Una persona me traicionó era muy especial para mí me ilusionó y luego me traicionó y A los días volv
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Una persona me traicionó era muy especial para mí me ilusionó y luego me traicionó y A los días volvió desde entonces estoy mal con el estómago con nervios que hago para estar bien como me puedo vengar?
Entiendo lo duro que resulta sentirse traicionado por alguien tan importante: la mezcla de rabia, tristeza y la tensión física (ese “nudo” en el estómago) es normal cuando tu mente sigue “masticando” lo ocurrido una y otra vez. Vamos a separar el problema en dos frentes: (1) cómo calmar tu cuerpo y tu mente ahora y (2) qué hacer con el deseo de venganza.
1. Calmar tu sistema nervioso para que el cuerpo deje de “pagar la factura”
“Respiración 4-6-7” tres veces al día (3 minutos)
Inhala 4 segundos, mantén 6 segundos, exhala 7 segundos.
Cuando prolongas la exhalación, el sistema nervioso parasimpático manda la orden de “freno” al cuerpo; tras 10-12 ciclos tu estómago y tu pulso suelen aflojarse.
Horario fijo para preocuparte
Reserva 15 minutos cada tarde solo para “rumiar”: ahí escribe todo lo que te indigna.
Si los pensamientos intrusos aparecen fuera de ese horario, dite: “No es la hora, a las 19:30 lo pienso”. Esta técnica encierra la preocupación para que no invada todo el día.
Ritual “cortar y soltar” antes de dormir
Escribe en un papel las imágenes o frases que te revuelven el estómago, arrúgalo, di en voz alta “aquí termina mi día” y tíralo a la basura.
Repite durante 7 noches seguidas: el cerebro aprende que la jornada acaba sin arrastrar la tensión a la cama.
2. ¿Y la venganza?
El impulso de devolver el golpe suele presentarse como la única forma de reparar la herida de orgullo. Sin embargo, examina estas rutas estratégicas:
Ruta Efecto probable a corto plazo Efecto a medio plazo
Venganza directa (humillar, dañar) Breve alivio + más conflicto Culpa, nueva “guerra”, tu energía atrapada en esa persona
Venganza simbólica (escribir sin enviar, “tribunal imaginario”) Descarga emocional sin consecuencias reales El episodio se cierra, recuperas foco
“Vive bien” (centrarte en tus proyectos, salud, vínculos propios) Incremento de autoestima y paz La otra persona pierde relevancia; tú creces
Propuesta breve-estratégica:
Escribe una carta de venganza brutal, con todo lujo de detalles.
Léela en voz alta, siente la rabia… y luego destrúyela (quémala o rómpela).
Acto seguido, dedica 20 minutos a una acción que te acerque a un objetivo tuyo (deporte, curso, plan con amigos).
La mente interpreta la destrucción de la carta como “venganza completada” y el paso 3 como “nuevo rumbo”.
Repite el ritual 3 noches. La mayoría de mis pacientes reportan que el deseo de revancha baja entre el 40 y 60 % tras la tercera vez.
3. Cuando buscar ayuda extra
Si después de dos semanas sigues con dolor gástrico intenso o insomnio.
Si notas impulsos de hacerte daño o dañar a otros.
Si el pensamiento de la traición ocupa más de 1-2 horas al día.
En esos casos, la terapia breve estratégica o la hipnosis generativa ayudan a “desactivar” el bucle emocional en pocas sesiones.
Recuerda: no puedes impedir lo que alguien hizo, pero sí decidir qué haces tú con el episodio a partir de hoy. Convertir la herida en crecimiento suele ser la “venganza” más inteligente y duradera.
Si necesitas un acompañamiento más personalizado, puedes concertar cita conmigo a través de Doctoralia.es; allí trabajaremos técnicas adaptadas a tu situación específica.
¡Mucho ánimo!
1. Calmar tu sistema nervioso para que el cuerpo deje de “pagar la factura”
“Respiración 4-6-7” tres veces al día (3 minutos)
Inhala 4 segundos, mantén 6 segundos, exhala 7 segundos.
Cuando prolongas la exhalación, el sistema nervioso parasimpático manda la orden de “freno” al cuerpo; tras 10-12 ciclos tu estómago y tu pulso suelen aflojarse.
Horario fijo para preocuparte
Reserva 15 minutos cada tarde solo para “rumiar”: ahí escribe todo lo que te indigna.
Si los pensamientos intrusos aparecen fuera de ese horario, dite: “No es la hora, a las 19:30 lo pienso”. Esta técnica encierra la preocupación para que no invada todo el día.
Ritual “cortar y soltar” antes de dormir
Escribe en un papel las imágenes o frases que te revuelven el estómago, arrúgalo, di en voz alta “aquí termina mi día” y tíralo a la basura.
Repite durante 7 noches seguidas: el cerebro aprende que la jornada acaba sin arrastrar la tensión a la cama.
2. ¿Y la venganza?
El impulso de devolver el golpe suele presentarse como la única forma de reparar la herida de orgullo. Sin embargo, examina estas rutas estratégicas:
Ruta Efecto probable a corto plazo Efecto a medio plazo
Venganza directa (humillar, dañar) Breve alivio + más conflicto Culpa, nueva “guerra”, tu energía atrapada en esa persona
Venganza simbólica (escribir sin enviar, “tribunal imaginario”) Descarga emocional sin consecuencias reales El episodio se cierra, recuperas foco
“Vive bien” (centrarte en tus proyectos, salud, vínculos propios) Incremento de autoestima y paz La otra persona pierde relevancia; tú creces
Propuesta breve-estratégica:
Escribe una carta de venganza brutal, con todo lujo de detalles.
Léela en voz alta, siente la rabia… y luego destrúyela (quémala o rómpela).
Acto seguido, dedica 20 minutos a una acción que te acerque a un objetivo tuyo (deporte, curso, plan con amigos).
La mente interpreta la destrucción de la carta como “venganza completada” y el paso 3 como “nuevo rumbo”.
Repite el ritual 3 noches. La mayoría de mis pacientes reportan que el deseo de revancha baja entre el 40 y 60 % tras la tercera vez.
3. Cuando buscar ayuda extra
Si después de dos semanas sigues con dolor gástrico intenso o insomnio.
Si notas impulsos de hacerte daño o dañar a otros.
Si el pensamiento de la traición ocupa más de 1-2 horas al día.
En esos casos, la terapia breve estratégica o la hipnosis generativa ayudan a “desactivar” el bucle emocional en pocas sesiones.
Recuerda: no puedes impedir lo que alguien hizo, pero sí decidir qué haces tú con el episodio a partir de hoy. Convertir la herida en crecimiento suele ser la “venganza” más inteligente y duradera.
Si necesitas un acompañamiento más personalizado, puedes concertar cita conmigo a través de Doctoralia.es; allí trabajaremos técnicas adaptadas a tu situación específica.
¡Mucho ánimo!
Cuando una persona especial en quien depositamos nuestra confianza y afecto nos traiciona, desde la teoría del apego se produce una herida profunda en nuestro sistema emocional. El apego es el mecanismo que regula nuestra sensación de seguridad en las relaciones, y cuando alguien en quien confiábamos nos falla de forma inesperada, nuestro sistema de apego interpreta el evento como una amenaza vital. No es simplemente tristeza: es una sensación intensa de abandono, desprotección y pérdida de valor personal.
Desde el momento de la traición, es normal que el cuerpo entre en un estado de hipervigilancia, que se manifiesta físicamente a través de síntomas como nervios, problemas gastrointestinales y una sensación constante de ansiedad. Esto ocurre porque el sistema de apego, diseñado para mantenernos conectados a los demás, percibe que hemos quedado desprotegidos, y activa una respuesta de lucha, huida o congelamiento para intentar "reparar" o "protegerse" de esa amenaza.
El regreso de la persona que nos traicionó, si no va acompañado de una verdadera reparación emocional, no calma la herida, sino que puede incluso profundizarla. El sistema de apego, que desea desesperadamente restablecer la seguridad perdida, entra en un ciclo de activación constante: esperanzas de reconexión seguidas de más dolor, reforzando así los síntomas físicos y emocionales.
Frente a este dolor, surge a menudo el deseo de venganza. Desde la perspectiva del apego, la venganza no es más que un intento desesperado de recuperar el poder perdido. Cuando alguien rompe un vínculo significativo, nuestro cerebro interpreta que hemos quedado en una posición de profunda vulnerabilidad y humillación. La fantasía de vengarse aparece como un mecanismo de defensa: una manera simbólica de restablecer el equilibrio, de "obligar" al otro a reconocer nuestro dolor o a sufrir como nosotros sufrimos.
Sin embargo, la teoría del apego también enseña que actuar desde el dolor perpetúa la dependencia emocional. Buscar venganza mantiene viva la conexión emocional con quien nos dañó, reforzando la herida y postergando nuestra sanación. Aunque la ira sea legítima, la verdadera recuperación pasa por retirar la energía emocional del vínculo roto y redirigirla hacia uno mismo: protegerse, validarse, construir nuevos vínculos más seguros.
Por ello, el camino para estar bien no es vengarse, sino atender la herida de apego: reconocer el dolor sin juzgarlo, validar nuestras emociones, cortar los canales que mantienen abierta la herida (como seguir en contacto o en redes sociales), y construir poco a poco una sensación interna de seguridad basada en nuestro propio valor, no en el reconocimiento o el sufrimiento del otro. Sanar el apego herido significa aprender que nuestra valía no depende de quien nos lastimó, sino de nuestra capacidad de cuidarnos y protegernos a nosotros mismos a partir de ahora.
Hola, gracias por compartir lo que estás viviendo.
Cuando una persona en la que depositamos afecto e ilusión nos traiciona, es normal sentir un impacto profundo, tanto emocional como físico. El cuerpo, a través de síntomas como el malestar de estómago o los nervios, refleja el dolor y la tensión acumulados.
Sentir rabia y deseos de venganza es una reacción humana ante la herida, pero centrarte en “vengarte” podría mantenerte atrapado en el daño y dificultar tu recuperación emocional. Lo que realmente puede ayudarte a estar mejor es trabajar en sanar esa herida: reconocer tu dolor, proteger tus límites y reenfocar tu energía hacia tu propio bienestar, no hacia quien te hizo daño.
Un proceso de acompañamiento psicológico puede ser muy beneficioso para gestionar estos sentimientos, recuperar tu equilibrio interno y fortalecer tu autoestima tras una traición.
Si lo deseas, puedes solicitar una cita online a través de Doctoralia o llamarme directamente al teléfono que aparece en mi perfil. Estaré encantada de ayudarte.
Cuando una persona en la que depositamos afecto e ilusión nos traiciona, es normal sentir un impacto profundo, tanto emocional como físico. El cuerpo, a través de síntomas como el malestar de estómago o los nervios, refleja el dolor y la tensión acumulados.
Sentir rabia y deseos de venganza es una reacción humana ante la herida, pero centrarte en “vengarte” podría mantenerte atrapado en el daño y dificultar tu recuperación emocional. Lo que realmente puede ayudarte a estar mejor es trabajar en sanar esa herida: reconocer tu dolor, proteger tus límites y reenfocar tu energía hacia tu propio bienestar, no hacia quien te hizo daño.
Un proceso de acompañamiento psicológico puede ser muy beneficioso para gestionar estos sentimientos, recuperar tu equilibrio interno y fortalecer tu autoestima tras una traición.
Si lo deseas, puedes solicitar una cita online a través de Doctoralia o llamarme directamente al teléfono que aparece en mi perfil. Estaré encantada de ayudarte.
Primero, es importante reconocer que la traición deja una huella emocional profunda. Desde nuestra perspectiva terapéutica, esta experiencia puede estar reflejando una herida no solo en la relación con esa persona, sino también en la relación contigo mismo. En muchos casos, cuando alguien nos traiciona, nos confronta con la traición que hemos hecho a nosotros mismos, ya sea por no escuchar nuestras intuiciones, por permitir que nuestros límites sean cruzados, o por priorizar las necesidades del otro por encima de las nuestras. Lo que sientes ahora en tu cuerpo, esos nervios y el malestar estomacal, son la manifestación somática de un conflicto interno no resuelto. El cuerpo está gritando lo que el alma no ha podido procesar.
Te invito a mirar esta traición desde una perspectiva transformadora. Desde nuestra praxis consideramos que, la traición es una oportunidad para liberarnos del control que esa experiencia tiene sobre nuestra vida emocional. La venganza, aunque tentadora, no liberará el dolor ni te permitirá sanar. La venganza es un vínculo que se mantiene con la otra persona; sigues permitiendo que lo que esa persona hizo determine cómo te sientes. El perdón es como el veneno de una serpiente que se muerde a sí misma. Imagina que el veneno recorre su cuerpo, quemando su propia carne, causándole sufrimiento sin necesidad de que otro le haga daño. Este veneno es el resentimiento, el rencor, que tú mismo has dejado entrar en tu corazón. Mientras lo mantienes dentro, te intoxicas con él, repitiendo el ciclo de dolor una y otra vez.
El perdón, entonces, es como liberar a la serpiente de su propio veneno, dejar de alimentarlo y permitir que su veneno se disipe, antes de que siga destruyéndola. No se trata de negar el daño que te causaron, sino de dejar de seguir alimentando esa autodestrucción emocional. Al perdonar, te liberas de ser la serpiente que se muerde, y te das la oportunidad de sanar y recuperar tu paz
Desde nuestro enfoque, creemos que el malestar físico que estás experimentando puede estar relacionado con el impacto de la confianza rota en tus relaciones internas más profundas. La traición puede activar emociones de impotencia, rabia y vulnerabilidad, que se manifiestan en tu cuerpo de maneras que no puedes ignorar. Te sugiero que trabajes en un proceso de autoexploración para comprender cómo esta traición resuena con otras experiencias previas, quizás en tu infancia o en relaciones anteriores. Puede que estés repitiendo patrones de traición que vienen de otros vínculos familiares o experiencias de abandono. Explorar estas conexiones te permitirá comprender mejor tu reacción y tomar el control de tu bienestar.
Lo que necesitas no es venganza, sino sanación profunda. Tómate un tiempo para revisar tus emociones y tus valores personales. ¿Qué te enseñó esta experiencia sobre ti mismo? ¿Qué límites no estabas respetando? La venganza solo prolonga el sufrimiento. Pero la sanación comienza cuando te das permiso para sentir, procesar y luego liberar el dolor. Esto no significa que lo que ocurrió sea aceptable, sino que eliges dejar de cargar con la angustia. Recuerda, el perdón te permite recuperar tu poder personal y salir de la prisión emocional en la que la traición te ha mantenido.y recuerda nadie puede hacer la tarea por nosotros… pero si nos pueden acompañar y guiar ....
Saludos
Ramiro
Te invito a mirar esta traición desde una perspectiva transformadora. Desde nuestra praxis consideramos que, la traición es una oportunidad para liberarnos del control que esa experiencia tiene sobre nuestra vida emocional. La venganza, aunque tentadora, no liberará el dolor ni te permitirá sanar. La venganza es un vínculo que se mantiene con la otra persona; sigues permitiendo que lo que esa persona hizo determine cómo te sientes. El perdón es como el veneno de una serpiente que se muerde a sí misma. Imagina que el veneno recorre su cuerpo, quemando su propia carne, causándole sufrimiento sin necesidad de que otro le haga daño. Este veneno es el resentimiento, el rencor, que tú mismo has dejado entrar en tu corazón. Mientras lo mantienes dentro, te intoxicas con él, repitiendo el ciclo de dolor una y otra vez.
El perdón, entonces, es como liberar a la serpiente de su propio veneno, dejar de alimentarlo y permitir que su veneno se disipe, antes de que siga destruyéndola. No se trata de negar el daño que te causaron, sino de dejar de seguir alimentando esa autodestrucción emocional. Al perdonar, te liberas de ser la serpiente que se muerde, y te das la oportunidad de sanar y recuperar tu paz
Desde nuestro enfoque, creemos que el malestar físico que estás experimentando puede estar relacionado con el impacto de la confianza rota en tus relaciones internas más profundas. La traición puede activar emociones de impotencia, rabia y vulnerabilidad, que se manifiestan en tu cuerpo de maneras que no puedes ignorar. Te sugiero que trabajes en un proceso de autoexploración para comprender cómo esta traición resuena con otras experiencias previas, quizás en tu infancia o en relaciones anteriores. Puede que estés repitiendo patrones de traición que vienen de otros vínculos familiares o experiencias de abandono. Explorar estas conexiones te permitirá comprender mejor tu reacción y tomar el control de tu bienestar.
Lo que necesitas no es venganza, sino sanación profunda. Tómate un tiempo para revisar tus emociones y tus valores personales. ¿Qué te enseñó esta experiencia sobre ti mismo? ¿Qué límites no estabas respetando? La venganza solo prolonga el sufrimiento. Pero la sanación comienza cuando te das permiso para sentir, procesar y luego liberar el dolor. Esto no significa que lo que ocurrió sea aceptable, sino que eliges dejar de cargar con la angustia. Recuerda, el perdón te permite recuperar tu poder personal y salir de la prisión emocional en la que la traición te ha mantenido.y recuerda nadie puede hacer la tarea por nosotros… pero si nos pueden acompañar y guiar ....
Saludos
Ramiro
Hola,
Siento mucho lo que estás pasando. Que alguien en quien confiabas te haya traicionado duele, y es normal que estés removido/a por dentro. Cuando nos ilusionamos con alguien y luego todo se rompe de golpe, el cuerpo también lo siente, y esa sensación en el estómago o los nervios constantes son una forma de expresar lo que aún no se puede poner del todo en palabras.
Es completamente comprensible que tengas rabia, que te den ganas de vengarte. A veces sentimos que es la única forma de equilibrar lo que nos hicieron. Pero la venganza suele dejar más vacío que alivio, y al final termina enredándonos más en el dolor que queremos soltar.
Lo que realmente puede ayudarte a empezar a estar bien es centrarte en ti, en lo que necesitas ahora para cuidarte. Darte tiempo para entender qué pasó, qué esperabas, qué se rompió. Y también, poco a poco, recuperar tu calma, tu dignidad, tu poder. Hablarlo puede ayudarte mucho, sin prisa, sin presiones.
Si necesitas ayuda, no dudes en pedirla.
Un abrazo
Siento mucho lo que estás pasando. Que alguien en quien confiabas te haya traicionado duele, y es normal que estés removido/a por dentro. Cuando nos ilusionamos con alguien y luego todo se rompe de golpe, el cuerpo también lo siente, y esa sensación en el estómago o los nervios constantes son una forma de expresar lo que aún no se puede poner del todo en palabras.
Es completamente comprensible que tengas rabia, que te den ganas de vengarte. A veces sentimos que es la única forma de equilibrar lo que nos hicieron. Pero la venganza suele dejar más vacío que alivio, y al final termina enredándonos más en el dolor que queremos soltar.
Lo que realmente puede ayudarte a empezar a estar bien es centrarte en ti, en lo que necesitas ahora para cuidarte. Darte tiempo para entender qué pasó, qué esperabas, qué se rompió. Y también, poco a poco, recuperar tu calma, tu dignidad, tu poder. Hablarlo puede ayudarte mucho, sin prisa, sin presiones.
Si necesitas ayuda, no dudes en pedirla.
Un abrazo
Una traición, especialmente cuando viene de alguien a quien considerabas especial, puede activar un nivel profundo de dolor emocional y físico. El cuerpo y la mente están íntimamente conectados, por eso es común que emociones intensas generen síntomas físicos como malestar estomacal, ansiedad o insomnio.
La traición toca heridas profundas: No solo duele lo que pasó, sino lo que significa — sentirte desvalorizada, engañada, usada o vulnerable. Es posible que esta experiencia haya reactivado otras heridas pasadas, incluso antiguas, que todavía no se han procesado del todo.
El cuerpo habla lo que la mente a veces no puede expresar. Estás en un estado de alerta emocional, y eso agota y enferma. El malestar estomacal puede estar relacionado con el sistema nervioso simpático hiperactivado por el estrés.
Es totalmente humano pensar en vengarse cuando uno ha sido herido. Pero la venganza, aunque puede parecer que alivia en el corto plazo, suele dejar una sensación de vacío o más culpa a la larga. Lo que realmente necesitas no es hacerle daño a esa persona, sino recuperar tu poder interno y sanar lo que esta situación removió dentro de ti.
La traición toca heridas profundas: No solo duele lo que pasó, sino lo que significa — sentirte desvalorizada, engañada, usada o vulnerable. Es posible que esta experiencia haya reactivado otras heridas pasadas, incluso antiguas, que todavía no se han procesado del todo.
El cuerpo habla lo que la mente a veces no puede expresar. Estás en un estado de alerta emocional, y eso agota y enferma. El malestar estomacal puede estar relacionado con el sistema nervioso simpático hiperactivado por el estrés.
Es totalmente humano pensar en vengarse cuando uno ha sido herido. Pero la venganza, aunque puede parecer que alivia en el corto plazo, suele dejar una sensación de vacío o más culpa a la larga. Lo que realmente necesitas no es hacerle daño a esa persona, sino recuperar tu poder interno y sanar lo que esta situación removió dentro de ti.
Hola. Siento mucho lo que estás viviendo. Cuando alguien en quien confiamos nos falla, y más si era alguien especial, el impacto emocional puede ser muy profundo, hasta el punto de afectar incluso al cuerpo, como te está ocurriendo ahora.
Es completamente normal sentir rabia, tristeza o deseos de venganza en un primer momento. Pero enfocarte en hacer daño solo prolongará el malestar que ya estás sintiendo. Lo verdaderamente sanador es centrarte en ti mismo/a, en tu bienestar, y no en quien te ha fallado.
Ahora es importante cuidar tu autoestima, entender lo que ha pasado sin culparte y darte el permiso para sentir y soltar ese dolor poco a poco. De esta forma, podrás salir fortalecido/a de esta experiencia.
Si sientes que esto te está desbordando, hablar con un profesional puede ayudarte a ordenar lo que estás sintiendo, a entender lo que ha ocurrido y a recuperar la calma que ahora necesitas.
Estaré encantado de ayudarte si así lo deseas.
Un abrazo enorme.
Es completamente normal sentir rabia, tristeza o deseos de venganza en un primer momento. Pero enfocarte en hacer daño solo prolongará el malestar que ya estás sintiendo. Lo verdaderamente sanador es centrarte en ti mismo/a, en tu bienestar, y no en quien te ha fallado.
Ahora es importante cuidar tu autoestima, entender lo que ha pasado sin culparte y darte el permiso para sentir y soltar ese dolor poco a poco. De esta forma, podrás salir fortalecido/a de esta experiencia.
Si sientes que esto te está desbordando, hablar con un profesional puede ayudarte a ordenar lo que estás sintiendo, a entender lo que ha ocurrido y a recuperar la calma que ahora necesitas.
Estaré encantado de ayudarte si así lo deseas.
Un abrazo enorme.
Buenas tardes, encantada de saludarte. Entiendo tu dolor y el malestar que sientes. La venganza o el rencor solo nos generan más malestar. El rencor, la hostilidad, el remordimiento o el aislamiento, son formas erróneas de expresar la rabia. Quizás te diría que explores que está pasando en ti, que emociones reprimes y que es lo que necesitas. Muchas veces cuando expresamos lo que realmente necesitamos o se lo hacemos saber a la otra persona, todo cambia. En este caso, sería apropiada una comunicación más asertiva y valorar lo que de verdad necesitas y si la otra persona te lo está dando. Espero y deseo de corazón que pronto puedas encontrarte mejor. Te abrazo muy muy fuerte.
Lamento mucho lo que estás pasando. La traición duele profundamente, y es normal que te sientas mal físicamente por el estrés. Sin embargo, la venganza no te traerá paz; te mantendrá anclada al dolor.
Mi consejo es que te tomes un tiempo para sanar emocionalmente. Alejarte de esa persona puede ser necesario para procesar lo que ocurrió y recuperar tu bienestar. Cuida tu cuerpo, trata de relajarte con respiración o meditación, y habla con alguien de confianza. Hablar con un amigo cercano, un terapeuta o alguien en quien confíes puede ser muy útil. A veces, la perspectiva de alguien más puede ayudarte a ver las cosas desde un ángulo diferente y a encontrar el camino hacia la sanación.
Recuerda que perdonar no es para la otra persona, sino para ti, para liberar el resentimiento y seguir adelante. Busca ayuda si lo necesitas, ya sea con un terapeuta o alguien cercano.
Lo más importante es que te pongas a ti misma en primer lugar para sanar y recuperar tu paz. Saludos y ¡Animo!
Mi consejo es que te tomes un tiempo para sanar emocionalmente. Alejarte de esa persona puede ser necesario para procesar lo que ocurrió y recuperar tu bienestar. Cuida tu cuerpo, trata de relajarte con respiración o meditación, y habla con alguien de confianza. Hablar con un amigo cercano, un terapeuta o alguien en quien confíes puede ser muy útil. A veces, la perspectiva de alguien más puede ayudarte a ver las cosas desde un ángulo diferente y a encontrar el camino hacia la sanación.
Recuerda que perdonar no es para la otra persona, sino para ti, para liberar el resentimiento y seguir adelante. Busca ayuda si lo necesitas, ya sea con un terapeuta o alguien cercano.
Lo más importante es que te pongas a ti misma en primer lugar para sanar y recuperar tu paz. Saludos y ¡Animo!
Lamento mucho que estés pasando por una situación tan dolorosa. La traición de alguien especial puede dejarnos con un dolor profundo, y es completamente normal que, después de haber sido lastimado, experimentes ansiedad, nervios y malestar físico. Es importante reconocer lo que estás sintiendo, porque esas emociones son válidas y merecen ser atendidas.
Ahora bien, es comprensible que el deseo de venganza pueda surgir en momentos de rabia y frustración. Sin embargo, la venganza rara vez trae la paz que buscamos, y en la mayoría de los casos, solo perpetúa el ciclo de dolor y resentimiento. En lugar de enfocarte en lo que esa persona te hizo, te sugiero que pongas tu energía en sanarte a ti mismo/a, ya que lo más importante es recuperar tu bienestar emocional y físico.
Aquí hay algunas recomendaciones que pueden ayudarte a encontrar calma y sanar:
Reconoce tus emociones: Es importante aceptar lo que sientes, pero también aprender a canalizar esas emociones de una manera constructiva. Hablar con alguien de confianza o escribir lo que sientes puede ayudarte a procesarlo.
Tómate tiempo para ti: El estrés emocional se refleja en nuestro cuerpo. Practica técnicas de relajación como la meditación, respiración profunda o ejercicio físico. Esto puede ayudarte a aliviar la tensión que sientes en el estómago y reducir los nervios.
Reflexiona sobre la situación: Aunque es difícil, intenta analizar la situación desde una perspectiva más amplia. ¿Qué puedes aprender de esto? ¿Cómo puedes evitar que esta situación te afecte en el futuro?
Recupera tu autoestima: La traición puede hacer que pongas en duda tu valor. Sin embargo, tu bienestar y felicidad dependen de cómo te veas a ti mismo/a. Dedica tiempo a cuidar de ti, a hacer actividades que te hagan sentir bien y rodearte de personas que te apoyen.
Busca apoyo profesional si lo necesitas: Si el dolor se vuelve insoportable o las emociones son difíciles de manejar, hablar con un coach o un terapeuta puede ser un espacio seguro para trabajar en el proceso de sanación y tomar decisiones más claras.
Recuerda que, aunque esta experiencia ha sido difícil, tu paz interior no depende de la venganza, sino de cómo decides afrontar y aprender de la situación.
Estoy aquí si necesitas más orientación.
Ahora bien, es comprensible que el deseo de venganza pueda surgir en momentos de rabia y frustración. Sin embargo, la venganza rara vez trae la paz que buscamos, y en la mayoría de los casos, solo perpetúa el ciclo de dolor y resentimiento. En lugar de enfocarte en lo que esa persona te hizo, te sugiero que pongas tu energía en sanarte a ti mismo/a, ya que lo más importante es recuperar tu bienestar emocional y físico.
Aquí hay algunas recomendaciones que pueden ayudarte a encontrar calma y sanar:
Reconoce tus emociones: Es importante aceptar lo que sientes, pero también aprender a canalizar esas emociones de una manera constructiva. Hablar con alguien de confianza o escribir lo que sientes puede ayudarte a procesarlo.
Tómate tiempo para ti: El estrés emocional se refleja en nuestro cuerpo. Practica técnicas de relajación como la meditación, respiración profunda o ejercicio físico. Esto puede ayudarte a aliviar la tensión que sientes en el estómago y reducir los nervios.
Reflexiona sobre la situación: Aunque es difícil, intenta analizar la situación desde una perspectiva más amplia. ¿Qué puedes aprender de esto? ¿Cómo puedes evitar que esta situación te afecte en el futuro?
Recupera tu autoestima: La traición puede hacer que pongas en duda tu valor. Sin embargo, tu bienestar y felicidad dependen de cómo te veas a ti mismo/a. Dedica tiempo a cuidar de ti, a hacer actividades que te hagan sentir bien y rodearte de personas que te apoyen.
Busca apoyo profesional si lo necesitas: Si el dolor se vuelve insoportable o las emociones son difíciles de manejar, hablar con un coach o un terapeuta puede ser un espacio seguro para trabajar en el proceso de sanación y tomar decisiones más claras.
Recuerda que, aunque esta experiencia ha sido difícil, tu paz interior no depende de la venganza, sino de cómo decides afrontar y aprender de la situación.
Estoy aquí si necesitas más orientación.
Hola,
Siento mucho lo que has vivido. Es normal sentirse herida y desestabilizada tras una traición, especialmente si había mucha ilusión puesta. Esa tensión emocional puede afectar también al cuerpo, como te pasa con el estómago y los nervios.
La venganza no alivia el dolor, solo lo prolonga. Lo más reparador que puedes hacer es enfocarte en ti: en cuidarte, ponerte en el centro y rodearte de lo que te haga bien. Quererte y priorizarte es la mejor forma de sanar y seguir adelante con fuerza.
Estoy aquí si necesitas acompañamiento en este proceso.
Quiérete,
Dolo Boix
CV18993
Siento mucho lo que has vivido. Es normal sentirse herida y desestabilizada tras una traición, especialmente si había mucha ilusión puesta. Esa tensión emocional puede afectar también al cuerpo, como te pasa con el estómago y los nervios.
La venganza no alivia el dolor, solo lo prolonga. Lo más reparador que puedes hacer es enfocarte en ti: en cuidarte, ponerte en el centro y rodearte de lo que te haga bien. Quererte y priorizarte es la mejor forma de sanar y seguir adelante con fuerza.
Estoy aquí si necesitas acompañamiento en este proceso.
Quiérete,
Dolo Boix
CV18993
Entiendo que te sientas herido y confundido por esa traición, y es normal experimentar malestar emocional y físico cuando alguien en quien confiabas te ha fallado. Sin embargo, buscar vengarte puede generar más sufrimiento y complicar aún más tus emociones. En lugar de eso, te recomiendo enfocarte en cuidar de ti mismo, buscando formas saludables de manejar el dolor y la ansiedad que sientes.
Practicar técnicas de relajación, como la respiración profunda o la meditación, puede ayudarte a aliviar los nervios y el malestar físico. También es importante permitirte expresar tus emociones con personas de confianza o en terapia, donde puedes trabajar en fortalecer tu autoestima y encontrar formas constructivas de superar esta situación.
Si quieres, puedo acompañarte en un proceso terapéutico para ayudarte a entender y gestionar mejor estas emociones, recuperar tu bienestar y aprender a establecer límites saludables en tus relaciones. Estoy aquí para ayudarte cuando lo necesites.
Practicar técnicas de relajación, como la respiración profunda o la meditación, puede ayudarte a aliviar los nervios y el malestar físico. También es importante permitirte expresar tus emociones con personas de confianza o en terapia, donde puedes trabajar en fortalecer tu autoestima y encontrar formas constructivas de superar esta situación.
Si quieres, puedo acompañarte en un proceso terapéutico para ayudarte a entender y gestionar mejor estas emociones, recuperar tu bienestar y aprender a establecer límites saludables en tus relaciones. Estoy aquí para ayudarte cuando lo necesites.
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