hola, Como definirian una situacion en donde el hermano mayor de dos , no se ha ido de casa con
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hola,
Como definirian una situacion en donde el hermano mayor de dos , no se ha ido de casa con 50 años , por algun tipo de miedo pero cree que una parte ademas de creencias limitantes, no haber tenido mucha vida social etc... tengo como miedo de dejar solo a sus padres a la aventura . No es dependencia emocinal .
gracias por sus comentarios
saludos
Como definirian una situacion en donde el hermano mayor de dos , no se ha ido de casa con 50 años , por algun tipo de miedo pero cree que una parte ademas de creencias limitantes, no haber tenido mucha vida social etc... tengo como miedo de dejar solo a sus padres a la aventura . No es dependencia emocinal .
gracias por sus comentarios
saludos
Hola. Es difícil dar un nombre a esto que comentas ya que habría que valorarlo en profundidad. Habría que ver no sólo el estado de este adulto de 50 años, como dices a nivel social, emocional, económico... sino ver qué dificultades encuentra en poder hacer el proceso de individuación. Así como, sería especialmente relevante, analizar el funcionamiento familiar que se está dando entre las personas convivientes ya que ello podría ayudar a aclarar cuales son estos miedos para salir de casa. Esto es algo que se puede hacer a nivel individual o familiar.
Hola, gracias por compartir algo tan importante. Desde la teoría del apego, esta situación puede entenderse como una forma de apego inseguro de tipo preocupado o ambivalente, donde el vínculo con las figuras parentales está marcado por una alta sensibilidad hacia su bienestar, junto con una dificultad para priorizar las propias necesidades de autonomía y exploración.
No parece tratarse de una dependencia emocional clásica, como bien señalas, sino más bien de un vínculo internalizado que asocia el cuidado del otro con la seguridad emocional. A veces, cuando no se ha desarrollado suficientemente la confianza en la propia capacidad para afrontar lo nuevo o lo incierto (por ejemplo, una vida fuera del hogar, nuevas relaciones o experiencias), pueden aparecer miedos que bloquean el movimiento hacia la independencia. Estos miedos pueden estar reforzados por creencias limitantes, un entorno familiar muy cerrado, o una vida social reducida, como mencionas.
La sensación de "dejar solos a los padres" puede ser una manifestación de una lealtad invisible, como diría la psicoterapia sistémica, que en realidad impide que esa persona construya su propio camino vital.
Por todo esto, te recomendaría que acudas a terapia psicológica, especialmente con un enfoque en apego o sistémico, para poder explorar a fondo estas dinámicas internas y familiares, y trabajar la autonomía emocional y relacional desde un lugar seguro. El objetivo no es romper el vínculo con los padres, sino transformarlo en uno más sano y equilibrado, que te permita crecer y tomar decisiones por ti mismo sin culpa ni miedo.
Estoy seguro de que con acompañamiento podrás dar pasos importantes en ese camino. Aquí estoy si decides comenzar.
No parece tratarse de una dependencia emocional clásica, como bien señalas, sino más bien de un vínculo internalizado que asocia el cuidado del otro con la seguridad emocional. A veces, cuando no se ha desarrollado suficientemente la confianza en la propia capacidad para afrontar lo nuevo o lo incierto (por ejemplo, una vida fuera del hogar, nuevas relaciones o experiencias), pueden aparecer miedos que bloquean el movimiento hacia la independencia. Estos miedos pueden estar reforzados por creencias limitantes, un entorno familiar muy cerrado, o una vida social reducida, como mencionas.
La sensación de "dejar solos a los padres" puede ser una manifestación de una lealtad invisible, como diría la psicoterapia sistémica, que en realidad impide que esa persona construya su propio camino vital.
Por todo esto, te recomendaría que acudas a terapia psicológica, especialmente con un enfoque en apego o sistémico, para poder explorar a fondo estas dinámicas internas y familiares, y trabajar la autonomía emocional y relacional desde un lugar seguro. El objetivo no es romper el vínculo con los padres, sino transformarlo en uno más sano y equilibrado, que te permita crecer y tomar decisiones por ti mismo sin culpa ni miedo.
Estoy seguro de que con acompañamiento podrás dar pasos importantes en ese camino. Aquí estoy si decides comenzar.
Lo natural y saludable es que los hijos cojan su propio camino. Si esto no ha sido así, será por alguna razón más o menos consciente, pero seria bueno trabajar sobre ello si es que ese hecho causa algún tipo de malestar o infelicidad. Si el sentimiento con estas circunstancias es bueno, tampoco habría que fustigarse. Lo importante es sentirse bien, no cuestionarse si la situación se ajusta a lo normal. Ahora bien, el propio cuestionamiento y seguramente, sufrimiento, así como el sentimiento de dificultad para desarrollar relaciones sociales, ya pueden ser un indicadores de un malestar psicológico a trabajar.
Te animo a contactar para hablar sobre todo ello.
Te animo a contactar para hablar sobre todo ello.
Lo que describes es una situación no necesariamente poco común. Aunque no se trate estrictamente de una dependencia emocional, hay varios elementos psicológicos que pueden estar influyendo.
Por un lado, parece haber un miedo al cambio o a la autonomía, algo que puede surgir cuando la persona no ha tenido muchas experiencias fuera del núcleo familiar. Este miedo suele ir acompañado de creencias limitantes, como pensar que ya es tarde para independizarse o que si se va, sus padres no podrán estar bien sin él.
También puede haber un rol familiar interiorizado, donde esa persona se siente responsable del bienestar de sus padres, incluso sin que se lo pidan directamente. Es una especie de lealtad invisible que lo ata emocionalmente, aunque no sea una dependencia directa.
Además, si ha tenido poca vida social o pocas experiencias personales fuera del hogar, eso limita su confianza para enfrentar el mundo por su cuenta. Muchas veces, esto lleva a evitar decisiones importantes, no porque no se deseen, sino porque generan ansiedad e incertidumbre.
En resumen, no es tanto dependencia emocional como una combinación de miedo, creencias limitantes, y un rol familiar rígido, que impide dar el paso hacia una vida más autónoma. Trabajar estos temas en terapia puede ser muy útil para revisar esas creencias, reconectar con los propios deseos y empezar a construir una vida más propia.
Por un lado, parece haber un miedo al cambio o a la autonomía, algo que puede surgir cuando la persona no ha tenido muchas experiencias fuera del núcleo familiar. Este miedo suele ir acompañado de creencias limitantes, como pensar que ya es tarde para independizarse o que si se va, sus padres no podrán estar bien sin él.
También puede haber un rol familiar interiorizado, donde esa persona se siente responsable del bienestar de sus padres, incluso sin que se lo pidan directamente. Es una especie de lealtad invisible que lo ata emocionalmente, aunque no sea una dependencia directa.
Además, si ha tenido poca vida social o pocas experiencias personales fuera del hogar, eso limita su confianza para enfrentar el mundo por su cuenta. Muchas veces, esto lleva a evitar decisiones importantes, no porque no se deseen, sino porque generan ansiedad e incertidumbre.
En resumen, no es tanto dependencia emocional como una combinación de miedo, creencias limitantes, y un rol familiar rígido, que impide dar el paso hacia una vida más autónoma. Trabajar estos temas en terapia puede ser muy útil para revisar esas creencias, reconectar con los propios deseos y empezar a construir una vida más propia.
Hola,
Gracias por compartir tu reflexión. Por lo que describes, puede tratarse de una combinación de factores que van más allá de una simple elección de vida. Aunque tú mismo indicas que no lo percibes como una dependencia emocional, sí parece haber un vínculo muy fuerte con tus padres que podría estar limitando tu desarrollo personal o tu autonomía.
Factores como creencias limitantes, escasa vida social o el miedo a lo desconocido pueden generar una sensación de bloqueo, especialmente si se ha construido durante años un rol de cuidador o de “sostén” dentro de la familia. A veces, no es necesario que haya una dependencia emocional evidente para que exista una dificultad a la hora de separarse y emprender un camino propio.
Lo importante es no juzgarte, sino entender qué función cumple esa permanencia en casa y qué te impide dar pasos hacia tu propia vida. Un acompañamiento terapéutico puede ayudarte a explorar estos miedos con calma, comprender su origen y recuperar tu libertad de decisión sin culpa.
Un saludo
Gracias por compartir tu reflexión. Por lo que describes, puede tratarse de una combinación de factores que van más allá de una simple elección de vida. Aunque tú mismo indicas que no lo percibes como una dependencia emocional, sí parece haber un vínculo muy fuerte con tus padres que podría estar limitando tu desarrollo personal o tu autonomía.
Factores como creencias limitantes, escasa vida social o el miedo a lo desconocido pueden generar una sensación de bloqueo, especialmente si se ha construido durante años un rol de cuidador o de “sostén” dentro de la familia. A veces, no es necesario que haya una dependencia emocional evidente para que exista una dificultad a la hora de separarse y emprender un camino propio.
Lo importante es no juzgarte, sino entender qué función cumple esa permanencia en casa y qué te impide dar pasos hacia tu propia vida. Un acompañamiento terapéutico puede ayudarte a explorar estos miedos con calma, comprender su origen y recuperar tu libertad de decisión sin culpa.
Un saludo
En contestación a tu pregunta sobre una persona con 50 años que no se ha ido de casa, decirte que la situación no tiene por qué ser negativa o calificarse como patológica. Existen muchas razones por las que alguien puede decidir permanecer en la vivienda con sus padres. Los motivos pueden ser económicos, de querer cuidar a los padres, personales .....
Espero haya podido ayudarte. Un saludo.
Espero haya podido ayudarte. Un saludo.
Lo que describes es un patrón disfuncional familiar donde el hermano mayor, por miedo y creencias limitantes, no logra independizarse. Más que dependencia emocional, es una mezcla de lealtad invisible hacia los padres y falta de individuación. Esto genera una resistencia al cambio que se manifiesta como miedo a dejar la “zona segura”. Trabajar estos patrones es clave para que pueda construir su propia vida sin culpas ni sacrificios.
Dolo Boix – CV18993
Dolo Boix – CV18993
Hola. Es importante analizar con detalle todo lo que ocurre y lo que ha ocurrido hasta ahora: la relación entre esta persona y sus padres, con el otro hermano, por qué no quiere -o no puede- irse de casa, etc. Probablemente no haya una sola causa, sino más de una, pero sin duda tiene solución. Si quieres hablar de ello con detalle, puedes contactar conmigo. Gracias!
Hola, gracias por tu mensaje y por compartir esta situación con tanta honestidad. Lo que describes es más común de lo que parece y puede estar relacionado con varias dinámicas psicológicas que merecen ser exploradas con profundidad y sin juicio.
Aunque tú mismo mencionas que no crees que se trate de dependencia emocional, lo cierto es que muchas veces hay formas sutiles de vínculo o lealtad familiar que pueden generar bloqueos al momento de emprender una vida propia. El hecho de que haya miedo a “dejar solos a los padres” y dificultades para salir al mundo (socializar, independizarse, asumir riesgos vitales) apunta a patrones internos de responsabilidad excesiva, creencias limitantes, o incluso experiencias tempranas no resueltas que pueden estar operando inconscientemente.
¿Cómo podría definirse esta situación?
Podríamos hablar de una dificultad en el desarrollo de la autonomía emocional, posiblemente marcada por el miedo al cambio, a la separación o al fracaso. No es algo que se elija de forma consciente, y no tiene que ver con una falta de capacidad, sino con bloqueos emocionales o mentales que pueden trabajarse en terapia.
¿Qué tipo de terapia puede ayudar?
• Terapia cognitivo-conductual, para identificar y cuestionar creencias que limitan la toma de decisiones o la autonomía.
• EMDR, si hay experiencias previas (aunque no siempre traumáticas) que dejaron una huella emocional y que el sistema aún interpreta como una amenaza.
• Terapias de tercera generación, como la Terapia de Aceptación y Compromiso, que ayudan a dejar de luchar con los miedos y empezar a tomar decisiones desde los valores personales.
Superar esto es posible, y no tiene que ver con “romper con la familia”, sino con poder diferenciarse emocionalmente sin culpa, avanzar y construir una vida con sentido propio. La clave está en hacerlo acompañado, con un enfoque terapéutico que se adapte a tu historia y necesidades
Aunque tú mismo mencionas que no crees que se trate de dependencia emocional, lo cierto es que muchas veces hay formas sutiles de vínculo o lealtad familiar que pueden generar bloqueos al momento de emprender una vida propia. El hecho de que haya miedo a “dejar solos a los padres” y dificultades para salir al mundo (socializar, independizarse, asumir riesgos vitales) apunta a patrones internos de responsabilidad excesiva, creencias limitantes, o incluso experiencias tempranas no resueltas que pueden estar operando inconscientemente.
¿Cómo podría definirse esta situación?
Podríamos hablar de una dificultad en el desarrollo de la autonomía emocional, posiblemente marcada por el miedo al cambio, a la separación o al fracaso. No es algo que se elija de forma consciente, y no tiene que ver con una falta de capacidad, sino con bloqueos emocionales o mentales que pueden trabajarse en terapia.
¿Qué tipo de terapia puede ayudar?
• Terapia cognitivo-conductual, para identificar y cuestionar creencias que limitan la toma de decisiones o la autonomía.
• EMDR, si hay experiencias previas (aunque no siempre traumáticas) que dejaron una huella emocional y que el sistema aún interpreta como una amenaza.
• Terapias de tercera generación, como la Terapia de Aceptación y Compromiso, que ayudan a dejar de luchar con los miedos y empezar a tomar decisiones desde los valores personales.
Superar esto es posible, y no tiene que ver con “romper con la familia”, sino con poder diferenciarse emocionalmente sin culpa, avanzar y construir una vida con sentido propio. La clave está en hacerlo acompañado, con un enfoque terapéutico que se adapte a tu historia y necesidades
Pueden ser muchas cosas....pero como dices en el mensaje puede ser miedo, sus padres pueden ser un apoyo muy importante, pero quizás también es miedo a ser adulto y responsable de sí mismo? o miedo de estar solo?
No sé, lo dicho, pueden ser muchisimas razones, si él no lo sabe lo mejor es que acuda a un especialista de la salud mental, probablemente podría descubrirlo.
Un saludo!
No sé, lo dicho, pueden ser muchisimas razones, si él no lo sabe lo mejor es que acuda a un especialista de la salud mental, probablemente podría descubrirlo.
Un saludo!
Buenas tardes,
Con 50 años y no querer salir de casa de los padres, supone una anomalía. Creer que porque uno se independiza es dejar abandonado a los padres es una creencia errónea. Se puede perfectamente ser independiente y estar pendiente de los padres.
Soy psicóloga, y considero que esa falta de independencia puede ser por muchos factores, pero uno de ellos es temer hacer y tener y construir una vida propia.
Si con 50 años, te sientes feliz de estar en casa de tus padres, no hay problema, pero si pones pretextos que justifiquen tú decisión, sería conveniente hacer un tratamiento psicológico.
Saludos
Con 50 años y no querer salir de casa de los padres, supone una anomalía. Creer que porque uno se independiza es dejar abandonado a los padres es una creencia errónea. Se puede perfectamente ser independiente y estar pendiente de los padres.
Soy psicóloga, y considero que esa falta de independencia puede ser por muchos factores, pero uno de ellos es temer hacer y tener y construir una vida propia.
Si con 50 años, te sientes feliz de estar en casa de tus padres, no hay problema, pero si pones pretextos que justifiquen tú decisión, sería conveniente hacer un tratamiento psicológico.
Saludos
Hola, gracias por compartir tu reflexión con tanta honestidad. La situación que describes es más común de lo que parece, y suele estar influida por múltiples factores: creencias adquiridas, responsabilidades autoimpuestas, miedos al cambio, escasa experiencia de independencia o incluso un alto sentido del deber hacia la familia.
Aunque no lo vivas como una dependencia emocional en sentido estricto, sí podría haber un fuerte vínculo basado en la lealtad, la protección o la preocupación por el bienestar de los padres, que puede estar dificultando tu propio desarrollo personal. A veces, el miedo a "dejar solos" a los padres o a que algo cambie puede ocultar un conflicto interno entre el deseo de libertad y la necesidad de cuidar.
También puede influir el hecho de no haber tenido muchas vivencias fuera del entorno familiar, lo que hace que cualquier paso hacia lo desconocido —aunque deseado— genere inseguridad o bloqueo.
Este tipo de situaciones se pueden trabajar en un proceso terapéutico, donde es posible revisar esas creencias, entender de dónde vienen y explorar qué deseas tú en este momento de tu vida, desde un lugar más libre y compasivo contigo mismo.
Te animo a que no te juzgues, sino que te escuches con respeto. Nunca es tarde para empezar a construir una vida más propia y coherente con lo que uno necesita.
Un abrazo!
Elbire Arana
Psicóloga General Sanitaria
Colegiada M-42807
Aunque no lo vivas como una dependencia emocional en sentido estricto, sí podría haber un fuerte vínculo basado en la lealtad, la protección o la preocupación por el bienestar de los padres, que puede estar dificultando tu propio desarrollo personal. A veces, el miedo a "dejar solos" a los padres o a que algo cambie puede ocultar un conflicto interno entre el deseo de libertad y la necesidad de cuidar.
También puede influir el hecho de no haber tenido muchas vivencias fuera del entorno familiar, lo que hace que cualquier paso hacia lo desconocido —aunque deseado— genere inseguridad o bloqueo.
Este tipo de situaciones se pueden trabajar en un proceso terapéutico, donde es posible revisar esas creencias, entender de dónde vienen y explorar qué deseas tú en este momento de tu vida, desde un lugar más libre y compasivo contigo mismo.
Te animo a que no te juzgues, sino que te escuches con respeto. Nunca es tarde para empezar a construir una vida más propia y coherente con lo que uno necesita.
Un abrazo!
Elbire Arana
Psicóloga General Sanitaria
Colegiada M-42807
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