Llevo 17 años con mi pareja, 14 casados. Desde el el principio no fue una relación sana por ninguna

12 respuestas
Llevo 17 años con mi pareja, 14 casados. Desde el el principio no fue una relación sana por ninguna de las dos partes; había discusiones por nimiedades, por celos... Después los conflictos derivaban sólo de él: baja tolerancia a la frustración, negatividad, rebatir todo sin argumentos, llevar la contraria por norma, reproches contínuos, control y posesividad hacia mí, desconexión emocional intermitente...Agotador y muy traumático.
Una dinámica muy dañina en los primeros años compensábamos porque estábamos enamorados, más bien apasionados, porque ahora veo con perspectiva que aquello no era amor. Y me causa una gran impotencia y dolor haberlo soportado y no ser consciente de que "ahí no era"

Quise acabar con la relación 2 veces, la primera me enteré que estaba embarazada y volvimos. La segunda, me convenció y creí que podía arreglarse. No fue así.

Estos años he aguantado por mi hijo, dependencia económica, y por cobardía, la verdad, porque este sería mi segundo divorcio y sería otro fracaso y enfrentarme de nuevo a habladurías.

Además estoy somatizando muchísimo la ansiedad, la tristeza y el dolor. Estoy perdiendo mi alegría característica y la ilusión por vivir.

Otra batalla que libro es con mi maltrecha autoestima, y me produce rabia hacia mi misma que esta es la causa de haber soportado que me traten mal, dinámica de maltrato psicológico, con insultos e invalidación.
Esto se debe a mi infancia con una madre que también me trató así, además de no darme ningún tipo de afecto ni apoyo. No me perdono no haber visto antes que aquí radica el origen del problema. Tampoco la perdono a ella.

En la actualidad creo que estoy preparada para divorciarme, ya no queda nada en la relación a lo que aferrarse, y la incompatibilidad tanto de caracteres, aficiones, inquietudes, estilo de vida se ha agudizado. Pero no encuentro el momento adecuado, no sé cómo gestionarlo, y siempre queda la duda: ¿estaré haciendo lo correcto? Algunas amigas me dicen: haz como que no te importa su conducta y él cambiará, intenta arreglarlo por tu hijo. Según ellas, mi marido es excelente. Claro, es muy atento con ellas ( se deshace) todo lo contrario que conmigo.
Lo primero que quiero decirte es que tu dolor es válido. Has atravesado una relación de muchos años con dinámicas que han sido perjudiciales para ti, y reconocerlo ya es un paso importante. Es comprensible que sientas impotencia, tristeza y confusión, pero quiero que sepas que no estás sola en esto.

Te has hecho pregunta de si estás haciendo lo correcto o no, porque es una decisión difícil, pero la realidad es que tu bienestar emocional es lo primero. No se trata solo de si la relación "puede arreglarse", sino de si realmente te hace bien. Por lo que cuentas, llevas años sintiéndote agotada, triste y con la autoestima dañada. Una relación saludable no debería hacerte sentir así.

Es normal tener miedo al cambio, a la incertidumbre, a lo que dirán los demás. Pero lo que piensen otras personas no puede pesar más que tu tranquilidad y salud mental, además, ellos no saben el 100% de la história ni lo que has vivido.

Y en cuanto al tema de tu madre, no es tu culpa haber repetido patrones aprendidos en la infancia, pero ahora que lo ves con claridad, puedes elegir diferente. Quedarte por tu hijo puede parecer lo correcto, pero los niños aprenden del ambiente. Crecer viendo a su madre infeliz también le afecta.

Si sientes que esta relación ya no tiene nada que ofrecerte, confía en ti. No esperes el "momento perfecto", porque nunca hay un momento perfecto para hacerlo. En estos momentos es importante que te rodees de personas que realmente te impulsen y te apoyen. Elegirte a ti misma no es egoísmo, es amor propio.

Mucho ánimo en este momento tan complicado.

Encuentra un experto
Desde una perspectiva constructivista, cada una de las decisiones que tomamos en la vida está influida por la historia que hemos construido sobre nosotros mismos, sobre nuestras relaciones y sobre lo que creemos merecer. La situación que describes no es simplemente un problema presente, sino el resultado de dinámicas que se han ido configurando desde la infancia y que han dado forma a tus relaciones adultas.

Es comprensible que sientas frustración y dolor al darte cuenta de que la forma en que tu madre te trató ha influido en la manera en que has permitido ciertos patrones en tu relación de pareja. Sin embargo, en lugar de enfocarte en no haberte dado cuenta antes, podrías preguntarte: ¿Qué hago ahora con este conocimiento? No se trata de castigarte por no haberlo visto antes, sino de reconocer que ahora tienes una mayor claridad y, con ella, la posibilidad de tomar decisiones más alineadas con tu bienestar.

El resentimiento hacia tu madre es también un reflejo del daño que has experimentado. No es necesario forzarte a perdonarla si no es algo que sientes, pero sí podrías explorar qué hacer con ese dolor para que no siga afectando tu presente. A veces, el perdón no es una absolución para la otra persona, sino una forma de liberarnos del peso que nos sigue atando a esa herida.

Respecto a tu relación de pareja, tu sensación de incompatibilidad y la falta de vínculo afectivo parecen ser señales claras de que el vínculo ha llegado a un punto en el que ya no te aporta bienestar. La duda sobre si estás haciendo lo correcto es natural, porque cualquier cambio importante genera incertidumbre, y muchas veces nos aferramos a la esperanza de que algo mejore o a la validación externa para confirmar nuestra decisión. Sin embargo, en este caso, la pregunta clave no es si estás tomando la decisión "correcta", sino si estás tomando la decisión que mejor respeta tu bienestar y tu autenticidad.

El consejo de tus amigas refleja una visión externa y, posiblemente, idealizada de tu pareja, basada en cómo él se muestra con ellas. Sin embargo, la verdadera medida de una relación no está en cómo alguien actúa con los demás, sino en cómo se comporta en la intimidad del vínculo. Fingir que no te importa su conducta con la esperanza de que cambie no solo es injusto contigo misma, sino que también refuerza un modelo de relación en el que tus necesidades emocionales quedan en segundo plano.

El argumento de "arreglarlo por tu hijo" es uno de los más difíciles, porque involucra un sentido de responsabilidad y sacrificio. Sin embargo, los niños aprenden sobre las relaciones a partir de lo que observan en casa. Si crecen en un ambiente donde ven a su madre ser tratada con indiferencia o desvalorización, pueden interiorizar que esto es parte de las relaciones afectivas. A veces, la mejor manera de cuidar a un hijo es demostrarle que el amor propio y el respeto son innegociables.

El momento adecuado para un divorcio rara vez es claro o perfecto, pero quizás la pregunta que podrías hacerte es: ¿Qué me impide hacerlo ahora? ¿Es el miedo a la reacción de los demás? ¿Es la duda sobre cómo gestionar el proceso? Identificar estas barreras te ayudará a abordarlas de manera más concreta y a construir un camino que te permita tomar esta decisión desde un lugar de claridad y no desde la parálisis.

No estás sola en este proceso, y cualquier decisión que tomes debe estar alineada con lo que realmente deseas construir para tu vida futura. La incertidumbre es natural, pero la insatisfacción constante también es una señal de que algo necesita cambiar.

 Alicia Alonso Rodríguez
Psicólogo
Madrid
Hola buenas tardes. Siento por lo que estás pasando.

Es fundamental que valides todos los sentimientos que surgen al reflexionar sobre tu relación, desde la tristeza y la ansiedad hasta el dolor y la rabia, ya que estas emociones son válidas y forman parte de tu proceso de sanación. Permítete comprender que tus experiencias han impactado tu autoestima y tu visión de las relaciones, y no te culpes por tratar comportamientos dañinos, ya que veces muchas se se entienden a patrones desde la infancia.

Reflexiona sobre lo que realmente se sientes con respecto a tu matrimonio en este momento; si se sientes que no hay amor y que la relación es dañina, es totalmente válida considerar el divorcio como una opción, y recuerda que tu emocional es fundamental y estás lo que está en un ambiente que te apoya y respeta.

Asegúrate de buscar apoyo, ya sea con personas de confianza que puedan ofrecer una perspectiva objetiva o considerando la posibilidad de buscar ayuda profesional, ya que un terapeuta puede ayudar a procesar tus experiencias, a trabajar en tu autoestima y a clarificar tus deseos y necesidades. Si decides divorciarte, tómate el tiempo necesario para llevar cómo llevar a cabo lo considerado, aspectos como la custodia, el apoyo financiero y tu bienestar emocional.

También es importante que informes a tu hijo de manera adecuada sobre lo que está sucediendo, dependiendo de su edad, manteniendo siempre un enfoque en su bienestar emocional y asegúrale que le seguís amando a pesar de los cambios.

Por último, desafía las creencias sociales sociales que pueden surgir en torno a la percepción del fracaso que puede traer el divorcio, recordando que tu felicidad y bienestar son lo más importante y no te sientas presionada por la opinión de otros; al final, lo más valioso es que tomes la decisión que te acerque a la vida que te mereces.
Gracias por compartir tu historia con tanta honestidad y profundidad. Lo que has vivido y estás viviendo es muy duro, y aún así estás mostrando una enorme lucidez y valentía al ponerle palabras.

Has identificado una relación marcada por el desgaste emocional, el maltrato psicológico, la falta de respeto y una desconexión profunda. Has tratado de sostenerla durante años por amor, miedo, culpa, presión social y sobre todo por tu hijo. Y eso, lejos de ser cobardía, habla de lo mucho que te has esforzado y lo difícil que ha sido tomar decisiones en medio de tanto dolor.

El maltrato no siempre es evidente desde el principio. A veces se instala poco a poco, disfrazado de amor, celos o pasión. No te castigues por no haberlo visto antes. Has hecho lo que has podido con las herramientas que tenías entonces. Lo importante es que ahora sí estás viendo con claridad y estás empezando a priorizarte.

Es normal que aparezca la duda: “¿estaré haciendo lo correcto?” Porque salir de una relación tan larga, y con una historia tan entrelazada con heridas de la infancia, no es sencillo. Pero si el vínculo te apaga, te enferma, y anula tu alegría de vivir, entonces ya estás empezando a responderte a ti misma.

Te animaría a buscar acompañamiento psicológico para sostener este proceso, reconstruir tu autoestima y sanar esas heridas antiguas que aún pesan. Mereces una vida en la que no tengas que fingir ni aguantar, sino simplemente estar en paz.

Un abrazo enorme
 Catalina Alorda Quetglas
Psicólogo
Palma de Mallorca
Gracias por compartir tu historia conmigo. Sé que no es fácil poner en palabras todo lo que has vivido y sentido, y el hecho de que lo hagas demuestra una gran fortaleza. Quiero que sepas que te escucho y que entiendo lo agotador y doloroso que ha sido este camino para ti.

Lo primero que quiero decirte es que esto no es un fracaso. Al contrario, lo que estás haciendo ahora —analizar tu historia con honestidad y plantearte qué es lo mejor para ti— es un acto de valentía. No todo el mundo se atreve a mirarse con tanta profundidad y a cuestionar patrones que llevan años arraigados. Darte cuenta de cómo tu infancia influyó en tus relaciones no significa que debas culparte por lo que no viste antes, sino que ahora tienes la oportunidad de decidir conscientemente qué quieres para tu futuro.

Muchas veces nos quedamos atrapadas en relaciones dañinas porque nos han enseñado que debemos aguantar, que el amor implica sacrificio o que “es lo mejor para los hijos”. Pero la realidad es que lo mejor para un hijo es ver a su madre bien, viéndose a sí misma como alguien valiosa, capaz de tomar decisiones por su propio bienestar. No le debes a nadie el permanecer en un lugar que te apaga, y menos cuando te está costando tu alegría, tu salud emocional y hasta física.

Las dudas que sientes son completamente normales. Tomar decisiones así da miedo, sobre todo cuando has aprendido a priorizar a los demás antes que a ti misma. Pero quiero recordarte algo: tú eres importante. No tienes que seguir esperando “el momento adecuado”, porque no existe un momento perfecto. Lo que sí existe es tu derecho a ser feliz y a vivir una vida donde te sientas en paz contigo misma.

Las opiniones de los demás pueden pesar, pero ellos no viven tu día a día ni conocen la realidad de tu relación. No estás aquí para sostener una apariencia o cumplir con expectativas externas. Estás aquí para ti. Y si sientes que estás preparada para dar este paso, confía en ti. No es egoísmo, es autocuidado. Y te lo mereces.

No tienes que hacerlo sola. Si necesitas apoyo para dar este paso y sostenerte emocionalmente en el proceso, hay herramientas y acompañamiento para ti. Estoy aquí si necesitas hablar más sobre ello.
 Katia Rosenbaum
Psicólogo
Barcelona
Querida paciente, no sé si alguna vez has hecho un proceso terapéutico en profundidad, pero se lee que tienes mucha consciencia sobre ti misma, tus emociones, y tu historia. Sin dudas enfrentar un segundo divorcio, y ya el primero, son experiencias oscuras que la vida nos pone en una abanico de experiencias también lindas, pero como me gusta decir: la única forma de salir de ello es atravesarlo. No podemos pasarnos por los costados como con ojeras de caballo tratando de no ver lo que hay. Por supuesto no puedo decirte cuáles son los pasos a seguir, tu misma tienes que descubrirlo y tomar esas decisiones, pero una terapia puede ayudarte a entenderte mejor, a definir esos pasos, a ver cómo sostenerte a ti misma y a tu hijo en el proceso, ya sea de intentar algo nuevo que no hubieras intentado, ya sea de separarte definitivamente, con todo lo que eso conlleva. Te envío fuerzas para estos momentos, y tienes las puertas abiertas por si quisieras conversar. Elijo responder tu pregunta porque empatizo con tu dolor, y creo que podría acompañarte en este camino. Un abrazo!
Buen día,
Lo que comentas le pasa a muchas mujeres y es válido plantearse si realmente quieres estar al lado de una persona que sientes que no te valora. Mi consejo sería que empieces una terapia cognitivo conductual para tener un espacio donde reflexionar si estás construyendo una vida significativa para ti y adquirir habilidades para gestionar las dificultades de una manera distinta a como lo has intentado hasta ahora. Haz sido muy valiente en cuestionarte estas dinámicas y tomar el primer paso de consultar, te animo a que continúes en el proceso de trabajar en ello!
 Paloma López Escalada
Psicólogo
Santander
Hola, por lo que cuentas llevas mucho trabajo personal detrás, un paso importante es poder identificar el porqué no detectamos algunas señales de alarma cuando lo hemos vivido en casa o cómo la actitud de tu marido no es justificable aunque para el mundo sea un santo. Divorciarse cuando te están haciendo daño e insultando no es un fracaso, es protegerse a sí misma y a su hijo. Muchas veces creemos que mantener la familia unida es lo que mejor les viene a nuestros hijos, pero lo que realmente les influye son las relaciones que ven en casa y nuestro estado emocional. Cuando estamos sobreviviendo no podemos cuidar y lo que les enseñamos es que te puedes quedar con quien te falta el respeto. Cuidar a tu hijo es cuidarte a ti, además, como decía Beatriz Atenciano “no viven en una habitación hermética”, lo mismo que te afecta a ti en casa le afecta a él. Mucho ánimo porque el camino no es nada fácil pero ya tienes mucho andado.
Siento mucho el dolor y el desgaste que estás viviendo. Lo que describes es una relación que ha sido muy difícil y que ha dejado una huella profunda en ti. Es normal que te asalten dudas antes de tomar una decisión tan importante, pero por lo que expresas, parece que dentro de ti ya tienes la respuesta.

Validar tu experiencia
Has identificado patrones de maltrato psicológico y una relación que ha afectado tu autoestima, algo que no viene solo de tu pareja, sino también de tu historia familiar. No es tu culpa haber soportado esto. No te castigues por no haberlo visto antes; lo importante es que ahora sí lo ves.

Las dudas son normales
Preguntarte si estás haciendo lo correcto es natural, pero no necesitas una certeza absoluta para actuar. No tienes que esperar a que todo sea "el momento perfecto" porque ese momento no existe. Lo importante es que estás preparada y que tu bienestar y el de tu hijo necesitan un cambio.

Sobre "hacer como que no te importa"
No es tu responsabilidad cambiar a alguien con tu actitud. Si su comportamiento hubiera cambiado con el tiempo, ya lo habría hecho. Has intentado muchas veces mejorar la relación y has comprobado que él es diferente con los demás, lo que indica que puede tratar bien a la gente, pero elige no hacerlo contigo.

Primeros pasos
Te recomendaría que busques apoyo profesional para transitar este proceso con más claridad y fuerza. También, antes de dar el paso, asegúrate de contar con una red de apoyo emocional y, si es posible, un plan económico que te dé seguridad.

No estás fallando ni fracasando al elegir tu bienestar. Al contrario, estás dando un ejemplo de fortaleza a tu hijo. No es tarde para recuperar tu alegría ni para construir la vida que mereces.
Hola! no sé si estas con acompañamiento psicológico, pero ahora mismo puede serte de gran ayuda, hay muchos temas a tratar y puede ser un momento difícil en el cual necesites un apoyo externo. Has hecho una muy buena identificación de diferentes factores: la relación afectiva, la autoestima, la relación familiar; al final todo influye. Pero también hay mucha culpabilidad y te estas responsabilizando de cosas en las cuales tu no eres la única involucrada, también frustraciones y miedos que pueden ser difíciles de gestionar. Lo positivo, es que te has dado cuenta y que estas preparada para dar el paso. Priorízate y cuida tu bien estar emocional, ya que tú eres la única y la mejor que lo puede hacer. Muchos ánimos, vas por el buen camino!
Entiendo que todo lo que estás compartiendo te resulte tan doloroso. Te agradezco y me parece de una gran valentía que puedas compartirlo con tanta claridad .
Lo que describes refleja una relación muy complicada, que ha dejado huellas profundas en ti. El hecho de que estés reconociendo los patrones dañinos es un paso fundamental hacia la sanación. La parte de la somatización de la ansiedad y la carga emocional son manifestaciones claras de que tu cuerpo está reaccionando a todo lo que has estado soportando durante tanto tiempo. Eso ya es un indicio de que hay una necesidad de tomar decisiones que te permitan priorizarte a ti misma.
Lo que me comentas sobre las dudas que sientes al momento de pensar en el divorcio, es completamente normal. Llevas años en esta relación, y salir de ella implica poner fin a muchas cosas, aunque también puede conllevar nuevos escenarios. El miedo al qué dirán, la sensación de fracaso, y la culpa son emociones válidas, pero es importante que te tomes el tiempo para reflexionar sobre lo que realmente necesitas para ti. La decisión que necesites tomar, tiene que estar ligada a la convicción de que te mereces un entorno donde puedas sanar, crecer y sentirte bien contigo misma. Lo que veo en tu historia es una profunda necesidad de recuperar tu autoestima, tu paz interior, encontrar tu alegría y tu fuerza.
Hablar con un terapeuta puede ser un buen lugar para encontrar claridad sobre tus emociones y cómo enfrentar el miedo, la culpa y las inseguridades que están surgiendo en este momento. La terapia es un lugar donde no te vas a sentir juzgada ni presionada.
Hola, gracias por abrirte y compartir una experiencia tan dolorosa y difícil. Lo que cuentas refleja muchos años de sufrimiento, desgaste y dinámicas de maltrato psicológico que han ido minando tu autoestima, tu alegría y tu confianza en ti misma. Es normal que sientas impotencia y rabia, tanto hacia tu pareja como hacia tu historia familiar: son heridas profundas que no se curan solas.

Entiendo también tus dudas y miedos sobre el divorcio. Después de tantos años, de un hijo en común, de la dependencia económica y del peso de lo que puedan pensar los demás, es lógico que aparezca esa inseguridad sobre si estarás haciendo lo correcto. Pero lo que está claro es que ahora mismo tu bienestar y tu salud emocional se están viendo gravemente afectados, y eso también repercute en tu hijo. Cuidarte tú es, en parte, cuidarle también a él.

Las personas que te aconsejan “aguantar” o “hacer como que no te importa” probablemente lo hagan desde el cariño, pero no desde el conocimiento real de lo que implica vivir a diario una relación dañina. No se trata de que tú no hayas intentado lo suficiente, sino de que estás en un vínculo donde el respeto y el cuidado no han estado presentes de manera estable.

Puede ayudarte mucho contar con acompañamiento psicológico en este proceso, para sostenerte, sanar esas heridas de autoestima y tomar decisiones desde un lugar más firme y sereno. El “momento adecuado” para separarte no siempre llega solo: muchas veces es uno mismo quien tiene que construirlo, con apoyo y con una red que te respalde.

Lo que estás sintiendo es completamente comprensible. No estás sola en esto, y tienes derecho a una vida en la que se te respete y en la que puedas recuperar tu alegría.

Un abrazo muy grande,

Elbire Arana
Psicóloga General Sanitaria
Colegiada M-42807

¿No has encontrado la respuesta que necesitabas? ¡Envía tu pregunta!

  • Tu pregunta se publicará de forma anónima.
  • Intenta que tu consulta médica sea clara y breve.
  • La pregunta irá dirigida a todos los especialistas de Doctoralia, no a uno específico.
  • Este servicio no sustituye a una consulta con un profesional de la salud. Si tienes un problema o una urgencia, acude a tu médico o a los servicios de urgencia.
  • No se permiten preguntas sobre casos específicos o segundas opiniones.
  • Por cuestiones de salud, no se publicarán cantidades ni dosis de medicamentos.

Este valor es demasiado corto. Debe contener __LIMIT__ o más caracteres.


Elige la especialidad de los médicos a los que quieres preguntar
Lo utilizaremos para notificarte la respuesta (en ningún momento aparecerá en Doctoralia)

¿Tu caso es similar? Estos profesionales pueden ayudarte:

Todos los contenidos publicados en Doctoralia, especialmente preguntas y respuestas, son de carácter informativo y en ningún caso deben considerarse un sustituto de un asesoramiento médico.