Los ataques de pánico producen un intenso sufrimiento a quien los padece al sentirse impotentes ante la sensación de absoluta pérdida de control. Aunque en ocasiones puede ser adecuado el uso…
Por eso el objetivo está en tratar el miedo, no tanto el ataque en sí. Es decir, que si se repite, aunque resulte desagradable, no me asuste (ni me mata, ni me destruye).