¿Soy mala persona o mala madre por estar harta de ser madre soltera de un niño con autismo de grado

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¿Soy mala persona o mala madre por estar harta de ser madre soltera de un niño con autismo de grado 3? ¿Soy mala por estar harta de sus gritos, de que me tire del pelo, de que aproveche cuando estoy limpiando o fregando para darme un manotazo y que luego salga corriendo como un cobarde? ¿Soy mala por querer al menos un par de horas par mí misma? ¿Soy egoísta y mala madre por querer poder tener tiempo para ducharme y secarme tranquila, por querer salir a dar un paseo escuchando música relajadamente? ¿Soy mala persona por soñar cada día con no haber sido madre jamás y al despertar desear haber abortado cuando hace años supe que estaba embarazada de mi hijo? ¿Soy mala madre y mala persona por desear que haya colegio todos los días del año y venga a casa solo para dormir y así tener yo tiempo para mí, para cuidarme, para trabajar, para estudiar, para hacer deporte? ¿Soy mala persona y mala madre por pensar que jamás seré feliz y jamás tendré una vida por culpa de ser madre de un niño con discapacidad? ¿Soy mala persona y mala madre por pensar que mi vida se ha acabado, que jamás podré tener una vida normal, que jamás habrá nadie que me quiera porque nadie quiere tener una relación con una madre soltera de 48 años con un hijo con discapacidad, que jamás podré volver a tener un trabajo normal porque cuidar de mi hijo limita mis opciones laborales, que jamás podre volver a estudiar para tener un futuro laboral mejor porque me paso más tiempo llevando al niño al médico y cuidándolo? ¿Soy una mala madre e irresponsable por querer vivir mi propia vida, tener amigos, trabajar, estudiar, hacer deporte en lugar de estar 24h al día los 365 días del año únicamente cuidando de mi hijo? ¿Soy mala persona, mala madre y egoísta por estar harta de mi vida?
 Yanina Parisi Faranna
Psicólogo
Girona
Quiero que sepas algo muy importante: no eres una mala madre, ni una mala persona. Lo que estás viviendo es tremendamente duro y agotador, y es completamente humano sentirte cansada, frustrada e incluso desbordada. Criar sola a un niño con autismo de grado 3 es una tarea inmensa, y no tener apenas tiempo para ti puede hacer que te sientas atrapada.

No estás sola. Lo que sientes es válido y no te define como madre ni como mujer. Tu amor por tu hijo no desaparece por desear un respiro; solo muestra que tú también necesitas cuidados.

Me gustaría ofrecerte un espacio seguro donde puedas hablar sin miedo, sin juicios y sin culpa. Un lugar para desahogarte, soltar parte de esta carga y encontrar juntas herramientas que te ayuden a recuperar tu equilibrio y tu energía.

Si te parece, podemos agendar una primera sesión para escucharte y empezar a trabajar en cómo aliviar todo esto que llevas dentro. No tienes que hacerlo sola.

Te mando un abrazo enorme,
Yanina Parisi (yaninaparisi@hotmail.com)
Psicóloga General Sanitaria — Colegiada nº 29425
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No, simplemente no puedes más. No eres una mala persona ni una mala madre por sentirte así. Eres una persona agotada. Lo que estás describiendo es el resultado de una carga extrema, mantenida en el tiempo. Ningún ser humano puede sostener de forma indefinida una situación tan exigente sin apoyo, sin descanso o momentos de desconexión.
Desear tener tiempo para ti, para ducharte tranquila, para hacer deporte, para recuperar algo de tu vida personal, no es egoísmo, es necesidad básica. La culpa que sientes no es un reflejo de lo que eres, sino del aislamiento y la sobrecarga que estás viviendo. Y ese sentimiento de haber perdido tu vida o tu futuro no es extraño cuando todo gira en torno al cuidado de otra persona.
Tampoco es raro que aparezcan pensamientos difíciles como los que mencionas. No significan que no quieras a tu hijo, si no que estás al límite, muy cansada y que necesitas apoyo. No solo terapia, sino recursos sociales y/o ayuda especializada. Pide ayuda, no te va a hacer menos madre, te va a hacer más humana.
Espero haber sido de ayuda.
Un abrazo,
Cecilia
NO!! Por supuesto que no eres una mala madre por desear vivir una vida normal. No tienes la culpa de tener un hijo con discapacidad. Si puedes, te iría bien buscar apoyos, hacer psicoterapia aunque sea una vez al mes, incluso on-line buscar ayuda en la crianza que te permita un poco más de tiempo para ti. Adelante!
Hola. Ninguna de estas situaciones te convierten en mala madre. Lo que describes es una situación de desbordamiento, de no poder más porque la atención a un niño con autismo puede ser muy compleja, sobre todo si estás sola con él. Existen tratamientos específicos para niños con autismo, que consiguen darles más autonomía a medida que crecen para que no todo dependa de sus padres y madres (en este caso, de ti). Si quieres podemos hablarlo con calma, para desahogarte y para buscar soluciones que te ayuden a sobrellevar esta situación tan difícil. Gracias!
Tu sentir no te convierte en una mala persona ni en una mala madre. Lo que describes es la manifestación de un agotamiento extremo y una profunda desesperación, una reacción humana y comprensible ante una situación de exigencia y sobrecarga constantes. La psicología no te juzga por sentirte así; más bien, reconoce que tus emociones son una respuesta natural al estrés crónico y a la falta de apoyo.

Ser madre soltera es ya un reto inmenso. Añadir a esa ecuación el cuidado de un hijo con necesidades especiales, como el autismo de grado 3, transforma el rol en una carga emocional y física abrumadora. El autismo de grado 3, o autismo con necesidad de apoyo muy sustancial, implica desafíos significativos en la comunicación, interacción social y comportamientos repetitivos que pueden ser difíciles de manejar. El cansancio no es solo físico por la falta de sueño o el esfuerzo, sino también psicológico.

Agotamiento emocional: Sentir que no hay un escape, que tus necesidades quedan relegadas y que tu identidad se ha disuelto en la de "madre cuidadora".

Agotamiento físico: La falta de tiempo para el autocuidado, el sueño interrumpido y la tensión constante pasan factura al cuerpo. Los gritos y la agresión física (tirar del pelo, manotazos) son estresores adicionales que minan la energía.
Lo que sientes es la experiencia de ser una persona al límite, lidiando con una situación extremadamente difícil sin el apoyo adecuado. No eres una mala persona. Eres una persona que necesita ayuda, comprensión y, sobre todo, un respiro. Buscar apoyo profesional (terapia, grupos de apoyo para cuidadores) y explorar recursos para el cuidado de tu hijo (centros de día, programas de respiro familiar) son pasos cruciales para encontrar la luz al final de este túnel. Tu bienestar es tan importante como el de tu hijo.
Amate y ama a tu hijo.

Atte.
Psic. Gustavo Sardo
Hola, lo que expresas no te convierte en mala madre ni en mala persona. Lo que estás mostrando es cansancio extremo, frustración y agotamiento después de años de llevar sola una situación muy dura. Cuidar de un hijo exige un esfuerzo enorme, y hacerlo sin apoyo suficiente puede hacer que sientas que tu vida entera se reduce solo a eso. Es normal que aparezcan estos pensamientos de querer escapar, de desear tiempo para ti o incluso de arrepentimiento. Eso no significa que seas mala madre, significa que eres humana y que tú también eres una persona con necesidades.

No eres egoísta por desear descansar, ducharte tranquila o tener unas horas para ti. Eso es salud básica. Querer espacio y cuidado propio no es abandonar a tu hijo, es buscar equilibrio para poder seguir adelante.

Lo que sí está claro es que no puedes cargar sola con todo. Buscar apoyos (familiares, redes de madres/padres en tu situación, servicios sociales, asociaciones de autismo) no es un lujo, es una necesidad.

En resumen:
- No eres mala madre por sentir lo que sientes.
- Lo que te ocurre habla de agotamiento, no de falta de amor.
- Pedir y aceptar ayuda es una forma de cuidar tanto de ti como de tu hijo.

Te mando mucho ánimo y un fuerte abrazo.
 Lorena Parrondo Mesa
Psicólogo
Cangas de Onis
Lo que compartes es muy duro y refleja un nivel de agotamiento físico y emocional enorme. No eres mala madre ni mala persona por sentirte así: lo que te pasa es que estás desbordada, y es natural que surjan pensamientos de cansancio, frustración o incluso de querer escapar cuando se vive una situación tan exigente. Eso no significa que no quieras a tu hijo, significa que tu mente y tu cuerpo necesitan descanso.

Una pauta que puede ayudarte a empezar es permitirte pequeños momentos para ti, aunque sean muy breves: por ejemplo, si tu hijo tiene rutinas fijas o ratos de calma, aprovecha esos minutos para algo que te reconecte contigo (una ducha tranquila, escuchar música con auriculares, respirar unos minutos sin hacer nada). Son gestos sencillos, pero repetidos a diario pueden marcar una diferencia en cómo te sientes. También puede ser útil buscar apoyos externos (familia, asociaciones de padres de niños con TEA, servicios de respiro) que te permitan tener un espacio propio sin sentir tanta carga.

La terapia puede ser un lugar muy valioso para ti ahora: un espacio donde desahogarte sin miedo a ser juzgada, donde poder trabajar la culpa y el agotamiento, y donde encontrar estrategias para cuidar de ti misma al mismo tiempo que cuidas de tu hijo. Si lo deseas, puedo acompañarte en este proceso, ayudándote a recuperar energía, manejar la frustración y construir un equilibrio más sano entre tu rol de madre y tu vida personal. Un abrazo enorme.
Gracias por atreverte a compartir lo que sientes, no es nada fácil poner en palabras pensamientos tan duros. Lo primero que quiero transmitirte es que no eres una mala persona ni una mala madre por sentirte agotada y sobrepasada. Lo que describes refleja un nivel de cansancio emocional y físico muy grande, y es natural que necesites tiempo para ti, para cuidarte y recuperar fuerzas.

Cuidar a un hijo con un grado alto de dependencia implica una carga enorme, que muchas veces recae en una sola persona. Eso no significa que no quieras a tu hijo, sino que también eres humana y necesitas descanso, apoyo y espacios propios. Desearlos no es egoísmo, es una necesidad legítima.

Buscar ayuda —ya sea apoyo familiar, grupos de madres y padres en situaciones similares o acompañamiento profesional— puede darte contención y herramientas para aliviar este peso. No tienes que poder sola, pedir ayuda es un acto de amor hacia ti y también hacia tu hijo.

Tu bienestar importa. Cuidarte no te hace menos madre: al contrario, es lo que te permitirá seguir estando ahí de una manera más sostenible.

Un abrazo y mucha fuerza en tu proceso,

Elbire Arana
Psicóloga General Sanir
Hola,

Ante todo quiero decirte algo muy importante: no eres una mala persona ni una mala madre por sentir lo que sientes. Lo que transmites en tus palabras refleja cansancio, agotamiento extremo y una profunda soledad en una situación muy dura, no maldad. Ser madre soltera de un niño con autismo de grado 3 implica una entrega constante, muchas renuncias y una carga emocional y física enorme. Es natural que aparezcan sentimientos de frustración, de hartazgo y hasta de deseo de tener una vida diferente. Eso no te convierte en alguien mala, sino en alguien humana.

Tus necesidades —poder descansar, ducharte tranquila, tener momentos de ocio, cuidar tu cuerpo y tu mente, recuperar tu vida personal— son necesidades legítimas y básicas, no caprichos. Desear tiempo para ti no significa que no quieras a tu hijo, significa que estás sobrecargada y que tu bienestar también importa.

Quiero subrayar algo: sentir no es lo mismo que hacer. Que pienses “ojalá mi vida fuera distinta” es una expresión de dolor y agotamiento, no un reflejo de tu valor como madre. Muchas madres y padres, especialmente en circunstancias de alta exigencia como la tuya, sienten cosas similares pero no siempre se atreven a decirlo. Que tú lo expreses muestra valentía y necesidad de ser escuchada.

Lo que sí parece muy necesario ahora es que no cargues con todo sola. Buscar apoyo —ya sea psicológico, grupos de familias con hijos con autismo, recursos sociales o alguien de confianza con quien compartir la crianza— puede ayudarte a no sentirte tan atrapada. Cuidarte tú también es cuidar a tu hijo, porque solo con algo de descanso y apoyo podrás seguir dándole lo que necesita.

No eres egoísta. Eres una madre que está exhausta y que pide, en el fondo, un poco de alivio, de comprensión y de espacio para seguir adelante. Y eso merece ser atendido con respeto y sin juicio.
Gracias por atreverte a expresar algo tan duro y tan cargado de culpa. Lo que compartes refleja un nivel de agotamiento físico y emocional muy grande. No eres mala madre ni mala persona por sentirte harta, cansada o desear tiempo para ti: eres una madre que lleva años sosteniendo en solitario una situación muy exigente y que necesita apoyo.

Cuidar de un niño con autismo de grado 3 implica una dedicación constante y un nivel de estrés que muchas veces es invisible para los demás. El deseo de tener espacio propio —para ducharte tranquila, para pasear, para estudiar, para descansar— no es egoísmo, es una necesidad humana básica. No te hace irresponsable ni desamorada, te hace una persona que necesita cuidarse para poder seguir cuidando.

Los pensamientos de no haber sido madre o de querer otra vida no significan que no quieras a tu hijo; significan que la carga ha sido tan intensa que tu mente busca una vía de escape. Son pensamientos de cansancio, no definiciones de quién eres como madre.

Lo importante ahora es que no lo vivas en silencio ni con culpa. Existen recursos de apoyo para familias monomarentales y para cuidadores de personas con discapacidad: asociaciones de autismo, grupos de madres en situaciones similares, servicios de respiro familiar, terapia psicológica para trabajar la culpa y el desgaste. No tienes por qué llevar todo este peso sola.

Te invito a que cojas cita conmigo. En un espacio seguro podrás expresar lo que sientes sin miedo a ser juzgada, aprender a manejar la culpa, encontrar recursos de apoyo y empezar a reconstruir un equilibrio entre tu rol de madre y tu derecho a tener vida propia.
Hola Anónima, primero que nada te abrazo en tu sentir. Ser madre es sin duda retador, lo se como madre de dos pequeños que son aun muy dependientes. Puedo compartirte que me he dado cuenta que esta sociedad esta montada de tal forma que nos deja a las madres de lado y que no se frena ante nuestras necesidades, y si sumamos que hay un hijo con una necesidad que se sale de la norma, apaga y vámonos. Estar cansada de gestionar sola el día a día es perfectamente normal, es una tarea muy importante, requiere mucha energía y atención. Y es normal que desees descanso y tiempo exclusivo para ti, para recargar energías y volver a hacer aquello que asegura el bienestar de tu hijo, no eres mala madre por desear descanso, ni por sentirte agotada... el cansancio y hartazgo puede llevarnos a lugares muy sombríos. La falta de apoyo, de red, de información y de herramientas lo complica todo. Te invito a que podamos hablar mas de todo esto que te pasa, estoy disponible para ti.
 Laura Romero
Psicólogo
Huelva
Lo que cuentas es comprensible y no te hace ni mala madre ni mala persona: cuidar a un hijo con gran dependencia es agotador y puede generar resentimiento, culpa y deseos de escapar —emociones humanas ante una carga inmensa. Es crucial que busques apoyo práctico y emocional: grupos de apoyo para familias con autismo, servicios de respiro (horas de cuidado subvencionadas), y terapia individual para gestionar la culpa y la frustración. Empieza por pedir ayuda concreta a alguien de confianza y por contactar con los Servicios Sociales o una asociación local de autismo para informarte sobre recursos y respiro. Si en algún momento piensas hacerte daño o las ideas de “desear no haber sido madre” se vuelven intensas, ve a urgencias o llama al 112 ahora mismo.

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