Hola, tengo ansiedad (descartado cualquier problema cardíaco y análisis bien) pero sufro de problema
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Hola, tengo ansiedad (descartado cualquier problema cardíaco y análisis bien) pero sufro de problemas físicos, pinchazos, palpitaciones, taquicardias etc... Me recetaron 0,5 mg de lorazepam para momentos puntuales y mi pregunta es, si las palpitaciones son molestas o interfieren en la tranquilidad de mi día a día, ¿es necesario tomarme el lorazepam o aprender a vivir con ello buscando ejercicios de respiración? En los ejercicios de respiración me cuesta encontrar esa calma que silencia las palpitaciones. Gracias

Hola, el lorazepam te va a ayudar en los momentos puntuales a que tu cerebro encuentre el equilibrio. Ahora mismo puede que sea necesario porque aún estás aprendiendo a obtener recursos por ti mismo para encontrar ese equilibrio. Hasta entonces, el lorazepam te da esos recursos con la bioquímica que ahora mismo te cuesta por ti mismo.
Por tanto, puede que sea un complemento al proceso de aprendizaje de ir adquiriendo estrategias de regulación de la ansiedad.
Aprender a manejar los síntomas físicos de la ansiedad también es complejo, date tiempo. La respiración ayuda mucho a acompañar tu ansiedad, a tener un autoconocimiento de ti de cómo funciona y escuchar qué mensaje tiene para ti tu ansiedad para que lo escuches y respondas a él.
Eso es lo que hará más adelante que vaya cesando poco a poco, no es tanto el hecho de utilizar la respiración para calmar la ansiedad, sino cuando respiro y escucho mi ansiedad, qué me va diciendo y como respondo a ella. Eso hará que vayas haciendo un puzzle donde encajan las piezas y esa ansiedad irá cesando.
Espero que te sirva
Por tanto, puede que sea un complemento al proceso de aprendizaje de ir adquiriendo estrategias de regulación de la ansiedad.
Aprender a manejar los síntomas físicos de la ansiedad también es complejo, date tiempo. La respiración ayuda mucho a acompañar tu ansiedad, a tener un autoconocimiento de ti de cómo funciona y escuchar qué mensaje tiene para ti tu ansiedad para que lo escuches y respondas a él.
Eso es lo que hará más adelante que vaya cesando poco a poco, no es tanto el hecho de utilizar la respiración para calmar la ansiedad, sino cuando respiro y escucho mi ansiedad, qué me va diciendo y como respondo a ella. Eso hará que vayas haciendo un puzzle donde encajan las piezas y esa ansiedad irá cesando.
Espero que te sirva

Hola, gracias por compartir tu experiencia. Lo primero que quiero decirte es que lo que estás sintiendo es más común de lo que imaginas, y no estás solo/a en esto. La ansiedad puede generar síntomas físicos muy intensos, como los que describes: pinchazos, palpitaciones, taquicardias… Y aunque los análisis salgan bien, el malestar sigue siendo muy real.
Respecto al lorazepam, es un fármaco que puede ayudarte de forma puntual a calmar esos picos de ansiedad. Usarlo de manera ocasional y bien pautada por tu médico no es un problema, sobre todo si las palpitaciones están interfiriendo con tu día a día. Sin embargo, no es una solución a largo plazo, porque no trata el origen del problema, solo calma el síntoma momentáneamente.
Lo más importante es combinar estrategias:
Si los ejercicios de respiración aún no te dan calma, no te frustres. No es que estén mal, simplemente necesitas entrenamiento y quizás otro enfoque complementario.
La psicoterapia puede ayudarte a identificar los pensamientos, emociones y situaciones que están alimentando tu ansiedad.
Técnicas como la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC), la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) y algunos enfoques de psicoeducación emocional suelen ser muy eficaces para este tipo de síntomas.
Te animo a no vivir resignado/a a las palpitaciones. No se trata de “aguantar” o “acostumbrarse”, sino de entender qué está pasando en tu cuerpo y en tu mente, y aprender herramientas reales que te devuelvan la tranquilidad. Con acompañamiento profesional, muchas personas logran reducir o incluso eliminar estos síntomas.
Si lo deseas, estaré encantado de ayudarte en ese proceso. Estás dando un paso muy valiente al buscar respuestas.
Respecto al lorazepam, es un fármaco que puede ayudarte de forma puntual a calmar esos picos de ansiedad. Usarlo de manera ocasional y bien pautada por tu médico no es un problema, sobre todo si las palpitaciones están interfiriendo con tu día a día. Sin embargo, no es una solución a largo plazo, porque no trata el origen del problema, solo calma el síntoma momentáneamente.
Lo más importante es combinar estrategias:
Si los ejercicios de respiración aún no te dan calma, no te frustres. No es que estén mal, simplemente necesitas entrenamiento y quizás otro enfoque complementario.
La psicoterapia puede ayudarte a identificar los pensamientos, emociones y situaciones que están alimentando tu ansiedad.
Técnicas como la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC), la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) y algunos enfoques de psicoeducación emocional suelen ser muy eficaces para este tipo de síntomas.
Te animo a no vivir resignado/a a las palpitaciones. No se trata de “aguantar” o “acostumbrarse”, sino de entender qué está pasando en tu cuerpo y en tu mente, y aprender herramientas reales que te devuelvan la tranquilidad. Con acompañamiento profesional, muchas personas logran reducir o incluso eliminar estos síntomas.
Si lo deseas, estaré encantado de ayudarte en ese proceso. Estás dando un paso muy valiente al buscar respuestas.

Hola; Planteas una eleccion entre tomar el lorazepam y aprender a vivir con elo... y me parece que no hay que elegir. Si hoy tienes palpitaciones, lo que te interesa es aprender a vivir con ello, tomes lorazepam o no lo tomes.
Otra cosa sera definir que es "aprender a vivir con ello"...porque eso es realmente dificil de definir. Yo te inviti a que hagas ejercicios de respiracion y que te los plantees como una ejercicio para tomar el control de tu pensamiento y centrarte durante los ejercicion solamente en tu respiracion, dejando de lado todo lo que puedas otros pensamientos. Te invito a que, durante tus respiraciones te plantees como puedes hacer para llevarlo lo mejor posible durante el dia de hoy, teniendo en cuenta tus circunstancias actuales; Lo mejor posible, el dia de hoy, para ti concretamente, teniendo en cuenta todas tus circunstancias.
Espero que por ahi puedas centrarte en ti y retomar el control perdido. Pero de todas formas, consulta a un psicologo con experiencia para que te ayude con tu sintoma y a eliminar las causas de su origen.
un saludo y suerte.
Otra cosa sera definir que es "aprender a vivir con ello"...porque eso es realmente dificil de definir. Yo te inviti a que hagas ejercicios de respiracion y que te los plantees como una ejercicio para tomar el control de tu pensamiento y centrarte durante los ejercicion solamente en tu respiracion, dejando de lado todo lo que puedas otros pensamientos. Te invito a que, durante tus respiraciones te plantees como puedes hacer para llevarlo lo mejor posible durante el dia de hoy, teniendo en cuenta tus circunstancias actuales; Lo mejor posible, el dia de hoy, para ti concretamente, teniendo en cuenta todas tus circunstancias.
Espero que por ahi puedas centrarte en ti y retomar el control perdido. Pero de todas formas, consulta a un psicologo con experiencia para que te ayude con tu sintoma y a eliminar las causas de su origen.
un saludo y suerte.

Gracias por compartir lo que estás viviendo. Lo que describes —pinchazos, palpitaciones, taquicardias— son síntomas muy comunes en personas que están atravesando ansiedad, y aunque se haya descartado un problema médico, eso no significa que no sean reales o molestos. De hecho, muchas veces lo más angustiante es esa sensación de estar bien “en los análisis”, pero seguir sintiendo que el cuerpo está en alerta, como si algo estuviera mal todo el tiempo.
La pregunta que te haces es muy válida: ¿tomo el lorazepam cuando me siento así, o aprendo a convivir con estos síntomas desde técnicas de regulación como la respiración? Y la respuesta más honesta es que ninguna de las dos opciones por sí sola es suficiente a largo plazo. El lorazepam puede ayudarte a frenar un pico de ansiedad puntual, como una muleta que se usa en un momento de crisis. Pero no es un tratamiento en sí mismo: no trabaja el origen del problema, ni te da herramientas para regularlo de forma estable. Por otro lado, los ejercicios de respiración son valiosos, pero si los haces desde el deseo de “silenciar” los síntomas inmediatamente, probablemente generen frustración cuando eso no ocurre, como ya estás notando. Muchas veces no funcionan no porque estén mal hechos, sino porque el cuerpo necesita algo más profundo que una técnica puntual: necesita sentirse seguro de nuevo.
Por eso, más allá de pastillas o técnicas sueltas, lo que realmente puede ayudarte es hacer un trabajo más profundo en terapia, que no se quede solo en lo superficial del síntoma, sino que te ayude a entender qué historia emocional hay debajo de esa ansiedad. La ansiedad no aparece por casualidad. A veces viene de exigencias internas muy altas, de experiencias pasadas donde aprendiste a vivir en alerta, de emociones que has tenido que reprimir o controlar por miedo a perder algo o a que te hagan daño. La ansiedad no es el problema en sí: es la forma en que tu cuerpo y tu mente intentan protegerte de algo que no está siendo procesado del todo.
En terapia se puede trabajar esto poco a poco: desde entender cómo se activa esa ansiedad, hasta aprender a generar respuestas internas más compasivas, más seguras, más en sintonía contigo. Porque vivir con ansiedad no significa resignarse a “aguantarla”, ni tampoco medicarse cada vez que aparece. Significa construir un espacio interno desde el que puedas sostenerte mejor, sin sentir que el cuerpo es una amenaza. Y eso lleva un tiempo, pero es posible.
Mientras tanto, está bien que tengas el lorazepam como recurso puntual, especialmente si te da tranquilidad saber que puedes recurrir a él si lo necesitas. Pero no te quedes solo con eso. Y tampoco te frustres si la respiración no te calma del todo aún: quizás tu cuerpo no necesita solo respirar, sino sentirse escuchado, comprendido, acompañado. La calma no siempre llega por inhalar profundo, a veces llega cuando empiezas a hablar de lo que no se había dicho antes.
Estás en el camino correcto por hacerte estas preguntas. Lo importante ahora es que no luches solo contra los síntomas, sino que empieces a mirar lo que hay debajo, con ayuda profesional si puedes. Porque no se trata solo de vivir con ansiedad, sino de entender qué te está diciendo y qué necesita cambiar para que esa alerta baje. Y eso, con el acompañamiento adecuado, sí se puede trabajar.
La pregunta que te haces es muy válida: ¿tomo el lorazepam cuando me siento así, o aprendo a convivir con estos síntomas desde técnicas de regulación como la respiración? Y la respuesta más honesta es que ninguna de las dos opciones por sí sola es suficiente a largo plazo. El lorazepam puede ayudarte a frenar un pico de ansiedad puntual, como una muleta que se usa en un momento de crisis. Pero no es un tratamiento en sí mismo: no trabaja el origen del problema, ni te da herramientas para regularlo de forma estable. Por otro lado, los ejercicios de respiración son valiosos, pero si los haces desde el deseo de “silenciar” los síntomas inmediatamente, probablemente generen frustración cuando eso no ocurre, como ya estás notando. Muchas veces no funcionan no porque estén mal hechos, sino porque el cuerpo necesita algo más profundo que una técnica puntual: necesita sentirse seguro de nuevo.
Por eso, más allá de pastillas o técnicas sueltas, lo que realmente puede ayudarte es hacer un trabajo más profundo en terapia, que no se quede solo en lo superficial del síntoma, sino que te ayude a entender qué historia emocional hay debajo de esa ansiedad. La ansiedad no aparece por casualidad. A veces viene de exigencias internas muy altas, de experiencias pasadas donde aprendiste a vivir en alerta, de emociones que has tenido que reprimir o controlar por miedo a perder algo o a que te hagan daño. La ansiedad no es el problema en sí: es la forma en que tu cuerpo y tu mente intentan protegerte de algo que no está siendo procesado del todo.
En terapia se puede trabajar esto poco a poco: desde entender cómo se activa esa ansiedad, hasta aprender a generar respuestas internas más compasivas, más seguras, más en sintonía contigo. Porque vivir con ansiedad no significa resignarse a “aguantarla”, ni tampoco medicarse cada vez que aparece. Significa construir un espacio interno desde el que puedas sostenerte mejor, sin sentir que el cuerpo es una amenaza. Y eso lleva un tiempo, pero es posible.
Mientras tanto, está bien que tengas el lorazepam como recurso puntual, especialmente si te da tranquilidad saber que puedes recurrir a él si lo necesitas. Pero no te quedes solo con eso. Y tampoco te frustres si la respiración no te calma del todo aún: quizás tu cuerpo no necesita solo respirar, sino sentirse escuchado, comprendido, acompañado. La calma no siempre llega por inhalar profundo, a veces llega cuando empiezas a hablar de lo que no se había dicho antes.
Estás en el camino correcto por hacerte estas preguntas. Lo importante ahora es que no luches solo contra los síntomas, sino que empieces a mirar lo que hay debajo, con ayuda profesional si puedes. Porque no se trata solo de vivir con ansiedad, sino de entender qué te está diciendo y qué necesita cambiar para que esa alerta baje. Y eso, con el acompañamiento adecuado, sí se puede trabajar.

¡Hola! Lo primero de todo transmitirte que haces muy bien en informarte y preguntar sobre estos temas. Me alegro mucho de que hayas escrito este mensaje. Es el primer paso y no es fácil. Has hecho algo muy importante: pedir ayuda.
Es una pena que lo siguiente que te voy a contar, no te lo expliquen cuando te dicen que tienes ansiedad. La ansiedad no es algo que uno tiene, como si fuera una enfermedad o un virus. No es una cosa que esté dentro de ti y que tengas que eliminar. La ansiedad es una forma en la que tu cuerpo y tu mente responden ante ciertas situaciones, ante lo que ocurre a tu alrededor, con manifestaciones físicas y emocionales. Es una manera que tiene tu cuerpo de avisarte, de alertarte ante algo que no está ocurriendo de la manera en que le gustaría, viéndolo así como algo peligroso.
Es como una especie de sistema de protección que ha sido útil durante millones de años. Si, por ejemplo, un homínido estaba en medio del bosque y oía un ruido extraño, su cuerpo se activaba: corazón acelerado, respiración rápida, músculos tensos. Todo eso le ayudaba a prepararse para huir o luchar. Esa es la base de lo que ahora llamamos ansiedad. Solo que en este caso, ese peligro no es un león ni un incendio: es, seguramente, el miedo a que algo en tu vida vaya mal, a no estar a la altura, a fallar, a perder el control o a que te rechacen.
Pero tu cuerpo y tu mente siguen reaccionando igual ante cosas que interpretas como peligrosas. Por ejemplo: hablar en público, tomar una decisión importante, tener una cita, o pensar que no eres suficientemente bueno o que los demás te van a rechazar.
La buena noticia es que la ansiedad se puede entender, y si la entendemos, se puede manejar. No necesitamos eliminarla, sino aprender de ella. Lo que ahora parece un monstruo, puede convertirse en una señal útil para descubrir qué necesitas cambiar o afrontar en tu vida.
Tú me preguntas si deberías tomarte el lorazepam. En ciertos momentos puede darte un alivio rápido. Pero te lanzo una pregunta importante:
¿El objetivo es silenciar esa alarma… o entender qué la está activando?
Porque si solo tapamos la señal, el problema de fondo puede seguir ahí. Es como si en tu coche se encendiera una luz roja en el salpicadero y tú, en lugar de mirar qué está fallando, pusieras un post-it encima. La luz ya no molesta… pero el problema sigue.
Así que no se trata solo de pastillas ni solo de respiraciones. Se trata de entenderte. De descubrir qué función tiene esa ansiedad en tu vida. Qué quiere evitarte. Qué historia de aprendizaje hay detrás.
Espero que todo lo que te cuento te haya ayudado a verlo desde otra perspectiva, y te animo a que des el paso de pedir ayuda si consideras que puede ser valioso en tu vida.
¡Un abrazo!
Es una pena que lo siguiente que te voy a contar, no te lo expliquen cuando te dicen que tienes ansiedad. La ansiedad no es algo que uno tiene, como si fuera una enfermedad o un virus. No es una cosa que esté dentro de ti y que tengas que eliminar. La ansiedad es una forma en la que tu cuerpo y tu mente responden ante ciertas situaciones, ante lo que ocurre a tu alrededor, con manifestaciones físicas y emocionales. Es una manera que tiene tu cuerpo de avisarte, de alertarte ante algo que no está ocurriendo de la manera en que le gustaría, viéndolo así como algo peligroso.
Es como una especie de sistema de protección que ha sido útil durante millones de años. Si, por ejemplo, un homínido estaba en medio del bosque y oía un ruido extraño, su cuerpo se activaba: corazón acelerado, respiración rápida, músculos tensos. Todo eso le ayudaba a prepararse para huir o luchar. Esa es la base de lo que ahora llamamos ansiedad. Solo que en este caso, ese peligro no es un león ni un incendio: es, seguramente, el miedo a que algo en tu vida vaya mal, a no estar a la altura, a fallar, a perder el control o a que te rechacen.
Pero tu cuerpo y tu mente siguen reaccionando igual ante cosas que interpretas como peligrosas. Por ejemplo: hablar en público, tomar una decisión importante, tener una cita, o pensar que no eres suficientemente bueno o que los demás te van a rechazar.
La buena noticia es que la ansiedad se puede entender, y si la entendemos, se puede manejar. No necesitamos eliminarla, sino aprender de ella. Lo que ahora parece un monstruo, puede convertirse en una señal útil para descubrir qué necesitas cambiar o afrontar en tu vida.
Tú me preguntas si deberías tomarte el lorazepam. En ciertos momentos puede darte un alivio rápido. Pero te lanzo una pregunta importante:
¿El objetivo es silenciar esa alarma… o entender qué la está activando?
Porque si solo tapamos la señal, el problema de fondo puede seguir ahí. Es como si en tu coche se encendiera una luz roja en el salpicadero y tú, en lugar de mirar qué está fallando, pusieras un post-it encima. La luz ya no molesta… pero el problema sigue.
Así que no se trata solo de pastillas ni solo de respiraciones. Se trata de entenderte. De descubrir qué función tiene esa ansiedad en tu vida. Qué quiere evitarte. Qué historia de aprendizaje hay detrás.
Espero que todo lo que te cuento te haya ayudado a verlo desde otra perspectiva, y te animo a que des el paso de pedir ayuda si consideras que puede ser valioso en tu vida.
¡Un abrazo!

Gracias por tu pregunta. Es muy común que la ansiedad se manifieste con síntomas físicos como palpitaciones, pinchazos o taquicardias, incluso cuando los estudios médicos descartan causas orgánicas. Estos síntomas, aunque no peligrosos, pueden ser muy molestos y generar aún más preocupación, lo que alimenta el propio círculo de ansiedad.
Respecto al uso del lorazepam, se trata de una medicación que puede ayudarte de forma puntual a reducir la activación fisiológica y el malestar asociado. Si te lo ha pautado un profesional, puedes utilizarlo en esos momentos en los que las palpitaciones interfieren significativamente en tu vida diaria. No se trata de “resignarse” ni de “elegir” entre tomar algo o aprender a vivir con ello, sino de combinar estrategias: alivio puntual cuando lo necesitas y a la vez un trabajo psicológico más profundo que te ayude a recuperar la calma de forma más estable.
En cuanto a los ejercicios de respiración, es normal que al principio no den resultados inmediatos, sobre todo si los haces cuando ya estás muy activado/a. Por eso se recomienda practicarlos también en momentos de calma, para que el cuerpo los incorpore poco a poco como herramienta reguladora.
Si sientes que esto te desborda o que las estrategias que has probado no están funcionando, te animo a pedir acompañamiento profesional. Hay enfoques específicos que pueden ayudarte a trabajar la ansiedad desde su raíz, no solo desde el síntoma.
Si lo necesitas, puedes contactar conmigo. Estaré encantada de ayudarte.
Respecto al uso del lorazepam, se trata de una medicación que puede ayudarte de forma puntual a reducir la activación fisiológica y el malestar asociado. Si te lo ha pautado un profesional, puedes utilizarlo en esos momentos en los que las palpitaciones interfieren significativamente en tu vida diaria. No se trata de “resignarse” ni de “elegir” entre tomar algo o aprender a vivir con ello, sino de combinar estrategias: alivio puntual cuando lo necesitas y a la vez un trabajo psicológico más profundo que te ayude a recuperar la calma de forma más estable.
En cuanto a los ejercicios de respiración, es normal que al principio no den resultados inmediatos, sobre todo si los haces cuando ya estás muy activado/a. Por eso se recomienda practicarlos también en momentos de calma, para que el cuerpo los incorpore poco a poco como herramienta reguladora.
Si sientes que esto te desborda o que las estrategias que has probado no están funcionando, te animo a pedir acompañamiento profesional. Hay enfoques específicos que pueden ayudarte a trabajar la ansiedad desde su raíz, no solo desde el síntoma.
Si lo necesitas, puedes contactar conmigo. Estaré encantada de ayudarte.

¡Buenas! Gracias por compartir tu experiencia. Lo que describes —palpitaciones, pinchazos, taquicardias— son síntomas físicos muy comunes en casos de ansiedad elevada. Esto sucede porque tu cuerpo está reaccionando como si estuviera ante una amenaza real. Es una respuesta adaptativa: si nos encontráramos, por ejemplo, con un tigre, el cuerpo se activaría para luchar o huir, generando exactamente este tipo de síntomas físicos. El problema aparece cuando esta activación ocurre sin un peligro real, por ello será necesario una buena evaluación para valorar tu caso.
En cuanto al lorazepam, se trata de un ansiolítico de acción rápida que puede ser útil en momentos puntuales de crisis o cuando los síntomas interfieren gravemente en tu día a día. No obstante, es importante recordar que no es una solución a largo plazo, y siempre debe usarse siguiendo las indicaciones de tu psiquiatra.
Mi recomendación es que, en paralelo al tratamiento médico, trabajes en aprender a gestionar la ansiedad para no depender del medicamento en el futuro. Las técnicas de respiración pueden ayudarte en momentos de mucha activación, aunque es normal que al principio cueste encontrar calma con ellas. Lo importante para trabajar la ansiedad es entender qué amenazas está percibiendo tu mente para activar tu cuerpo de ese modo, y a la par entrenarte para no temer esas sensaciones físicas que produce la ansiedad y que son tan desagradables. Cuando tienes ansiedad, uno de los mayores retos es romper el ciclo: cuanto más miedo sientes por las sensaciones, más se intensifican, y más difícil resulta gestionarlas. Por eso, el apoyo psicológico es muy recomendable, ya que un profesional podrá ayudarte a comprender tu caso concreto y trabajar contigo estrategias personalizadas para reducir la sintomatología.
Espero que esta información te sea útil. ¡Mucho ánimo en este proceso!
En cuanto al lorazepam, se trata de un ansiolítico de acción rápida que puede ser útil en momentos puntuales de crisis o cuando los síntomas interfieren gravemente en tu día a día. No obstante, es importante recordar que no es una solución a largo plazo, y siempre debe usarse siguiendo las indicaciones de tu psiquiatra.
Mi recomendación es que, en paralelo al tratamiento médico, trabajes en aprender a gestionar la ansiedad para no depender del medicamento en el futuro. Las técnicas de respiración pueden ayudarte en momentos de mucha activación, aunque es normal que al principio cueste encontrar calma con ellas. Lo importante para trabajar la ansiedad es entender qué amenazas está percibiendo tu mente para activar tu cuerpo de ese modo, y a la par entrenarte para no temer esas sensaciones físicas que produce la ansiedad y que son tan desagradables. Cuando tienes ansiedad, uno de los mayores retos es romper el ciclo: cuanto más miedo sientes por las sensaciones, más se intensifican, y más difícil resulta gestionarlas. Por eso, el apoyo psicológico es muy recomendable, ya que un profesional podrá ayudarte a comprender tu caso concreto y trabajar contigo estrategias personalizadas para reducir la sintomatología.
Espero que esta información te sea útil. ¡Mucho ánimo en este proceso!

Claro. Si las palpitaciones interfieren con tu día a día, puedes tomar el lorazepam de forma puntual, siempre bajo indicación médica. Sin embargo, lo ideal es usarlo solo como apoyo mientras aprendes técnicas de regulación como respiración consciente, mindfulness o terapia cognitivo-conductual. No se trata de resignarte a vivir con los síntomas, sino de entrenar tu cuerpo y mente para que no te dominen. En terapia podemos ver varios ejercicios prácticos y personalizados. Un saludo y ¡ánimo!

Sé que estás atravesando momentos de ansiedad y que estás tomando medicación para sobrellevarlo. Solo quería comentarte que, además de la medicación, hay enfoques que pueden ayudarte a comprender y gestionar mejor lo que estás sintiendo.
Desde la psicología y la bioneuroemoción, por ejemplo, trabajamos en identificar el origen emocional de la ansiedad y en darle un nuevo sentido, lo que muchas veces ayuda a reducir su intensidad y recuperar mayor bienestar.
Si en algún momento te apetece probar algo diferente o complementar lo que ya estás haciendo, estaré encantada de acompañarte. Sin presión, sólo si tú lo sientes."
Desde la psicología y la bioneuroemoción, por ejemplo, trabajamos en identificar el origen emocional de la ansiedad y en darle un nuevo sentido, lo que muchas veces ayuda a reducir su intensidad y recuperar mayor bienestar.
Si en algún momento te apetece probar algo diferente o complementar lo que ya estás haciendo, estaré encantada de acompañarte. Sin presión, sólo si tú lo sientes."

Hola,
Lo que estás viviendo es muy característico de la ansiedad: síntomas físicos intensos (pinchazos, palpitaciones, taquicardia) que persisten incluso cuando las pruebas médicas muestran que aparentemente estamos bien, pero en realidad, eso no significa que “estés bien” sin más, sino que el origen de ese malestar es emocional, no físico. Y eso también necesita atención.
Respecto al lorazepam: no es obligatorio tomarlo, pero puede ser una herramienta útil en momentos puntuales si los síntomas se vuelven tan intensos que interfieren con tu funcionamiento.Es importante seguir las indicaciones y prescripciones médicas. Usarlo ocasionalmente no significa que no estés trabajando en ti mismo/a, sino que estás ayudando a tu sistema nervioso a regularse mientras aprendes otras estrategias más duraderas para calmar la ansiedad.
Sobre los ejercicios de respiración: si sientes que no logras calmarte, no estás haciendo nada mal. A veces el sistema nervioso está tan activado que necesita más tiempo, o simplemente otro tipo de recurso en ese momento (como movimiento físico, una ducha, poner las manos en agua fría, hablar con alguien, etc.). No todos los cuerpos responden igual a la misma técnica.
Además, la respiración y relajación son técnicas que ayudan a reducir la intensidad de los síntomas, pero no a resolver lo que origina la ansiedad. Muchas veces la ansiedad está tratando de decirnos algo. No siempre es una amenaza real, pero casi siempre es una señal de que algo en nuestro interior necesita ser escuchado. A veces es miedo, exceso de control, emociones no expresadas, o necesidades que estamos dejando de lado.
No se trata solo de “vivir con ello”, sino de ir conociéndola, entendiéndola y dándote herramientas para que no tenga tanto poder sobre ti. Y eso se puede lograr con acompañamiento terapéutico, paciencia y cuidado propio.
Estás haciendo lo correcto al preguntártelo. Escucharte ya es parte del proceso de sanar. Mucho ánimo y estamos a tu disposición si crees que podemos ayudarte para iniciar tu proceso terapéutico.
Lo que estás viviendo es muy característico de la ansiedad: síntomas físicos intensos (pinchazos, palpitaciones, taquicardia) que persisten incluso cuando las pruebas médicas muestran que aparentemente estamos bien, pero en realidad, eso no significa que “estés bien” sin más, sino que el origen de ese malestar es emocional, no físico. Y eso también necesita atención.
Respecto al lorazepam: no es obligatorio tomarlo, pero puede ser una herramienta útil en momentos puntuales si los síntomas se vuelven tan intensos que interfieren con tu funcionamiento.Es importante seguir las indicaciones y prescripciones médicas. Usarlo ocasionalmente no significa que no estés trabajando en ti mismo/a, sino que estás ayudando a tu sistema nervioso a regularse mientras aprendes otras estrategias más duraderas para calmar la ansiedad.
Sobre los ejercicios de respiración: si sientes que no logras calmarte, no estás haciendo nada mal. A veces el sistema nervioso está tan activado que necesita más tiempo, o simplemente otro tipo de recurso en ese momento (como movimiento físico, una ducha, poner las manos en agua fría, hablar con alguien, etc.). No todos los cuerpos responden igual a la misma técnica.
Además, la respiración y relajación son técnicas que ayudan a reducir la intensidad de los síntomas, pero no a resolver lo que origina la ansiedad. Muchas veces la ansiedad está tratando de decirnos algo. No siempre es una amenaza real, pero casi siempre es una señal de que algo en nuestro interior necesita ser escuchado. A veces es miedo, exceso de control, emociones no expresadas, o necesidades que estamos dejando de lado.
No se trata solo de “vivir con ello”, sino de ir conociéndola, entendiéndola y dándote herramientas para que no tenga tanto poder sobre ti. Y eso se puede lograr con acompañamiento terapéutico, paciencia y cuidado propio.
Estás haciendo lo correcto al preguntártelo. Escucharte ya es parte del proceso de sanar. Mucho ánimo y estamos a tu disposición si crees que podemos ayudarte para iniciar tu proceso terapéutico.

Hola, gracias por tu mensaje. Es normal que la ansiedad se manifieste con síntomas físicos. El lorazepam puede ayudar puntualmente, pero no resuelve la raíz del problema. Aprender técnicas de manejo de la ansiedad (respiración, relajación, trabajo emocional) con ayuda profesional suele ser más efectivo y duradero. Te ofrezco mis servicios de psicología: sesiones de 60 minutos (49€). Puedes reservar llamando al 619//83//66//04. Si mi ayuda te resulta valiosa, agradecería también una valoración positiva en mi perfil. ¡Mucho ánimo!
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