevenir aplicando buenas prácticas de seguridad alimentaria en el hogar. Algunas recomendaciones clave son:

  • Controlar la cadena de frío: desde la compra hasta el almacenamiento en casa. No dejes productos refrigerados o congelados fuera durante mucho tiempo.
  • Descongelación adecuada: la forma más segura de descongelar los alimentos es hacerlo dentro de la nevera, ya que mantiene los alimentos a una temperatura segura. Evita descongelar a temperatura ambiente, ya que las bacterias pueden multiplicarse rápidamente en esta condición. Si necesitas descongelar rápidamente, utiliza el microondas o un baño de agua fría, pero cocina los alimentos inmediatamente después.
  • Separar alimentos crudos y cocidos: tanto en la nevera como al cocinar. Utiliza diferentes tablas de cortar para carnes crudas y vegetales o alimentos listos para comer, para evitar la contaminación cruzada.
  • Cocinar a temperatura adecuada: usar un termómetro de cocina para asegurarse de que las carnes alcanzan al menos 75 °C en su interior.
  • Guardar siempre los huevos en la nevera: los huevos deben almacenarse dentro del refrigerador para evitar el crecimiento de bacterias como Salmonella.
  • No lavar el pollo crudo: este hábito puede parecer higiénico, pero en realidad favorece la dispersión de bacterias en el fregadero y superficies cercanas.

La salmonelosis es una enfermedad más común de lo que a menudo pensamos, pero su prevención es bastante efectiva si seguimos pautas estrictas de higiene y manipulamos los alimentos adecuadamente.

Como consumidores, es fundamental conocer qué alimentos representan mayor riesgo, cómo manipularlos correctamente y cuándo consultar con un nutricionista. Y como profesionales de la salud, tenemos la responsabilidad de difundir este conocimiento, especialmente hacia los grupos de mayor vulnerabilidad.

Una buena nutrición empieza en la cocina, no solo con los alimentos que elegimos, sino también con cómo los tratamos. La salud está en los detalles, y la prevención es siempre el mejor tratamiento. No dudes en pedir cita con un nutricionista si necesitas ayuda.

Referencias

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